jueves, abril 28, 2011

La tendencia ganadora está del lado de Ollanta

El pedido de perdón de Keiko revela muchas más cosas que la camisa celeste de Ollanta Humala. Es verdad que ambos candidatos están obligados a ir más allá de donde llegarían normalmente para contrarrestar las corridas de rechazo y asegurar las nuevas corrientes de opinión. Pero mientras el nacionalista trata de diluir al militar y al rebelde que hay en él para suavizar su imagen, y guardar distancias con el entorno de gobiernos izquierdistas en América del Sur en aras de su independencia, la hija del prisionero de la DINOES ha debido ceder en un aspecto mucho más importante que va a la sustancia de lo que ella representa: reconocer que el fujimorismo fue un régimen que incluyó graves faltas y delitos.

Ciertamente este reconocimiento es de factura electoral y busca reducir las resistencias que la rodean. Pero la pregunta es si Keiko Fujimori o el fujimorismo como tal, pudieran ser algo sin la reivindicación del régimen de los años 90. Eso que se suele llamar el voto duro naranja que se mantuvo estable en las encuestas desde las primeras encuestas hasta el final: ¿se explicaría fuera de la memoria del gobierno de Alberto Fujimori?, ¿alguien entendería los votos de Kenji y Santiago Fujimori, fuera de esta antecedente, y la popularidad de la propia Keiko? El fujimorismo como corriente política no significa nada, salvo la supuesta energía y eficacia que el patriarca del clan familiar y político impuso a su conducción luego de ganar las elecciones, hace veinte años. Al pedir perdón Keiko Fujimori está sacrificando identidad por poder que es lo que nunc a quiso hacer su padre que vendió siempre la idea de que una vez que tomaba una decisión ya no había retroceso.

¿Cómo sostener que el Perú comienza su historia con la Constitución de 1993 (nótese que pudorosamente no fijan la fecha en el 5 de abril de 1992, sin el cual no habrían habido las leyes de bases del Estado fujimorista ni convocatoria al CCD para que elabore una nueva carta constitucional), si es que ese despertar de los tiempos está ahora obligado a disculparse ante la nación? ¿Cuántos duros fujimoristas habrán sentido que se ha concedido demasiado y que ya no hay vuelta de regreso a lo que se acaba de decir? Por supuesto que lo que uno tiende a pensar es que la candidata está simplemente mintiendo y diciéndoles a sus partidarios que se necesita de este paso para ganar o, lo que podría ser lo mismo, que es lo que le exige la derecha para ayudarla en la elección. Pero si fuera así, de todos modos, ha ido demasiado lejos con esa generalización sobre las faltas y los delitos. Eso ya quedó.

Ahora, en el resto de la elección, los que se conviertan al Fujimorismo contarán la historia de que Keiko no es igual a su papá porque ya pidió perdón, y con eso se creerán excusados, pero muchos otros dirán que es imposible elegir a la heredera de un régimen que no sólo cometió crímenes que nadie puede negar sino que hacer valer una disculpa como pasaporte para volver al poder. Como dice una reputada terapeuta, es el caso del ladrón que pide perdón para que lo dejen entrar a la casa para volver a robar. Algunos además se preguntarán si Alberto Fujimori mismo aceptó que la hija pidiera perdón por lo que él hizo y si con ese acto daba por retirada su famosa proclama de “soy inocente”, o si el caso es que los que están fuera, incluida la hija, han procedido con criterios electorales, dejando al ex presidente para que después se baje del carro de los arrepentidos.

Nuestro análisis es que el pedido de perdón de Keiko Fujimori es una admisión de derrota, un reconocimiento de que el fujimorismo no gana y una fuga hacia adelante para ver si la derecha puede armar algo diferente con su candidatura que retire el foco de atención sobre la DINOES. Pero ocurre que el acusado de cambiar de posición y de vestirse con la piel de oveja es el lobo Humala, y a pesar de la intensidad de la guerra sucia no han podido detener su tendencia al alza y a la victoria en segunda vuelta. ¿Cómo ponerle una nueva piel a la Fujimori, después de tanto apanado al centrismo blanqueador del nacionalismo?

Factores

El perdón es un recurso extremo que refleja la desesperación por una batalla que se está perdiendo. Significa además que el fujimorismo ya sólo puede valer como carta de cambio por la de Humala, bajo la lógica de que podrá imponerse si logra reducir los miedos que inspira, mientras se acrecientan los del otro lado. Y aquí un detalle interesante: la última encuesta de IPSOS Apoyo muestra por primera vez un escenario en el que Ollanta enfrenta un adversario que suscita más rechazó que él. Apréciese el dato:

Nunca votaría por él:

Keiko Fujimori: 35%
Ollanta Humala: 38%

Este dato aparentemente inocente es clave para entender que ahora los votantes de Gana Perú en el sector A sean 22% contra 42% de la Fujimori; y en el B, 34% para Humala y 37% para la Fujimori. Casi que podía decirse que estos votos por Ollanta son contra Keiko, y pueden ser los que terminen decidiendo la elección. ¿Alguien puede creer que el “perdón” modificará esta dura barrera plantada en el camino de la operación naranja?

Hay además otra manera de volver sobre el mismo punto que está decidiendo la elección y es el de establecer quién tiene ahora el voto más duro para segunda vuelta. Esto se expresa e4n la siguiente pregunta:

No variará su voto de aquí a la elección:

Ollanta Humala: 37%
Keiko Fujimori: 30%

Lo que significa que el voto más frágil está al lado de la candidata que hace unos meses aparentaba tener el voto más consistente. Puede decirse de otra manera: lo que está agregando a Keiko, llega con mucho menos resolución que lo hace hacia Ollanta, y esto puede ser determinante en el balance final de proceso. Implica que Keiko no sólo tiene que capturar un mayor número de votos para remontar su desventaja, sino que debe cuidar los que ya tiene que no están plenamente seguros.

Todo esto está reflejado por supuesto en la percepción del ganador que tienen los que electores. En la encuesta de IPSOS Apoyo se constata lo siguiente:

Independientemente de por quién votará, a quién ve como ganador de las elecciones:

Ollanta Humala: 49%
Keiko Fujimori: 36%

Es decir, prácticamente la mitad del electorado ya está viendo un ganador. Más aún si se toma el otro dato según el cual Ollanta Humala va a adelante 42% contra 36%, se concluye que hay siete puntos adicionales a su votación que ya lo dan vencedor, mientras que el porcentaje de votantes de Keiko es igual al de los que creen que ganará.

Este escenario con una tendencia cada vez más definida es el que quiebra los nervios del que va a perder y lo empuja a producir actos de desesperación que normalmente no hubiera hecho.

Es por eso que Keiko pide perdón, y nadie le cree.

28.04.11
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Planes de gobierno, entre el terror y el error

Un diario limeño ha resumido el día de ayer las razones del miedo y ha dedicado su página central a confesar las partes del programa de Ollanta Humala que más los asustan. La pregunta es ¿quiénes son los asustados y por qué? Hagamos un breve examen de algunas de estas angustias y revisemos ahí mismo lo que propone el Plan de Keiko Fujimori para saber lo que tenemos para escoger:

1. Cambiar la Constitución

Nacionalismo: “nueva Constitución para hacerlo (al Estado) descentralizado y participativo”.

Fujimorismo: “al diseñar el modelo de la Constitución de 1993 y las reformas estructurales y programas sociales tuvimos visión de largo plazo que en lo esencial se ha continuado haciendo posible que pasemos de ser un país con un PBI de 45 mil millones de dólares en el año 1990 a uno de 150 millones en la actualidad”.

Diferencia básica: Gana Perú ofrece una alternativa para la reforma del Estado, que otorgue mayor poder a las regiones y amplíe la participación social. El fujimorismo entiende el tema constitucional como “modelo económico que sirve para crecer”. ¿Quién teme a la descentralización y la participación? ¿Puede aceptarse que la Constitución y los tratados sean meros candados para amarrarle las manos al Estado para que no pueda hacer reformas sociales ni afectar privilegios? Un dato más: la encuesta más reciente de IPSOS Apoyo señala que el 63% quiere cambios totales o parciales de la Constitución y sólo el 28% se opone.

2. Modelo económico

Nacionalismo: “construcción de una economía nacional de mercado que otorgue valor agregado a la explotación de recursos naturales, desarrolle el mercado interno y mantenga la estabilidad macroeconómica defienda el poder adquisitivo de la gente y aliente la inversión… lo que requiere un nuevo entorno político y social y una nueva coalición de poder”

Fujimorismo: “el fujimorismo no es mezquino en reconocer que los gobiernos de la década del 2000 han continuado el modelo de la Constitución de 1993 y lo han empleado para atraer más inversión privada o firmar tratados de libre comercio, pero a su vez somos enfáticos y nos sentimos orgullosos de ser los autores directos de las reformas que están permitiendo el despegue del Perú. Como evidencia de nuestro compromiso con el modelo de la Constitución de 1993 proponemos al país establecer un conjunto de candados institucionales destinados a asegurar a todos los peruanos que este marco institucional se mantendrá para garantizar la continuidad del crecimiento”.

Diferencia básica: se oponen un modelo nacional, que apunta a agregarle valor, tecnificar la economía y generar capacidad de compra en la población, con lo existente, que el fujimorismo reclama como su aporte fundacional aunque declara no ser mezquino para reconocer el continuismo actual. Todas las encuestas coinciden en que la mayoría exige cambio total o parcial en el modelo económico, pero los asustados de estos días pretenden que recoger esta exigencia es “dictadura”, mientras que imponer por cualquier medio el continuismo minoritario es “democrático”.

3. Papel del Estado

Nacionalismo: “El Estado será promotor del desarrollo y regulador de la economía de mercado”

Fujimorismo: “nuestro gobierno se compromete a mantener el modelo de la Constitución de 1993 para así asegurar una gestión macroeconómica exitosa”.

Diferencia básica: el reclamo que ha sido recogido en las elecciones es el mayor Estado, que apoye la actividad económica nacional y la pequeña y microempresa; que favorezca la agricultura y la producción de alimentos y la industrialización; que ayude a equilibrar las relaciones de marcado, especialmente entre el capital y el trabajo, entre las empresas de servicios y los consumidores, entre el sistema financiero y sus clientes, entre las empresas mineras que afectan el ambiente y las comunidades, etc. Eso lo recoge el plan de Gana Perú y los tituleros del miedo le llaman “estatismo total”. El fujimorismo por su parte se aferra a su Constitución que es la que instaurado el Estado abstencionista y desregulado que permite los abusos.

4. Servicios públicos

Nacionalismo: “el Estado será proveedor de servicios sociales básicos (educación, salud, seguridad social, agua y desagüe) con políticas públicas que tengan alcance nacional”

Fujimorismo: “Estado creará una red de protección social para los sectores sociales más vulnerables, títulos de propiedad, agua y saneamiento, crédito para vivienda”.

Diferencia básica: los miedos periodísticos apuntan a que la propuesta nacionalista es “más estatismo”. Pero en realidad es realizar eficientemente lo que es hoy la función constitucional del Estado y lo mínimo que el país espera de él. En la constitución fujimorista de 1993 se define: “el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura” (Artículo 58) Esta función se cumple mal, porque el Estado brinda educación de baja calidad y en condiciones precarias, servicios de salud deficientes y caros, cobertura de agua y desagüe insuficiente a pesar del programa “agua para todos” y otras iniciativas, seguridad deficiente, etc. El propio fujimorismo ofrece cubrir estas insuficiencias, aunque le da un sesgo asistencial, bajo la idea de “servicios para pobres”. ¿O es que lo que algunos quieren es la privatización social de los servicios sociales y de la distribución del agua? Contra eso ha votado ya el pueblo peruano. ¿A quién quieren asustar?

