Se discute en el Congreso una nueva ley universitaria que ha provocado
fuertes enfrentamientos, con la peculiaridad de que esta vez ya no son sólo
estudiantes contra el gobierno, sino que ahora hay empresarios de copete entre
los que protestan y ponen avisos en los diarios contra la nueva reforma
hablando de la autonomía que sus antepasados detestaban.
Alguien me dijo que con las universidades pasaba como con
las combis, que se han entrecruzado tantos intereses que no hay forma de desenredarlos,
y el asunto toca a tanta gente que es seguro que cualquier intento de mejorar
las cosas termine en una tremenda pelea que al final parezca que mejor hubiese
sido dejar las cosas como estaban. Al general y congresista, Daniel Mora, estas
ideas deben haberle pasado varias veces por la cabeza.
Su iniciativa de actuar sobre la actual realidad de la
universidad peruana, al margen de las poderosas resistencias que hoy existen,
responde claramente a algunos hechos sobre los cuales no se puede dudar:
(a) la mayoría de universidades estatales han sido tomadas
por camarillas corruptas que han adulterado el sistema de renovación de
autoridades para perpetuarse y sobornado a parte de las representaciones
profesorales y estudiantiles, para poder mantener el control académico,
administrativo y presupuestal, imponiendo una mediocrización de la calidad de
la enseñanza que corresponde al sistema de compadrazgo con el que gobiernan, y
tratan como puedan de mantener sin variantes el estatus quo que los favorece en
nombre de la autonomía.
(b) en las universidades privadas más antiguas también se
han creado sistemas de reproducción en el poder de otro tipo de camarillas,
quizás menos mediocrizadas que las estatales, pero que también no parecen estar
interesadas en ninguna renovación, ni control, sobre el manejo que realizan de
los recursos que llegan a sus manos de las pensiones de los estudiantes y otros
ingresos, y que también invocan la autonomía para seguir como están.
(c) finalmente, han proliferado las “universidades de
lucro”, concepto que fue creado por Fujimori en el marco de las
liberalizaciones y que no son más que inversiones privadas en educación superior
de alto rendimiento, dentro de las cuales pueden haber “universidades en
serio”, que responden a empresas que ofrecen productos de relativa calidad bajo
su control y que están asociadas al desarrollo de determinadas actividades
económicas; y “universidades de garaje” (o de medio pelo, como diría Humala),
que ofrecen un título sin garantías, porque no tienen las condiciones para
producir algo mejor, y que en muchos casos están deviniendo en una vulgar
estafa para los estudiantes, los padres de familia y el país que espera que su
clase profesional sea respetable; y en ambos casos sus promotores también se
escudan en la autonomía.
La nueva reforma
En realidad el viejo concepto de libertad para enseñar,
investigar, discutir, que estaba detrás de la bandera de la autonomía que viene
desde el “Grito de Córdoba” de 1918, nunca negó que el Estado tuviera la responsabilidad
de definir una política universitaria general y de establecer los requisitos
para obtener títulos a nombre de la nación en diversas profesiones y los
postgrados que correspondan. No pueden ser los rectores entornillados y sus
allegados, o los promotores privados los que decidan los estándares de
formación de los profesionales nacionales. Pero así está ocurriendo.
Mora tiene razón en decir que debe haber un ente distinto a
la Asamblea Nacional de Rectores, que es la expresión de todos los defectos que
acabamos de señalar, que supervise la calidad de la enseñanza y los términos de
acreditación del que gozan las universidades. El general proponía un sistema
mixto Estado-Universidades para regular el proceso, lo que desde distintos
lugares fue calificado como una intromisión autoritaria que arrasaba con la
autonomía. De pronto se armó el más inesperado frente de rectores repudiados
por corruptos, como el de San Marcos, con muchos de los estudiantes y profesores
que aspiran a derrocar estas autoridades pero que temen la entrada de un Estado
autoritario en los claustros, con el añadido al lado derecho de la CONFIEP, el
grupo El Comercio y las universidades confesionales.
A este bloque, sin embargo, le ha contestado el gobierno y
su punta de lanza, el MEF, proponiendo un nuevo proyecto de ley donde la
Superintendencia de Mora pasa a ser un ente meramente estatal que tendría
poderes sobre la vida de las universidades. La conversión de un órganos de
diálogo y consensos en una estructura vertical que acalle las resistencias. La
situación que empieza a configurarse evoca en cierta forma lo que pasó con la
ley universitaria que dictó el gobierno de Velasco en 1969, que tenía ideas
modernizadoras y hasta progresistas, pero terminó revestida de tono autoritario
y el gobierno quiso sacarla adelante por la fuerza con lo que se ganó la eterna
enemistad del movimiento universitario.
Hoy el escenario se ha complejizado porque los intereses
privados han aumentado su peso específico como nunca antes se hubiera supuesto.
Muchas veces sorprende que las federaciones universitarias estén hablando de la
libertad académica, el desarrollo crítico de la universidad y el cogobierno,
para oponerse a la ley Mora, y los empresarios estén refiriéndose a todo lo
contrario: el control curricular por los inversores, la despolitización y el
verticalismo de gobierno para también enfrentarse a los trabajado en la
Comisión de Educación del Congreso. Se puede entender, por esto, la comparación
con el tallarín de las rutas de transporte de Lima, donde cada quién jala para
su lado.
