Augusto Álvarez Rodrich ha querido animar un debate acerca
de lo que podría haber querido significar un comentario de la revista inglesa
The Economist, sobre la falta de liderazgo de Ollanta Humala, que explicaría muchos de los
problemas del gobierno. Tratando de ser equilibrado, ha llegado a decir que la
carencia se repite en la oposición, y que no hay un opositor digno de ese
nombre en el país, a pesar de lo que digan las encuestas.
Asumiendo, como si fuera una premisa, que frente a una
política tan deplorable que no insinúa alternativas, la economía habría estado
yendo mucho mejor de lo que se habría esperado, Álvarez se pregunta si es
posible a largo plazo esta convivencia entre “mala política” y “buena
economía”, que es casi como interrogarse si se mantendrá la alianza pragmática
que viene desde Fujimori, de los gobernantes con la tecnocracia económica cada
vez más poderosa, que tendría que contemplar impasible como los líos
politiqueros amenazan constantemente con quemarles el pastel.
Alguien como Kuczynski, que se deja palpar los genitales
para ganar votos, y que ha demostrado que puede ponerse al frente del mayor
sancochado o repartija de la política criolla, podría decir que estaría
fácilmente en condiciones de asegurar que la economía de las grandes
inversiones y de la extracción de recursos naturales, que ha sido la base del
celebrado crecimiento de estos años, no sólo no sería tocada como ha pasado
durante 20 años, sino que pasaría directamente al mando. ¿Y eso mejoraría la
política peruana?
Quiero decirlo lo más claro posible: la buena economía de
las privatizaciones de los 90, iba de la mano con una estructura dictatorial
del poder, que permitía el control social y el manejo de las masas, y que por
su carácter hermético facilitaba la hipercorrupción de esos años; la buena
economía de los 2,000, construyó la sociedad entre el gobierno frívolo de
Toledo en el que PPK tomaba las decisiones económicas; y la nueva gran
corrupción de Alan García, que se dedicaba a recibir empresarios en Palacio y
repartir entre ellos el dinero del Estado. La buena economía, doblegó a Humala
y lo hizo abandonar su programa y su
equipo de gobierno, imponiéndole la tecnocracia, que coexiste de lo más bien
con la falta de liderazgo del presidente, los arrebatos de su mujer y los
indicios de corrupción que van apareciendo por diversas partes.
En otras palabras, la “buena economía”, es en gran medida la
responsable de que la política se haya vaciado de contenido y de ideales, y que
los líderes de los partidos estén mirando el poder como un botín, del que
además salen los fondos para sus siguientes campañas. Todos quieren que los
tecnócratas ganen muy bien, que hagan lo que les da la gana con los recursos
públicos y se vuelvan la sombra de los presidentes. Pero fuera de ese trato, la
política es una trompeadera general por alcabnzar y retener el poder, para que el Perú no cambie.
23.04.14
7 comentarios:
No soy “anónimo”, soy Ambrosio.
Estos señoritos de la prensa, con egos colosales como Augusto Álvarez Rodrich y Raúl Alfredo Wiener Fresco, hoy dueños del megáfono son parasitarios, arrogantes y bastante bobos: Hablan porque tienen boca, como dicen en Lima.
Ni AAA, ni don Raúl tienen idea lo qué es lidiar con planillas, pagar a la SUNAT, pedir préstamos bancarios, proyectar la empresa a nuevos mercados. Y tienen el cuajo de hablar de “economía” buena, política “mala”.
Obviamente el Perú continúa creciendo económicamente en una región en la que ocurre los contrario, millones han salido de la pobreza extrema gracias, no al Gobierno, o a las “políticas” buenas o malas para AAA o Wiener, sino porque la empresa privada. Ocurrió gracias a un empresario, a que un emprendedor creó un puesto de trabajo. ¿Es suficiente? No. ¿Se puede mejorar? Sí. ¿Cómo? Liberando la economía de tramitología como lo hizo China, fortificando la imparcialidad de poder judicial, fortaleciendo la propiedad privada. Mira Raúl. ¿Por qué sigues odiando la libertad económica? El Perú no avanza más, disminuyendo la pobreza creando mayor riqueza, debido al Gobierno obstruccioncita gestionado por burócratas desalmados se lo impide.