5. Tributación

Nacionalismo: “El Estado garantizará la satisfacción de la necesidades básicas (alimentación, vivienda, alcantarillado, electricidad, salud, educación), requisito indispensable para el ejercicio de la libertad. Con este fin se emprenderá una profunda reforma fiscal que le permitirá al Estado disponer de mayores recursos para emprender programas sociales de carácter universal… Aumentar la presión tributaria entre el 18 y 20% del PBI, descentralización fiscal, impuestos directos como el de las sobreganancias mineras. Reducción del IGV a 14 o 15%

Fujimorismo: No tiene

Diferencia básica: Gana Perú está planteando mecanismos serios y visibles para financiar las políticas que propone, mientras el fujimorismo tratando de “no asustar”, elude explicar de dónde sacará la plata para financiar las medidas de su programa. A manera de explicación usan la expresión de que “hay plata, pero no se está usando bien”, lo cual plantea preguntas claves respecto a qué clase de esfuerzo estatal y societal demanda su propuesta. ¿Creen acaso que con la caja actual se pueden pagar los desayunos escolares y programas alimentarios que están ofertando, o la restitución de las donaciones de buzos y otros implementos escolares, ahora que ya no hay privatizaciones?

La prensa que complementa al fujimorismo es, por cierto, más explícita. Para ellos hay que oponerse a los impuestos al gran capital porque conducen al estatismo, es decir poco importa la satisfacción de necesidades básicas cuando se trata de cautelar el bolsillo de los que pagan la fiesta neoliberal.

6. Revisión de contratos

Nacionalismo: “Se revisarán y se renegociarán los contratos de concesión de la administración de los aeropuertos y puestos concesionados o vendidos y se restituirá la operación y administración de los mismos con participación mayoritaria del Estado peruano y la participación minoritaria del sector privado. Se reactivará la industria aeronáutica y se creará una línea aérea de bandera

Fujimorismo: “Construyendo más carreteras, puertos y aeropuertos”. Ni una palabra sobre contratos existentes, ni siquiera sobre los cuestionados por corruptos

Diferencia básica: el nacionalismo ofrece una política de infraestructura con liderazgo nacional y participación del Estado. También sostiene que la política de concesiones en los puertos y aeropuertos debe revisarse. Pero de acuerdo a las condiciones del debate, Ollanta Humala ha circunscrito está revisión a los aspectos dolosos. En el aspecto de aviación aerocomercial postula acabar con la situación vergonzosa de que los cielos peruanos estén dominados por una empresa chilena. Todo esto coincide con un extendido sentimiento nacional, que el fujimorismo ignora y que los diarios pro-Keiko combaten con energía

7. Pensiones

Nacionalismo: “Recuperar el carácter solidario y redistributivo inherente a un esquema de sistema de pensiones. El sistema contributivo… será obligatorio para todos los trabajadores activos, tanto asalariados como independientes, cuya aportación estará en función a sus salarios e ingresos. Esto será complementado con un régimen de administración privado sin que este desvirtúe el carácter público del sistema. Pensiones no contributivas de 250 soles para personas mayores de 65 años que no tienen derecho de pensión”

Fujimorismo: Ninguna propuesta sobre pensiones y tercera edad. En la segunda vuelta Fujimori ofrece un “bono de gratitud” para ancianos sin pensión de 100 soles, dentro del modelo del programa Juntos.

Diferencia básica: la primera tiene que ver con el grado de preocupación que hay sobre la situación de las personas mayores. El fujimorismo viene de una historia oscura en la que se puso un tope brutal por muchos años a las jubilaciones y se empobreció a los que habían cotizado toda la vida para un retiro digno; se apoderó de la ONP y las cajas de retiro (militar-policial; pescadores y otras) y las malversó derivando sus recursos a otros fines; y ahora tampoco tiene propuestas innovadoras.

Por otro lado los grupos que han sustentado la agresión sistemática del sistema pensionario nacional, y se expresan en la campaña de prensa de las últimas semanas, están atentos a las AFP como entidades movilizadoras de recursos para el sector privado y les interesa un pito el destino de los jubilados que hoy sufren abandono y hambre, y tampoco el de la mayoría de cotizantes de la ONP y las AFP que no tienen aseguradas pensiones justas para el futuro. El esquema de Gana Perú apunta a reconstituir un sistema público serio que garantice una pensión mínima para todos y que tomando en cuenta los niveles de informalidad y desprotección existentes (responsabilidad de la política neoliberal fujimorista) también incluya a los que no tienen ninguna pensión. Los reyes del miedo han apuntado precisamente contra el núcleo solidario de la propuesta insistiendo en que le quitarán sus ahorros a los que cotizan a las AFP

8. Derechos Humanos

Nacionalismo: “Asume como propios las conclusiones y recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y promueve políticas en defensa delos derechos humanos. Rechaza el indulto o amnistía a los violadores de estos derechos”

Fujimorismo: no tiene política de derechos humanos, porque según Rafael Rey son “inherentes” al ser humano

Diferencia básica: una corriente política con graves pasivos en materia de derechos humanos carece de criterios claros sobre el tratamiento de este tema fundamental. Rafael Rey ya está lanzando la idea de volver sobre los decretos de impunidad que elaboró en el ministerio de Defensa que apuntaban a liberar a los militares incursos en este tipo de delitos. Gana Perú ofrece como punto de partida un documento de la sociedad civil peruana como es el Informe de la CVR, echado al olvido por los “demócratas” de los 2000 y combatido con saña por los jerarcas del fujimorismo.

28.04.11
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El fujimorismo propone el empleo sin derechos

De la misma manera como al final de la década de 1990 promovimos normas de flexibilización laboral para los trabajadores agrícolas, que hoy han sido incorporadas en las normas legales, implementaremos normas de excepción que abaraten el costo de contratar con el fin de elevar la oferta de empleo y el monto de las remuneraciones ofrecidas (Fuerza 2011, Plan de Gobierno, Pilar 4, Eje 14, Política No. 1: Flexibilizar el empleo; pag. 44)

Entre los muchísimos motivos de perdón por los delitos y faltas de su padre que va a encontrar Keiko Fujimori, ahora que las encuestas le obligaron a admitir que lo que hace poco llamó “el mejor gobierno de nuestra historia” era también un régimen de ladrones y asesinos, estará sin duda alguna las disculpas que le debe a los trabajadores peruanos a los que incluyeron en el paquete de medidas de guerra posteriores al 5 de abril. Así el 26 de junio de 1992 se dictó el Decreto Ley 25593 que deroga todas las normas existentes sobre libertad sindical, negociación colectiva y huelga, que arrasó con el movimiento sindical y numerosas conquistas laborales; al que le seguiría el DL 25967 que impone topes a las pensiones y permite al gobierno utilizar esos fondos para otros fines que impulsó las actuales pensiones de hambre de la Ley 19990 y el DL 20693 que condujo al despido masivo de empleados del Estado mediante el procedimiento de “evaluaciones periódicas”.

¿Existe alguna voluntad de reconocer que se abusó en extremo de los trabajadores que eran víctimas y no responsables, de la hiperinflación y la violencia política, que fue el pretexto del golpe de Estado? Si se estudia el plan de gobierno que Keiko Fujimori dice que mantiene sin variaciones, se confirmará que no existe una sola letra que rectifique el brutal tratamiento de los derechos laborales y la liquidación de cualquier principio de trabajo decente en el Perú. O alguien ha olvidado que gracias al gobierno de los 90, se estableció que en un mismo espacio de trabajo podían coexistir personas en planilla, en diversas modalidades de contrato (a plazo fijo, servicios temporales, prácticas juveniles y otros), tercerizados y de services, haciendo las mismas labores, pero con diferentes salarios, beneficios y distintos empleadores ante los cuales responder. Eso que ahora le llaman precariedad laboral y que permite que la gente no pueda acumular tiempo de servicios, seguridad social y pensiones para el retiro, tiene un responsable. Y ese señor se cree inocente por lo que le hizo a nuestro país.

Leamos lo que dice el plan de gobierno, no de Alberto, sino de Keiko Fujimori: “Somos conscientes y respetuosos de los derechos de los trabajadores y en particular el de la estabilidad laboral” (pag. 44). Pero fueron ellos los que arrasaron con los derechos laborales, especialmente la estabilidad en el empleo, a la que estigmatizaron como si fuera el peor freno a la inversión. Pero sigamos: “somos igualmente conscientes de que una gran mayoría de peruanos, que se acerca al 70% de la PEA, no ve satisfecho su derecho a trabajar, porque no cuenta con un empleo de calidad, ni remuneraciones adecuadas ni tampoco sistemas de salud y pensiones” (pag. 44). ¿Cómo explican que el famoso modelo del crecimiento del que se consideran fundadores, a través de la Constitución de 1993, conduzca a que una “gran mayoría, que se acerca al 70% de la PEA” esté condenada al subempleo y la informalidad. ¿Quién creó este mecanismo de superexplotación de los trabajadores.

Leamos el ditirambo fujimorista: “(sin) la Constitución de 1993… no hubiera sido posible el surgimiento de la agroindustria exportadora, ni la inversión en proyectos mineros y energéticos…” (pag. 42) ¿Y cómo es que con todos estos éxitos económicos, estamos como estamos en el punto decisivo que es la oferta del empleo? Eso no se puede contestar sino de una sola manera: porque el gobierno que abrió la economía a las inversiones, al mismo tiempo desprotegió y privó de mecanismos de defensa al trabajador. Hubo una determinación deliberada de golpear al sector laboral y quitarle capacidad de negociación frente al capital.

Sigamos con el plan: “para esta inmensa mayoría de peruanos (trabajadores precarios) tomaremos medidas inmediatas destinadas a hacer que los costos que las empresas deben pagar al contratar trabajadores se reduzcan considerablemente” (pag. 44). Pero eso es lo que hicieron en todo el largo de la dictadura: tomar medidas que rebajen los costos de la empresas, a costa del trabajador, y es justamente por ello que se crearon multitud de situaciones discriminatorias e injustas, que los siguientes gobiernos no se atrevieron a cambiar para no pelearse con la inversión. Los que Keiko propone es insistir en los “contratos abaratados”, es decir que como muchos necesitan trabajo, se “flexibiliza” aún más el sistema y el trabajador es obligado a aceptar un salario más bajo, derechos recortados, inestabilidad permanente, etc.

El caso de la agroindustria

Pero lo que impresiona más en la propuesta fujimorista es el cuajo con el que nos ofrecen como pauta una modelo de contratación que ha sido rechazado y condenado reiteradamente por todo el movimiento laboral peruano y que se encuentra actualmente denunciado ante el sistema interamericano de los derechos humanos, como claramente discriminatorio y es el que se aplica a los trabajadores (principalmente mujeres) de la agroindustria y que es muy similar al que se usa para los textiles de exportación.

Dice el plan: “al final de la década de 1990 promovimos normas de flexibilización laboral para los trabajadores agrícolas, que hoy han sido incorporadas en las normas legales” (pag. 44), y pretenden que esto es algo así como una gran idea que ahora rondaría como una amenaza para otros sectores laborales: “implementaremos normas de excepción que abaraten el costo de contratar con el fin de elevar la oferta de empleo y el monto de las remuneraciones ofrecidas” (pag. 44). El sector agroindustrial y el textil de exportación, son núcleos productivos de punta, ligados a los mercados externos, con altos ingresos, que requieren grandes grupos de mano de obra ante el crecimiento de la demanda.

Justamente a ellos se les ha aplicado un “régimen especial” consistente en contratos temporales (por meses y a veces un solo mes), CTS disminuida (sólo se consigna medio año por año trabajado), vacaciones de 15 días, no pago de gratificaciones, y otras, no porque las empresas no puedan hacerse cargo de cubrir los beneficios completos, sino para favorecer la más rápida capitalización de las empresas a costa del trabajador. Y esto quieren ponerlo como ejemplo.

Los gobiernos de Toledo y García han mantenido este régimen infame, pero, hasta ahora, todos han dado pretextos: mantener el impulso exportador, ser competitivos, ampliar el plazo, y nadie se había atrevido a buscar el voto con este sistema laboral como bandera.



