lunes, junio 16, 2014

Fragmentación política

Un ejercicio de memoria para saber de dónde venimos y adonde vamos.

La gran concentración no es una novedad de estos años. En realidad fue en los 90 cuando existió un sistema político que estaba concentrado por los cuatro costados y que se expresada en un grupo político hegemónico que tenía el control de todos los órganos del Estado (y si alguno se le empezaba a escapar de las manos, lo resolvía con algún forzamiento como ocurrió con el Tribunal Constitucional de Aguirre Roca); que tenía el completo poder de coerción a través de las fuerzas armadas, la policía y los servicios de inteligencia; que dominaba los circuitos de la información, sometiendo a los medios privados, dirigiendo sicosociales y campañas de demolición de adversarios; y un sistema de elecciones que debía asegurar la reelección permanente.

Eso existió y no puede ser olvidado. Pero su originalidad no estaba en la dictadura cruda que se compuso después del golpe de Estado, sino en la manera como se le perfeccionó durante la adecuación semiparlamentaria monitoreada por la OEA y supervisada por Hernando de Soto, que se cristalizó en el llamado Congreso Constituyente Democrático (CCD), que abrió un espacio para que los denominados “partidos democráticos” ingresaran en condición de minorías fragmentadas y sin posibilidades de ganar.  

Entre 1993 y 2000, los partidos que se opusieron al autogolpe y los que votaron por el no en el referéndum constitucional del 93, terminaron ingresando por el aro de los perdedores resignados, que se hicieron más resignados después que perdieron abrumadoramente la primera reelección de 1995.

En el 2000, bajo el esquema de la interpretación auténtica con el que Fujimori violó su propia constitución para permitirse una segunda reelección, los partidos y los sectores no dictatoriales discutieron el sentido de participar en un escenario dominado por el régimen. Pero los partidos de todas maneras se fueron dispersos a probar suerte, afirmando que no se trataba de armar una alternativa, por eso ni siquiera intentaron unificarse en torno a una candidatura fuerte, sino de no dejarle todos los puestos del parlamento al fujimorismo y mantenerse vivos dentro de  este sistema.

Ni Andrade, ni Castañeda, ni Toledo, ni el APRA, el PPC y las demás organizaciones querían una pelea frontal con Fujimori. Pero el enfrentamiento vino, cuando después de la demolición uno por uno de los candidatos con mayor apoyo (primero Andrade, luego Castañeda), para lo que sirvió la prensa chicha y los medios domesticados,  la fuerza misteriosa del descontento y del reclamo democrático se filtró finalmente hacia Toledo escapando de la trampa del poder fuerte y la oposición fragmentada. Así se generó una grave crisis política que duraría todo ese año, hasta la fuga del dictador y el destape de la corrupción superlativa del régimen.

Lo que parecía indestructible se quebró, pero los partidos ganadores no quisieron abolir hasta la raíz el orden que había sido descabezado, y fue así que en vez de constituir un gobierno que preparase al país para una nueva etapa, con todos los significados que eso tenía: nueva Constitución, reorganización de las Fuerzas Armadas y la Policía, revisión de todos los videos y documentación sobre la corrupción, revisión de los contratos de privatización, al buen Paniagua sólo le permitieron articular una transición hacia elecciones más confiables en la que el presidente y su partido no tenían ninguna posibilidad de quedarse (se escogió como presidente provisional al congresista que había entrado con la menor votación).

Una manera de apreciar el significado de ese momento histórico, era advertir que el fujimorismo siguió enganchado a la transición, a pesar de que su jefe estaba fugado y varios de sus cuadros estaban presos o perseguidos, conscientes de que de lo que se trataba en la transición era de evitar el colapso de estructuras que ellos mismos habían creado y que difícilmente podrán reconstruirse sin una intensa movilización social de un país que en esa situación estaba claramente levantado contra el viejo régimen que acababa de ser derrotado. 

El cambio del Gatopardo

Es de esta forma que llegamos al cambio de siglo celebrando la recuperación del derecho a elegir, aunque no tuviéramos tanto que escoger delante de nosotros; e ilusionados sobre el cambio gradual que se prometía, que no cambió casi nada, y que mantuvo las piezas claves: la Constitución, el modelo económico y la correlación política del instante de la caída del autoritarismo. Los vencedores eran los dispersos del día anterior, los que la dictadura había tratado con la punta del pie y que habían sido en muchos casos complacientes con el opresor. Reemplazar al poder concentrado por partidos dispersos, enemistados entre sí, construyó la otra cara del mismo sistema, en el que nadie es mayoría, los que ganan son aplastados en la siguiente elección, las instituciones son capturadas por los actores y se enfrentan unas con otras, surgen nuevas corrupciones, etc.

Para la vieja derecha del poder económico y mediático, hubo una victoria indudable en contener la energía social de final de los 90, en los límites de una transición mediocre e insatisfactoria para todos, que sin embargo no amenazaba sus intereses. Pero eso no les ha quitado la nostalgia del tiempo en que todo parecía controlado y nada resultaba de sorpresa. El caso Humala, ha sido el extremo de esta cadena, porque en su victoria estaba contenida una exigencia mucho más clara y perentoria de transformaciones, que la clase dominante volvió a contener, pero con ello mismo llevó el sistema al mínimo de credibilidad. La pregunta urgente, después de Humala, es si se puede tolerar otro desafío de este tipo, o si es tiempo de reconcentrar el poder.

