Normalmente no me inquietan los valientes que sienten la protección del poder. Y si de valentías apristas en las universidades vamos a hablar, puedo contar varias historias sabrosas de cómo se disputó el control de las universidades, quienes llevaban armas a los procesos electorales estudiantiles y de donde vienen las llamadas “guardias doradas” que dispararon contra manifestantes en Cusco, que vociferaban contra García en las elecciones del 2006. Pero vamos por Vílchez: hasta el menos recorrido podría reconocer en esta mujer el estilo de la secta, de esos que hablan de las viviendas para el pueblo, cuando prácticamente le regalan terrenos que ni siquiera eran del Estado, sino donación ciudadana, del aeródromo de Collique a Graña y sus socios chilenos, y de los que encabezan la pelotera contra la bancada del frente.
Bueno, esta doña está mencionada con nombre, apellidos, señas particulares hermanos y padre en el libro de Ricardo Uceda (“Muerte en el Pentagonito”), como parte de los iniciadores del destacamento paramilitar que por entonces impulsaba el APRA bajo el mando de Mantilla y Chito Ríos, en combinación con agentes de la policía, para responder a los ataques senderistas y que por extensión se derivó a la eliminación de dirigentes sindicales y otros. Ahí se cuenta que ese entrenamiento estaba dirigido al manejo de explosivos, realización de atentados, ocultamiento de pruebas, etc. Y dentro de ese material escrito hay una interesante anécdota sobre el viejo Abdón, que no sólo fungía de cacique regional populista como relata Huamán, sino que era también un hombre de acción y determinaciones: al morir en los entrenamientos uno de los participantes (otro de apellido Huamán), el entonces diputado pidió un voluntario que se responsabilizara por la dinamita y clavó sus ojos en un tal Melgar. Este trató de evadir la indeseable sugerencia pero fue presionado tanto (¿dónde está tu espíritu de partido?) que debió sacrificarse (Como Steers, Mantilla y ¿León?) y fue a la cárcel para salvar al grupo, entre ellos los hijitos de papá.
Uceda fue sumamente valiente en investigar y poner por escrito lo que obtuvo con sus entrevistas e información recaudada. Y no veo como podría ser fiel a la función de periodista independiente, sin subordinaciones al poder, si no sacaba a luz este dato, que sin duda lo conocen Vílchez y García. En el Informe de la Comisión de la Verdad sobre Rodrigo Franco se menciona específicamente a Daniel Vílchez Yucra, ¿será porque esta familia huancaína se dedicaba a tiempo completo a la democracia? Obviamente no me sorprende que Víctor Raúl Huamán me chante lo de “antiaprismo”, que es hasta donde normalmente llega su primera línea de defensa. Somos apristas y nos atacan por eso. No porque importantes miembros del partido han estado involucrados en una red de corrupción, porque se han vendido a la derecha y porque cargan con delitos contra los derechos humanos (que no se justifican por las víctimas propia, porque no estuvieron en una guerra abierta, sino en operaciones de contraterror clandestinas), sino porque pertenecemos a ese partido y poco menos que nos envidian.
Todo lo que dice la nota de La Primera a la que alude Huamán es que Nidia fue entrenada en el paquete mantillista. Y eso se recoge de fuentes que no fueron desmentidas cuando había la oportunidad. No ponemos casos de sangre, porque no están en las fuentes consultadas. Tal vez porque sus participaciones hayan sido secundarias y el libro se centra en casos emblemáticos. Pero a algunos de la estrella les parece que es una cobardía casi senderista recordar de quién se trata, a quién le han dado el cargo de ministra, sin saber un pito sobre construcción y vivienda. Y eso de que los apristas de la Universidad del centro ponían el pecho y decían soy aprista, y a ellos les “debemos la democracia”, que por favor con su pan se lo coma. Porque la verdad que lo que debemos al APRA y a sus búfalos, fue la hiperinflación, la violencia desbocada, el paramilitarismo y, en resumen, Fujimori. Y ahora le estamos agregando otras deudas. En la Universidad del centro fueron desaparecidos cientos, si no miles, de estudiantes, profesores y trabajadores, que no eran apristas ni senderistas, algunos que conocí y que se enfrentaron al clan Vílchez y otras bandas locales.
Finalmente Huamán dice la verdad cuando afirma de que soy incapaz de encontrar virtudes en Vílchez. Si alguien sabe alguna que me la explique. La de Simon: mujer, joven y provinciana, me parece propia de su acelerado reblandecimiento por ser parte de un gobierno al que tiene que hacer esfuerzos de adaptación cada día. Estoy contento además de no haber deslizado un centímetro de confianza frente a García en ningún momento de sus dos gobiernos. Puedo haber parecido duro. Pero a estas alturas se justifica plenamente.
