domingo, enero 08, 2012

El chantaje de las demandas internacionales

Todo indica que al presidente Ollanta le vendieron dos ideas que ahora dan la impresión de haberse convertido en su nueva doctrina: (1) sus programas sociales y con ellos su credibilidad electoral dependen de que se mantenga un flujo continúo de inversiones que a su vez genere impuestos y dinero para pagar los subsidios de pobres, que es lo único de “social” que le queda al actual gobierno; (2) pero, si en vez de aprovechar las ventajas del aumento sostenido de la inversión, se le ocurre algún tipo de revisión de los contratos vigentes, para que por ejemplo se aumenten los rendimientos y los controles sobre las inversiones ya existentes, que no por casualidad son en el Perú principalmente extractivas, entonces el destino del pobre gobierno será ser enviado al CIADI, ese tribunal de controversias de inversión que siempre da la razón a los inversionistas y donde el Estado será esquilmado para que aprenda que es por su bien dejar las cosas como están.

Podría apostar quiénes fueron los que le contaron esta historia de zanahoria y palo, y especular sobre si primero lo removieron con el cuco con forma de CIADI y luego le ofrecieron el beneficio de la buena inversión, o si fue al revés. El hecho es que el paquete incluía las dos cosas y que los que hacían de ponentes de la nueva revelación tenían muchos títulos académicos para declararse expertos en economía y gran respaldo de entidades internacionales, la banca peruana y los gremios empresariales. O sea que si estaban equivocados por lo menos sería un error de expertos y no culpa del gobierno, en cambio si Humala se iba contra el mundo y se quedaba sin inversión y con una cadena de juicios sería acusado de haber echado a perder el crecimiento y la posibilidad de hacer programas sociales pro-inclusión. Así de fácil. Por lo menos así de sencillo fue convencer a quién había dicho todo lo contrario durante muchos años.

La clave para que un candidato que propugna el cambio pase a convertirse en un presidente que dice que no se puede hacer el cambio y permite a su premier condenar los “experimentos” y “globos de ensayo” y alabar las reglas que vienen del pasado, está en intimidarlo y hacerle aceptar que la realidad es mucho más poderosa que cualquier discurso. Por eso la frase “Conga va y no aceptó ultimátum de nadie” no es, en ningún sentido, una expresión de coraje, sino todo los contrario: una cruda evidencia de que el gobierno se ha rendido al sistema, sin siquiera haber intentado pelearse con él.

La experiencia No. 1

No es la primera vez que ocurren cosas así y el núcleo neoliberal que se encuentra enraizado en el Estado al punto de parecer el Estado mismo, se apodera de los nuevos gobiernos para asegurarse que nunca haya cambios. En general los electores los identifican como los traidores a su palabra, que ofrecen una cosa como candidatos y hacen otra como gobernantes, lo que abarca a personajes tan desiguales como Fujimori, Toledo o García. Pero quizás más ilustrativo sea referirse a dos experiencias latinoamericanas que se mueven mucho más cerca de los actuales reflejos del presidente Humala.

De un lado está el caso de Chile post Pinochet, que pasa a ser gobernado por la Concertación Democrática que había cuestionado duramente la política y la economía de la dictadura, pero que ni cambió el esquema institucional del régimen militar ni se movió un centímetro de la apertura neoliberal iniciada después del golpe de 1973. Preguntado alguna vez el presidente socialista Ricardo Lagos, de porqué su gobierno había concluido las negociaciones para un TLC con Estados Unidos, si hubiera podido replantear las relaciones de mercado de su país con el mundo, contestó que eso hubiera significado tener que desarmar todo el esquema y pelearse con medio mundo, con el riesgo de tener que cargar con la posibilidad de un fracaso y de terminar responsables de la destrucción de un modelo económico que para la mayoría de los chilenos había demostrado que funciona.

En el 2010, se acabó sin pena ni gloria el gobierno de la Concertación, que devolvió el poder a los herederos del pinochetismo con los que habían aceptado armar un bipartidismo para evitar el desarrollo de otras opciones políticas. La gente votó ilusamente por un cambio, porque la izquierda representada por la Concertación había encarnado el continuismo más crudo. Pero no mucho después estalló la crisis de la educación en Chile, que pone en el centro lo peor del modelo que es la desigualdad de oportunidades, que se fundó en el neoliberalismo de los 70, y se mantuvo 20 años a cargo de los administradores democristianos y socialistas de la herencia política y económica del dictador. Si las cosas económicas no van demasiado mal, es probable que Ollanta tenga que verse en el espejo de la Concertación chilena e irse como el presidente que hizo lo posible por mantener el sistema contra el que insurgió.