Lo que está en juego

Cuando el grupo El Comercio, compra EPENSA, no se está apoderando solamente del 80% del mercado (lo que es además una cifra arbitraria que favorece al cuasi-monopolio), sino que está planteando la necesidad de reunir el poder en una sola mano y acabar con la fragmentación política, que no significa que hayan muchos partidos o movimientos disputándose pedacitos del Estado, sino que no hay nadie que manda con la suficiente contundencia con que ellos quisieran. La señal de que es la hora de concentrarse ha salido de fuera de los partidos. Y como para que nos traguemos el mensaje completo, hemos empezado a ver como se puede llevar al gobierno, el Congreso, el Poder Judicial y el resto del Estado, de las narices con el mecanismo de una prensa fuerte.

Esto se aprecia facilito en la conducta del nuevo Fiscal de la Nación, que emula muy bien a Humala, ya que primero sacó su elección a troche y moche y soportó los titulares, editoriales, columnas e informaciones sesgadas con las que lo atropelló el grupo El Comercio por casi medio año. Pero una vez en el puesto está caminando por donde le indican sus nuevos amigos del viejo grupo periodístico (que sin embargo no pierden opinión de apalearlo para hacer sentir su precariedad), lo que se demuestra en particular con su viaje a Cajamarca a tratar con Yanacocha la situación de Gregorio Santos, y en otros casos en los que está haciendo lo que le dicen. El tipo de Fiscal que esperaban conseguir con Pablo Sánchez y no lo lograron.

El que quiera entender, que entienda. Lo que el poder económico y político está planteando es un “liderazgo” que se fusione con sus intereses y su lógica de dirigir las cosas. Algo así como: si usted no quiere terminar de “cosito”, póngase la camiseta de El Comercio-CONFIEP, toda completa. Y hay varios candidatos dispuestos a hacerlo, empezando por Alan García.
                                                                                             
16.06.14

Publicado en Hildebrandt en sus Trece

16 comentarios:

Anónimo dijo...


Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Don Raúl tiene envidia (deseo de algo que no se posee).
Como él, y sus amigos caviares totalitarios, no son los dueños del país como los chavistas en Venezuela, o los Castro en Cuba, o los peronistas en Argentina, pues don Raúl se queja, le da pataleta porque todo les sale mal, perdieron la lucha armada en los 60. A don Raúl le da rabia porque ellos no mandan, Humala no fue el pelele fácil de manipular que tramaban, y existen entidades como el El Comercio, la CONFIEP, y los malos horribles de Andrade, Castañeda, partidos como el APRA, el PPC.

Según don Raúl el Perú se jodió cuando él voto en segunda vuelta por el Chino. No entiende que el que el que se jodió la cabeza es él en el momento que dejó de ser un hombre libre al aceptar la verdades absolutas de esa religión llamada marxismo leninismo, complejo sistema de pensamiento, absolutista y fundamentalista, a un lado los elegidos como ellos, al otro lados todos (el 99% de la humanidad) que no quieren ser sojuzgados por el pensamiento único.

Es un ejercicio en hipocresía por parte de don Raúl quejarse de la “concentración”; lo más corrupto en política es ocultar las verdaderas intenciones.
Históricamente, cada vez que los marxistas leninistas, como don Raúl y su entorno, han llegado al poder “en asaltos al palacio de invierno”, léase golpes de estado, han creado (1) concentración, (2) limitación de derechos individuales, (3) estados policiales, (4) pobreza, (5) racionamiento, (6) totalirismo. Así ocurrió en la Unión Soviética, Corea del Norte, sobrevive en la Cuba parásita de Venezuela. Son tan malvados los Castro que están logrando lo imposible: quebrar a Venezuela para quedarse en el poder.

Anónimo dijo...

No, cojudo, los marxistas leninistas nunca han llegado al poder en este país. Y eres más cojudo cuando los confundes con nacionalismo militarista. No dices nada de los que siempre han llegado y mantenido el poder en este país y lo han convertido en su chacra, respaldados por la concentración mediática. Liberal cagón.

Anónimo dijo...

Haremos lo posible para que el marxismo leninismo no se apodere del Perú,lo más que podamos para impedir que un nuevo Abimael Guzmán reciclado use a los peruanos de conejillos de indias de sus delirios trasnochados.

Anónimo dijo...

El unico utilizado es alditos ambrosio, el unico conejillo

Marcela dijo...

Es interesante analizar los comentarios de los ambriosos o aldos que últimamente frecuentan a este blog, pues éstos que sólo parecen buscar desviar nuestra atención en verdad no son simples ironías o insultos, sino la ideología de “La Escuelita de Mariátegui” que quiere enseñar de cómo debemos ver y pensar el Perú.
Estos comentarios nos otorgan una idea de cómo se piensa el Perú a través de la mente liberal de un periodista mercantilista de El Comercio, como Aldo eMe quien se proclama un hombre libre por su enfoque acrítico ante toda forma de información contraria a la voracidad de la empresa privada.

