Ahora, fuego sobre Abugattás

Cuando la derecha ataca sin piedad a Nancy Obregón, identificándola con el “narcoterrorismo”, lo que hace es decirle al presidente que no se olvida que él la llevó al Congreso en un acto de desafío a la política antidrogas impuesta por Estados Unidos, según la cual el enemigo a combatir son los cocaleros, lo que valida años de erradicación infructuosa, y no las mafias que nunca caen, y cuyos instrumentos son DEVIDA, el CORAH y la DINANDRO, sometidos al plan del norte, pero que luego de los primeros desacomodos (período Soberón), se contenta con la cabeza de las cocaleras y que todo siga como está yendo.

En esta pelea, Obregón ha perdido varias veces los papeles, con lo que ha ido expresando su sentimiento de que la están dejando sola, y a Abugattás que ha sido el único con el coraje para sacar la cara por su gente, le ha llovido también como a hijo. Otra vez, para que sepa el presidente de lo que es capaz la derecha cuando golpea. Detrás del retorcido debate sobre los “gestores” del Congreso, hay mucho más que la olímpica desvergüenza de Velásquez Quesquén y el APRA, que poblaron el legislativo de militantes apristas, entre ellos varias joyas del Rodrigo Franco.

En realidad se trata de un plan para cercar a Ollanta y ponerle condiciones, dentro de las cuales, la principal, es la de que siga sacrificando su entorno hasta quedar totalmente aislado. Nadie pensaba que de los ataques a Mocha García Naranjo, Roncagiolo o Vidal, pasarían al presidente del Congreso, pero ahí van, sin ningún complejo. No por gusto Cayetana Aljovín, uno de los recientes jales de RPP para acentuar un filo de extrema derecha, propone la santa solución al asunto de los gestores que sería que el ministro Castilla se encargue de ellos, para que desde el MEF el Estado se vincule con los municipios más apartados.

Lo bueno es que Abugattás la sigue resistiendo y ha demostrado punto por punto la trampa lanzada por el APRA, cogida por el fujimorismo, y que ha hecho hablar a todos los figuretis con curul que siempre hablan sobre cualquier tema. La proyección del trabajo del Congreso al interior del país no es una novedad, ni viola las competencias entre los poderes del Estado. Tampoco la contratación de personal con filiación partidaria si se mantiene los principios de pluralidad y proporcionalidad. Pero la discusión recién se pone fuerte cuando entran los nombres de Nancy Obregón, Elsa Malpartida y de paso los de Sumire y Huancahuari. Estas mujeres no son del perfil que la derecha puede permitir que sigan relativamente cerca de Ollanta. ¿Qué pasaría si en alguna coyuntura logran influir en las decisiones de poder?

Por eso a las cocaleras las quieren si es posible presas o procesadas por un Fiscal de la Nación que se somete a la prensa, y a la ayacuchana y a la cusqueña de vuelta a sus provincias. Abugattás mismo es visto como demasiado autónomo y díscolo, no como otros que rápidamente reconocen errores y se ganan titulares echando a sus compañeros. Tal vez mirando la lista de los políticos nacionalistas que todavía quedan en posiciones de relativo poder, se pueda saber quién será después de Abugattás. Basta observar si alguien no le ha pedido perdón a la derecha por nada y si ha mostrado algún grado de independencia. Si es así, que se prepare para la que se le viene.

02.03.12
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