La ley Chlimper

El 30 de octubre del año 2000, en plena despedida del la dictadura fujimorista que se caía en pedazos bajo el peso de los escándalos de cada día y las renuncias de los que abandonaban el barco que se hundía, el Consejo de Ministros de la época todavía tuvo el tiempo y el cuajo para promulgar la ley 27360 “Ley que aprueba las normas de promoción del sector agrario”, mediante al cual se creaba un sistema especial o “de excepción” para las empresas agroindustriales y exportadoras, que entre otros llevaba la firma del ministro de Agricultura José Chlimpler Ackeman, empresario agroindustrial, inspirador de la norma que le beneficiaba directamente y actual miembro del equipo de gobierno de Keiko Fujimori, el mismo que alguna vez anunció que sacaría su escopeta para enfrentar a balazos a los estibadores en huelga.

27.04.11
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miércoles, abril 27, 2011

Keiko como mascarón

Keiko crítica incoherencia de Ollanta por tener un asesor chileno, que realmente no tiene.

Keiko dice que respetará aportaciones a Essalud, y critica a Humala, por proponer afectar esos fondos (que su padre sí afectó), que no propone tocar las aportaciones sino buscar realmente el aseguramiento universal y un sistema integrado de salud.

Keiko defiende la libertad de prensa amenazada por Humala, que en su plan de gobierno indica que no será alterada tal como es hoy, pero que se democratizará la distribución de las nuevas frecuencias de televisión digital, para lo que recomienda lo que se ha hecho en este aspecto en la Argentina.

Keiko se opone a la Pensión 65 de Ollanta porque va a afectar los fondos de la AFP, que no es lo que dice el Plan de Gobierno de Gana Perú que plantea un financiamiento con impuestos a las grandes empresas, y postula un bono de gratitud para los viejitos que no explica con que plata se pagará.

Keiko se opone a subir el IGV a 26%, que es un invento del director de Perú 21 para pintar el próximo apocalipsis.

Y así sucesivamente.

O sea Keiko es bien modosita, no ataca a nadie y su único tema es el de los pobres.

Pero cuando los ricos asustados con la posibilidad de pagar impuestos o ser regulados hacen su guerra sucia, termina “preocupada” de las “contradicciones” de su adversario. Y dándole categoría de verdad a todo lo que aparezca en los titulares de los diarios que apoyan a su candidatura.

Si alguien cree que este no es un esquema previamente conversado será porque está dispuesto a tragarse también la conjura venezolana-brasileña-chilena-argentina-pensionista-comunista que nos amenaza detrás de Humala.

O tal vez a imaginar que el perdón que la gordita está pidiendo por los crímenes de su papi se le ocurrió a ella misma porque descubrió de quién era hija, y no es una condición de la derecha para apoyarla. En ese caso, como en todos lo demás, la candidata está siendo conducida por los poderes fácticos, a los que nadie eligió pero deciden por nosotros.

Es como si el plan naranja se hubiera agotado en un resultado que ni siquiera esperaban: entrar a segunda vuelta, convertirse en la primera fuerza de la derecha, colocar 38 parlamentarios, estar convertidos en engreídos de los medios, recuperar a varios que se habían bajado del carro fujimorista en los 2000, recibir elogios de Bayly, etc.

Y por eso mismo ni Keiko ni sus asesores inmediatos están peleando apasionadamente el poder en estos momentos, tratando de remontar la desventaja u oponiendo sus propuestas a las de Humala. Su lógica es mucho más simple: tratar de seguir reteniendo el voto de la primera vuelta que es su futuro, y encargarle a la derecha fáctica que se haga cargo del nacionalista.

Si quieren el poder, encárguense ustedes, podría ser la esencia del mensaje.

De ahí que vemos a Keiko en el rebote de las denuncias y en el esfuerzo de hacernos creer que está donde está por sus “méritos” aunque todo el país sepa que lo que estamos discutiendo es si la herencia de su padre conduce al poder o debe permanecer en la cárcel.

La derecha sabe que no se gana en una votación a favor o en contra de Fujimori, y que si se visibiliza el plan de Yoshiyama todos se darán cuenta que se trata de retroceder 11 años. Por eso la realpolitik ordena otra vez que no se vote a favor sino en contra. Como lo hicieron antes por AGP que era el peor presidente, los harán ahora por AFF que carga delitos imperdonables.

Todo sea para que no haya cambios.

27.04.11
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Ollanta empieza ganando la segunda vuelta

Última encuesta de IPSOS Apoyo señala que Ollanta Humala arranca la segunda vuelta con ventaja sobre Keiko Fujimori.


Hasta que por fin soltaron la información que las compañías encuestadoras tenían retenidas desde los resultados de la primera vuelta. Claramente lo que se quería era no medir el impacto de la victoria nacionalista, sino el efecto posterior de la primera vuelta de demolición con temas como los de las AFP, el IGV de 26% y otros que estaban orientados a introducir la duda en los electores. Pues bien, el resultado es que a dos semanas de cerrado el primer capítulo de la presente campaña, y cuando no se han definido nuevas alianzas, pero se percibe las inclinaciones de los actores, la ventaja de Humala sobre Fujimori, según IPSOS Apoyo se establece en seis puntos.

Esta separación asciende a 7.6% si se descuentan los votos en blanco, viciados e indecisos (53.8 Humala, 46.2), que es lo que se define por votos válidos que será la forma como se leerán los resultados el día de la elección. Por comparación el resultado del 10 de junio ha variado en apenas 0.5% (la diferencia era de 8.15%), lo que quiere decir que a pesar de todas las corridas de voto de los perdedores –que mayoritariamente apuestan naranja-, no se ha podido reducir y menos revertir la brecha, muy distinta a la situación que existía a estas alturas de la segunda vuelta del 2006. Ollanta Humala logró 30.6% de los votos válidos en la primera vuelta de ese año, frente al 24.3% de Alan García, una diferencia de 6.3%; pero en la encuesta inicial los datos se habían invertido: 44% versus 34%, en votos totales, y 57% frente a 43% en votos válidos (una diferencia 14 puntos) a favor del que iba originalmente segundo.

Si se aprecia desde el lado de los componentes del voto se verá que Fujimori sólo gana en la región de Lima con 8 puntos de ventaja (43 a 35%), y pierde en todas las regiones. En el sur Ollanta le saca 20 puntos, en el centro 14 y en el oriente 7%. Pero lo más notable es que también pierde en el norte, que era la única región donde salió adelante en la primera vuelta. Ahí los datos son 39% para Humala y 36% para Fujimori. Es decir, la candidata se quedó en una posición a lo PPC y PPK, cent rada en Lima, y se ha debilitado en lo que fue la clave de la victoria de García de hace 5 años, la combinación Lima-Norte que le permitió una ventaja de 700 mil votos y de alrededor de 4%.

En términos de componente social lo que se ve es que Fujimori gana sector A (42 a 22%, veinte puntos de diferencia), y sector B (37 a 34%, sólo tres puntos); mientras pierde en todos los demás; C: 40 a 34%, seis puntos de diferencia; D: 47 a 34%, trece puntos; y E: 43 a 41, dos puntos. Si no fuera por la pelea que aún se mantiene en E, la candidata anaranjada ya estaría lista para convertirse en la nueva preferida de los ricos, a despecho de su discurso de intensa probretología (dirigido solo a los pobres), que heredara de su padre.

Trasvases

Otro dato importante de la encuesta de IPSOS Apoyo se refiere a las corrientes de voto de los candidatos perdedores hacia los que definirán la segunda vuelta. Es en ese punto que se detecta que el 41% de los votantes de PPK se van a Fujimori, el 34% de los de Castañeda y el 32% de los de Toledo. A su vez Humala recibiría el 20% de los votos de PPK (menos de la mitad de los que van a Fuerza 2011), 24% de los de Castañeda (10 puntos menos) y 37% de Toledo (tres puntos más que a Fujimori).

Estas cifras parecerían estar diciendo que el torrente principal de los votos de Kuczynski y Castañeda se va a Fujimori, y que los votos de Toledo se dividen de una manera más ajustada entre los dos candidatos. Es obvio que esto no cuadra con el resultado final (la diferencia no se acorta) y que hay un indudable voto escondido o mentiroso detrás de lo que se declara ante el entrevistador. Finalmente el llamado “colchón” de los indecisos y de los que dicen que votarán blanco o viciado, que sirve normalmente para que los analistas digan que “de ellos depende la elección”, hay que considerar en primer lugar que la cifra actual es casi exacta la de la primera encuesta de segunda vuelta del 2006:

Blancos y nulos

2006: 14%
2011: 12%

Indecisos 8 10

2006: 8%
2011: 12%

Total

2006: 22%
2011: 22%

O sea no hay nada anormal en lo que esta sucediendo, lo que lleva a la segunda conclusión: casi nunca la definición de los rezagados cambia la tendencia principal, sino que se va distribuyendo más o menos como marca el patrón general. Por tanto aquí no está la clave de lo que va a pasar. Por lo menos, no la única

Un apunte final sobre las percepciones. De los que responden la encuesta, al margen de sus simpatías, un 49% cree que ganará Humala, y un 36% Fujimori. Así comienza esta etapa de la batalla por la presidencia.

25.04.11
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La mayoría quiere cambio en la Constitución

A pesar que el anatema de esta elección es “querer cambiar la Constitución”, y el que lo dice parecería estar convocando a las siete plagas de Egipto y provocando soponcios a Althaus y Palacios en sus noches por televisión, la encuesta de IPSOS Apoyo no deja lugar a dudas sobre lo que piensa el país:

a) Debería modificarse total o parcialmente en el próximo Congreso de la República: 37%

b) Debería convocarse a Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución: 26%

c) No debería modificarse la Constitución: 28%

d) No precisa: 9%

O sea, de acuerdo a este resultado, incluso parte de los votos por la señora Fujimori exigen cambios o reemplazo de la Constitución. ¿Dónde está la democracia en este país?

domingo, abril 24, 2011

La fe de las ratas

La fe de las ratasLos corruptos andan sueltos mantándose de la risa y van dejando historias a su paso. Alguien atrapó algunos relatos de esos malditos acostumbrados al robo.

Paco Moreno
Redacción

Está ya en las librerías la nueva entrega del periodista y escritor Raúl Wiener “Fe de ratas”. Es una compilación de muchas historias sobre la corrupción en el país, contadas a la manera de inocentes relatos de la vida. Aquí Wiener expone sus razones que lo movieron a emprender esta nueva aventura, una prueba más de que tenemos un Estado corrupto, y también sobre cómo se despiden periodistas que no quiere alinearse con la mafia fujimorista que pretende volver a las andadas.

-¿Cómo arma este nuevo libro suyo?

-Cuando empecé a escribir mi último libro tenía la idea de entrar al tema de la corrupción, y de alguna manera recoger la experiencia y la información que he ido acumulando en cuatro años de periodista de investigación; pero no quería hacer un trabajo de caso que me obligara a escoger a los más corruptos entre los corruptos, ni uno de tipo teórico en el que presentara definiciones para luego encajarlas en la experiencia. Quería transmitir la noción de un Estado corrompido en profundidad con múltiples entrecruzamientos de los personajes del poder con los de la corrupción y suplantación entre unos y otros.

-¿Hay manera de distinguir lo que es corrupto y lo que no lo es?

-Depende. Todos sabemos apreciar un acto corrupto cuando lo vemos. Por ejemplo, la vendedora que adultera su balanza para engañar a sus clientes o el policía que nos detiene por violar una señal de tránsito para que le paguemos una coima. Pero, ¿qué hay en común entre estos actos casi cotidianos y el presidente que recibe a una empresa extranjera que nadie conoce y hace una declaración rimbombante sobre las nuevas tecnología que aporta, lanzando de esta manera un mensaje a los que van decidir en el concurso de lotes petroleros acerca de la importancia de este postor y al país de que nadie se sorprenda de quién resulte ganador? Yo lo que veo son relaciones de poder. El que tiene poder impone su ventaja sobre el que no lo tiene y logra un beneficio propio o para terceros que le retribuirán el servicio.

-Lo que cuenta son historias de corrupción, así en plural, ¿con qué criterio las escogió?