Anónimo dijo...

No querida. Se trata de que despiertes es pensamiento crítico, pongas en tela de juicio el adoctrinamiento que recibiste, aprendas de la experiencia soviética, china, cubana y venezolana, y dejes de desearle al Perú lo peor: caer en manos de un energúmeno como Goyo Santos y su pandilla de ladrones.

Anónimo dijo...

pensamiento crítico? para despertar? Diras para hacer dormir a las pocas neuronas que tienes

Anónimo dijo...

Está bien que lo insulten, pero alguien debería responder sus argumentos.

Héctor Mejía dijo...

Los neoliberales estan asustados y por eso buscan concentrarse y tirarse abajo a la competencia, como ahora quieren hacer cerrar a La Primera;como son una tira de medriocres e ineptos no quieren competencia para que les sea mas fácil lavarle el cerebro a la gente y que acepte como "naturales" sus dogmas neoliberales.
Pero nuevamente fracasaran porque como no conocen al peruano de a pie creen que bombardeando a la gente con sus ideas neoliberales por radio, Tv y prensa escrita es suficiente, pero para su mala suerte los peruanos de a pie no son imbéciles como ustedes... creen que son.

Anónimo dijo...

No se puede debatir con alguien que nunca presenta argumentos. Todos los días lo único que dice son insultos, lanza acusaciones sin fundamento y acude a la URSS o Corea del Norte con el objetivo de desviar la atención y el tema de debate. O es lerdo o lo hace de mala leche. Lo segundo. Pues quien jode que se resigne a ser jodido.

Anónimo dijo...

Nada de 2anónimo", soy Juan Croniqueur


Troll alditus y cofrades de la DBA con su prensa concentrada en cualquier momento van ha tener que recibir unas nalgadas ante tanta pataleta por pretender desconocer lo que vienen incentivando los conversos neoliberales: (1) concentración de la prensa, (2) limitación de derechos individuales, al no tener el comun de los silvestres porqué medio denunciar (3) estado policial, métanle palo si protesta el pueblo (4) pobreza y miseria por la acción depredadora de las mineras transnacionales, (5) racionamiento para los de abajo, (6) totalitarismo sutilmente manejado por la prensa concentrada.

Anónimo dijo...

Es ambas a la vez, es lerdo y de mala leche, una combinación perfecta para ser Ambrosio, quien en verdad no tiene Nada de “anónimo” pues se trata de don Aldo Mariátegui, que es muy fácil de comprobar ya que muchas veces pone fragmentos completos de sus escritos y otras veces hasta párrafos completos, y en este último caso no usa el seudónimo de Ambrosio sino su propio nombre aunque invirtiendo las letras, es decir en vez de Aldo es Odla.
Es un lerdo a medias porque según Wikipedia cursó estudios de doctorado en ciencias políticas pero no llegó a obtener el grado porque “no coló la tesis correspondiente”. Claro que es de “mala leche” porque es un renegado, en todos sus comentarios demuestra ese reniego bárbaro a su abuelo CM, que lo hace insultando a todo aquel que se parece “comunista”

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

En el blog de don Raúl comento el artículo "colgado" por él cada día. Lo hago desde el punto de vista liberal, invitando a don Raúl y a sus feligreses a que se quiten la careta. (1) No son demócratas sino totalitarios. (2) Fijen ser demócratas para avanzar la agenda marxista leninista de la "Revolución" en el Perú, (3) La lucha "anticorrupción" es sólo una fachada para demoler el "estado burgués", (4) La queja por lo que llaman "prensa concentrada" es un grito de envidia porque no son capaces de la preferencia de los compradores de medios.

Anónimo dijo...

el salvador de los engañados que tiene como oficio protegernos de la mala influencia de don Raúl, que si nos descuidadmos nos llevará a conventirnos en un país tan apestoso como Cuba y Venezuela. Vale. Y otros lo aplauden como por encargo. También vale. Todo esto por supuesto espontáneo, pero le ocurre a muchas otras páginas de opinión.

Anónimo dijo...

el salvador de los engañados que tiene como oficio protegernos de la mala influencia de don Raúl, que si nos descuidadmos nos llevará a conventirnos en un país tan apestoso como Cuba y Venezuela. Vale. Y otros lo aplauden como por encargo. También vale. Todo esto por supuesto espontáneo, pero le ocurre a muchas otras páginas de opinión.

Anónimo dijo...

"En el blog de don Raúl "COMENTO" el artículo "colgado" por él cada día. Lo hago desde el punto de vista liberal, invitando a don Raúl y a sus feligreses a que se quiten la careta".

Ya ven, dice que "comenta" cuando lo que hace diariamente es destilar diatribas de manual (al igual que los marxistas de los 70´s). Y si ese discursete es el "punto de vista liberal", Hayek, sacúdete en tu cripta!!!!
Es que pa cojudo, sólo Ambrosio.