Al margen de la discusión sobre la validez y actualidad de
los contratos de arrendamiento (los comerciante alegan tener contratos firmados
hasta fin de año y estar al día en sus pagos, y los abogados de los dueños
afirman lo contrario y hablan de usurpadores), o si la acción de desalojo
violento, en horas de la madrugada respondía a alguna orden judicial, lo cierto
es que lo que ocurrió en el centro de Lima este martes, fue una repetición del
método al que se está recurriendo en forma cada vez más frecuente y que
consiste en contratar matones armados para forzar la salida de ocupantes de
inmuebles que se considera que harán resistencia antes de dejar sus actuales
ubicaciones.
En esta oportunidad la “operación” ha costado la vida de dos
personas y más de una decena de heridos de bala, dos de ellos muy graves, o con
serios golpes en el cuerpo. Algunos de los agresores han sido detenidos en la
trifulca, lo que suele ocurrir en este tipo de casos, junto con algunos
comerciantes que formaron parte de la resistencia. Por cierto, lo que se espera
es que los violentos digan que fueron reclutados por algún conocido del que
sólo saben el seudónimo y que los llamaron para “apoyar” una acción de fuerza.
Las portátiles de matones, por lo que se sabe, no son estables, se forman para
cada “trabajito” y luego se disuelven después de recibir su pago. Lo que tiene
que hacer el que requiere estos “servicios” es tener plata disponible y asumir
un cierto compromiso de que se buscará que los que resulten detenidos salgan
después de un cierto tiempo.
Nos sorprendemos de lo que ocurre en Ancash, pero en todo el
Perú está ocurriendo, hace tiempo, que cada vez que se disputa un terreno
urbano o rural, construido por construir, la medicina más expeditiva es una
patota de matones con palos y pistolas. Pero, ¿dónde creen que van estos
angelitos entre una trifulca y otra? Es obvio, la gran banda se desintegra en
otras más pequeñas para seguir delinquiendo, hasta una nueva oportunidad de
golpear juntos. La Policía sabe que esto existe pero no hace nada hasta que se
producen muertos, y la explicación es que en los hechos están dividiéndose las
tareas como en “El Huequito”, y por supuesto porque muchas veces están
enredados con la corrupción.
Pero fiscales y jueces también se lavan las manos ante la
violencia y el tráfico de terrenos y no lo hacen por temor, sino por alguna
forma de compromiso con los grupos de poder económico y político que están
detrás del negocio de apropiarse por la fuerza de propiedades inmobiliarias o
agrícolas. Es una red de violencia que va en aumento y que de pronto alarma
cuando aparecen algunos muertos notorios. Pero que está muriendo gente por la
matonería delivery, hace tiempo.
10.04.14
1 comentario:
Nada de "anónimo", soy Ambrosio.
¿Creemos o no que la propiedad privada es fundamental en la creación de riqueza, y parte del derecho natural? ¿Creemos o no en la santidad de los contratos en el estado de derecho?
Si es sí afirmativo a ambas, pues los que perdieron en los juzgados debieron acatar la sentencia. Nada congeló más el desarrollo urbano de calidad en el Perú que la nefasta "Ley del Inquilinato", la culpable de los tugurios peruanos.
Raúl nada en ambigüedades al decir. "(los comerciante alegan tener contratos firmados hasta fin de año y estar al día en sus pagos, y los abogados de los dueños afirman lo contrario y hablan de usurpadores)". Vamos Rául, si hay un fallo, pues de debe respetar. El Contrato bilateral de alquiler crea obligaciones recíprocas entre las partes, y tiene un fin fecha.
Por supuesto en una vergüenza que recurran a la violencia una de las partes. También es lamentable, aunque explicable, que Raúl sólo señale a un culpable.
- ¿Dónde te temes, Raúl, al no demoler a los asesinos de la Policía Nacional en el Baguazo?
- ¿Donde estás ante la violencia de los ronderos de Goyo Santos en Cajamarca?
Roderos en Cajamarac, brazo armado de Goyo Santos.
https://www.youtube.com/watch?v=1kCawHFcbbM
https://www.youtube.com/watch?v=jj6x0wDTF9I
https://www.youtube.com/watch?v=wESefG5kH38
https://www.youtube.com/watch?v=cFR5FAbfg9k
Saludos,
Ambrosio
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