La derecha nativa sabe perfectamente que cuando le da a Antauro, le está clavando la pica al presidente, que al final es presentado como aquel que no puede controlar a su hermano y su familia que son casi un peligro nacional, que fue lo mismo que hicieron con Alexis, aunque a nadie le interese si la cárcel de Chorrillos que visitaron hace poco es realmente privilegiada y que la forma como se ofendieron por el cartelito sobre la DINOES los delata a ellos como encubridores del poder carcelario de Fujimori.
Como si la prisión de Antauro implicara alguna restricción a su libertad de expresarse, los DBA más notables han calificado el texto pegado en la pared como una burla, y lo han conectado con los “privilegios”. Pero si no quieren la opinión del prisionero, para qué van a buscarlo, ¿acaso creen que la prisión es un escaparate en el que los encarcelados se dejan mirar sin decir nada? Pero es obvio que a nadie le interesan las mujeres y los espejos de Antauro Humala, o los mails que se emiten en su nombre y que la DINANDRO viene interceptando para repartir a la prensa. Tampoco les inquieta por dónde anda ahora el menor de los Humala y si concretó alguno de los negocios rusos que le achacaron.
Todo estos disparos sirven a otro fin que es el construir un presidente a la defensiva, que lucha todos los días con su conciencia para mantenerse en la estrategia que le dictaron los asesores que le ayudaron a ganar las elecciones y le definieron la verdadera hoja de ruta que está siguiendo cada día: no pelearse con la derecha mediática y eludir sus ataques con el silencio. Este mecanismo es complementario al de conceder en economía, que ha ido expandiendo el poder del MEF dentro del gobierno (lo que a muy pocos escandaliza), y la buena química con el mundo empresarial que consiste en no meterse con ellos.
El gran asesor está convencido que esto funciona y de ahí su famosa frase acerca de la ultraizquierda que no sabe ganar elecciones, ni gobernar. Pero no funciona. Salvo a nivel de la ilusión de las encuestas que también son instrumentadas por el poder real que las hace moverse al ritmo de sus campañas. Al presidente le decían, ya ves que el silencio y las concesiones dan resultados porque la gente agradece la estabilidad y la preocupación social del gobierno. Pero eso mientras no hay conflicto y presión social que es lo que ocurrió entre diciembre y febrero, como siempre pasa en el verano. En el marzo caliente, en cambio, el gobierno vuelve a sentir la fuerza del descontento y la frustración de los que fueron sus electores, y entonces la derecha también ataca con Antauro y ahora con Roncagliolo, para decirle a cada paso: quieres que te recuerde de quién es hermano el privilegiado de las prisiones y quién es el responsable de la política exterior y del lío con la Gran Bretaña.
Está bien claro que la política de no confrontar ya ha dejado de desconcertar a la derecha que aprendió a sacar provecho de ella. Ahora lo que tenemos es una batalla diaria por ablandar al presidente y hacerlo rehuir aún más las definiciones. Y bajo esa premisa, las fichas que ya tiene en el gobierno (que son cada vez más) siguen sacando ventajas. La última: el shock de concesiones que Castilla le preparó al presidente para farrearse las reservas fiscales de los últimos años en asociación con el club de los contratistas.
25.03.12
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