Mira Raúl. Bien fácil. Si la vida económica de un país es un partido de fútbol, la sociedad civil somos los 22 jugadores, y el Gobierno es sólo es el árbitro, el mal menor, ideal si pudiésemos prescindir de él. El partido será bueno si árbitro no se le nota. ¿Captas? No lo creo. Para ti el árbitro (el Gobierno) debe decidir quién gana, meter goles. En tu modelo país, el Gobierno debe ser el dueño de todo, como en Cuba, Norcorea, y la URRS, con tus amigotes a cargo, no faltaba más. Te quejas de la “concentración”, sin embrago en tu modelo país, el Gobierno sería el dueño de todos los medios, contigo (o tus amigotes) a cargo, no faltaba más.
Pésimo tu mal ojo con PPK. Innecesario lo de “Kuczynski, que se deja palpar los genitales para ganar votos”. Mientes.
Ambrosio.
Qué capricho comparar la vida económica de un país con un partido de fútbol y decir que el árbitro (estado) es el mal menor e ideal prescindir de él. Ingénuo pues los jugadores (agentes económicos) estarian violando las reglas de no haber control. Y de eso se trata el artículo de Raúl, de cómo la "buena economía" sirve como vehículo para el aprovechamiento, de cómo el estado ha sido secuestrado por mafias que tienen a los tecnócratas a su servicio. "No importa que roben, pero que haga" es la premisa que subyace a los embelesados con un entretenido partido de fútbol ya arreglado. Los pepekausas sí que saben jugar con sus bolas.
Roberto
A Roberto de Ambrosio.
En Cuba y Venezuela hay más corrupción que en el Perú, ambos dentro el proyecto país de don Raúl.
Siempre habrá marxistas leninistas que quieran robarse el país entero como en Cuba. Siempre habrá ladrones en la burocracia, empresarios pillos que "rompan manos". O políticos corruptos que escriban leyes para beneficiar a sus familias.
Y siempre tendremos mejores oportunidades de vivir y progresar si hay libertad económica, mínimo de tramitología, en estado de derecho y del proceso debido con la propiedad protegida.
Ambrosio
Ambrosio, como escribes, siempre habrá gente que se quiera aprovechar del estado, y eso no tiene tinte político. Pero tienes que admitir que en el Perú la izquierda no robó nada. Lo ha hecho la derecha en el poder y quienes se plegaron a ésta. La corrupción se da en la concentración de poder. Desde hace 20 años que la tecnocracia lo tiene. La "puerta giratoria" es su mecanismo y PPK su máximo exponente. Si quieres dar ejemplos de políticos que benefician a su familia, allí está Raúl Diez Canseco; notable la diferencia con Javier.
Roberto
A Roberto de Ambrosio.
Los políticos de izquierda roban más que los de centro y derecha; llegan a los cargos públicos conb apetitos y frustraciones enormes. Mira a Chelade, Goyo Santos, Ancash. Con el agravante que, con su proyecto país, planean robarse el país entero, cada empresa nacionalizara, ponerse ellos al mando. Así lo han realizado en Cuba y Venezuela.
Mejor dejar que la libertad económica funciones, como en Occidente, China, Singapur, Japón. ¿Por qué optar por un modelo país -como el cubano y venezolano- que crea pobreza en manos de una oligarquía comunista totalitaria?
Ambrosio
Parece que al austriaco de la carabina no solo no le gustan los rojos y los rosados sino también los caviares de derecha como AAR,quiere capitalismo a lo bestia, sin reglas controles ni nada. tipo combis de la muerte (Orión debe ser su ejemplo de "Emprendedurismo criollo").
Ambrosio confirmando su idiotez:
"Los políticos de izquierda roban más que los de centro y derecha ... Mira a Chelade, Goyo Santos, Ancash".
¿Chehade de izquierda, acaso tiene acceso a recursos públicos para robar? ¿Ancash, quién es?
"Mejor dejar que la libertad económica funciones, como en Occidente, China"
¿China garantiza la libertad económica cuando la mitad de sus empresas son estatales?
"Los políticos de izquierda roban más que los de centro y derecha". Ah ya, la derecha roba menos.
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