De veras no había visto una reculada más grande que la de “Correo” entre el día 27 cuando ocupa la carátula para una sola nota sobre la camioneta de la alcaldesa, la columna del director sobre la burguesa hipócrita que se esconde tras de Susana Villarán y la página central sobre las factura de la camioneta de 40 mil dólares con las que la actual administración habría desfalcado al municipio para el lujo de su primera autoridad; y la del día 28, que titula en primera página que la camioneta famosa la compró Castañeda (“camioneta era anterior”), la columna del director que se titula en inglés para que sea más difícil de entender (“We regret the error”, lamentamos el error; cuando lo que lamentan es el papelón que han hecho) y la página central finalmente dedicada a presentar la aclaración del municipio y la estúpida justificación de Jaime Salinas, inventor del escandalete, que ahora dice que la falta de la alcaldesa es no haber vendido el vehículo .
Francamente… Y no es que Aldo M sea ese caballero que quiere fingir que es en su columna y que se rectifica cuando mete la pata. Ahí nomás está esperando el fallo del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa sobre el caso de la hija de Javier Diez Canseco que el diario bajo su dirección debe publicar, y no lo hace porque nuestro amigo está picón del resultado. Por eso lo que se puede decir es que esta vez la metieron demasiado a fondo como para disimularla: una camioneta en la que circularon Castañeda y Parra, viene a ser ahora un lujo excesivo para Susana Villarán. La sola existencia de esta denuncia es un monumento a la mezquindad y querer relacionar eso con la expresión de Susana sobre que no le preocupaba el medio de transporte en el que llegaría su despacho, sólo tiene parangón con otra inolvidable carátula en la que Villarán era comparada con Abimael Guzmán por levantar el puño.
Y es que Alditus no puede admitir que no fue que se equivocó porque tuvo una mala información. Es que se ha obsesionado en demostrar lo que reitera en su propia columna dizque rectificatoria cuando afirma: “y en base a esa falsa apreciación es que escribimos una columna criticando que la izquierda siempre agobie predicando una culposa austeridad y luego se gaste en carros caros al llega al poder”. O sea que no es igual que Castañeda vaya en una Nissan Qashqai que lo haga Susana, o que García y Humala (que no es de izquierda ni de derecha) se muevan en Mercedes blindado de medio millón de dólares, que uno de izquierda se mueva en un vehículo que vale la décima parte.
Lo que agobia, señores, ténganlo bien presente no es el carro en que se mueve la autoridad, la empresa a la que le compran la leche (que siempre había sido Gloria y ahora es Laive) los viáticos de una regidora, etc., sino que la alcaldesa es de izquierda y si queremos que nunca más los electarados limeños voten por izquierdistas que nos agobien con eso de los pobres, la igualdad y los derechos de todos, tenemos que disparar fuerte. Aunque esta vez el disparo salió por la culata.
Y a todo esto, qué hay con los revocadores que antes se fueron de boca y Alditus dijo que no era sobre el bocón de Marco Tulio que había que resolver… ¿dirán ahora que tampoco es sobre Aldo M y su papelón histórico que trata la revocatoria?
29.03.12
www.rwiener.blogspot.com
1 comentario:
Pero lo más surrealista de la editorial de ayer de Aldo M es que dizque su pasquín ha hecho varias investigaciones cuasi irrefutables, como la hija de Diez canseco, el arbitraje del metropolitano y, LÉASE bien, "el "olón" y "el Ricmazo" (sic). ¿Investigación fiscalizadora de alteraciones marítima y fluvial? ¿He entendido bien?
No sé pero Woodward, Lanatta, Donadio o Gorriti deben reactualizarse bajo los lienamientos del "nuevo periodismo de investigación" del líder de la DBAC (derecha bruta, achorada y cabecera, léase Caso Villaorduña).
Víctor P.
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