viernes, diciembre 31, 2010

La hora de los pronósticos electorales

Empieza la temporada de los pronósticos. A tres meses de la primera vuelta se están echando los dados para adelantar quiénes llegaran al 10 de abril en los dos primeros lugares.

Y por lo menos ya se han escuchado dos anticipos:

El primero, el del profesor Julio Cotler, con un cierto sabor a provocación, que estima que los dos participantes en la final serán Toledo y Kuczynski, o sea ex presidente y ex primer ministro del mismo gobierno, lo que resultaría siendo casi un monumento vivo a la falta de memoria nacional (Toledo pasó la mayor parte de su gobierno con menos de 10% de aprobación y los ministros más cuestionados fueron los de Economía, entre ellos PPK).

Y el segundo, el de Carlos Reyna, que ve más bien una definición entre Toledo y Ollanta o Keiko, donde eje de polarización se sitúa en la oposición de propuestas y mensajes, y una confrontación entre “bases sociales” (Toledo básicamente la misma base que llevó al gobierno a García, y Ollanta y Keiko disputando el control del 47% que el comandante nacionalista obtuvo en la segunda vuelta).

Ciertamente hay más lógica en Reyna que en Cotler. Pero seguramente en las siguientes semanas tendremos otros observadores haciendo sus apuestas. Hay, sin embargo, algunos puntos que están quedando nítidos con el inicio de la campaña:

(a) Castañeda se está convirtiendo en el típico candidato peruano que empieza ganando por una imagen construida por fuera de la campaña (obras físicas e imagen de prensa), y que tiende a debilitarse al paso del tiempo, porque no tiene más que ofrecer. Es una figura congelada que no despierta entusiasmo. Su desdén por el debate político, está empezando a ser interpretado como una ausencia de argumentos. La mayoría de analistas opina que se caerá en las encuestas donde todavía figura entre el primero y el segundo lugar.

(b) Toledo: súbitamente convertido en favorito, en aplicación del viejo principio de “malo conocido”, que para el caso significa que los ex presidentes siempre son reelegibles porque ya tienen imagen de gobernante. Esto por supuesto va a contramano de la opinión ampliamente mayoritaria en el sentido desconfiar en los políticos corridos, que se aferran del poder y en la baja valoración de los gobiernos previos. ¿Cómo se conjugan dos perspectivas tan opuestas? Es uno de los misterios de la política peruana, en la que la gente quiere cambios pero a la vez teme los cambios traumáticos y termina eligiendo la opción de aparente “menor riesgo”, que es también denominada el “mal menor”. Toledo está jugando actualmente el papel de García en la primera vuelta , apareciendo como distinto a la “derecha”, en este caso encarnada por el propio García en una especie de cambio de sillas y Keiko Fujimori, pero en realidad tratando de robarle banderas a la izquierda y preparándose a ser el candidato del sistema en segunda vuelta, versus el “antisistema”. Los analistas que han al cholo avanzar en las encuestas y que tienen presente los aspectos que lo favorecen: mayor exposición pública, menores resistencias sociales, recursos económicos y poder de prensa, lo están dando como el primer favorito para llegar a la vuelta decisiva.

(c) Kuczynski: si Toledo aspira a ocupar un supuesto “centro”, entre la izquierda y los que están “más a la derecha”, bajo el modelo Alan García 2006, el lugar de PPK podría haber quedado fijado donde estaba Lourdes Flores. Pero el gringo ha tratado de borrar su propia imagen para apostar a lo que el mismo ha denominado “sancochado”, que es la manera de combinar el lobbysmo de su candidato, matizado de populismo (está compitiendo con Toledo en promesas de aumentos salariales y rebajas de impuestos), con el derechismo rígido del PPC, el confesionalismo de Lay, el regionalismo empresarial de Acuña y el ex izquierdismo de Yehude Simon. Es una suma que no produce nada, salvo negaciones sobre lo que no quieren reconocer que son. La idea del simpático economista veterano puede reducir los temores a una cruda representación de intereses económicos, pero no genera otra expectativa que las supuestas cualidades técnicas del candidato. La opinión sobre el futuro de esta propuesta van desde los que no le ven ninguna posibilidad de abandonar el batallón trasero, hasta los que dicen que subirá un poco y que le disputará el cuatro lugar a Castañeda. Sólo Cotler se ha animado a hacer una apuesta de alto riesgo por PPK, que no parece basarse en otro criterio que el de generar polémica, a ver que pasa.

