La empresa Orión recorre la ciudad de Lima con sus carros
dedicados a pelearse los pasajeros, provocando accidentes emblemáticos y
asegurando a toda voz que a ellos no les llegará la reforma que impulsa el
Municipio de Lima, porque las once rutas que utiliza se las concedió el Callao
y por tanto no estarían bajo la jurisdicción de la alcaldesa Susana Villarán.
Orión tiene afiliadas 2,200 unidades, y casi todas ellas
pagan cada día un derecho de uso de rutas de 50 soles al titular de las mismas,
el señor José López que recibe por este concepto una cifra diaria de 100 mil
soles o un poco más. Aunque parezca sin sentido, la empresa que dice ser
chalaca tiene su estación principal en el distrito de Villa El Salvador, a
mucha distancia de nuestro primer puerto.
En el proceso de licitación de los nuevos corredores
complementarios y rutas abastecedoras que acaba de concluir y entrará en
vigencia los siguientes meses, se invitó a todas las empresas de transporte
urbano que trabajan en Lima a presentarse para obtener concesiones en los
futuros recorridos. Algunas, como Orión, rechazaron la invitación y anunciaron
su abierta rebeldía a la disposición municipal.
Lo que están resistiendo es, en verdad, la renovación del
parque automotor; el sistema de cobranza con tarjetas y pago del servicio con
caja única que elimina la competencia por conseguir más pasajeros que crean las
correteaderas; la racionalización de las rutas; el pago de salarios, seguro
social y fondo de pensiones para los choferes; etc.
Y lo principal: tratan de preservar el mecanismo mafioso por
el cual se acaparan derechos de ruta para obligar a los choferes a
sobreexplotarse repartiendo el ingreso del día entre este concepto, más el pago
al dueño de la máquina, los cobradores, el mantenimiento y sus propias
necesidades personales. Un estrés infernal que se traduce en la imagen de
energúmenos de muchos de ellos.
Estamos a punto de una colisión entre el viejo sistema y la
propuesta ordenadora de la Municipalidad. Pero justamente allí, empiezan a
aparecer señales de que la cosa se viene fea y que los que deberían ayudar al
cambio que requiere la ciudad, están volviendo a actuar en función de sus
intereses políticos, como lo hicieron en el caso de La Parada.
Basta ver el titular del Correo del jueves que pretende
introducir la idea de una Municipalidad concesiva con Orión, justo cuando
estamos ante un enfrentamiento abierto, abusando de la desinformación y
utilizando documentos de lo que fueron los procesos de negociación de hace dos
años para que todas las empresas entraran a la reforma que se estaba
preparando.
De alguna manera lo que hace la Municipalidad del Callao de
sancionar a destiempo a Orión, que bien que ha aceptado el “castigo”, trata de
salvar su responsabilidad y asegurar que ellos “controlan” a su engreída. Así
estamos. Primero las mafias, antes que Villarán.
26.04.14
9 comentarios:
Lo dice al final: “Primero las mafias, antes que Villarán”; es, pare él, un problema de “orden” y “poder”. Sólo le falta tratar de vender que esto no pasa en los países en los que la Izquierda gobierna. En Cuba y Venezuela, por ejemplo, el transporte colectivo es una maravilla… Don Raúl cree nociones como repartir “el ingreso del día…, más el pago al dueño de la máquina, los cobradores, el mantenimiento y sus propias necesidades personales” no son relevantes, ni importantes porque que estresa a los choferes. Nada. Esto demuestra que la economía es materia (permanentemente) pendiente en Raúl.
Para don Raúl, una economía basada en el lucro es una anatema. Lo que hay que es poner “orden” como un patrón en una Hacienda algodonera en los 30; establecer una “racionalización de las rutas; el pago de salarios, seguro social y fondo de pensiones para los choferes; etc.” Obviamente Raúl cree que nadie gana salarios en Orión, y que la solución es poner al Estado a cargo, y a los sindicatos al timón (las mafias que a él le gustan), los limeños llegarán mejor en buses climatizados con servicio Wi-Fi.
Aquí nuevamente los insultos. Los peruanos somos mafiosos. Sólo la Izquierda nos salvará de ser cochinos y desordenados con “orden” a cargo de sus amigotes.
Orión es todo lo que quieran de caótico. Pero todos los días funciona libremente, transporta a miles entre Lima y Callao, a un precio de mercado, el que sus clientes pueden pagar. Orión es también un lugar en el que descarnadamente se muestran nuestros males nacionales. Desorden, improvisación, caos, desprecio a las reglas, e impunidad ante el Poder Judicial. El trujillano de 22 abriles, Jean Pierre Romero es un ejemplo; con S/. 35,000 en multas en un año. La combi/Orión, que mal que bien lleva limeños entre Lima y Callao.