-Hay lectores que me han dicho que me falta tal o cual historia, y me están llegando materiales como para un segundo libro. Pero lo que yo les respondo es que con lo que reuní en “Fe de ratas” se logra el efecto buscado que es probar que tenemos un Estado corrupto, atravesado por el delito, y que los que actúan dentro de él son afectados por esta naturaleza descompuesta. Ahí hay los que entienden que la regla es actuar dentro de la corrupción con el poder grande o pequeño que uno disponga; los que creen que se salvan por mantenerse al margen y hacerse los que no ven, para no afectar la gobernabilidad; y los que han hecho esfuerzos honestos, muchas veces infructuosos, para investigar y hacer conocer al país lo que ha estado pasando.

-En el libro transcurren como 25 años de historias.

-Digamos. Es una elección. Se trata de tomar datos de lo que sucedía durante los últimos años de la democracia de partidos, en la que Alan García era el presidente y se suceden actos de corrupción que son luego banderas de denuncia de la derecha libertaria de Vargas Llosa, que casi gana el gobierno, y el caballito de batalla de Fujimori, para el golpe de Estado del 92, que lo acompañan más de las dos terceras partes de la derecha vargasllosista. Todos estos juntos produjeron un gobierno mafioso como no ha habido otro en la historia, en el que se toleró el robo y el crimen, en nombre de la eficacia económica, los capitales que fluían hacia el Perú y su capacidad de control sobre las organizaciones y movimientos sociales. En el 2000, se alza una parte del país que no estaba sobornada con las donaciones asistenciales del poder ni tenía complicidades con el régimen, señalando con el dedo acusador la corrupción filmada y la podredumbre que invadía el Estado.

-La corrupción siguió su marcha

-Claro. La democracia de los 2000, que ya no podemos llamar de partidos, tal vez de caudillos y movimientos mesiánicos, se corrompió casi sobre la marcha, porque no pudo hacer un punto de corte con el pasado. Toledo fue la encarnación de la ambición del poder, por el poder mismo, y no tuvo escrúpulos en mantener todo lo que le favorecía del viejo régimen, negociar tras bambalinas con los corruptos, no cuestionar ningún privilegio o revisar los actos claramente corruptos. Traicionó la lucha democrática y moralizadora de los 2000, en nombre de una “transición prolongada”, que terminó como coartada. En esta elección, el país al que Toledo trató nuevamente de seducir con su teatralidad, terminó seguramente evocando las mentiras y cochinadas del ex presidente y lo abandonó.

-¿Qué puede decir sobre el presidente Alan García?

-Ahora, si hablamos de García, verdad que lo que habría que decir es que se convirtió en el normalizador. Ya no sólo era un fujimorismo sin Fujimori, sino una cínica manera de combinar el juicio al dictador con la alianza con sus seguidores, convertidos en otro partido del sistema y como están ahora las cosas tiende a ser “el partido del sistema”. Y no hay ninguna coincidencia en que el gobierno que está terminando sea visto por algunos como lo más corrupto que puede existir sobre la tierra. Son percepciones, que dejan una sensación de que vamos cayendo cada vez más al fondo.

-Me parece interesante el capítulo de los medios de comunicación, ilustrativo a ahora que despiden periodistas presionados por la mafia que quiere volver.

-Me pareció ineludible. En el Perú se pretende que defender la libertad de expresión, obliga a firmar un compromiso para no tocar a los canales de televisión y otros medios que usufructuando ventajas públicas, que no son de ellos, como las frecuencias radioeléctricas, se vendieron a Fujimori. Eran medios capaces de rechazar la publicidad pagada de los opositores al régimen en período electoral, porque estaban recibiendo decenas de millones de dólares con dinero del SIN. Estamos volviendo ahora a las viejas prácticas de sacar a los que no se alinean.

-La corrupción requiere de la prensa.

- Mira el papel de Baruch Ivcher. Fue el fujimorista más afiebrado, apoyó el golpe de Estado y la persecución de los adversarios, promovió las peores mentiras televisadas contra los adversarios del régimen, y de pronto se peleó por algún motivo contra el dictador, le hicieron una maniobra y le quitaron el canal y para remate le retiraron la nacionalidad peruana. Entonces mucha gente democrática tomó como bandera la defensa de la causa de Ivcher, reclamando que le devolvieran su canal y la nacionalidad. Incluso la Corte Interamericana asumió su caso y lo trató como un mártir de la democracia y la libertad de prensa.

-La vida de este mártir es para una novela verdad.

-Claro. Regresó al canal y como sus socios estaban presos e interdictados se apropió del 100% del 2, sin pagar un mango por las acciones que no eran suyas. Luego cobró una “indemnización” por los daños que le fueron causados de 20 millones de soles, mientras que por las personas que fueron asesinadas o discapacitadas se pagan cifras abajo de los 50 mil dólares. Pero esta indemnización no correspondía para nada al monto fijado por la CIDH. Y tampoco se trataba de indemnizar a su persona, sino al medio para que saliera adelante. Pero lo mejor fue que a los pocos días y cuando nadie sabía del pago recibido, el buen Baruch echó a Hildebrandt de su canal, cuando tenía el reconocimiento de dirigir el programa de mayor credibilidad de la televisión.

-¿Retribuyó el dinero recibido, eliminando las voces independientes de su canal?

- Pero no acabó ahí. Reemplazó a Hildebrandt con Chichi Valenzuela, como si se tratara de burlarse de la inteligencia de sus televidentes, que le devolvieron el cumplido abandonando el horario de la brujita chillona. Hoy tenemos a Aldo M. y Mónica D., a Saldaña y a la despistada Tapia, tratando de orientar al país para elegir ¿a quién?: a la hija de Fujimori. Mientras “Caretas” ya demostró que lo de la nacionalidad no fue tan arbitrario como parecía y que en el exterior el señor Ivcher es ciudadano israelí, pero aquí pasa por peruano y criollazo. También, como se cuenta en el libro, tiene otras historias de cómo se convirtió en socio mayoritario y porqué peleó con los Winter, etc.

-Bueno, qué piensa ahora de la libertad de prensa.

-El señor Ivcher tiene libertad de expresión, Aldo M y Rosa María Palacios, la tiene mientras estén en la estrategia de Ivcher o de la familia Miró Quesada. Pero, como ya se vio en Canal N, las necesidades de la campaña actual han echado fuera a los periodistas que hace 11 años denunciaron el fraude dictatorial. Y eso se debe a que los dueños del canal están ahora por reponer en el poder a los que llamaban corruptos y golpistas. Entonces, hay límites a la expresión de los que no tienen poder de prensa. Cuando ocurrió lo de Bagua había una posición al unísono en toda la prensa menos en este diario. Lo mismo respecto a la candidatura de Villarán el 2010, y la de Ollanta en la primera vuelta. Somos de las pocas ventanas de expresión alternativa que hay en el país. Pero te imaginas lo que sería si no existiéramos. Y eso era lo que pasaba al final de la dictadura de Fujimori. Casi todos los medios eran aliados del poder y lo encubrían en su corrupción. Y terminaron como medios corruptos.

-Explique al público el capítulo lo de los “valores peruanos”

-Se escogen algunos casos en los que personajes que lucen un tremendo título: exprocurador anticorrupción, excontralor, exministro supuestamente honesto, consultor de lujo de todas empresas, magistrado constitucional, etc., son maquinadores de acciones dolosas que se desarrollan sin mancillar su imagen pública. Es lo que se puede ver en la anécdota que se cuenta de Genaro Matute cuando objeta la asignación de la Interoceánica del norte al consorcio liderado por Odebrecht, indicando que la empresa brasileña tenía proceso abierto con el Estado por el caso Chavimochic. Así que de acuerdo a ley no se podía contratar con una empresa que tiene litigio vigente con el Estado.

-¿Qué ocurre entonces?

-Toledo y PPK convocan entonces de emergencia al Contralor a Palacio para inquirirle porqué ha hecho eso. Y Matute explica que era su obligación objetar el concurso. Entonces el gringo le habla de una solución. Y el otro contesta que siempre hay una salida y recomienda preparar una ley que declare de necesidad pública el proyecto y suspenda los requerimientos de la ley de contrataciones y otras normas. PPK le pide que el propio contralor haga un borrador de la ley para esa misma tarde, para discutirla en Palacio. Matute prepara el proyecto que es aprobado con el primer ministro, el presidente del Congreso y el presidente de la Comisión de Fiscalización (el aprista Velásquez) y en el que se declaran varios proyectos en condición de necesidad pública, entre ellos la Interoceánica, y se les exceptúa de requisitos legales. Y esa norma increíble es aprobada al carpetazo en el Congreso, por tratarse de una cuasi emergencia.

-Ahí no queda la cosa.

-Luego en la Contraloría, los técnicos que elaboraron el informe inicial y que sabían que se estaba trasgrediendo toda la normatividad existente, se acercan a Matute para advertirle que esa ley está hecha contra la labor de su institución, a lo que el contralor contesta dándose por sorprendido y anunciando que redactará una carta de protesta al Congreso, pidiendo explicaciones sobre esta decisión. Por supuesto que todos escuchamos cada vez que hay alguna iniciativa anticorrupción del Estado los nombres de Matute y Velásquez, y los medios entrevistan siempre al ex contralor, porque ese hombre sí que sabe.

Las ventas crecen

-¿Cómo van las ventas?

Hay muchos pedidos. El libro ya entró a las librerías. Espero llevarlo a provincias a través de varias presentaciones. Aquí en el diario también se está vendiendo.

24.04.11
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sábado, abril 23, 2011

Las viudas instantáneas

Lourdes Flores tuvo en el 2006 una frase que debería perseguirla para toda la vida. Luego de la victoria de Alan García en segunda vuelta, con los votos de la derecha, aseguró que lo que debía hacer el nuevo presidente era declarar que se equivocó con su plan de gobierno y admitir que una vez visto el estado del país daba por desechadas las propuestas de revisión del TLC, restitución de la Constitución del 79, eliminación de la renta básica telefónica y los services, sobreganancias mineras, rebaja del precio de las medicinas y otras por “inaplicables”.

O sea que así no más se arreglaba el tema de la oferta electoral. O como también resumió Alan García: “en política no hay que ser ingenuos”. Y los que menos ingenuos han sido, son una pequeña claque de tecnócratas que intercambian sueldos en el Estado, las grandes empresas y los medios de comunicación, que en algunos casos vienen desde el segundo gobierno de Belaúnde (1980-1985), pasando por el apoyo a la candidatura de Vargas Llosa de 1990, la participación en le régimen de Fujimori, antes y después del golpe de Estado, y en los gobiernos de Toledo y García en la primera década de los 2000. Lo más curioso es que estos tipos llevan 21 años perdiendo elecciones y ganando el poder.

Son los que dicen que el Nobel todavía respira por la herida de su derrota ante el chino, que ellos cicatrizaron en pocas semanas –después de haber considerado incluso la posibilidad del golpe-, bajo el argumento de que Fujimori se había apropiado del plan de gobierno de la derecha y quiénes mejor dispuestos para ejecutarlo que la tecnocracia que venía del desaparecido FREDEMO. Esa fue la pauta además para que, años después, en el 2001, la tecnocracia que fue inmune a la crisis de la re-reelección del 2000, y siguió entornillada al MEF de las privatizaciones, se reconvirtiera a “democrática”, apoyara a Lourdes Flores y terminara en el gobierno de Toledo de la mano con PPK. Su viudez por la debacle del fujimorismo les duró tan poco tiempo como las heridas del año 90.

Pero la mejor ha sido, hasta ahora, la del 2006, cuando tenían al frente al que había sido el “peor presidente de nuestra historia” y sobre el cual se construía toda la teoría tecnocrática neoliberal sobre lo que no debe hacerse con el poder. Pero igual se subieron al carro que avanzaba a ser gobierno, en un cambiazo milagroso ocurrido en un sólo día de primera vuelta, en el que amanecieron con Lourdes y concluyeron con Alan apenas conocidos los resultados a las 4 de la tarde, que no daban un segundo lugar claro entre los dos candidatos, pero que ya le decían a toda la derecha y a los aspirantes a cargos públicos, quién era el único que podía ganar. Lo que ocurrió después de esa hora fue convencer a su anterior favorita de que debía declinar.

