viernes, junio 08, 2012

Coincidencias

Seguramente no debe haber tanta “coincidencia” en que los movimientos busquen hacer converger las fechas de sus protestas. Obviamente que se trata de incrementar la capacidad de presión para conseguir soluciones. Pero lo que no es verdad es que se pueda declarar en lucha a una región, a una provincia o a una comunidad, porque los dirigentes tengan tal o cual interés político, sin que de por medio no existan motivaciones propias y procesos más o menos largos de gestiones legales sin encontrar respuesta. La idea de que los indígenas, los campesinos o los provincianos, son materia manipulable y arriable por políticos maquiavélicos que quieren hacerle la vida imposible al gobierno, forzar la salida de las empresas mineras y retrocedernos en el desarrollo, es tan deleznable que muestra más ignorancia en los que las difunden y se las creen, que la que se pretende achacar a las poblaciones.

Pero, claro, de la coincidencia de la que no se habla es la de personajes como Du Bois, Mariátegui, Althaus, Palacios, García Miró, Meier, Valenzuela y muchos otros, con sus equipos de prensa totalmente alineados (aunque en privado no piensen igual que sus jefes), no sólo a favor de las grandes empresas y en contra de los movimientos sociales, a los que no les reconocen razones, tratan de despistados y desinformados, y a su vez piden la máxima represión contra ellos, sino que son capaces de leer, todos sin excepción, con el mismo error de base la carta de la congresista Verónika Mendoza al alcalde de Espinar: entrega un documento del Sector Salud y lo entrega completo haciendo suya la preocupación del mismo texto, como si fuera lo que explica todo. Antes fue un video de de Marisol Espinoza durante los sucesos de Bagua, cuando la actual vicepresidenta del Perú fue a explicar sus desacuerdos con las normas de implementación del TLC con los Estados Unidos, que amenazaban a las comunidades de la selva.

Ahí también funcionó la coincidencia entre los “líderes de opinión” y los grandes medios, contra los indígenas y la desviación de responsabilidades vía el cargamontón, equivalente a lo que está ocurriendo ahora. Uno, por supuesto, no quiere ser mal pensado, sobre por qué o a cuenta de qué se exalta Althaus, se rasga la vestiduras la Chichi o se sonríe la moderada Rosa María, cuando están de por medio grandes intereses, y al otro lado están los talones rajados de toda la vida. Tampoco maliciar sobre las razones por las que la coalición mediática contrata siempre a las mismas personas y escogen los mismos invitados, o porque desaparecen los pequeños espacios que ofrecen alguna visión diferente. Lo que es sustancial es que los oligopolios que controlan la economía se reflejan en el oligopolio mediático y todos ellos atenazan el poder político haciendo de alguien tan limitado como Valdés un primer ministro ideal, como si quisieran burlarse del resto con sus alardes sobre la inteligencia y la ignorancia.

PD. Qué tal pleitesía hacia Alan García del cándido de la revocatoria, que no lo fue tanto cuando se subió al carro del anterior gobierno (con el actual aún no lo consigue). Será por eso tanta insistencia con lo del “humalista despechado” cuando se refiere a mi persona, como si alguna vez me hubieran quitado algo o hubiera pedido lo que no me dieron. Felizmente no soy como él. Mis distancias actuales con Humala son totalmente políticas. Y si no lo entiende, realmente no importa.

08.06.12
www.rwiener.blogspot.com

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