1.12.08
www.rwiener.blogspot.com
NIDIA VILCHEZ Y LA COBARDÍA DEL DIARIO LA PRIMERA
Víctor Raúl Huamán
No se puede ser indiferente ante el cobarde ataque del diario "La Primera", al comentar la juramentación de la primera mujer Ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento Nidia Vílchez. Incapaz, este diario de reconocer virtudes, se ha ido a la yugular al más puro estilo senderista.
El comentarista Raúl Wiener, escribidor de este diario, sin el menor rubor, decidió sacar lustre a su enfermizo antiaprismo, anticipando juicios y acusaciones públicas basadas en especulaciones. Es lamentable que su obsesiva crítica destructiva no le permita sopesar como se lucho en las aulas universitarias, en la década del 80, ideológicamente contra el comunismo y contra el copamiento de sendero luminoso por muchos jóvenes que creían en la democracia. ¿Dónde estuvieron entonces los caviares de hoy, que atacan desde una democracia que no les costó defender ni enfrentar?
Mil autoridades apristas fueron asesinados de la manera más cruel y cobarde. En las puertas de sus casas, en sus oficinas, en sus trabajos – al mejor estilo senderista –, fueron volados en pedazos o acribillados a mansalva y sin posibilidades de defenderse. De esto el capón Wiener no dice una palabra, pero si se atreve a hablar de terrorismo con la mayor impunidad. Y para no parecer tan inconsciente, reconoce que: "Los informes de la CVR y el libro de Uceda no dan detalles sobre las acciones". Se refiere a las acciones de los que el se atreve a llamar apristas "terroristas". Es decir, luego de incendiar la pradera de sandeces, reconoce que no tiene forma de demostrar sus acusaciones.
Pero el cobarde Raúl Wiener va más allá. Desde su hediondo artículo, descalifica a la familia Vílchez por luchar por la democracia en las aulas de la Universidad del Centro, y haber logrado salir profesionales en circunstancias tan adversas para los jóvenes de entonces, especialmente para los que tenían el valor de decir "soy aprista" y poner el pecho para defender la democracia de la que hoy goza este periodista. Según Wiener, estos jóvenes están descalificados para asumir funciones de gobierno. Su pobre desazón continúa, definiendo la presencia de cientos de apristas que estuvieron presentes en Palacio para la juramentación de Nidia Vílchez y reducirlo a "la portátil aprista". No existe un ápice de reconocimiento a la trayectoria de una mujer provinciana, expresión de la reserva moral de una parte importante de la historia del Perú en su lucha por la democracia.
Sirva la oportunidad para mencionar al c. Abdón Vílchez, padre de la actual Ministra Nidia Vílchez, quien en la década de los 80 fue Secretario General del APRA en Junín y humilde profesor que el Partido del Pueblo hizo parlamentario entre 1985-1990. Fue a este señor, quien el terror comunista intentó asesinar en tres oportunidades. Pues este profesor también es escritor y tiene un pequeño libro titulado "Cuando la vida se va", donde relata nueve historias de atentados terroristas de los delincuentes comunistas sucedidos en Junín, Huancayo. En estas historias, se evidencia la defensa del APRA por su sobrevivencia en democracia. En esos relatos, también está las víctimas que tubo el ejército, las fuerzas policiales. Todos abonan en silencio esta tierra sagrada peruana.
Nada de esto es relevante para "el analista" político llamado Raúl Wiener. Parece haber olvidado que los crímenes lo cometían los que creyeron que "el poder nacía del fusil". Mi homenaje a ese humilde padre de nombre Abdón, a quien Dios y el destino le ha permitido llegar a ver a su hija Nidia en un cargo político tan importante. Un hombre que en el momento más difícil de la política peruana, entregó a sus hijos a la causa aprista sin dudarlo, con toda su fe puesta en la democracia.
Sea esta la oportunidad para relatarles algo que me sucedió en mayo de este año 2007, en que tuve que viajar a Junín, por motivos de trabajo. Eran las seis de la tarde cuando llegué al local principal del APRA. Habría unas doscientas personas reunidas y conocidas como los Desplazados. Son campesinos que abandonaron la zona de guerra durante la lucha contra el terror comunista. Allí, sobre una escalera y sin micro, hablaba el c. Abdón Vílchez Melo en perfecto quechua, lo que no es muy común ver para un limeño. Les informaba las gestiones que realizaba el Comité Ejecutivo Regional para que la municipalidad instale los servicios básicos a las tierras donde estaban asentados. Este es el mejor momento para confiarles esta historia, significativa lección al compromiso de un honesto militante al servicio de los más pobres.
Lima, Diciembre 1, del 2008.
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