Claro que no es lo mismo tener un contralor del partido de gobierno, que tenerlo del partido aliado del gobierno, cuyo líder ha sido además de ministro de Estado, escudero oficial del presidente García.
Por si acaso, Renovación Nacional no tiene inscrita en sus filas a Ingrid Soraya Suárez Velarde, pero el nombre del pequeño partido de Rey si figura en la relación de candidatos a contralor como el único partido que postula un candidato, o sea a Suárez Velarde.
Fue a pedido de Rafael Rey que se impresionó con Ingrid Soraya cuando entró en el ministerio, que el servicial Wilder Ruiz aceptó poner a su partido como aval de la postulante. Quiere decir que más que renovadora, la doña es reycista. Pero que cosa es renovación sino los amigos de Rabel Rey.
El ex ministro no recomendó a nadie. Ni al presidente, ni a la comisión, que pregunten a todos ellos. Pero de estar orgulloso de la designación lo está, después de todo esto demuestra que no se equivocó cuando la contrató anteriormente para el ministerio para un cargo de alta confianza.
Que haya sido asesora de ministro no tiene nada de malo, dice Webb casi susurrando. Sí, pero el encargo era buscar un profesional lo más independiente posible del poder, es decir del gobierno, y con conocimientos de funciones de control. Y lo que se nos quiere hacer creer es que en esa selección lo más aproximado a lo que se buscaba es la asesora del ministro más confrontacional y proempresarial del régimen (lo que es bastante en un régimen tan entregado a los grupos de dinero).
Por supuesto que no va a ser ningún problema que Suárez Velarde venga de un ministerio en el que lo que nunca ha habido es control, es decir capacidad de hacer respetar las normas que limitaban el número de embarcaciones y plantas, las zonas y los períodos de pesca, las especies de consumo humano con las industriales, etc., y en donde siempre juega la influencia de los grandes de la Sociedad de Pesquería.
Algo más, ¿será Ingrid Soraya Suárez la persona más indicada para investigar las formas irregulares de remuneración en el Estado, si ella misma estaba incluida en una planilla especial del Anuden un supuesto proyecto de “Implementación y Modernización del Ministerio de la Producción”, que no existe, pero que permite pagar por fuera de las normas oficiales, con dinero del mismo ministerio?
Si el cálculo de García y Webb ha sido salvar la cara de la Comisión y reemplazar a su favorita inicial por una de aparente perfil más bajo, lo que estaría haciendo, a decir verdad, es burlarse nuevamente de las expectativas del país de que los métodos del Estado pueden ser reformados. Esta extraña mezcla entre cuasi anonimato e intervención de Rafael Rey no augura nada bueno.
27.12.08
www.rwiener.blogspot.com
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