Como para la mayoría del país,
mi primera noticia sobre los Humala llegó procedente de Locumba, en la frontera
de los departamentos de Tacna y Moquegua, donde un joven comandante se había
alzado contra Fujimori, que todavía estaba a la cabeza de la llamada
“transición democrática”, dirigida por la “mesa de negociación de la OEA”,
mecanismo en cámara lenta que pretendía regular, evitando sobresaltos, el paso
de un sistema político a otro más bien de contornos por definir, en medio de
compromisos que apuntaban a la impunidad. El comandante estaba acompañado por
su hermano, un mayor en retiro, que se sumó a la revuelta. Yo era por esos días
columnista del diario “Liberación” de César Hildebrandt, y junto con el
director y otros colaboradores apoyamos sin dudas y murmuraciones el desacato
de los Humala a la cúpula militar montesinista, y su exigencia de que Fujimori
dejara inmediatamente el poder y no manipulara más el proceso político a favor
de sus intereses. Entonces nos cayeron llamadas de Ulises y la esposa de
Antauro, para darnos detalles y reclamarnos que denunciáramos los planes
siniestros que se preparaban en contra de sus parientes.
Mi segunda noticia me llegó el
año 2003, cuando recibí la sorpresiva visita de Antauro Humala que decía que
venía a hacerme una propuesta. Estaba decidido a sacar un periódico que la
principio sería semanal para luego tornarse en interdiario y culminar como
diario, que sería vendido por los militantes de su movimiento, que él denominaba
como “reservistas”, para asociarlos a una función vinculada a lo militar, que
se cobrarían el 50% de la venta en Lima y el 100% en provincias y se
autofinanciarían con ello. Lo que a mí me proponía el hermano de Ollanta era
publicar mis columnas en la nueva prensa, a lo que respondí con una
autorización para usar los textos que difundía por Internet. Luego le pregunté
por el nombre de la publicación y me dijo que podía ser “El Nacionalista”, “El
Patriota” o algún otro semejante. Entonces anoté:
-
¿Y por qué no le pones de nombre “Ollanta”?, ¿no estás buscando su
candidatura para el año 2006?
El periódico se llamó “Ollanta”,
y en él aparecieron muchas notas mías, que el editor (Antauro) modificaba según
su criterio para darles finales más combativos. Cuando me quejaba, Humala me
respondía que tenía la obligación de darle un toque etnocacerista a todo lo que
publicaba. Ese fue mi primer distanciamiento, salí del periódico cuando ya en
algunos lugares me llamaban compatriota. Luego tuve un desagradable cargamontón
durante un debate sobre la Asamblea Constituyente que acentuó mis distancias,
generándome la idea de que el etnocarismo era una corriente sectaria que no
quería colaborar con otros sectores. Finalmente se añadió otro incidente que
esta vez rebotó sobre la cabeza de Ricardo Letts por intentar diferenciar al
pueblo chileno de su burguesía y ejército.
Así que a finales del 2004 había
completado mi primera experiencia con uno de los más prominentes miembros de la
familia Humala y había empezado a dudar
si el destino nos depararía una lucha en común en los siguientes años. Justamente
el último día del 2004 un batallón de etnocaceristas marcharía a la comisaría
de Andahuaylas y capturaría sin un solo disparo a los policías encargados del
local. Había comenzado el Andahuaylazo.
08.08.12
www.rwiener.blogspot.com
5 comentarios:
Espero de todo corazón tu cuerpo elimine todo razgo de enfermedad y la fuerza de la salud total te envuelva y sigas brindandonos tu perpectiva politica, como yo hay cientos ,tal vez miles de lectores que te desean lo mismo y recuerda que ese sentimiento esta acompañandote....Gracias por tu valentia y sinceridad, respira hondo y dale para adelante, todavia hay bastante trabajo que hacer en el Perú.
Sr. Raúl Winier:
Los quechuas decimos que en estos “tiempos de enfermedad” surgirán muchas enfermedades desconocidas, como ésta que a usted le enfermó: “Ollantitis” del que estoy seguro, se recuperará y saldrá vigoroso con el cariño de su familia, de sus amigos cercanos y lejanos como yo. La cura, según mis compoblanos, es una carcajada pues es una enfermedad que nosotros mismos nos la hemos buscado, mejor dicho “nos la hemos comprado”. Claro, comenzó como una simple gripe, luego se expandió y se hizo una pandemia. “Ollantitis” es una enfermedad mortal, pues ya cobró 17 víctimas, es decir 17 hogares en orfandad por causa de este virus mortal.
Me animé a escribirle después de mucho desánimo confortado por su valentía y sinceridad, y aunándome a quien me antecede en este comentario le deseo mucha salud, y no hay tiempo para enfermarse más. Dale mis saludos a Else (ojalá pudiera tener su correo), a tus hijas, de parte de Marcela Machaca. Ya habrá tiempo para la salud plena de nuestro Perú.
Marcela
Disculpa también por el error ortográfico, Sr Wiener
SR. RAUL WIENER, DE TODO CORAZON LE DESEO QUE CUANTO SE RECUPERE TOTAL Y COMPLETAMENTE Y VUELVA A ALIMENTARNOS CON SUS ARTICULOS QUE, EN LO PERSONAL, YA LOS ECHMSO DE MENOS.
SR. RAUL WIENER, DE TODO CORAZON LE DESEO QUE CUANTO ANTES SE RECUPERE TOTAL Y COMPLETAMENTE Y VUELVA A ALIMENTARNOS CON SUS ARTICULOS QUE, EN LO PERSONAL, YA LOS ECHAMOS DE MENOS.
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