El inconveniente no se encuentra en las calles de Lima, o en las leyes o las autoridades, no. Por si don Raúl no lo sabe, leyes y autoridades tenemos para regalar en el Perú, demasiadas y contradictorias, paralizantes. El problema radica en nuestra mentalidad, reaccionamos caóticamente enfrentados a la rapacidad del Estado y la arbitrariedad de sus leyes. Nuestra solución es supervivencia chicha, por lo bajo, informalmente, protegiéndonos de impuestos y leyes arbitrarias.
Salió el Ambrosio a defender a Orión, ya sabemos quien te paga oe.
El ordenamiento del Transporte público en Lima es fundamental y urgente, no podemos seguir arriesgando nuestra vida cada vez que tomamos una combi o custer, de esto puede darse cuenta cualquiera con dos dedos de frente, excepto el austriaco de la carabina.
Al anónimo defensor de Orión habría que recordarle que su amada libertad de empresa no existe en el sector del transporte urbano, en "paraísos" del capitalismo como Canadá y EEUU. En Toronto, por ejemplo, existe una sola empresa, la CTT, que gestiona todas las rutas y modalidades de transporte urbano (buses, tranvías, subterráneos, trolebuses) en forma racional y óptima, porque no se superponen rutas y el pasajero se ve favorecido con el sistema de "transfer" con el que puede hacer 2 viajes con tarifa reducida, o con tarjeta de renovación mensual que le sale más barato que estar comprando día por día su boleto. Esto, por supuesto, sólo es posible cuando hay un solo gestor de rutas en la ciudad, el cual no necesariamente tiene que ser el Estado. Puede ser una empresa privada a la que se le otorgue la concesión, pero no para que haga lo que le da la gana, sino para que cumpla el sistema de rutas, horarios y modalidad de trabajo, planificado por la Municipalidad. Este el caso de Toronto o, más cerca, de Curitiba, en Brasil. Todo esto no cabe en la mente de los ultraliberales, que sueñan con el "mundo mágico" de libre mercado de Delgado Aparicio, Vargas Llosa y seres similares.
Nada de "anónimo", soy Ambrosio, y el autor del primer comentario.
Para Juan Cavero.
Ya sé, no me lo digas. Los progres no pararán hasta tener un "burócrata" (único gestor) en cada casa, el que "gobernará" las veces que se lavan los dientes, besas a tu mujer, qué comen y a qué hora apagan la luz. Y por supuesto no tocas el tema del transporte colectivo aéreo (en USA), o la distribución de alimentos, tiendas, todas en manos privadas, las que No están en manos de un "único gestor" y funcionan maravillosamente bien.
Yo no defiendo Orión, Juan. Hago ver que esa organización no le cuesta a los limeños, por el contrario cotiza y paga. En cambio una empresa "única gestora" nos costaría a todos, estaría gestada por los "recomendados" de siempre, y en manos de una mafia sindical.
Ambrosio
Para el anónimo que me alude: cobarde, identifícate. Mientras te mantengas en el anonimato, tu opinión no vale más que un papel higiénico usado, en el fondo de un tacho de basura.
Qué poco sensato el primer comentario. Después de 24 años de liberalización del transporte con caóticas consecuencias, se opone al orden. Desprestigiado por su nulo criterio y su absurda y obsesiva virulencia, invito a no opinar sobre los comentarios de Ambrosio. Le hacen el juego de desviar la atención y deformar las opiniones de don Raúl.
Alberto
Totalmente de acuerdo con la opinión de Alberto. Los galimatías de Ambrosio deben considerarse como Spam, pero es que a veces tanta estupidez invita a hacer escarnio de este liberalismo salvaje, enfatizando el adjetivo que es lo que alaba el susodicho en su panegírico del caos vehicular.
"Yo no defiendo Orión, Juan. Hago ver que esa organización no le cuesta a los limeños, por el contrario cotiza y paga. En cambio una empresa "única gestora" nos costaría a todos, estaría gestada por los "recomendados" de siempre, y en manos de una mafia sindical".
¿Que Orion no nos cuesta a los limeños? ¿Pero que estúpido hace este tipo de análisis costo-beneficio? ¿Qué cotiza Orion, en bolsa? ¿Paga impuestos de todo lo que realmente debería pagar? ¿Garantiza derechos laborales o es que para los liberales eso es un costo a no tener en cuenta? ¿No es un costo la seguridad vial, incluyendo accidentes? Prefiero mil vesces un Metropolitano con todos sus defectos donde viajo seguro y que se que paga con mis impuestos a este tipo de empresas salvajes, propios de un capitalismo y liberalismo (de) salvajes.
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