¿Por qué el Perú da la impresión de no tener izquierda a
pesar de que el Frente Amplio unifica a sus principales partidos desde hace más
de un año, la alcaldesa de Lima viene de la izquierda y el presidente regional
que más está en las noticias es un militante de uno de los partidos del frente?
Las encuestas, que para eso sirven, está proyectando un
futuro en el que no hay izquierda y en el que el 2014 Castañeda recupera la
Municipalidad Metropolitana y su presupuesto para volver a hacer lo que le da
la gana; alguna variante del fujimorismo se apropia de Cajamarca para felicidad
de los dueños de Yanacocha que se sentirían avalados para sacar rápidamente el
proyecto Conga, que por ahora avanza lenta y discretamente; y se apunta al 2016
con una baraja tan variada como la de Keiko, García y PPK.
Es decir escenarios totalmente invertidos respecto a lo
ocurrido entre el 2010 y el 2011, cuando la derecha perdió el control de la
gran ciudad que consideraba enteramente suya, el departamento del oro y la
plata pasó a ser gobernado por Patria Roja en vísperas de una avalancha de
proyectos mineros con graves riesgos ambientales y sociales, y la presidencia
del Perú fue a manos de un candidato que decía repudiar el sistema imperante y
contaba con el respaldo de una variedad de movimientos sociales y de la
izquierda tradicional.
Uno puede preguntarse inmediatamente: ¿dónde se están
expresando no sólo el 31% llamado “radical” de la primera vuelta del 2011, que
luego se convirtió en 51% democrático y progresista, contra todos los
candidatos y partidos que son los únicos que ahora aparecen actualmente en las
encuestas, como que serían los inevitables sucesores de Humala, después de
haber sido sus acérrimo enemigos, y haberlo usado cuando estaba en el poder?,
¿y qué pasa en Lima y Cajamarca?
No podemos negar que la política peruana, tal como se
desarrolla en este momento lleva la marca de la traición de Humala, que no solo
abandonó el programa con el que se hizo elegir, sino que no ha tenido reparos
de enfrentar como sus enemigos a los comuneros que defienden su derecho al
agua, los mineros artesanales a los que
ofreció una formalización real y a los cocaleros que dijo que nunca más se les
trataría como narcotraficantes.
El choque, ciertamente, produjo una exasperación en los
directamente vulnerados, y una falta de todo respeto y consideración hacia
quién no cumple su palabra, pero provocó a su vez frustración y desesperanza en
los que confiaban en el supuesto poder de su voto para decidir el destino del
país. El humalismo que entregó la economía a la derecha y por esa vía ha ido
cediendo en todo terreno, y la derecha que reemplazó el sentido profundo de la
democracia como un gobierno de la mayoría, por una vulgar presión de dinero y
prensa, han jugado seriamente con la credibilidad en el sistema, y peor si
creen que lo que toca para adelante son trampitas para educir aún más la
capacidad de decidir de la población.
También es cierto que por lo menos el primer año de la
gestión de Villarán no supo trasmitir el sentido de su propuesta de gobierno y
la ruptura que pretendía encarnar con el pasado inmediato de autoritarismo,
obras dispersas sin visión integral y
corrupción municipal. La idea de planes de largo plazo y obras integradoras;
participación de la población, promoción de la cultura, apertura hacia la
cultura; y honestidad de gestión; ha llegado solo a sectores reducidos y ha
quedado confusa en el resto, favoreciendo la campaña de “no hace nada”, aunque
las obras, los proyectos se estén haciendo. El tratamiento de la prensa contra
la gestión municipal ha superado además, las más altas cotas del bombardeo
contra Humala, y la dirección del ataque es clarísima: la izquierda no sabe
administrar, volvamos a una alcaldía de derecha que aunque robe sabe hacer las
cosas.
En Cajamarca, el movimiento antiConga, logró por un buen
tiempo el apoyo contundente de la mayor parte de los habitantes rurales y
urbanos. Pero luego del retroceso del gobierno, se empezó a asentar,
especialmente en la ciudad, una interpretación de que el efecto final de la
lucha había sido la recesión económica de largo plazo que afecta al
departamento. Podría decirse que la lógica que se ha impuesto en una parte de
población es que a pesar de todo, con sus abusos y manipulaciones, Yanacocha,
genera trabajo y movimiento económico. Lo que defienden los absalones y otros,
aislando la resistencia a las provincias más pequeñas y al mundo rural.
Se concluye que la izquierda está mal parada en la
coyuntura, porque ayudo a ganar a un traicionero, y no ha sabido, o no ha
podido, apropiarse con fuerza del programa por el que votó la gente ni
asociarse con loas movimientos sociales y los votantes que se van alejando de
Humala; después de la revocatoria que no hubo, no ha sabido meterle punche a
Lima y no ha percibido con claridad que la consigna “Lima no puede parar”, que
salvó a la alcaldesa, se convertía inmediatamente en “Lima no debe retroceder”,
ante las ambiciones de Castañeda. En Cajamarca es peor, porque la izquierda no
ha logrado hasta este momento una candidatura común que simbolice la
continuidad de la lucha en la nueva situación, y más parece que los pequeños
grupos quisieran disputar en primer lugar quién es el más importante de ellos.
Y a todo esto, ¿qué hay con el Frente Amplio?
