Un comunicado del Movimiento Nueva Izquierda publicado el mismo día en que se debía resolver lo que pasaría con la alianza suscrita con Fuerza Social, declaraba ante el país que “para vencer hay que sumar, sin unidad no hay victoria”. Se referían, obviamente a lo sucedido con el intento de unir a toda la izquierda con el nacionalismo de Ollanta Humala, que se echó a perder cuando el MNI anunció que debido a que no había podido entenderse con Humala en el asunto de firmar una alianza, habían optado por una especie de Plan B, que consistía en impulsar la candidatura del diplomático Manuel Rodríguez Cuadros con Fuerza Social de Susana Villarán y otros grupos menores.
Como se sabe, la tal alianza FS-MNI, fue asesinada antes de hacerse realidad por una carta desde Madrid de la alcaldesa electa, que nunca agradeció el apoyo del MNI a su victoria y que consideró inaceptable el acuerdo firmado por los dirigentes de su partido que estaban en Lima con la organización de Nilver López. En consecuencia el MNI ha quedado totalmente sólo, y está anunciando que tendrá su propio candidato (Plan C) y por ahí se anota que le han hecho la propuesta al cura Arana de Tierra y Libertad que también ha quedado bastante desubicado. Así pues, se debe sumar, pero cada paso del MNI supone una nueva resta; sin unidad no hay victoria, y cada día protagonizamos una nueva división. ¿Quién entiende esto? Es como si el MNI dijera a voz en cuello: queremos la unidad, pero nadie quiere hacerla con nosotros, y por eso seguimos dividiendo.
En la base de esta confusión, sin embargo, hay un punto fundamental: el 2011 no estaba planteada cualquier unidad, sino una que reviviera las esperanzas en la victoria que estuvo a punto de producirse hace cinco años. Se esperaba entonces que el nacionalismo recibiría el aporte de la izquierda, los movimientos regionales, los gremios y organizaciones sociales, y de muchísimos independientes, para desalojar a la derecha del poder y poner al Perú en el curso de cambios antineoliberales y democráticos que viven otros países de América Latina. Cualquier unidad no lleva a la victoria. El paso que dio el MNI por el trato que les dio Ollanta en las negociaciones, ha abierto una dinámica de dispersión, de la que ellos son responsables.
Hoy las alternativas que quedan son que al igual que el 2006, las candidaturas de la división (Rodríguez Cuadros, MNI y fonavistas) se minimicen frente a la opción fuerte de Humala, y este pueda representar al pueblo en la lucha por ganar la elección, en primera o segunda vuelta; o que todo el mundo se hunda en micro votaciones favoreciendo a la derecha sea de Toledo o del fujimorismo. Habría que preguntarle a los militantes del MNI a cuál de las dos opciones hacen su apuesta.
20.12.10
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1 comentario:
Ya se esperaba que FS también dejara de lado al MNI, puesto que su apuesta es por una posición de izquierda light, sin vestigios radicales, lo cual es un absurdo pues la el voto recibido en las municipales fue provocada una opción anticorrupción que requiere una posición radical en la que el pueblo pueda confiar. Fatalmente no estan a la altura de las circunstancias y apuestan al 2016. Solo queda de lección el desliz del MNI que perdio soga y cabra en este proceso.
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