Así es como se ha hecho la política todos estos años y lo que es tan difícil de cambiar. Por eso resulta tan risible leer a un ex funcionario fujimorista, toledista y garciísta, ahora metido a director de uno de los diarios de la familia Miró Quesada, criticando a los técnicos toledistas que han pasado a apoyar a Gana Perú a los que califica nada menos que de “viudas promiscuas”, en un alegato contra la barbarie, que dice que se viene sobre nosotros. Gracioso, para un derrotado de tantas elecciones y reacomodado de tantos gobiernos. Viuda instantánea que le dicen.

24.04.11
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Los planes de gobierno y el debate de las mentiras

Financiar el Plan de Gobierno de la señora Fujimori de Villanela, cargado de ofertas sociales, representa un costo tan alto o mayor que el de los nacionalistas, con la diferencia de que los que gobernaron en los 90 no quieren poner impuestos a las grandes ganancias. Entonces: ¿cómo se paga la fiesta? He aquí una amenaza real a los ingresos de los trabajadores y las capas medias, que está siendo ocultado por la gran prensa.

En la segunda vuelta la orden es disparar contra el Plan de Gobierno de Ollanta Humala. De un lado exprimir la capacidad lectora de distinguidos hombres y mujeres de prensa encargados de encontrar comunismo en la palabra “nacional”, a pesar de estar al lado de la de “mercado”; empresas públicas (¡horror!) en entidades promovidas por el Estado déficits de cobertura de cobertura de servicios en el país; hostilidad hacia la inversión por la promesa de revisar aspectos dolosos en los contratos existentes (que se queden como están); IGV de 26% por proponer pensiones no contributivas para los ancianos sin pensión; asalto a las AFP por el mismo motivo (si no, díganme, de donde van a sacar el dinero); y (horror de horrores), tratar de cambiar la constitución, instaurada con golpe de Estado y fraude, y que mantiene conculcados derechos sociales fundamentales y amarradas las manos del Estado para la regulación económica.

Esa es la primera línea de ataque. Hay un plan rojo, duro con él.

Pero la segunda es mandarle nubles de preguntones para Humala diga si va a cambiar o no el programa. Así si muestra alguna apertura a nuevas propuestas, acusarlo de oportunista, blanqueado, que se corre al centro, que se pone la piel de oveja, que no tiene derecho a modificar lo que está escrito, que está rompiendo con los radicales, etc.; y si reafirma su línea básica, que ya ven los que se unieron a su campaña que eran sonsos si creían que iban a ser consultados, que sigue soñando en el paraíso de Chávez, que el IGV de 26%, etc. Al final la conclusión es que es el candidato el que no sabe lo que quiere. Subsiste la duda declaran los “líderes de opinión” de los programas de la noche. No podemos saber si va hacer del Perú una Cuba, una Venezuela o una Bolivia de Evo Morales.

Conclusión no declarada: no se puede votar por él.

Esto ha ocurrido día tras día, en las dos semanas posteriores a la segunda vuelta, que por casualidad no han mostrado ni una sola encuesta “seria”, cuyos dueños parecen estar esperando que la campaña de las dudas haga su efecto. Imaginen si iban a preguntar ni bien conocido el resultado del 10 de abril o cuando Ollanta tomó la iniciativa para dialogar con las fuerzas políticas, o cuando amplió su plan de gobierno. Pero la cosa cambia si en algunos sectores entra eso de van a confiscar a las AFO, el IGV subirá violentamente, Ollanta cambia y no cambia, etc. Vamos a ver.

El plan naranja

Pero lo que no vemos, porque no se quiere ver es qué pasaría con el programa de la hija del prisionero, ¿qué propuesta ideológica encarna, respeto a lo que se ha experimentado en el Perú en los últimos veinte años y otras opciones de desarrollo?, ¿qué instrumentos se propone utilizar para la acción política?, ¿cómo financiará sus propuestas?, ¿no nos estarán metiendo el dedo otra vez?, ¿cuál es la base de nuevas alianzas? Es decir todo lo que se pregunta Ollanta y no se le hace a la gordita.

Introduzcámonos al tema. Lo primero es tener claro que lo que Keiko ha estado mostrando a la gente es una oferta de Estado regalón, apelando a la memoria popular sobre los años 90, cuando el Estado entregaba buzos para educación física en los colegios de zonas populares, zapatillas, carpetas y desayunos. Asimismo rememora el programa de un colegio inaugurado cada día en zonas rurales, las postas y otras obras locales, que el gobierno fujimorista ejecutaba luego de hacer una encuesta entre la población sobre las demandas más sensibles, con lo que se preparaba la posterior llegada presidencial para la inauguración. Todo eso volverá, afirma la candidata, guardándose de decir que para hacer un despliegue de estas características se requiere una enorme cantidad de dinero –que en los 90 provino de la privatización y de impuestos especiales (impuesto extraordinario de solidaridad) que se le impuso a los salarios de los trabajadores-, y de aparatos logísticos como los de las Fuerzas Armadas que en ese entonces eran como el partido político del dictador.

El pilar uno y principal del programa de la Fujimori subraya su orientación: compartir el crecimiento, reducir la pobreza y asegurar igualdad de oportunidades. Pero basta ver sus componentes para darse cuenta que no se trata de compartir nada, ya que no hay una línea sobre la forma como hoy se distribuyen los frutos del crecimiento. Se podría decir que la tesis medular de los seguidores de la dictadura es que hay que variar la prioridad del gasto, mejorar la gestión (sucesivas referencias a la “gerencia”) y ponerlos a ellos en el poder para que el Estado se ocupe un poco más de los pobres. ¿Y cómo se ocupa?

El texto da algunos detalles: (1) que la educación en Putaca (Anta, Cusco) sea equivalente a la de San Juan de Lurigancho (nótese que no dice a las de la educación privada), que los maestros y los niños sean evaluados, becas universitarias para jóvenes, desayunos y almuerzos escolares; (2) expandir el Sistema Integral de Salud, recuperar los CLAS (Comités Locales de Administración de Salud, programas de atención primaria), aumentar los médicos y enfermeras en zonas de pobres; (3) relanzar los comedores populares con mayor presupuesto, focalización de programas alimentarios, (4) protección para los ancianos y otros sectores vulnerables, recuperar FONCODES; (5) más crédito para vivienda, programas de vivienda para los más necesitados, titulación urbana, mayores programas de agua y saneamiento.

Pregúntese usted, amigo lector, por la concepción de desarrollo que hay detrás de estos planteamientos. Y si lo hace le será posible entender porqué el eslogan de la campaña naranja: “Seguridad y Oportunidades”; no trasmite nada, y la razón por los que los medios tan puntillosos con el plan de Humala, no tienen ganas de exaltar el de Keiko para contraponerlo. Ahí lo dejan. Hay una explicación, por supuesto, a esta sequía de inteligencia: el plan fujimorista pretende que el Perú ya definió un modelo de desarrollo, expresado en la Constitución de 1993, del que no se puede mover: “las reformas de la Constitución de 1993 son las que permitieron el desarrollo del sector financiero, la apertura comercial y mejoras en la infraestructura… Al diseñar el modelo de la Constitución de 1993 y las reformas estructurales y programas sociales tuvimos una visión de largo plazo, que en lo esencial se ha continuado”. (Plan de Gobierno Fuerza 2011. Pag. 3)

Es decir la eventual elección de la familia Fujimori, restablecería el orden de las cosas a su verdadero nivel, devolviendo el poder a los creadores del modelo, que otros continuaron contándonos el cuento del “cambio responsable”, “el gran cambio”, y otras fórmulas de engaño, para que nos vengan a decir que ya todo estaba fundado y que lo único que falta es incrementar las políticas de pobres que los demócratas de los 2000, fueron disminuyendo porque cuestan demasiada plata y no querían incomodar a las grandes empresas que tan amigas también fueron del fujimorismo. Aquí es, sin embargo, que viene el problema clave de la propuesta anaranjada: ¿cómo se cubre el costo de tantos desayunos y almuerzos escolares, de los apoyos a los comedores y programas de alimentos para sectores vulnerables, el reforzamiento de los CLAS, los programas de vivienda, la expansión del SIS, en resumen, los regalos pueblo por pueblo?

No salen de la caja fiscal actual. Pero mientras Humala ha tenido cuando menos la franqueza de mencionar la reforma tributaria y los impuestos a las sobreganancias y hacer los cálculos de financiación de sus propuestas, que saldrán de los que más tienen y no del IGV o de las AFP; los estrategas del fujimorismo no han dicho palabra, como si la plata llegara sola, y los nuevos gastos se cubren del aire. Lo que debería hacer pensar a los asustadizos sobre dónde está el mayor riesgo de que nos caigan impuestos y contribuciones especiales para sustentar el clientelismo del que depende la reproducción del sistema creado por el dictador de los 90. Eso lo saben por supuesto los redactores del Plan y los periodistas de la noche, pero callan, porque su labor no es orientar a la población sino manipularla, empujarla a decidir contra sus intereses, para que tampoco se vea los intereses que se trata de proteger.

23.04.11
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viernes, abril 22, 2011

Fue una dictadura de ladrones

Fujimoristas asaltaron la Caja Policial Militar que ya venía débil, con el pretexto de “reorganizarla” y se apropiaron de los fondos de retiro de militares y policías para impulsar empresas constructoras y financieras conducidas por testaferros del poder, a los que luego compraban sus “participaciones” a precios sobrevaluados.


Esto va a ser una hecatombe. Yo tengo grabados videos desde el 90. Están en Lima y son cerca de treinta mil”, fue lo que dijo Montesinos en la carceleta del Palacio de Justicia, luego de ser traído desde Caracas, donde había sido detenido en junio de 2001.

Tengo videos en los que aparecen empresarios, diplomáticos norteamericanos, rusos, europeos, que si los saco se producirá una crisis internacional”, insistió el exasesor anticipándose a lo que luego se diría de los WikiLeaks de la diplomacia estadounidense.

No voy a revelar dónde se encuentran los videos. Ellos son mi seguro de vida. Voy a mostrar los que me interesen, los que sean necesarios y me convengan para negociar la libertad de mi familia”. Y apuntó que fue “el mismo Fujimori quien le ordenó grabar todas las actividades que se realizaban en el Servicio de Inteligencia Nacional para que quedara registro de todo lo que pasaba allí… él estaba enterado de todo”.

Perú septiembre del 2000

En las calles de Lima y provincias, miles de personas celebran el anuncio de Alberto Fujimori ante una cadena de estaciones de televisión informando que se irá por fin del poder al cumplir el primer año de su tercer período de gobierno y que convocará a nuevas elecciones, luego de conocerse el video Kouri-Montesinos que mostró al país cómo se formó la última mayoría parlamentaria del Fujimorismo. El mensaje concluía:

- Y está demás decir que en estas elecciones no participará quien habla.

Casi once años de protagonismo electoral de Alberto Fujmori llegaban a su fin en forma ignominiosa. Lo que no pudieron hacer los miembros del Tribunal Constitucional que declararon inaplicable la “interpretación auténtica” con la que el Congreso de Martha Chávez, Luz Salgado, Martha Hildebrandt, Chirinos Soto, Medelius, Siura, Torres y Torres Lara, y tantos otros, había consagrado que el segundo gobierno de Fujimori era en realidad el primero y que cabía una nueva reelección.

Lo que no lograron los jóvenes universitarios que tomaron las calles contra el abuso; lo que no se pudo resolver con la rebelión contra el fraude en el primer semestre de 2006 y la marcha de los Cuatro Suyos, se selló finalmente con una imagen filmada que el gobernante corrupto ya no pudo ocultar.

Pero ahí nomás ya estaba comenzando el operativo para separar a Fujimori de su asesor, y construir la nueva historia sobre la parte buena y la parte mala del régimen de los 90. Esa versión revisionista que ahora nos llega empaquetada en Keiko Fujimori, que era muy niña cuando el golpe; muy distraída cuando secuestraron a su madre; muy susurrante cuando le recomendó a su padre sacar a Montesinos, pero siguió en el gobierno; muy inocente cuando ayudó a preparar las maletas para la fuga final de su padre, y recibió el encargo de quedarse al frente de la dinastía político-familiar.