Lamentablemente lo poco que se puede decir es que muchos de sus miembros actúan
como si fuera suficiente haber dado el paso de firmar un acuerdo unitario y
establecido alguna forma de dirección que emite pronunciamientos de vez en
cuando, y que a veces suscita comunicados paralelos de alguno de los partidos
que no se siente reflejado. Pero el tema es saber: ¿qué es lo quiere la
izquierda?, ¿percibe lo que significaría ser barridos en Lima y Cajamarca, y no
ganar, o ganar confusamente, en otros lugares?, ¿están esperando octubre para
ver como pesa cada partido?, ¿tiene la izquierda un plan hacia el 2016, más
allá de la fórmula elegir a los candidatos en comicios internos, y tratar de
captarlos votos que no quieren a la derecha extrema?, ¿dónde está la campaña
para mandar a la cárcel a García y todos los corruptos, dónde el folleto que
explica la gestión castañedista, es posible olvidar quién fue Absalón V
ásquez?,
¿a quién le toca decirlo?
Digámoslo de esta otra manera: ¿está reaccionando la
izquierda ante la operación derechista de expulsarla del escenario electoral y
encajonar a los peruanos en opciones que sólo representan más neoliberalismo y
represión a la resistencia social?, ¿está convocando al 31% de la Gran
Transformación a reagruparse?, ¿está planteando el eje de la disputa en una
nueva economía diversificada y distributiva, en una democracia bajo control
social, en una limpieza radical del Estado para eliminar la corrupción; en
contraste con la oferta de economía de banqueros y transnacionales, que condena
a la mayoría a la informalidad y bajos salarios, el poder mentiroso que arregla
los asuntos de espaldas al país y reprime a los pobres, y la corrupción que
siempre tiene escapatoria?
¿Ha visto alguien algo de esto? Yo no, hasta ahora.
26.04.14
Publicado en Hildebrandt en sus Trece
5 comentarios:
Nada de “anónimo”, soy Ambrosio.
A don Raúl no le queda más remedio que preguntarse: “¿qué es lo quiere la izquierda?” La respuesta es que la izquierda “no sabe los que quiere” porque no es peruanista, ni progresista, ni socialdemócrata: es revolucionaria; continúa liderada por marxistas leninistas soberbios y vanidosos, cuyo modelo país es Cuba.
Mientras para los peruanos las referencias son Estados Unidos (país donde viven más peruanos fuera del Perú), y Europa occidental. La Izquierda peruana odia a Estados Unidos y Europa occidental por “neoliberales”. Y la izquierda peruana, en el Perú, vive despreciando a los peruanos. Para ellos los peruanos somos vulgares, “mafiosos”, desordenados.
Por supuesto que -las veces en la que de refilón la Izquierda gana elecciones- el resultado es que lo hacen muy mal porque (a) no tienen preparación, (b) no tienen idea cómo funciona la economía, (c) odian a los emprendedores, (d) son ineptos gestores, susceptibles a corruptelas como las de la familia del Toledo, siempre (sus dirigentes) dispuestos repartirse medallas.
Se portaron pésimo en Cajamarca; mintieron, el tema entre el “oro y el agua” fue una mentira como la los platillos voladores. Goyo Santos y el cura Arana son rabiosamente envidiosos, hipócritas, anticapitalistas, fascistas dispuestos a usar grupos de choque (ronderos golpeado putas), y a niños en como activistas. En Cajamarca mostraron lo paupérrimo, pobre y desesperado que dejarían el Perú si alguno este par (Goyo y Arana) llega al poder. El electorado por supuesto que ha tomado nota.
Lo del “Frente Amplio” es otra pose, un nuevo maquillaje, empezando por el nombre, porque no es un “frente” ni es “amplio”.
La Izquierda peruana es como aquel cuento de argentinos. ¿Cuál es el mejor negocio posible en el mundo? Pues, comprar uno de la izquierda peruana por lo que vale, y venderlo por lo que él cree que es su valor.
Ambrosio
¿Este Ambrosio es de Bangla Desh? porque peruano no es.
¿Este Ambrosio es de Bangla Desh? porque peruano no es.
Don Raúl, creo que la pregunta implica muchas respuestas de diversa índole:
- Carece de medios de propaganda efectivos;
- No tiene un grupo de intelectuales que sea el puente entre los nuevos actores sociales y las organizaciones políticas (intelectuales que no se vendan por un sencillo a las consultorías privadas),
- Que deje de ser endogámica, mesiánica y hasta gerontocrática, con todo el respeto que puedan merecer los viejos líderes.
- Que complemente el trabajo político con un grupo de técnicos de primer nivel.
Y me quedo corto.
Lamentablemente con la izquierda pasa lo de siempre: son cuatro gatos y se pelean entre ellos,cuando ganan una elección se creen muy importantes, la soberbia les gana y ningunean a sus aliados(Fuerza Social participando sola en las presidenciales de 2011 y luego perdiendo la inscripcion o Goyo Santoa recolectando firmas creyéndose "presidenciable"son ejemplos de ello).
EL Frente Amplio en lugar de ser "el gran partido de izquierda donde esten todas las tendencias" es solo un arrejuntamiento de microscópicos partidos que imprimen Periodicos como Mi Bandera y otros, que nadie lee.
Si el Frente Amplio quiere ser la agrupación de izquierda que IU no fue, deberia dejar de lado los caudillismos tan nefastos del pasado y trabajar unidos por la victoria.
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