viernes, enero 13, 2012

Todo vuelve a ser como antes

Había una coherencia básica en el hecho que el Partido Nacionalista hubiera no sólo tenido en sus filas a muchos dirigentes cocaleros, sino logrado convertir en representantes nacionales a dos de sus lideresas más destacadas, y en el nombramiento de Ricardo Soberón para conducir la política antidrogas a través de DEVIDA. Si se quiere ha sido, hasta hoy, la decisión más audaz de un régimen con muy escasas decisiones audaces, y que ahora tiene un primer ministro que alaba abiertamente el continuismo.

No es que Soberón hubiese llegado para hacer una “revolución cocalera”, denunciar la injerencia estadounidense en el tema de la droga y en la actividad de erradicación de cocales, o que su presencia representase un rezago del programa de la Gran Transformación y que recién ahora se tuviese una dirección de este campo de la política de Estado más acorde con la Hoja de Ruta, como ha declarado uno de los “expertos” con financiamiento precisamente del país con más interés en este tema, y que parece no ha leído ni uno ni otro de los documentos a los que alude.

En realidad Ricardo no hizo ninguna cosa “radical”, salvo intentar suspender el proceso de erradicación hasta definir una política más integral, lo que desató una chilla espantosa que no se calló ni cuando el gobierno retrocedió y reinició la erradicada, afectando como suele suceder los cocales más pequeños, de los campesinos más pobres, para con ello sumar la meta de erradicación ya concordada con los Estados Unidos. Ciertamente que esto produjo grandes decepciones en la base de Humala, mientras se envalentonaban sus adversarios que exigieron de inmediato la cabeza del “atrevido” Soberón que mañana podría volver a insistir en el tema prohibido, mientras Oscar Valdés sobrevolaba las zonas cocaleras con la embajadora que andaba preocupada con el jefe de DEVIDA.

Todo eso es historia y es evidente que el nombramiento del nuevo primer ministro era un anuncio de que también en materia de política cocalera se producirían cambios de personas y políticas. Lo que no se sabía era la profundidad del cambio. Porque, dicho sea de paso, actualmente los únicos cambios en el gobierno de Ollanta son los que lo separan de los atisbos de reforma que existían en sus primeros meses. En materia de drogas el gambito de Ricardo Soberón por Carmen Masías, en otras palabras del jefe que venía de la crítica a la política meramente erradicadora sostenida por Estados Unidos; a la nueva jefatura de una exfuncionaria de la institución que trabaja en el campo de la prevención, control y rehabilitación de la personas que consumen drogas dentro del país, y que recibe apoyo también de los Estados Unidos, representa un volteretazo de 180º.

Ya sabemos que todo esto se justifica en el “pragmatismo”, pero aún el más pragmático decide con cierta lógica. Y lo que no es lógico aquí es rifarse un apoyo social significativo, cuando ya se ha perdido el apoyo de otros por evidentes decisiones erradas. Pasar del primer desconcierto producido por el reinicio de las erradicaciones, a la señal que anuncia que DEVIDA verá de lejos a la policía y la DEA ocupándose por su cuenta de los sembríos y sembradores, va a ser descorazonante entre los pueblos donde Ollanta obtuvo algunas de sus más altas votaciones.

Basta leer el libro sobre la trayectoria del ahora presidente donde explica cómo se acercó a la comprensión del problema de los cocaleros y sobre las raíces de la violencia que le mandaron a combatir como soldado, para sentir una frustración adicional con la nueva conducción de DEVIDA. No me cabe duda, además, que la opción por CEDRO, es por la represión simple y llana. Basta tener un poco de información sobre la filosofía y psicología de esta institución de la que Masías fue vicepresidenta por muchos años, para entender que esta señora, como la que ahora ocupa el despacho de la Mujer, son extirpadoras de idolatrías. Se trate del aborto o de las drogas.

13.01.12
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

SI SIGUEN CONSINTIENDO A LA DERECHA VAN A SEGUIR LLORANDO COMO MARIQUITAS. ASI DE SIMPLE