jueves, diciembre 27, 2007

Caso Wong: Globalización como coartada

La explicación, prácticamente oficializada, de la venta de la cadena Wong a inversionistas chilenos, es que sus actuales compradores iban a entrar en el mercado peruano aumentando la competencia y que en esa perspectiva Erasmo y sus hermanos iban a terminar desplazados y obligados a vender a un menor precio. También se dice, como una especie de explicación post mortem, que el negocio de los almacenes no era tan exitoso como se pretendía. Y, en fin, que en la globalización ocurren este tipo de cosas.

Raúl A. Wiener
Unidad de Investigación

Al primer argumento: no podíamos competir con un futuro ingreso de una empresa poderosa y expansiva, en un mercado que todavía tenía una baja cobertura, hay que responderle que eso más que una estrategia empresarial, es una confesión de incapacidad. La firma Wong tenía como uno de sus elementos de orgullo haber arrinconado sucesivamente a gigantes como Santa Isabel (chilena), y más tarde a holandeses y argentinos que adquirieron la marca en el Perú, y a Tottus-Fallabella, también de Chile. ¿Por qué tendrían que correrse ante la posibilidad de que CENCOSUD abriera sus propias tiendas?

Entre ser una empresa líder en el Perú, con 63% del mercado, y al margen de si su trayectoria fue tan heroica como algunos quisieran, o tan poco transparente como pensamos, y pelearla con competidores extranjeros; o convertirse en un poderoso socio de una trasnacional chilena del comercio, con 2.5% del capital y un sitio en el directorio para Erasmo; los Wong hicieron una elección que sirve casi como un modelo para adivinar el destino de los capitalistas peruanos (es un decir) que llegan a un cierto nivel de desarrollo.

Miren el caso de Backus, que se tragó el íntegro de la industria cervecera nacional, en los que parecía un crecimiento sin límites, y que de pronto terminó vendiéndose a Bavaria de Colombia, también con el pretexto de que aquí iba a entrar Ambev, con capitales brasileños y europeos, y que más tarde la compró SAB-Miller (anglo-sudafricana) que es ahora la dueña de las marcas: Cristal, Pilsen, Cuzqueña y otras. Nadie ha visto, por cierto, que los compradores de la cerveza peruana hayan hecho gran inversión y desarrollo, pero sí que han puesto todas las zancadillas posibles para evitarse la competencia.

Aunque nos siguen diciendo que el sistema tiene como fundamento la competencia y todo lo que vemos es que a cierto volumen nadie quiere competir. Muy semejantes son las historias sobre Inca Kola (“sabor nacional”), Donofrio y otras. Y algo que se escucha en el ambiente es la versión de que Romero vendería el Banco de Crédito, al vigoroso HSBC que ya está anunciando su ingreso al país. Caballero, así no es la competencia.

Mejor tu plata en el banco

Ahora resulta que los yuppies económicos que tenemos en exceso, nos refriegan la cara para decirnos que somos unos reverendos bobos por habernos creído eso de la empresa nacional, con los colores patrios y andar sacando pecho que desde aquí también podemos participar de la competencia global. Uno que pensaba que la marca es un valor con un alto componente subjetivo que significa como te ve o aprecia el cliente, y que eso es lo que condujo a tanta exaltación patriótica durante los funerales del fundador de la dinastía. ¡Qué bobasa la gente que decía es nuestro Wong, que wones como se bromea ahora!

La cosa era a que precio final vendes. O sea creces, sacas a otros del camino, mueves los sentimientos del pública –que también se cotizan en el mercado-, y vendes. Bacán. Ya sabemos en qué consiste la revolución capitalista ya adónde nos lleva. Y, claro, como siempre hay que soltar cifras que digan que a pesar de todo, los Wong demostraron ser buenos empresarios, hasta para venderse. Y para eso se han soltado cifras sobre lo exiguo del negocio de los supermercados. Cualquiera que recibe 3% anual y acumula una deuda que duplica su patrimonio, hubiera elegido mejor poner su plata en una cuenta a plazo fijo en el banco y esperar sentado. Lo que hace pensar que CENCOSUD le metieron la yuca con esta venta.

Pero esos son los cuentos que se construyen para poderse burlar de las respuestas afectivas de los que se sienten directamente engañados por el resultado. Una empresa que pasa de dos almacenes en los 80 a casi 50 en los 2000, que ha empezado a penetrar las clases medias bajas y los barrios periféricos, que ha acumulado terrenos y locales en provincias, es un gigantesco activo que puede servir para seguir creciendo o para vender. Parece que los Wong ya tenían elegido este segundo camino y que cuando decían que no iban a vender era para hacerlo a un mayor precio. Y ahí sí nos embobaron, con la ayuda de los yuppies económicos.

Todo se debe a la Globalización

Si usted no entiende algo de la economía moderna, échele la culpa a la globalización. ¿Por qué compramos petróleo sacado del suelo peruano a precios internacionales? Porqué va a ser, por la globalización. ¿Por qué vendemos gas al extranjero que necesitamos en el país? Por la globalización, peee.. ¿Por qué firmamos el TLC con el que gana el 25 del país y pierden los sectores más débiles? Es que no se puede hacer otra cosa en tiempo de globalización. ¿Y por qué desaparecen las empresas peruanas, al punto que los ganadores aquí van a ser chilenos, argentinos, yanquis, europeos, chinos o japoneses? ¿No sabe?

Les ofrezco unas clases sobre globalización y entenderán como es la cosa.


DATO

¿De dónde viene que Wong sólo tenía una rentabilidad de poco más de 2%? Pues nada menos que de ese genio de la economía y las operaciones internacionales que responde al nombre de Roberto Abusada. Pobrecito Wong, nos dijo en el programa de Althaus. O sea que esta empresa que recibe productos a pagar a 180 días, sin intereses, y que se asegura márgenes de utilidad de 25 a 45%, por cada producto, y que cuándo puede obliga a lo proveedores a usar sus marcas propias, es una empresita indigente que había que ayudar a venderla. Muy buena. Sobre todo viviendo del hombre que asesoraba al ministerio de Economía en las privatizaciones en las que el mismo era postor y el que llegó a la presidencia de Aeroperú para condenarla a quedarse en tierra.

Publicado por "La Primera" 27-12-07

2 comentarios:

eldrope dijo...

Con ese apellido de tan antigua prosapia, ¿ esperabas que hicieran otra cosa ?

Llamese Lindley, Lanatta, Bentín, Wiese, Wong y otros, extranjeros que llegaron, hicieron dinero para largarse a sus países apenas pudieron.

huanako dijo...

Dos aspectos sobre la venta de wong: 1)jode porq hace patente la incapacidad de los peruanos para remontar situaciones difíciles (bajas utilidades, deudas galopantes, mayor número y calidad de competidores, entre muchas otras). Es decir que el peruano afronta una situación difícil y sintiéndose incapaz, vende a los chilenos quienes por arte de no se sabe qué mago tienen mayores capacidades empresariales. 2) Han calificado la compra como nuevas inversiones!! simplemete ha sido un traspaso de activos. Serían nuevas inversiones si esos US$500 millones de cencojud se hubieran destinado a la construcción de nuevos supermercados con su marca. Ahora, simplemente seguirán el plan de expansión de los wones lo que significa una tímida expansión de la cobertura del mercado retail.