martes, mayo 31, 2011

Domingo de debate

En el debate del domingo el país vio un Ollanta Humala que no recordaba. Hace dos meses había eludido la confrontación con sus adversarios (que eran los otros cuatro candidatos) con el recurso de la lectura. Estaba calculando, seguramente, que tenía el ticket de pase a segunda vuelta y no quiso arriesgarlo en una pelea en desventaja. Pero en el Marriott, apareció otro Ollanta, dispuesto al combate, parecido al que se enfrentó a Alan García el 2006, pero que muy pocos recordaban.

El resultado es que si se mira desde el ángulo de las habilidades oratorias, el nacionalista mejoró notablemente y la fujimorista se mantuvo en su nivel. En ese balance gana el que mejora y reduce resistencias y valoraciones negativas que podían haber quedado de la vez anterior. Keiko no mostró nada nuevo, mientras su adversario habló claro, que era precisamente lo que la chica naranja quería mostrar como su peor baldón.

En el aspecto de fondo del debate había dos grandes hipotecas a levantar: (a) Ollanta tenía que demostrar que no era Chávez, o que se proponía transformar el Perú en una nueva Venezuela y que, por inferencia, todos los defectos del otro comandante rebotaban sobre él; (b) Keiko, debía, por su parte, explicar su relación actual con su padre, a la luz de los elementos de memoria histórica que han estado brotando en la campaña, y tratar de aparecer como una propuesta independiente.

Sorprendentemente, los asesores fujimoristas no orientaron a su candidata a enfrentar a su adversario en el tema que todos decían que era el principal y al no hacerlo confirmaron que no era ni siquiera secundario. Quisieron picar al nacionalista con el sambenito que creían había tenido el mayor éxito: que tiene cuatro planes y ellos sólo uno, pero no lograron transmitir el mensaje de porqué era malo variar los planes y positivo empeñarse en el mismo del inicio. Tal vez cuatro planes buscando la amplitud pudiese ser visto como mejor, que decir que la Constitución del 93 es su programa y de ahí no se van a mover.

Ollanta Humala, en cambio, si centró el ataque en la debilidad fundamental de la candidata. El papá en la DIROES y el pasado de los 10 años de régimen autoritario, de violaciones de derechos humanos y corrupción. La hija tuvo que resistir la andanada por los delitos y crímenes del padre, sin poder romper con él, ni renegar tampoco del entorno, ni cortar amarras con el legado de los 90, que es a su vez el que le provee la parte más dura de su voto.

Si en los últimos días ha venido creciendo el repudio a la posibilidad de que el Perú vuelva a ser manejado como la chacra de los Fujimori, y eso se ha reflejado no sólo en marchas sino en las encuestas que al margen de sus diferencias coinciden en que hay una merma de la opción K, la intervención de Ollanta se ha encarrilado claramente con esa onda anímica del país. Y ese es, me parece, su mayor victoria en el debate.

31.05.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias señor Wiener por ser usted una alternativa muy bien documentada y preparada frente a la "cultura periodística" de los seguidores de Keiko. SLas observaciones y análisis vertidos en su blog me han servido de fuentes para enviar a algunos endecisos un resumen de lo que nos espera de salir elegida Fujimori.

Lamentablemente el temor antes que documentarse y recordar bien las hazañas del fatídico (para el Perú) gobierno dictatorial asesino, corrupto, extorsionista que significó el fujimorismo. Prefiere dejarse enceguecer por las leyendas negras sin fundamento atribuidos a Humala, quien aún no ha tenido la oportunidad de gobernar.

De ganar Keiko tendremos continuismo para rato pues haceindo uso del acostumbrado asistencialismo a las clases populares, se producirá el chantaje electoral, y así perpetuarán la dinastía Kenji, los otros hermanos, y los sucesores continuarán saqueando y desgobernando.

Como dice una entrevistada en este video yo también:“prefiero saltar al vacío y quizás sorprenderme, a saltar directo al desagüe.”
http://elcomercio.pe/politica/760757/noticia-candidatos-se-reparten-simpatias-deportistas-artistas-intelectuales