En diciembre del 2006, la Embajada de Estados Unidos enviaba mensajes a su central sobre la condición psiquiátrica del recién asumido presidente Alan García: “Hay rumores de que sufre de trastornos maníacos depresivos o desórdenes bipolares”.
“En público tiende a impresionar con la majestuosa pose presidencial, sacando pecho, con la cabeza alta y los brazos y manos gesticulando, casi a manera de la coreografía de un líder. También se inclina a dar largos discursos públicos, mostrando que sabe de todo y usa un tono de superioridad”
Lo importante, por supuesto, no es que los Wikileaks nos cuenten una historia que todos conocemos, sino que nos hagan conocer que los diplomáticos y gobernantes de los Estados Unidos intercambiaban información a los pocos meses sobre la locura de García.
Es obvio que el tema les preocupaba y en el análisis valoraban conductas de los años 80 y expresaban su casi seguridad de que se repetirían las explosiones emocionales y las depresiones durante su segundo gobierno. En otras palabras, que el presidente aprista podía ser peligroso para el país, la gobernabilidad y para él mismo.
Los gringos venían de haber impulsado abiertamente la candidatura de García en oposición a la de Ollanta Humala durante la segunda vuelta. Algunos, además, piensan que la opción se tomó en plena primera vuelta, cuando se empezó a ver que Lourdes no iba a poder con el desafío, aunque el viraje se mantuvo en reserva.
Esa intervención evidente se va a documentar próximamente con los mismos cables interceptados en el lote 2005-2006, donde aparecerá el complot que se armó contra Humala. Pero, por ahora, se puede tomar esto como un dato: mientras había que derrotar al candidato peligro, se podía recurrir al bipolar, pero ya en el gobierno no había cómo evitar considerar los desequilibrios alanistas como uno de los riesgos sistémicos.
No está muy lejos de otras experiencias en las que Estados Unidos respaldó gobernantes corruptos, narcotraficantes o anómalos en diversos sentidos. Es decir, hizo prevalecer un interés inmediato, haciendo la vista gorda sobre aspectos de personalidad y trayectoria que necesariamente tenían que aflorar en algún momento. Estados Unidos puso en la balanza el radicalismo y la locura, y se inclinó por la segunda de las alternativas como un supuesto mal menor.
El hombre que en un arranque de ira decretó la muerte de 300 prisioneros en 1986, y sembró la curva del diablo en Bagua de varias decenas de víctimas, con el mismo mecanismo 23 años después, corresponde exactamente al concepto de “desórdenes bipolares”.
Eso lo sabían los que ordenaron votar por García en segunda vuelta, con las narices tapadas o haciendo arcadas, y que se inventaron el asunto de que Alan había cambiado, cuando ciertos rasgos de personalidad enferma no tienen solución posible. Lo nuevo aquí es saber que el punto inquietaba vivamente a los amigos del norte
Pero la verdad sea dicha. Estas preocupaciones son parte de un seguimiento informado y nada más. La capacidad para presionar a favor de un candidato, no es la misma cuando el postulante se convierte en presidente. Ahí Estados Unidos se ha visto varias veces en apuros y en la necesidad de hacer virajes. Por ello vimos que la Casa Blanca apoyó diez años a Fujimori, y luego lo dejó caer.
19.12.10
www.rwiener.blogspot.com
2 comentarios:
El caso del ex presidente colombiano Alvaro Uribe es todavía más escalofriante. Uribe estaba en la lista de 'capos' del narcotráfico que tiene el Departamento de Estado de los EEUU desde el año 93 cuando fue alcalde de Medellín y luego gobernador de Antioquia. Sin embargo la revista Newsweek recién dio la "noticia" a la publicidad el 9 de Agosto de 2004, cuando ya el señor Uribe era presidente de Colombia. ¿Por qué las autoridades norteamericanas no lo pusieron de conocimiento público, por ejemplo, cuando postulaba a la presidencia de ese país ?
Aquí la dirección para comprobarlo : http://www.newsweek.com/id/54793
Cándido
El caso del ex presidente colombiano Alvaro Uribe es todavía más escalofriante. Uribe estaba en la lista de 'capos' del narcotráfico que tiene el Departamento de Estado de los EEUU desde el año 93 cuando fue alcalde de Medellín y luego gobernador de Antioquia. Sin embargo la revista Newsweek recién dio la "noticia" a la publicidad el 9 de Agosto de 2004, cuando ya el señor Uribe era presidente de Colombia. ¿Por qué las autoridades norteamericanas no lo pusieron de conocimiento público, por ejemplo, cuando postulaba a la presidencia de ese país ?
Aquí la dirección para comprobarlo : http://www.newsweek.com/id/54793
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