viernes, septiembre 21, 2012

Las manos del MEF en ESSALUD

Un titular de la prensa de derecha de ayer jueves, que informa sobre la renuncia de Álvaro Vidal a la Jefatura de Essalud agrega un sobretítulo “Sindicalista no era para el cargo”. Lo más curioso es que ese mismo día por la mañana algunos sindicalistas del gremio médico y de trabajadores de la institución coincidían en que el Dr. Vidal no era la persona para la presidencia de Essalud y uno de ellos mencionaba en la baraja de nombres alternativos a Luis Castañeda Lossio, famoso entre otras cosas por haber despedido miles de trabajadores de la Seguridad Social.

Por su parte LA PRIMERA anota que la salida del presidente ejecutivo de Essalud significa que “FONAFE toma control total”, lo que es equivalente a decir que Luis Castilla (la tercera persona más poderosa del país según la elites entrevistadas por IPSOS-APOYO) se hizo finalmente de la organización más grande del país y usó una vez más de punta de lanza al ministro de Trabajo José Villena, que a pesar de la voz aflautada que se maneja ha demostrado ser un paciente demoledor de autonomías y pluralidades en los principales cargos del Estado.

Que hay una razón válida en los reclamos económicos de los profesionales de salud, postergados y maltratados por sucesivos gobiernos, es algo que no puede discutirse (como tampoco cabe hacerlo en el caso de los profesores) y es posible que a Vidal le haya faltado fuerza para contrarrestar el juego de presiones en que estaba atrapado desde un inicio por las opciones tomadas por el presidente Humala, pero de ahí a que los dirigentes no tenga una mirada de lo que puede estar por venirse hay una considerable distancia.

En el caso de los médicos del ministerio de Salud, por ejemplo, hemos escuchado agitar para que PPK sea aceptado como mediador en el conflicto lo que indica un inmediatismo económico sorprendente y una gruesa pérdida de perspectiva. Porque habrá que rogar para que no llegue finalmente el momento de comparar la gestión solitaria y esforzada de Vidal con el de la consolidación del dominio total de las instancias de poder por la tecnocracia neoliberal que sigue paso a paso imponiendo su control sobre el Estado. Obviamente un sindicalista convertido en autoridad, como era el caso de Álvaro Vidal, va a tener que adaptarse a su nuevo terreno de actuación pública. Es una ley de la vida. Pero eso de extrañar a Castañeda, Chirinos, Gutiérrez y a la administración aprista de Barrios y Ortega, con la que estuvo vinculado el actual secretario general del sindicato de médicos de Essalud, el Dr. Vinces, es como olvidar en donde nacieron los actuales problemas que el buen Álvaro intentaba solucionar.

En lo estrictamente personal debo decir que guardo el más profundo agradecimiento a Álvaro Vidal y su equipo que me dieron las mejores muestras de solidaridad durante mi largo internamiento en el Hospital Rebagliati entre julio y agosto de este año. Hay pues un sentimiento subjetivo en la manera como percibo el desenlace de la crisis que comenzó con la huelga médica y que ha servido para abrirle la puerta de salida al presidente de la institución. Pero, al margen de ello, estoy seguro que Vidal se va limpio de corrupción y con sus convicciones en alto. Pocos pueden decir eso.

21.09.12
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

La salida de Vidal de Essalud deja 2 triunfadores: Sinamssop y Castilla. Sinamssop, cuya dirigencia aprista está feliz porque no se investigarán las trapacerías de García en Essalud, durante su período presidencial. Castilla, contento porque la llamada "reorganización" de Essalud, se hará a la medida de Confiep. A esto apunta la designación de la fujimorista Baffigo como nueva presidenta ejecutiva de Essalud. La "reorganización" consistirá en una unificación, a la mala, de Essalud con el Minsa. Al final se hará un reparto de la pobreza, ya que el Estado no aportaría mayormente para dar una cobertura adecuada de salud a la población que actualmente accede al Minsa, y que no está en la economía formal. Como resultado, bajará el nivel de calidad de atención, tanto para los actuales asegurados, como para los que se incorporen, pero eso no le importa mayormente a Castilla, a quien sólo le interesa que el Estado gaste lo menos posible en atender las necesidades de la gente.