Pero la verdad histórica señala que Fujimori instauró por decisión propia un gobierno compartido con Montesinos, expulsado del Ejército por espía y abogado de pasillos que defendía narcos haciendo desaparecer expedientes y vendía información clasificada a los servicios de inteligencia.

Como pasó en otras satrapías, el tipo que recibió el inocuo título de asesor, escondía un ilimitado poder informal que solo podía existir tras una negociación y transacción con el poder formal. Era la manera de poder manejar decisiones que desbordaban los marcos de lo permitido y lograr evadir los sistemas de control y fiscalización.

Lo más grave era además que este sistema de poder de dos pisos, no era desconocido para nadie. Cada vez más el fujimorismo fue asociando su supuesta eficiencia, su capacidad de alcanzar resultados, a los medios de “inteligencia” que empleaba.

El poder del Doc, estaba a la vista, y es por ello que desde el banquero más poderoso del país, los inversionistas extranjeros, los dueños de los medios de comunicación, los jueces y fiscales, los comandantes generales de los institutos armados, es decir toda la elite económica, política, social y militar lo visitaba y llegaba a acuerdo con él. Fue Dionisio Romero quien mejor sintetizó el porqué de esta atracción fatal:

- Todos sabíamos que conversando con él, lo estábamos haciendo con el poder real.

Y, claro, los bancos necesitan poder real. Por ejemplo para lograr que los interventores judiciales de la empresa Hayduk, cuyos propietarios estaban encausados por narcotráfico, fueran propuestos por el Banco de Crédito, al que la pesquera debía mucho dinero. Una gauchadita para tener un mejor lugar en el momento del pago de las deudas. Pero así son los negocios.

Es decir que si Romero tuvo una relación más que profunda con el gobierno de Fujimori, al punto de comprometerse a vivar por la re-reelección, el contacto para sacar cosas de ese gobierno era a través de Montesinos, que nunca hubiera podido tener un gramo de poder si alguna vez Fujimori hubiera querido ponerlo en su sitio.

Siameses

Lo que sí quiso hacer el dictador con su asesor fue convertirlo en su igual, que era como decir que el país necesita dos presidentes, uno para los actos protocolares y otro para la guerra sucia. Pero iguales, al fin.

Eso es lo que nos transmitieron en la famosa entrevista con Álamo Pérez Luna en el año 1999, a la que acudieron con ternos y corbatas idénticas, hechas por el mismo sastre, con la finalidad de subrayar que nadie era más que el otro cuando estaban justos estos dos.

Años después Toledo y Bush se vestirían con ternos y corbatas de igual color para transmitir el mismo efecto, y García lo haría con Castañeda cuando lo proclamó su candidato favorito y lo quemó para toda la vida.

Pero la identidad en la vestimenta de Fujimori-Montesinos, no solo era una novedad cuando salió al aire, sino un mensaje clasificado, porque se trataba de alguien que si le reclamaban por algo era capaz de decir que no tenía cargo, no era funcionario y no cobraba sueldo establecido, pero al mismo tiempo podía hacer que se cierre el tráfico seis cuadras a la redonda y llegaba rodeado de una guardia mayor que el presidente. No era, pero era, que es una de las claves del fujimorismo de los 90 y sigue siendo en el actual.

El secretismo y la trampa son las marcas distintivas del método fujimorista. Y ese sistema está hecho para dominar y para cubrir los actos corruptos. El fujimorismo vendió más de cien empresas públicas, muchas de ellas de gran valor económico, obteniendo un ingreso final de alrededor de 11 mil millones de dólares (se ha calculado que el valor real era más o menos el triple y que en la subvaluación ya hubo actos de corrupción y comisiones bajo la mesa).

Pero de todo lo que se obtuvo por privatización no hubo una sola inversión de largo plazo que pueda decirse para qué se vendió la empresa de teléfonos o la de electricidad, o se malbaratearon los pozos de Petroperú.

En el momento que Fujimori se retiró del poder, los fondos de reserva por privatización no llegaban a 500 millones de dólares, pero eran producto de intereses acumulados y no gastados.

Los 11 mil millones se habían ido en la compra con sobreprecio de armas en mercados secundarios, con traficantes como intermediarios; en gasto social sin control con fines re-reeleccionistas, en pagos a comisionistas, estudios de abogados, bancos de inversión, etc.

Pero no se quedaron ahí. Compraron armamento chatarra con sobreprecio, a pesar de las tensiones militares que tuvimos en las fronteras norte y sur. Y su general victorioso purga veinte años de prisión tras haber confesado que su fortuna provenía de las coimas en la compra de armamento, lo que le salvó de ser condenado por presunta relación con el narcotráfico.

Asaltaron la Caja Policial Militar que ya venía débil, lo que aprovecharon para “reorganizarla” y usar los fondos de retiro para impulsar empresas constructoras y financieras conducidas por testaferros del poder, a los que luego le compraban sus “participaciones” a precios sobrevaluados.

Mafia bancaria

Construyeron una mafia bancaria con el grupo Wiese-Sudameris, el Banco República, el Banco de Comercio, el Banco Latino y otros, que movían cuentas de organismos del Estado para tener liquidez y hacer préstamos que luego se inflaban fraudulentamente y permitían arrebatar la propiedad ajena.

Es una tontería definir estos hechos como aislados, suceden en todos los gobiernos, o “fallas que no niegan las cosas buenas del gobierno”.

Lo que hubo en el Perú de Fujimori fue un poder mafioso que se articuló como una inmensa telaraña, y que como en la historia del arzobispo centroamericano, cuando llegaron los reemplazos y ordenaron investigar, descubrieron que la cosa era tan grave y tan profunda que mejor era quemar los papeles y pensar que la noche había acabado y que todo recuperaría su normalidad.

Pero no fue así. La corrupción que no es extirpada hasta la raíz, es como el cáncer y vuelve a reaparecer. Lo estamos viendo. La mafia se propone regresar y hay poderosos intereses que prefieren el regreso del poder corrupto, antes que ponerse en la situación de tener que renegociar los inmensos privilegios de los que han gozado todos estos años y que son los que han creado la inmensa bolsa del descontento social que se manifestó en las elecciones. Esta historia continuará.

21.04.11
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El escenario de la segunda vuelta

A casi dos semanas de conocidos los resultados de la 1era vuelta, el escenario político peruano muestra que sobre el terreno sólo existe un candidato, una estrategia, una propuesta y un equipo de gobierno. Ollanta Humala esta ganando limpiamente la elección. Keiko Fujimori no existe, no tiene un plan de campaña, no tiene una idea de país (salvo el compromiso de no hacer nada de lo que teme la derecha económica y política, y la oferta de programas asistenciales) y está reducida al equipo que procede de los años 90.

Este escenario tiene sumamente irritada y desesperada a lo que podríamos llamar la “derecha fáctica”, la que tiene más que perder en un proceso de cambios, dado los altísimos beneficios y el enorme poder acumulado en los últimos veinte años. Desde el presidente saliente y su ministro de Economía y connotado empresario de la banca y la agroindustria; el presidente de la bolsa de valores, los directivos de las AFP, el presidente de la CONFIEP y otros gremios empresariales; y, sobre todo, la batería de medios de comunicación: televisión, radio y diarios limeños, con sus reporteros que hacen preguntas en las actividades de campaña y sus entrevistadores convertidos en orientadores de opinión pública, que creen que deben sermonearnos cada vez que están frente a un micro.

Todos estos –y seguro varios más que se irán agregando-, están ahora dedicados a una sola tarea que es generar desconfianza e inseguridad sobre el candidato al que más temen y que va adelante en la disputa. Ninguno de ellos pregunta o indaga nada sobre la otra candidata y lo que representa para el país. Como si no estuviera participando. No hay más que un solo plan de gobierno en debate y cuando los de la K asisten a la televisión van para comentar el del otro y los supuestos cambios que se estarían produciendo y no a defender lo que harían en la hipótesis de que pudieran llegar al gobierno.

No es casualidad, por cierto, que la ofensiva se haya centrado finalmente en la tergiversación del plan de gobierno ya que los otros expedientes: Venezuela, familia Humala, parlamentarios de izquierda, democracia, salto al vacío, etc., usados antes de la primera vuelta han caído en saco roto. El reacomodo inevitable de cualquier candidatura que recibe una mayoría inferior al 50% en la ronda inicial y no puede definir la contienda, y que obliga a ajustar la oferta para ganar nuevos sectores, ha sido inmediatamente interpretada como un viraje oportunista, para ganar votos. Los mismos que le dicen que una economía nacional de mercado y una mayor democratización del acceso a la información y la prensa, son la puerta al comunismo estatista y a la dictadura sin libertad de expresión, son los que más combaten las aclaraciones defensivas del nacionalismo “que se quiere cambiar de posición”.

La intención es obvia: que nos dejen hacer lo que queremos con el programa de Humala (mientras ignoramos el de Fujimori) hasta que la gente que podría votar por él empiece a dudar. Y conste que no les estamos diciendo por quién deben votar, que va, no somos fujimoristas, pero jamás por Ollanta, que nos quitará la propiedad, confiscará las AFP, nos impedirá oír a Rosa María cada noche, y otras tantas desgracias descritas diariamente por los medios de comunicación. ¿Hay un mínimo de equidad y equilibrio en esta pelea? Obviamente que no. Son los perdedores de abril que como la otra vez están bajo el síndrome de la tortilla volteada, que los hace sobre actuar a toda hora.

El verdadero debate

En el Perú deberíamos estar discutiendo sobre las alternativas de recuperar el esquema del poder de los 90: un poder fuerte e intervencionista, aliado de los inversionistas nacionales y extranjeros, a los que se les exige dejar dinero en manos del gobierno para los programas sociales; modalidad que fue modificada en los 2000 con una menor exigencia al capital y una reducción de las políticas asistenciales, así como con un cierto grado de apertura a las libertades políticas.

Es verdad que en cierto sector de los pobres del país hay la memoria de un gobierno que se ocupó de ellos, que es lo que se expresa en la frase fujimorista de que fueron capaces de llevar al Estado hacia el pueblo. Pero era un Estado efímero y clientelar, que llega no a través de instituciones o procesos de desarrollo, sino a por medio de la “preocupación” gubernamental expresada en regalos que podían ser pequeñas obras y repartos de bienes, que a su vez reclamaba una reciprocidad en forma de apoyo de los pobres a sus benefactores. Que esto haya estado asociado a la reelección (reproducir al infinito la dependencia) y a la corrupción (ausencia de controles donde se mueve mucho dinero) no debería llamar la atención de nadie, salvo de los periodistas que estuvieron metidos en eso y que luego se revendieron como “democráticos” con Toledo y García, que creen que basta con que la candidata diga “deslindo”, “juro”, y asunto arreglado, aunque añada que su padre lo inspira y sus compinches la asesoran.

De este sistema los del color naranja no se han movido un ápice y no muestran tener alguna idea renovadora. Pero lo que sería iluso es esperar que la Palacios, Vargas u otros lo hagan evidente ante el pueblo. Ellos no quieren que se aclare que está empujando el retroceso por miedo a las consecuencias del progreso. Es increíble –como diría Althaus-, que el país tenga una derecha tan ciega que imagina que nada debe tocarse, en un escenario en el que se acumulan formidables bombas sociales. La vez anterior se valieron del “peor presidente de la historia” para cerrarle el paso a la propuesta del cambio, ahora ni siquiera sacan por la cara por la gordita, heredera y representante de un presidente asesino y corrupto, sino que buscan hacer el corralito de la confusión y el miedo, en la esperanza que no quede otra posibilidad que votar por ella.

Y todo se mantenga igual, para ellos.

