miércoles, junio 01, 2011

Keikadas

La mejor de la noche fue: “Milagros Maraví y Alejandro Aguinaga no tienen condenas o procesos judiciales, son personas intachables como la gran mayoría de las personas que trabajan a mi lado”, que en buena cuenta quiere decir que por lo menos una minoría no lo es. Un reconocimiento trascendental, para alguien que formó parte de un gobierno que tiene más de 200 presos, y mucho más fugados y procesados, que no están por ahora en el lado visible de la candidata. Descontando a todos ellos quedan otros que no son intachables… pero que ella los mantiene allí.

Preguntada para que dijera porqué promovió el indulto de las hermanas Martínez ante su padre, cuando éstas se encontraban procesadas por narcotráfico, y luego recibió una ayuda de 10 mil dólares de parte de ellas para su campaña del 2006, la chica K contesta: “Me enfrenté a Montesinos, que las extorsionaba y tomé esta decisión por sugerencia de Monseñor Cipriani, Monseñor Bambarén y el abogado de mucho prestigio José Ugaz”. Pero eran procesadas por narcotráfico, y probablemente Montesinos las extorsionaba porque eran culpables. Y que haya habido las recomendaciones que señala no justifica que saliera, sin ningún conocimiento de los expedientes del caso (si los hubiera conocido sería peor) a defender a las olluquitas y lograra que las indulten.

Yo podría hablar aquí de lo que conozco de las aventuras del abogado de “mucho prestigio”, que utiliza ese prestigio para defender las peores causas con los más repudiables métodos. En este caso mismo, Ugaz era el abogado de la familia de Hayduck, y en vez de probar la inocencia de sus defendidas, fue a la primera dama para que influyera al presidente para sacarles un indulto a las hijas del dueño de la empresa y principal acusado de sacar droga en sus embarcaciones. Y ahora trata de sacar a un hermano de otra acusación más grave, por el mismo delito, recurriendo a maniobras judiciales. De los monseñores mejor no hablar, pero habría que preguntarles de cuántos prisioneros y acusados injustamente se han preocupado a lo largo de su vida.

El hecho es que la chica K recibió, años después de haber contribuido decididamente al indulto de las hijas de Eudocio Martínez, una donación de campaña de 10 mil dólares, según propia confesión. Lo que en términos prácticos es una retribución al favor judicial recibido. Eso es corrupción y colaboración con el narcotráfico, que se agrava cuando la señora Fujimori dice que no va a devolver ese dinero. Eso le preguntaron a la candidata y ella contestó lo que está escrito más arriba: que si las indultó porque Montesinos quería sacarles dinero, y ella les sacó dinero años después. ¡Qué bonita familia!

Otra redonda: “a los alumnos les volveremos a dar su calzado escolar, los buzos escolares y el combo escolar, desayuno y almuerzo gratis...” ¿cómo este no era un nuevo gobierno, y que sobre el anterior hay que ir a preguntar a la DIROES?, ¿cómo es eso que le “volveremos a dar”? O sea que el 28 de julio, equivale al 14 de noviembre del 2000, el día después de la salida del avión con Fujimori huyendo al Asia con las pruebas de sus delitos, en el que la familia imperial regresa a Palacio y vuelve a llenar de regalos a los pobres para avasallarlos. ¿Y cuántas cosas más?

01.06.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Juan A. Cavero G. dijo...

Dice bien Página 12 de Buenos Aires, que "Humala atacó a Keiko, pero no tanto", en el debate del último domingo. Y es que, si bien Humala estuvo mejor, en términos pugilísticos, "faltó el nocaut". Eso se vio claramente cuando la hija del delincuente dijo lo citado por Raúl Wiener al comienzo de su artículo. Humala, en ese momento tenía como para darle en el suelo, y no lo hizo. Igual, cuando KF se puso a defender a Aguinaga, no pudiendo evadir la responsabilidad política del susodicho. Otra gran oportunidad fue cuando KF dijo, con cinismo, que su candidatura no tenía nada que ver con su padre, pese a haber afirmado, antes de la primera vuelta, estar orgullosa del "mejor gobierno de la historia" y prometer, cuando ganara, una marcha a la Diroes, para liberar a su papito. Finalmente, lo más cómico (por el humor negro) de su intervención fue prometer que garantizaría los derechos laborales de los peruanos, lo cual tampoco fue rebatido debidamente por Humala. Al ver esto, me acordé de Héctor Cornejo Chávez, un polemista de polendas, de argumentación clara y racional, y dicción perfecta, que de haber estado en el sitio de Humala, simplemente hubiera hecho puré a la hija del delincuente.
Ya las cartas están echadas. Humala, tal vez orientado por sus asesores, se mostró como un estadista capaz de concertar a las mayorías, pero no mostró la agresividad necesaria cuando se notaba la falta de argumentos de su contrincante. El pueblo decidirá si se vence al miedo, o si perdemos toda posibilidad de ser alguna vez una república civilizada.