domingo, enero 08, 2012

Valdés y el buen gobierno

Valdés escucha pragmatismo y cree tener todas las definiciones. Lo contrario seguramente es experimentación y globo de ensayo que fueron lapidados en su discurso leído ante el Congreso. Lógicamente, una idea tan profunda, puede llevar a cualquiera a declaraciones como las de ayer cuando en RPP respondió a la pregunta de Aljovín, sobre si el pragmatismo lo emparentaba con el régimen de los 90, afirmando que el gobierno 90-95 había sido un buen gobierno, más o menos como lo debe sentir íntimamente la propia entrevistadora que estuvo asociada muchos años al fujimorismo.

Claro que al salir, el primer ministro de Ollanta, debe haber medido el tamaño de su audacia y ante la pregunta de los periodistas hizo precisiones que podrían calificarlo para algún tratamiento especial: (1) que el gobierno de Fujimori fue “bueno”, si le sacamos de lado el golpe de Estado, que como se sabe ocurrió al comienzo del segundo año y marcó los ocho siguientes, y tiene efectos hasta el día de hoy; (2) que lo verdaderamente “bueno” fue la economía práctica, esa que construyó el poder transnacional y financiero que hoy impera en el Perú, generó una brutal desigualdad en la distribución del ingreso y excluyó a millones de personas obligándolas a la sobrevivencia más precaria, sin contar la corrupción y los contratos antinacionales.

Ollanta que se levantó en el 2000 contra Fujimori, que calificó de delincuencial el orden político de los 90, que propuso una economía nacional en contraposición a la desnacionalización radical establecida por el fujimorismo, y que derrotó a la candidata del regreso a los 90 con el voto prestado del antifujimorismo, es también el responsable de haber puesto a Valdés a la cabeza de su segundo gabinete y de hacer callar a los demás ministros para que la voz del poder se exprese solamente a través de su antiguo instructor militar. Y parece que don Oscar a duras penas se está haciendo un pensamiento tratando de entender que es lo que quiere realmente el presidente que un día lo encontró en un aeropuerto y lo invitó a subirse al gobierno.

Aplicando una lógica que parece propia, el premier de Conga ha hecho su mejor síntesis: si Castilla es a Bologna, porque expresan la misma “economía práctica”, Humala es a Fujimori porque hacen buenos gobiernos pragmáticos. Y si Fujimori tuvo una paz social basada en policía y fuerzas armadas, desconociendo a las organizaciones sociales, Humala-Valdés pueden tener lo mismo, desconociendo los frentes y movimientos sociales por “no haber sido elegidos”, y desarrollando el método de o firman o me voy, que ha sido patentado por el exmilitar tacneño, a lo que sigue el estado de emergencia en defensa del “Estado de derecho”, es decir de Yanacocha.

La temeridad de Valdés es tan grande que es difícil creer que sus palabras en RPP hayan sido una provocación consciente a su presidente, para sacarlo de las ambigüedades y asociarlo al fujimorismo como antes hizo Alan García. El ministro Valdés no parece hecho para algo más allá de sabotear a su propio primer ministro y empujar a Cajamarca a la confrontación total. Entonces, ¿qué hace hablando de la “ideología pragmática”, según la cual lo que vale es lo que funciona? Si las luchas sociales que el nacionalismo apoyaba los últimos cinco años, son desórdenes indeseables para los buenos gobiernos; si los cambios reclamados por el país son “experimentos”; si lo único que necesitamos son inversiones y orden, y un gobierno gastando en programas sociales; ¿cómo no se va a concluir que el modelo está en los años 90? Es decir queriendo ser pragmático, se concluye en pura ideología, como es creer que en el Perú sólo se puede gobernar como lo hacía el “chino” de la Diroes, y que lo demás es experimento.

Pobre Ollanta si para eso ganó las elecciones.

08.01.12
http://www.rwiener.blogspot.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ud recuerda a Alfonzo Barrantes Lingan, su forma de ser y de vestir sensillo, con sus zapatos que tenian miles de lustradas, igual Haya de la Torre,vivian austeramente porque sabian de las debilidades que trae la fama y el poder; uds construyeron un candidato equivocado, el ha sido encandilado por la fama,el poder y el dinero, Alan Garcia no hubiera sido presidente si el viejo Haya hubiera vivido unos años mas porque al final de sus dias Victor Raul se dio cuenta de lo inmoral como se conducia Garcia y de la vanidad narcisista que lo envolvia, Haya lo hubiera vetado pero Villanueva por ansias de triunfo no lo hizo....para esto ? igual estamos con Humala y duele porque uno se siente doblemente traicionado