22.04.11
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martes, abril 19, 2011

La campaña del miedo

Lo que queda claro después de ver la ofensiva lanzada sobre el tema de las AFP, es que el gobierno va a ser el encargado de sembrar los miedos, y los medios de convertirlos en entrevistas a “especialistas” e interrogatorios forzados a los dirigentes de Gana Perú, para concluir que “no está claro”, es decir que el miedo subsiste. Claro, si Ollanta quiere pagar una pensión contributiva a los ancianos que nada tienen, seguro que va a sacar la plata de los que ya han acumulado para su jubilación individual en las AFP. En una radio escuché a un “analista económico”, que decía que en la voz de Félix Jiménez se sentía que no le gustaban las AFP.

¡Qué importa si el sistema de AFP es abusivo en extremo con sus comisiones e impredecible en sus rendimientos, y que a la gente le digan al final que lamentablemente su plata no logró retornos aceptables por lo que le va a tocar pensiones más pequeñas, mientras los dueños de las AFP se la llevan en paila grande y a la segura cada año (aún en períodos de crisis)! ¡Tampoco si usan los fondos de los trabajadores para darles liquidez a sus empresas y venden finalmente las acciones perjudicando a sus ahorristas! No, que nadie se meta con los sistemas existentes que son perfectos, ¿no están viendo el crecimiento?

Pero, vamos, lo que aquí se está haciendo es la campaña de clases medias de Keiko Fujimori, que consiste en asustar a todo aquel que tiene algo, o cree tener algo, y al que le mueven la idea de que podría perder lo que es suyo. Ese no es el discurso de la candidata que sigue ofreciendo regalos para los pobres: programas de salud, nutrición, apoyo a las PYMES, donaciones a pobres, etc. Ella es la buenita que se ocupa de D y E, mientras el gobierno y los medios se interesan por B y C. Por supuesto que no dicen que la inmensa lista de propuestas asistenciales del fujimorismo tienen un alto costo fiscal, y que si no va a hacer de una reforma tributaria para que los tienen más paguen más (que es lo que más revienta de Ollanta Humala), entonces tendrá que venir de otros impuestos, es decir de la clase media y popular.

En los 90, los masivos programas sociales de Fujimori se financiaron con fondos de privatización que se evaporaron en una combinación de populismo y corrupción. Esos fondos por supuesto ya no van a haber porque queda muy poco que privatizar. Entonces, ¿de dónde van a pagar lo que prometen?, ¿por qué Rosa María Palacios no plantea preguntas claves sobre el financiamiento de los proyectos de Fujimori?, ¿alguien se ha olvidado del “impuesto extraordinario de solidaridad” (IES) que se instituyó en los 90, a través del cual todos los que ganaban los exiguos salarios de la época sufrían un descuento de 10% para los programas sociales?, ¿quién garantiza que esto no volverá a ocurrir?

Y ya que vamos por el lado de la malversación de recursos, Rosa María en vez de apelar tanto a su discutible habilidad lectora debería hacerlo más bien a su capacidad de memoria y traer al presente quién fue el que dispuso de los fondos de las pensiones de la ONP, la Caja Policial Militar y la Caja del pescador, así como del Fonavi, para gastos no autorizados. ¿Por casualidad no fue un tal Alberto Fujimori, padre de Keiko, quién fuera su primera dama desde 1994 y que ahora quiere restaurar el reino de la “mano dura” de papá? ¿Acaso quieren convertirnos en un país de amnésicos?

20.04.11
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domingo, abril 17, 2011

Voto duro

En la votación de primera vuelta del año 2006, Ollanta Humala alcanzó el 30.6% de los votos y para esta vez ha logrado el 31.7%. Hace cinco años ganó 18 circunscripciones electorales (departamentos) y esta vez ganó 17, casi todas las mismas de la otra vez. En el 2006 logró 46 parlamentarios y esta vez los pronósticos lo colocan entre 45 y 48. Es casi imposible hallar mayor simetría que este resultado, lo que hace a su vez muy discutible algunas afirmaciones como aquella de que el único voto duro es el de los fujimoristas y los demás son volátiles o producto de estados de ánimo, o que esta vez la victoria de Ollanta ha sido pura estrategia a diferencia de la ocasión anterior.

En realidad lo único serio que podría decirse es que el mismo país que se manifestó en la anterior elección ha vuelto a hacerlo el último 10 de abril. Eso habla demasiado de las políticas que supuestamente debían incorporar una mayor cantidad de gente a las capas medias y a una mayor identificación con el modelo. En Lima, misma, en el 2006, Humala tenía 21.1% de los votos en primera vuelta y ahora cuenta con el 20.4%. Si de algo puede haber servido la estrategia es para volver a presentar el mismo candidato, conociendo por donde los iban a atacar sus adversarios, evitándole golpes en los primeros tramos, y sorprender a sus enemigos cuando ya lo daban por vencido, con una corrida final en la que no pudieron alcanzarlo. Obviamente que este modo de abordar la campaña le está permitiendo una mejor posición para la segunda vuelta, pero ese ya es otro tema.

Pero no ha sido Ollanta ciertamente el único duro de la jornada: si se revisa la supuestamente extraordinaria performance electoral de PPK, se verá que comparado con la votación de Lourdes Flores en el 2006, no hubo ascenso real. La candidata consiguió 23.8% en la elección anterior y el gringo está llegando a 18.6%. En Lima, la gordita Lourdes ascendió hasta el 34% y PPK alcanza 26.9%. Sobre el famoso voto del sur, también hay que decir que el PPC del 2006 logra un segundo lugar en Arequipa con 21.4%, mientras que el gringo llegó al 25.9%. Y algo parecido en Tacna y Moquegua, donde aparece en similar colocación. En resumen no hubo ningún salto, sino un pequeño descenso respecto al dato de hace cinco años. Aunque la diferencia sea que Lourdes empezó ganando y PPK perdiendo, pero los dos perdieron. Constantes, como se puede ver.

Y en el caso de Keiko, lo que puede anotarse es su simetría con el voto aprista en el 2006. Así la estrella logró 24.3% hace cinco años y la k consigue 23.5% esta vez. Menos de un punto de diferencia. El Apra ganó seis circunscripciones: Piura, La Libertad, Lambayeque, Ancash, Callao, Ica; y Keiko consigue: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Cajamarca y el exterior. El APRA consiguió 36 escaños el 2006 (hoy tiene sólo cuatro) y los fujimoristas probablemente logren el mismo número de representantes. Caben varias hipótesis, sobre todo porque se daba por descontado que los asientos fujimoristas estaban en la región central y no en la parte norte donde siempre predominó el aprismo. Curiosamente el segundo lugar de la votación en departamentos claves como Piura, Lambayeque y La Libertad, lo alcanza Gana Perú de Ollanta Humala, lo que significa que se reparten el voto histórico del APRA. Esto no parece responder a ningún endose, sino al final de uno de los votos más duros de nuestra historia.

17.04.11
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La concepción fujimontesinista sobre los medios de comunicación

En la sala del SIN el almirante Elesván Bello, comandante general de la Marina le dice a Vladimiro:

- Si no hay manejo de televisión no hacemos nada.

El asesor contesta pausadamente al almirante:

- Ya se ha determinado que no va a haber avisos, ya se ha dado cuenta que no hay avisos. Saben que no pueden contar con la televisión. Andrade ha dado una conferencia de prensa. Ningún canal ha pasado la conferencia de prensa, no existió nunca.

El gobierno había determinado que aún si se pagaran los avisos, los medios no los recibirían. Los candidatos no podrían expresarse a través de la televisión y la radio. Y tampoco se trasmitirían noticias de sus actividades.

Y si no hay información sobre algún hecho, el hecho no existe.

- La acción política si no tiene un correlato de medios de comunicación, no va”

Vladimiro explica en otro vladivideo al banquero Eugenio Bertini la relación entre medios de comunicación y política. Nótese bien: un agente de inteligencia revela la doctrina del régimen en materia de comunicaciones al gerente de un banco, con fuertes vínculos con la corrupción.

La escuelita

En una entrevista en agosto del 2007, Juan Francisco Crousillat le explica a César Hildebrandt Chávez de agenciaperu.com, cómo funcionaba la relación entre los medios y Vladimiro Montesinos.

- Ustedes iban ¿de lunes a domingo al SIN?

- “Así es. Yo iba a las 8 al canal, trabajaba de 8 a 9 y media y de ahí me iba al otro lado. Almorzábamos ahí, había un servicio de restaurante y comíamos el menú del día”.

- ¿Y quiénes eran los habituales?

- “Éramos (Samuel y Mendel) Winter, (Julio) Vera, el que habla y Vinitsky. (Ernesto) Schultz no, porque generaba problemas, era una persona muy temperamental entonces originaba peleas y discusiones. Entonces decidieron ponerlo aparte, en una especie de escuelita personal”.


¿Se han puesto a pensar qué clase de lecciones recibían los dueños de los canales de televisión en las oficinas del SIN, en una secuencia diaria y por varias horas, almuerzo incluido?

Pero estos son aún buena parte de los propietarios de la televisión peruana y esta la catadura moral de los hombres que hablan de libertad de prensa. Obviamente la intervención de Montesinos repercutía asegurándole una prensa sumisa a Alberto Fujimori y todo ello era contemplado impasible por la joven Keiko Fujimori Higuchi.

Amarrando la prensa

En agosto de 1998, se produce un diálogo entre Vladimiro Montesinos, con Víctor Joy Way, presidente del Congreso (luego sería primer ministro), Luis Serpa presidente de la Corte Suprema y el vocal supremo Bringas.

- Hay un huevo de plata en publicidad. Hermano, nosotros tenemos que hacer convenio con el 2, con el 4, con el 5, amarrarlos desde ahorita no solamente para las municipales sino para el 2000, hermano, y la única forma de amarrarlos es con la publicidad. Si desde ahora no hacemos convenios con los medios nos hemos jodido, hermano; si no tenemos canal 2, 4 y 5 estamos jodidos, hermano; acuérdate de la huevada.

Nótese que estamos en vísperas de las municipales en las que el gobierno llevó como candidato a Hurtado Miller, teniendo como jefe de campaña en la sombra a Vladimiro Montesinos. Aunque como se desprende de la conversación el “huevo de plata” en publicidad estatal ya estaba apuntando a las presidenciales del 2000, donde Fujimori tentaría la segunda reelección.

17.04.11
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Las noticias de Bayly y el fujimorismo

Dentro de las frases inolvidables de esta campaña quedará registrada aquella de Jaime Bayly que afirma que: “Es una mala noticia que el señor Humala (que no renunció al Ejército golpista cuando el señor Fujimori perpetró el golpe del 92, que apoyó desde Seúl el golpe fallido de su hermano Antauro contra el entonces presidente Toledo, emboscada que dejó varios policías muertos) haya obtenido más del 30 por ciento en las elecciones presidenciales de ayer”.

“Es una buena noticia que la señora Keiko Fujimori (que tenía 16 años cuando su padre dio el golpe del 92, que por consiguiente no puede ser responsable de los desmanes autoritarios del gobierno de su padre, que en el segundo gobierno de su padre hizo todo cuanto pudo para que despidieran al bribón de Montesinos, que se quedó valientemente en el Perú cuando su padre renunció y fugó de un modo deshonroso) haya obtenido un claro e inobjetable segundo lugar en las elecciones de ayer, con un porcentaje que sobrepasa el 23 por ciento de los votos” .

O sea que en el Perú se vote por un político nuevo que realmente se alzó contra Fujimori y la tramposa transición que se urdía a finales del 2000 entre el gobierno saliente de los vladivideos y el fraude, los paridos políticos de supuesta oposición y la OEA, y los acuerdos de impunidad que se estaban cocinando para salvar a la cúpula político-militar del régimen, y que hoy ofrece una propuesta de cambio, es mala noticia; pero que se lo haga por la hija de un golpista, que fue la primera dama de su papi cuando dio otro golpe, pero esa vez a su propia madre, y que carece de otro mérito personal que no sea ser hija de un expresidente al que un quinto del país aún le guarda aprecio por los intensos programas populistas de los que fueron beneficiarios y otra parte lo considera un freno posible a los cambios sociales.