¿Quién podrá hacer racional la reforma de la Universidad
Peruana y construirla sin atropellar a nadie, pero sin concesiones a los
intereses menudos y deleznables que ahora se han mezclado en la batalla? Porque
si alguien quiere que se le confirme lo grave que es la situación que
simplemente vea lo que pasó con la Universidad Garcilaso de la Vega, la del
rector de los 2 millones de soles mensuales y media familia empleada en el
mismo lugar, al que la ANR trató de intervenir en plan de revisión de cuentas y
que echó a patadas a los delegados de la institución que se suponía estaba
defendiendo contra la propuesta de Mora. No hay duda que Cervantes, Chang,
Cotillo y muchos otros se han vuelto un símbolo des universidades combi, que de
alguna manera habrá que reformar.
09.06.14
Publicado en Hildebrandt en sus Trece
9 comentarios:
Nada de “anónimo”, soy Ambrosio
El mayor responsable de la pauperización de la universidad estatal peruana cae en la Izquierda; desde los años cuarenta del siglo pasado, dedicados y, desafortunadamente para el Perú, exitosos marxistas leninistas convirtieron San Marcos, la UNI y otras universidades, en minas informales de tajo abierto para la obtención de “guerrilleros heroicos”. Así que, impusieron el pensamiento único, la “misión de la universidad peruana era hacer la revolución”, reclutaron desprevenidos, los enviaron a asaltar bancos, entrenar en Cuba, ser la carne de cañón del proyecto revolucionario, que, hoy sabemos fracasó en la MIR, Sendero y el MRTA. Esto hundió la universidad, causó más de 50 mil muertes, miles de millones en pérdidas materiales y pobreza en el Perú.
La segunda responsabilidad cae en la noción idiota de la “gratuidad de la enseñanza”, mentira populista que desafía la ley de la gravedad con el esperado resultado.
Total lo que tenemos hoy. No hay más remedio que estudiar en las privadas, evitar si se puede la PUCP, en la que también un grupo de dedicados izquierdas caviares le han robado a la Iglesia una universidad, con el propósito no de mejorarla, sino de perpetrarse en sus puestos.
Toda acción tiene consecuencias, Raúl.
Las mejores universidades quedan en Estados Unidos, Reino Unido, y algunos países europeos. Allí enseñan los mejores profesores, con laboratorios tecnología punta.
Es sabido que allá el año académico cuesta 40,000 USD por alumno.
¿Cómo cree don Raúl que contribuyentes peruanos pueden pagar los estudios “gratuitos” de 300 mil estudiantes en 36 universidades estatales, a un costo de 12,000’000,000 USD anual? ¿Cómo crees que odiando a la CONFIEB, los mayores contribuyentes del Perú, puedes continuar en tu camino marxista al abismo?
¿Quién va a pagar esto, Raúl? ¿Los chavistas desde Venezuela?
Las nuevas (futuras) exportaciones peruanas, las que darán valor agregado a nuestra oferta, necesitan de ingenieros, técnicos, químicos, ingenieros de sistemas. No necesitan de sociólogos progres, o sacerdotes progres medioambientalistas.
La reforma neoliberal de Fujimori de "Liberalizar la educación superior" terminó de undir a la Universidad Peruana en la más absoluta mediocridad, recortandole a las universidades públicas todo el presupuesto para investigación y creando un montón de universidades privadas de pésimo nivel que regalan el título profesional si pagas todas tus pensiones.
El congresista Mora (ese si un militar con pantalones, no como el que nos gobierna) se ha comprado el pleito de corregir el desastre que dejaron los neoliberales y elevar la calidad de nuestras universidades, algo que debe ser apoyado por todos los sectores.
Lo malo es que el Gobierno quiere que la Superintendencia Universitaria dependa del MEF donde bundan los neoliberales, como si éstos no le hubieran hecho ya bastante daño a nuestras universidades.
Nada de “anónimo”, soy Pancracio
Es una lástima que el trol alditus defensor a ultransa del neoliberalismo no tenga los cojones de reconocer que fue en el gobierno del más grande delincuente y traidor el chino rata que se destrozó a la universidad peruana; sin embargo, muy a su pesar, los estudiantes, catedráticos y autoridade de las universidades públicas como la UNMSM, la UNI y la UNA hacen sus mayores esfuerzos por mantenerse dentro de los 10 primeros puestos en el ranking de las mejores universidades del pais que AMERICA ECONOMIA estos últimos años ha venido determinando en base a siete indicadores utilizados.
Nada de “anónimo”, soy Pancracio
Es una lástima que el trol alditus defensor a ultransa del neoliberalismo no tenga los cojones de reconocer que fue en el gobierno del más grande delincuente y traidor el chino rata que se destrozó a la universidad peruana; sin embargo, muy a su pesar, los estudiantes, catedráticos y autoridade de las universidades públicas como la UNMSM, la UNI y la UNA hacen sus mayores esfuerzos por mantenerse dentro de los 10 primeros puestos en el ranking de las mejores universidades del pais que AMERICA ECONOMIA estos últimos años ha venido determinando en base a siete indicadores utilizados.
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Entiendan a Ambrosio, tiene que ganarse el pan
Muy bueno, Ambrosio
Muy bueno, Ambrosio
Los anónimos no existen, son Felipillos, que siempre existirán, porque de algo tiene que "sobrevivir" el hombre. Ellos son los hijos de estas universidades, que como refirió "prescribito", el título de esas universidades solo sirve para envolver pescado, como le habrá dolido a algunos, pero la verdad es que las universidades privadas no forman universitarios, sino meros técnicos, que en su momento bajarán la cabeza por un mísero sueldo, que nunca las tendrán las agallas que tuvieron los públicos, en los setenta, ochenta y noventa. Excelente artículo don Raúl.
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