martes, diciembre 04, 2012

Importancia y no importancia del fallo de La Haya

Los medios aseguran que el proceso que se ha iniciado en La Haya es el hecho más importante de lo que va del siglo o tal vez desde la independencia o quizás antes. En todo caso que lo que unos jueces van a resolver en unos meses será determinante para el futuro del país. Pero, al mismo tiempo indican que no debemos alterarnos, que igual es ganar o perder, que el fallo tendrá que respetarse así no nos guste y si nos quedamos como estamos con menos mar que el que deberíamos tener en la zona sur habrá que conformarse.

El lenguaje no puede ser más ambivalente: hay que tensarse para acompañar a los agentes peruanos en su esfuerzo ante la Corte Internacional y des-tensarse por si el resultado nos resulta adverso. Podría resumirse que el asunto es importante si ganamos y menos importante si perdemos. Complejidades de la diplomacia y de la justicia internacional. Pero quizás el fondo de la cuestión sea que el Perú necesita de la victoria para superar el complejo de perdedor con el que han crecido todas las generaciones a partir de 1879 y Chile requiera aunque sea de una pequeña derrota para lograr mirar como igual a su vecino al que humilló por las armas.

Los peruanos que insistimos que no hay límite marítimo pactado entre los dos países, sabemos que Chile tiene de hecho el control del espacio marítimo que se discute y que el fundamento del que se vale son dos acuerdos económicos de menor rango a un tratado, referidos a la pesca de los años 1952 y 1954. Pero la pregunta que siempre quedará sin resolverse es ¿por qué existen ambos acuerdos y a cuenta de qué el Perú de la época de Odría cedió derechos pesqueros que Chile convirtió en soberanos y que ahora son toda su argumentación jurídica ante la Corte?

Se hicieron, sin duda, porque aquí ha habido un resentimiento profundo de país vencido y educado en la derrota que está enraizado en la población, y una política concesiva y temerosa de la élite frente al vecino del sur, más exitoso económicamente, más articulado socialmente y más armado militarmente. Que la dictadura de Odría cediera derechos que no tenía que ceder y que las derechas todavía tengan recuerdos nostálgicos hacia el tirano antinacional que fue bien querido por la inversión extranjera, es un dato histórico, como lo es aquella frase inolvidable de Alan García: “y si se molestan los chilenos”, con la que graficó el ánimo con el que llevó el caso ante La Haya.

En realidad el Perú está colocado no sólo ante un contencioso jurídico de puro derecho, como se dice en los medios cargados de titulares sobre el diferendo marítimo, sino una vez más ante el juicio histórico de sus clases dirigentes, esos que dicen que dicen que aquí lo “ineficiente” fue la reforma y afirmación nacional de Velasco que ha hecho sentirse más peruanos a muchísimas personas antes marginadas del Estado, y los gobiernos regionales y locales a cargo de la izquierda con todos sus problemas, cuando ellos crearon la nación de las frustraciones y los triunfos simbólicos que aún tenemos ante nuestros ojos.

Ojalá al Perú le vaya de lo mejor en La Haya. Pero el hacernos respetar en el mundo depende mucho más de nosotros que de los más justos jueces.

04.12.12
www.rwiener.blogspot.com

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