La experiencia No. 2

Nos remitimos a la Argentina de principios de siglo y al fin del régimen de Saúl Menen que marcó al país de la Plata con un programa de privatizaciones, apertura de mercado y forzada estabilidad monetaria, que empezó a reventar hacia el final de sus varias reelecciones. Fue ahí que llega al poder el radical Fernando de la Rúa postulando un viraje, que nunca hizo porque fue a pedir consejo am los exministros del menemismo. La crisis económica entonces se hizo social y se produjo una rebelión de las masas contra el Estado y todos el orden existente que fue tan intensa que hizo renunciar al presidente y creó una situación de poder callejero versus Estado en crisis que se prolongó casi dos años.

Ollanta puede consultar esto con Castilla que le dirá que aquí estamos blindados y no va a haber ni “corralitos” ni crisis monetaria. Pero las fortalezas neoliberales que funcionaron más o menos en el 2008-2009, van a tener que probar cuánto sirven para esta nueva etapa de la crisis. Y el gobierno puede pasar de los conflictos locales tipo Conga que lo han sacudido por dos meses sin hallar salida, al descontento general en niveles agravados por la decepción y el desengaño.

En cualquiera de los dos escenarios es difícil estimar qué tanto podrá el gobierno sostenerse en sus programas sociales y de qué le servirá haber evadido los juicios del CIADI. Después de todo son mucho más importantes los juicios de la historia. Pero vaya usted a explicarle al presidente los otros factores que no ha tomado en cuenta.

07.01.12
www.rwiener.blogspot.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como Humala ya lo repitio en varias oportunidades :"Una cosa es con guitarra ...y otra con cajon", para mi es que el nunca comprendio y sigue sin comprender las dos cosas; lo cierto es que los amos del dinero solo ven a los paises como el nuestro como una caja de recursos naturales que se extraen y se venden inclusive las empresas Brasileras que operan en el Peru son altamente Peligrosas por lo corruptas que han demostrado ser , mientras no desarrollemos ciencia y tecnologia siempre recibiremos ese trato,el viaje a Hawai con toda la familia le sirvio de lavada de cerebro ,reforzando los zuzurros constantes al oido de su afable asesor Franco-Argentino-Carioca

Anónimo dijo...

Estimado Sr Raul Wiener le recomiendo vea en Youtube el video "The Money Masters" ( "Los Amos Del Dinero" )para que tenga una idea de las trafas de los banqueros internacionales y de la telaraña de instituciones que hasta el pueblo norteamericano es victima de ellos, no se olvide que desde hace mucho tiempo hay una corriente en contra del neo liberalismo
Saludos

Anónimo dijo...

Sospescho que uno de los que le sopló al odio a Ollanta sobre lo de no pelarse con todo el mundo porque no lleva a nada ha sido Alan García. Esta es una ¿idea? central de su último ¿libro? "Contra el temor económico". Entre otras perlas el expresidente nos dice que estas cosas que le pasan al capitalismo global son "desequilibrios" de algo que se abre paso, mas no crisis; que Krugman, Stiglitz y Sachs están totalmente equivocados y que a él lo ha iluminado el Chamán del norte para arriar esa tesis.
Y cual filósofo del medioevo dice que a lo único que hay que temerle es al temor.
Y pensar que postulará el 2011 pontificando estas cosas en un mundo en crisis total.

Víctor Paredes

Juan A. Cavero G. dijo...

Señor Wiener: a las tristes experiencias que usted menciona, convendría agregar la de un país vecino, y más parecido al nuestro, que Chile o Argentina. Y es la del gobierno de Lucio Gutiérrez en Ecuador, al cual se parece, cada vez más, el de Humala.

Anónimo dijo...

Don Raúl, déjeme felicitarlo por la edición 95 del suplemento Línea del diario la Primera. El contenido estuvo bastante substancioso.
No sabia, por ejemplo, que Brasil no firma TLCs entreguistas ni se somete al chantaje del CIADI, y sin embargo es el mayor receptor de inversión extranjera de la región. Y Ecuador y Bolivia ya están en proceso de retirarse.
Esto es importante, pues hasta un simple guía turístico como yo sabe perfectamente que es el terror al CIADI y a los TLCs lo que obliga al presidente Humala a ser tan bonachón con la minera Newton en el caso Conga. Y es la constitución fujimorista del 93 la madre del cordero.
Tienen razón los dirigentes cajamarquinos cuando dicen que la solución debe ser integral. Esto no se arregla con un simple peritaje del EIA. Ni de vainas.