Padrinos en la terna de Webb a Contraloría

Vicio de nulidad habría en la propuesta de la comisión evaluadora de candidatos a Contralor, debido a que los tres miembros escogidos no formarían parte de los propuestos por organizaciones sociales, como señalaba la convocatoria: uno de ellos fue presentado por él mismo, otra por Rafael Rey, y finalmente la otra propuesta surgió de la propia comisión. ¿Democracia?

Dice la Ley que la Contraloría General de la República “es el órgano superior del Sistema Nacional de Control, que cautela el uso eficiente, eficaz y económico de los recursos del Estado, la correcta gestión de la deuda pública, así como la legalidad de la ejecución del presupuesto del sector público y de los actos de las instituciones sujetas a control; coadyuvando al logro de los objetivos del Estado en el desarrollo nacional y bienestar de la sociedad peruana”.

Pero allá por los comienzos de los años 80 el señor Richard Webb, entonces presidente del Banco Central de Reserva (segundo gobierno de Belaúnde), no concordaba con este principio y consideraba que el organismo a su cargo, por ser autónomo, estaba fuera de todo control y supervisión. Fue cuando la Contraloría, a cargo del recordado Miguel Ángel Cussianovich, ordenó enviar una comisión de auditores para realizar una acción de control al BCR, y Webb se opuso terminantemente impidiendo el ingreso de los técnicos y cerrando sus libros.

Hoy día, Webb preside un organismo más modesto en su significado económico, pero con una responsabilidad probablemente más trascendente: la comisión encargada de proponer los candidatos de entre los cuales el presidente García y el Congreso definirán el Contralor que sustituirá al descolorido y cómplice Genaro Matute. Y, ¡qué curioso!, a pesar de que entre los postulantes propuestos por diversas instituciones habían varios que reunían experiencia en el sistema de control, entre ellos una ex contralora y ex decana de los abogados (Aúrea Saénz) y el ex subcontralor que estaba en el cargo cuando el incidente con Cussianovich, posteriormente Contralor interino con Paniagua (Dr. Jorge Guzmán Rodríguez), ninguno logró figurar en las preferencias de los comisionados. ¿No será esto una forma de introducir el particular concepto de Webb sobre los controles y la autonomía?

Justificando sus preferencias el presidente de la Comisión ha dicho que no han pesado la experiencia o el nivel profesional de los candidatos, sino su “integridad”. ¿Y eso cómo se mide?, ¿cómo se acredita la des-integridad del resto?

¿Quiénes son?

El señor Fuad Khoury Zarzar, que es el único varón de la terna de posibles contralores, viene del campo de la banca, específicamente del equipo de gerentes de Interbank, ligados al ex ministro Ismael Benavides; tiene estudios en la Universidad de Lima, Piura ESAN y la Universidad de Chicago en los Estados Unidos. Debe tener también un alto ego para haberse presentado a sí mismo, sin ninguna experiencia en control de instituciones públicas.

En el caso de Ingrid Soraya Suárez Velarde, la información disponible indica que es ingeniera industrial graduada en la Escuela Politécnica de Gijón, España; contadora por la Universidad de Lima y máster en Dirección de Empresas por la Universidad de Piura. Ocupa actualmente un puesto de asesoría en el ministerio de la Producción, con financiamiento del PNUD; estuvo al lado de la gestión del ministro Rafael Rey; y su postulación ha sido presentada por el partido Renovación Nacional.
Finalmente, Mayen Lucrecia Ugarte Vásquez, no estaba en la lista de postulantes propuesta por las organizaciones, es decir provino de una invitación de los miembros de la Comisión. La actual subcontralora, Rosa Urbina, que ejerce funciones temporales por el retiro de Matute, se ha abstenido de opinar e informar sobre esta persona, por la forma como se introdujo su propuesta. Asimismo, otros organismos como el CAL y FONAFE. Y tal vez no sea tan extraño que no lo hagan, porque doña Mayen, aparte de Bachiller en Artes y Humanidades y maestría en Administración Pública, tiene como elemento resaltante de su currículum su condición de “experta en gestión pública por 18 años”.

¿Qué quiere decir esto? Que esta postulante a la Contraloría es la gerente general y representante legal del Grupo de Consultoría Goberna, en cuya nómina aparecía hasta 2004 la hasta hace muy poco ministra de Transportes, Verónica Zavala, actualmente en tránsito a un nuevo cargo de representación del gobierno en el BID. En el portal de la empresa consultora se menciona que sus clientes son la PCM, el MEF y diversos organismos públicos de nivel nacional, regional o local. O sea esta señora tiene contratos en curso con el Estado, cuyo control está a cargo de la Contraloría, y ahora la comisión de Webb pretende que sea la encargada de controlar.

Desafortunado Simon

Obviamente estamos ante una situación insólita. Y ante una nueva ocurrencia del premier Simon que resulta siendo todo lo contrario de lo que proclama. Íbamos a contar con un Contralor surgido de iniciativa de organizaciones de base, pero ninguno de los seleccionados tiene ese origen. Era la ocasión de buscar la independencia de los candidatos del gobierno de turno, pero los tres de la lista final están vinculados cada uno a un ex ministro. Queríamos fortalecer la independencia de la Contraloría para luchar contra la corrupción, pero la terna de la que saldrá el responsable de esta lucha está integrada por personas que tienen intereses propios y de grupo en sus relaciones con el Estado. Nos orientábamos por la meritocracia, y ahora nos inventan la “integridad”, que significa dejar de lado a los más capaces y nombrar a los más amigos… o algo peor.


04.12.08
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