Más o menos como decir que Humala es culpable cuando siendo un capitán de 30 años, en la zona de emergencia, en plena guerra con Sendero Luminoso no renunció a su carrera, lo que no hizo ningún otro militar (el intento de Salinas fue varios meses después y abortó antes de ejecutarse por múltiples traiciones), pero la hija que viene a salvar el “legado” del padre y que justifica el golpismo como necesario, ahora, con 35 años, no puede ser responsable de nada. La chica que dice que su papá hizo “el mejor gobierno de la historia del país”, no comparte responsabilidad por los desmanes que ocurrieron delante de sus ojos, y que hoy quiere borrar con la palabra “deslindo”.

Dice Bayly que la ahora señora de Villanela, “hizo todo cuanto pudo para que despidieran al bribón de Montesinos”, lo que lleva a preguntarse: ¿qué es lo que realmente hizo? Porque lo único que sabemos es que ella dice que le dijo a su “apá” que no era buena la compañía de este personaje, con el que el chino apareció del brazo hasta dos semanas antes de la visualización del video Kouri-Montesinos, para informar de la captura de los responsables del contrabando de armas para las FARC, que en realidad trabajaban para el gobierno. ¿Renunció Keiko a su condición de primera dama por Montesinos? ¿Envió alguna carta abierta a su padre sobre el papel que cumplía su asesor? ¿Ha hecho hasta el día de hoy, algo más que echarle la culpa al Doc., y usarlo como chivo expiatorio de la corrupción y las violaciones de derechos humanos, y tapar los delitos de su progenitor? ¿Cómo explica el poder que alcanzaron Montesinos y Hermoza, aparte de sugerir una increíble ingenuidad de parte de su padre?

Si fue tan valiente de quedarse y tan deshonroso el viaje de su padre, ¿cómo es que luego siguió haciendo el juego político de Alberto Fujimori, durante su refugio en Japón y ahora cuando dirige al partido desde la DINOES? Claro que otra manera de mirar el caso es pensar que Alberto Kenya le encargó precisamente quedarse para cubrir las necesidades de la reinserción de su movimiento político que eran fundamentales para su propia sobrevivencia política y personal. Que Fujimori usa a sus hijos para sus intereses, no es un descargo a favor de la gordita, sino una evidencia de que estamos ante la manipulación de la política peruana por un clan familiar.

Si Bayly imagina que Ollanta no fue suficientemente antifujimorista y que Keyko fue una luchadora antimontesinista y una política independiente de la influencia nefasta de su padre, allá él. Ha dado muchas muestras recientes de perdida de contacto con la realidad, que más da una más. Lo que es sorprendente no es esto, sino que el escritor se diferencie tan claramente de los de su clase que afirman que van a ir a votar por Fuerza 2011, casi a la fuerza, porque no les queda otra y porque PPK no entró a la segunda vuelta. El único que ve una buena noticia en que Keiko haya reemplazado a los partidos que gobernaron en los 2000 es el buenazo de Jaime.

Ella fue su candidata desde el comienzo. Como fue Susana en las municipales hace algunos meses. Aunque supongo que a esta última no debe estarle gustando nada esta analogía.

17.04.11
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¿Por qué se recordará a Fujimori en el futuro?

A comienzos del año 2001 escribí :

“El gobierno de Alberto Kenya Fujimori Fujimori ha terminado. Y de la peor forma en que podía hacerlo. Pudo ser, para la historia, el gobierno del hombre sin pasado político conocido, que había hecho posible que los peruanos pudieran votar contra el sistema político en su conjunto y conformar un poder insólito, al margen de los partidos y las tradiciones políticas.

Pudo ser recordado como el régimen ejecutor del más duro e implacable e implacable programa de ajuste económico en la historia del mundo y que logró elevar el promedio de los precios internos cinco veces en un solo mes llevando los salarios públicos y privados a niveles de absoluta insignificancia. Pero que logró, a través de ello, instaurar un orden estable, de dólar artificialmente barato, tasas de interés y tarifas de servicios caras, empresas y agricultores impedidos de subir precios por falta de mercados, y pobres y masivos subsidiados mediante programas sociales y alimentarios.

Soy fondomonetarista ¿y qué?

Pudo ser el mayor privatizador de que se tenga memoria, capaz de entregar cerca de 200 empresas del Estado, el petróleo, las principales minas, los servicios básicos, la siderurgia, la petroquímica, la pesca, los bancos, a inversionistas españoles, norteamericanos, canadienses, chilenos, argentinos y de otras nacionalidades, convirtiendo de paso al capital nacional en socio menor y subsidiario de las transnacionales globales.

Pudo ser el que como fin de fiesta también lograse privatizar aeropuertos, puertos, seguridad social, servicios de salud, universidades y escuelas; y todo esto cubierto con la ideología de la modernidad y el libre mercado, mientras los miles de millones de las ventas iban desapareciendo como por encanto. Pudo ser el que reingresó al Perú al club de los pagadores puntuales y con exceso de la deuda externa, el que nos reconcilió con el F.M.I., después de los discursos tan inflamados como inútiles e inconsecuentes, del presidente anterior, el que negociaba con rodilleras y se jactaba de ello, el que colocaba un chullo en la cabeza de Camdessus y agitaba “soy fondomonetarista, ¿y qué?, siendo aclamado de inmediato por los campesinos que sufrían los estragos diarios de ese fondomonetarismo.

La paz del autoritarismo

Pudo ser el gobierno del orden. Al que nadie le hacía huelgas, paros y ni una sola marcha en siete años. El que permitió a los empresarios derribar a los sindicatos. El que reinstaló el miedo en las oficinas estatales y borro del mapa al gremio nacional de trabajadores estatales, CITE. El que obligó a los dirigentes de la central de trabajadores, CGTP, a reconocer que sólo representaban el 3% de la PEA y que el resto se distribuía entre independientes, autoempleados, subempleados y desocupados. El que dividió a los trabajadores con trabajo fijo, con la enorme masa de pobres que se gananla vida como sea, incluidos los obreros de los “services” y otras formas de trabajo semiesclavo.

Pudo ser el régimen que capturó a Abimael Guzmán y lo hizo pedir la paz a sus captores a cambio de una torta de cumpleaños; el que capturó a Polay y lo encerró a oscuras por años para que aceptara rendirse como el jefe senderista; el del rescate de los rehenes que fusiló en el sitio a los guerrilleros capturados vivos; el de la matanzas de Barrios Altos, La Cantuta, Santa, etc.; el torturador de Leonor La Rosa y descuartizador de Mariela Barreto. Todo para que en este país podamos dormir sin apagones, ni bombas estallando en las esquinas. El que, por supuesto, condenó a más de cuatro mil personas por terrorismo y los encerró en cárceles tumba, en cárceles congeladoras, en cárceles tugurizadas, los aisló de sus familiares, les negó lectoras, medicinas y alimentación. Una cuarta parte de ellos, por lo menos, era además inocente. Dos cuartos más han venido sufriendo carcelería desproporcionada a sus responsabilidades, y el conjunto no ha tenido debido proceso. Pudo ser el gobierno que controlaba todos los detalles de la vida de los cuarteles, y manejaba a su criterio los ascensos, los retiros, las asignaciones militares. El que persiguió, arrestó y maltrató a los militares demócratas de Salinas y el que quiso matar al general Robles y lo obligó a exilarse.

Pudo ser el del golpe del 5 de abril de 1992 y la alianza cívico militar pensada para durar veinte años; el del Pacto de las Bahamas bajo el manto de la OEA que reinstitucionalizó a los golpistas; el del CCD, de la Constitución reeleccionista que priva al pueblo de derechos y del referéndum fraudulento de 1993; el de la reelección de 1995 y el de la reelección del 2000. El gobierno que logró batir los récords de las encuestas y que seguía registrando cifras de apoyo masivo después de diez años en el poder.

Pudo ser el régimen que condujo a la población fuera de la política, a los partidos al borde de su jubilación, a los individuos con aspiraciones políticas a construirse algún espacio entre la falsa independencia, el pragmatismo y el transfuguismo; el que consagró la mentira y se hizo aplaudir por la gente que se sabía engañada. El que controlaba la televisión, la radio, los grandes diarios. El que fabricaba noticias para tapar sus crisis. El que hacía llorar a las vírgenes, el que podía extraviar la nacionalidad de quien le fuera incomodo, el que invento el ritmo del chino e hizo bailar a Tudela.

Tantas veces Fujimori

Pudo ser, como se ve, muchas cosas que lo hubieran inscrito en la historia como un extraño caso de dictadura más o menos encubierta con el discurso de la nueva democracia, de neoliberalismo matizado con populismo a gran escala, de autoritarismo, infiltración y controlismo con la coartada del orden.

Pero no será por esto que lo recordarán las futuras generaciones. Quienes quieran estudiar lo que pasó en el Perú en los 90, descubrirán que el fujimorato sólo pudo ser todo lo que ha sido señalado porque, ante todo, se entregó a la conducción de una organización mafiosa. Como el Fausto, Alberto Kenya vendió su alma al diablo Vladimiro para poder alargar su existencia más allá de la muerte. Y la consecuencia fue la perversión absoluta del poder. El aparato que funcionaba y la mafia que drenaba cientos de millones de dólares al exterior. El gobierno que visitaba a los pobres y la mafia que blanqueaba dineros del narcotráfico. El Congreso que legislaba, y los privatizadores que se repartían comisiones. Los jueces y fiscales que aceptaban los encargos del poder, y los militares que apañaban el desfalco multimillonario de la compra de armas. La oposición que daba discursos, y Fujimori y Montesinos que huían forrados de millones.

El país que despierta del régimen más nefasto de su historia debe obligatoriamente aprender la lección de lo que significa un gobierno sin controles. Es decir, debe concluir que en nuestra ausencia, pasividad, indiferencia, están las principales claves de lo que ha pasado. Fujimori está políticamente muerto. Pero el Estado y la sociedad peruana: ¿han logrado realmente desfujimorizarse?”


Notas finales para un balance

Han pasado 20 años desde estas palabras y lo primero que se me ocurre decir es que fracasamos en la desfujimorización del poder. Ya no es sólo un tema de métodos, instituciones, tipos infiltrados y continuidad clientelista de grandes empresas, sino de la posibilidad de que los mismos actores de los 90 vuelvan a controlar el poder. Es un balance trágico que tiene que ver claramente con lo que fue el régimen político de los 2000 que tenía precisamente la tarea de limpiar el país de la infectación producida.

Y no lo hizo.

Prefirió el acomodo en el modelo económico, la constitución, las leyes, los partidos, los medios, la burocracia, la Justicia, las fuerzas armadas, etc., que venían del período anterior. Hoy, uno no sabe exactamente en qué consistió la transición que vivimos, ¿adónde transitamos?, ¿qué cambió en el Perú?

Es verdad que en los diez años la economía creció más que nunca. Pero la desigualdad nunca fue más profunda, lo que ha permitido el regreso del discurso populista de los programas sociales de regalos para la gente que es la especialidad del fujimorismo.

Es verdad que en el Perú existen vigentes diversas libertades políticas que no se respetaban en los 90. Pero están tan elitizadas que la mayoría las siente fuera de su alcance. Pero además los medios que hablan en nombre de la libertad de prensa han estado en su mayoría conectados a la corrupción y a la compra de conciencias del período anterior.

Por eso la discusión sobre libertad de prensa es contra Humala y no contra los que emputecieron la información para manipularnos.

Además a más de diez años del fin de la dictadura el Perú sigue siendo un país gobernado por los miedos: rebrote de terrorismo, delincuencia, conflictos, antisistemas, son agitados por los medios como si sufriéramos las plagas de Egipto, lo que hace que muchos sectores se crean el discurso de la mano dura que era la especialidad de Fujimori.

Entonces cuando reaparecen Martha Chávez, Luz Salgado, Carmen Lozada, del brazo de Keiko, Kenji y el tío Santiago, no queda sino reconocer que todo se fue preparando para ello. Cierto, hay un Perú que rechaza esta amenaza y otro que exige mayores explicaciones para actuar de inmediato.

Tal vez este sea el momento para encarar en serio la tarea de desfujimorizar definitivamente al Perú.

17.04.11
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