El caso de la
Universidad Santiago Antúnez de Mayolo en Huaraz, Ancash, donde estudiantes y
profesores, incluidos los miembros de la Asamblea Universitaria, se enfrentaron
al rector, acusándolo de corrupción y concluyeron acusados de ser miembros del
Movadef, lo que incluía un video en el que tres encapuchados con armas sobre la
mesa indicaban ser miembros de esa casa de estudio e integrantes de ese
organismo, parece más que una pachotada rectoral, un globo de ensayo de por
dónde pueden empezar a desarrollarse los conflictos sociales y su represión en
los siguientes meses.
Varios medios de
comunicación se tomaron en serio la denuncia que por cierto descalificaba toda
investigación sobre los actos del rector Sánchez Rodríguez contra el que se
dirigía la protesta. Un fiscal de esos que sienten haber recibido la orden del
Fiscal de la Nación y del gobierno, de perseguir a los seguidores de Crespo y
Fajardo donde se encuentren, avaló de inmediato el desalojo que se produjo en los
términos más violentos, aplicando la ecuación del ministro Pedraza, si es
Movadef es Sendero y si es Sendero quiere como en los 80 y 90, incendiar al
país.
Pero nadie se
preguntó hasta que varios estudiantes estaban en el hospital y otros en la cárcel
si es que esto no podía ser una falsa acusación para beneficiar a una de las
partes en un conflicto o puso en duda el montaje reflejado en el video que se
mostró a la prensa. Más aún, no se tomaron la molestia de demostrar si
realmente estábamos ante un delito de tipo subversivo que justificara una
acción violenta de la policía sin mediar negociaciones o si lo único que le
daba esta característica era que existieran las palabras del rector. Dicho de
otra forma, al Movadef se le persigue de oficio por eso del “pensamiento
Gonzalo” y no por lo que haga; y a los movimientos sociales se les clava el
sambenito de ser Movadef para cambiar el carácter de sus protestas y poderlos
proscribir.
El Perú tiene una
larga lista de conflictos sin resolver y otros por estallar que abarcan las más
diversas actividades, en donde se contraponen intereses y el Estado no siempre
es lo neutral que podría decirse.
Hagamos un esfuerzo de imaginación e introduzcámosle a cada uno de ellos el
factor Movadef y alguien diciendo que no se trata de un reclamo legítimo sino
de un plan senderista porque por ahí anda alguien con la cara tapada o se
gritan con mucha fuerza. Sería dar finalmente el paso que dejó incompleto el
fujimorismo para poner fuera de ley a sus adversarios y retomar el hilo de lo que
García describió como una nueva guerra fría cuando se refería a los avances de
la izquierda en América Latina y a los conflictos sociales y culturales como los
de la selva durante su gobierno que condujeron al baguazo.
El caso de la
Universidad de Huaraz no debe tomarse a la ligera. Esa idea de que el Movadef
tiene que ver con todas las movilizaciones y con los brotes de violencia
social, en el país de Conga, Espinar y otros, no sólo es una gran mentira sino
un peligroso juego de polarización que puede ayudar a volver a partir el país.
Aquí estamos advirtiendo que es necesario detener esta tendencia y sancionar
severamente a los responsables de falsa denuncia, para desalentar que lo de
Antúnez de Mayolo vuelva a suceder.
19.01.13
www.rwiener.blogspot.com
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