El diario cabeza de la concentración tituló hace unos días
que el 65% de la empresas del país son informales y el 68.6% de la fuerza
laboral se emplea en actividades de este tipo. Los datos son del Banco Mundial
y la OIT y han sido editorializados en la edición del domingo, donde los
neoliberales que escriben la línea a los Miró Quesada, explican el contraste
obvio entre lo que ellos llaman el “prodigioso crecimiento y todo lo avanzado
en los últimos años” y la abrumadora informalización de la economía,
recurriendo a una frase de Basadre que decía allá por los años 40 que el Perú
legal camina divorciado del Perú real.
Forzando al tacneño, los editorialistas de El Comercio
subrayan que de lo que se trata es que hay un país pequeño que cumple la ley y
otro enorme que vive al margen de ella. Pero mientras Basadre imputa esta
relación al sistema político y económico, los chicos del decano la explican por
las normas. Así se evitan reflexionar como un “prodigioso crecimiento” como el
que aluden no es suficiente motivo para dos tercios de las empresas no tengan
interés o posibilidad de sumarse a él, y para que la única esperanza para que
los empleos se formalicen es que el salario mínimo se reduzca (para ajustarse a
la “realidad”) o desaparezca, lo que significa que los salarios más bajos sigan
en su actual situación pero legalizada.
En otras palabras que si los formales no ingresan al sistema
es porque los que están dentro pagan muchos impuestos, se tienen que sujetar a
numerosas regulaciones, tienen que pagar salarios por encima del mínimo de 750
soles y cubrir costos laborales odiosos como las CTS, seguridad social,
pensiones y otros. Si les quitamos a los formales actuales estas obligaciones o
se las reducimos, incluidas la gran empresa, entonces los informales verán que
pueden registrarse casi como están. ¿Qué tiene todo eso de prodigioso? Muy
simple, una economía “formal” de bajos impuestos (que supuestamente ahora
cobrará menos a mucho mayor número de registrados), mínimos controles estatales
y que habrá conseguido una vez más abaratar el precio del trabajo.
Por supuesto que un país así seguirá produciendo minerales,
harina de pescado, productos agroindustriales sin elaborar y algunos textiles,
con una limitadísima captación de empleo en el sector moderno y dinámico, pero
pagará menos impuestos (de ahí la queja sobre las obligaciones sobre la renta
de las empresa) y tendrá menos controles (por eso el editorial termina hablando
de las regulaciones que afectan la gran inversión). Es decir en El Comercio
quieren una ley que haga formal a cualquiera, como tapadera para que el “país pequeño” siga
existiendo y aumente sus rendimientos y su “libertad” de operar. Mientras tanto
seguirá habiendo un país de pobres, de empresas improductivas, de trabajadores
sin posibilidad de progresar, de
programas de ayuda, que seguirá mirando los prodigios del gran capital.
08.04.14
6 comentarios:
Nada de “anónimo”. Soy Ambrosio.
Obviamente es imposible para un marxista leninista entender las ventajas de la economía libre, el impulso arrollador en la creación de empleo que logra leyes simples, bajos impuestos, estado de derecho y del debido proceso. Para don Raúl, quien odia la libertad económica, todas las empresas deberían estar en poder del Estado, conducido por sus amigotes, no faltaba más.
Muy simple, Raúl.
(1) Mira a Corea de sur y compárala con Corea del Norte. En la del sur los impuestos son bajos, hay libertad laboral, en la del Norte (gobiernan tus amigotes) los impuestos son el 100%, y no existe libertad laboral; la se Sur es rica, la del Norte vive cerca de la desesperación.
(2) Mira Miami y La habana. Los separa 370 kilómetros. En Miami el impuesto a la venta es 7%, en La Habana 100%. En Miami hay libertad laboral, estado de derecho y bajos impuestos. En La Habana todo lo contrario. ¿Crees que los de Miami se suben a balsas para llegar a La Habana?
(3) Mira a Hong Kong y la China de Mao. Hong Kong, la colonia de Inglaterra era un puerto libre. La China de Mao odiaba la libertad. ¿Cuál pedazo de China está siguiendo el ejemplo del otro?
La fuerza creadora del capitalismo es tan grande que, es capaz de crear espacios y riqueza a pesar de las leyes intervencionistas y altos impuestos. Precisamente el caso de la informalidad peruana. Los informales, benditos sean, dan empleo a millones, se la juegan en una economía vibrante, a pesar, luchando contra la opresión del Estado con sus impuestos. ¿Cómo lograr que se incorporen? Creando un espacio por el cual sea mejor ser formal que informal. O sea, libertad laboral y menos impuestos.
Atentamente,
Ambrosio
El neoliberalismo no funciona en el Perú ni en ningún parte por una sola razón: la ambición humana es ilimitada. En un sistema de libre mercado habrá muchos que jamas se detendrán en su carrera de tener mas, y cada vez mas y mas. Para lo cual arrasaran y aplastaran a todo lo que se ponga delante usando por ejemplo argumentos como el del comentarista que me antecede. En este sistema debe haber POCOS vendedores y MUCHOS compradores. O también es un sistema donde para que unos cuantos sean Ricos y cada vez mas Ricos, debe NECESARIAMENTE haber muchos pobres y cada vez mas pobres. Cualquier alteración a esta ecuación es considerada una visión ANTISISTEMA.
Nada de Ambrosio. Soy Troll. Me pagan para atacar a quien se oponga a mi Amo. Por eso siempre voy ALAN carga como un Búfalo.
Para el Anónimo abril 08, 2014 6:34 p. m.
Lo que no funciona es el socialismo. Fracasó en la URRS, China de Mao, Corea del Norte, Cuba, Venezuela.
Eres un demagogo, niegas la libertad, la odias como don Raúl. No se qué es el "neoliberlismo", no creo que tú sepas lo que es tampoco.
Soy Ambrosio.
El neoliberalismo solo produce la ilusión de bienestar con sus préstamos bancarios y su dinero plástico, pero cuando se produce una crisis como en Europa lo primero que hacen es recortar gastos en salud y educación como en Grecia y España, donde el 50% de los jóvenes no tiene trabajo.
El socialismo es un fracaso, conducido por estafadores totalitarios mentirosos, promotores de la envidia.
Ambrosio
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