(d) Keiko: la hija del dictador arrancó una campaña anticipada, apareciendo entre el primer y segundo lugar en disputa con Castañeda. La cifra que le dieron hace meses las encuestas (alrededor de 20%) no se han modificado al paso de los meses. Esto ha sido calificado alternativamente como una muestra del voto duro del fujimorismo o del techo máximo para su desarrollo. En las próximas semanas se verá si el no crecer, quiebra la dureza de las actuales adhesiones, o si los seguidores de Fujimori siguen pesando por lo menos un quinto de los votos en juego, lo que les aseguraría un fuerte poder de negociación en segunda vuelta y una considerable representación parlamentaria. La apreciación que parece más acertada es la que apunta a que Fuerza 2011, se las verá en primera vuelta con el GANA de Ollanta Humala, en tanto las dos candidaturas aspiran a consolidarse en el sector popular. El fujimorismo asegura estar recuperando votos que se corrieron a Humala el 2006 y eso remite al mecanismo de los trasvases entre estos dos sectores que representan orientaciones muy diferentes. La mejor respuesta a este proceso es comprender que mucha gente en pobreza lo esencial es contar con un gobierno atento a sus problemas. El fujimorismo es una oferta de “ayuda a los pobres”, dicho con más precisión un gobierno para atender a los pobres a cambio de sus votos y de manos libres para entenderse con el capital. Esa idea puede prender si los votantes llegan a creer que su opositor se está debilitando (es el papel de las encuestas de pre campaña), y se hace la comparación con otras candidaturas que les recuerdan los descuidos sociales de los últimos diez años. La tacha moral contra Keiko Fujimori, por sus conexiones con la corrupción, las violaciones de derechos humanos y el golpe de Estado de 1992, estás presentes sobre el escenario y dan la clave para entender el duro techo en que se encuentra estancada la candidata. Pero volver sobre esos tópicos si se quiere romperle el 20% duro que todavía la sostiene. Ahí la discusión sobre si el modelo de paternalismo autoritario que la hija copia de su padre, es una opción de vida razonable y deseable para los peruanos, aún los de los últimos escalones de la pirámide social, o si hay otro camino para saber a los peruanos de la pobreza y otorgarles poder real, va a ser clave. Casi se podría decir que buena parte de la hipótesis de Carlos Reyna sobre si será Keiko u Ollanta quién se verá la cara con Toledo en segunda vuelta, va a decidirse en el hecho de si se abre este debate y se clarifican los campos. Los observadores piensan que Keiko no ganaría, pero si podría ingresar a segunda vuelta. En todo caso la opinión más sostenida es que la señora de Villanela, como la llama Montesinos, está mejor colocada para avanzar que Castañeda, Kuczynski y Araoz.

(e) Meche Araoz: es la candidata oficial del APRA, pero no es la única carta con la que se mueve García sobre el escenario electoral. Por ahora se entiende que la ex ministra es una locomotora tamaño medio para llevar a la vieja guardia de la estrella al parlamento. Del Castillo, Velásquez Quesquén, Mulder y los cuarentones, se mueven dentro de ese limitado objetivo. Pero García indudablemente mira mucho más allá, lo que se expresa en el apoyo indisimulado a las candidaturas de Castañeda y Keiko Fujimori, que es devuelto por los implicados con saludos a la presidencia. Afectos que también van a Kuczynski, pero que obviamente no llegan hasta la declaración del gringo como “mi candidato”, por la sencilla razón que el sancochado no está en los primeros bolos. El caso Toledo es más complejo, sobre todo si se toma en cuenta que el cholo se está convirtiendo en el favorito de los analistas. García no va a aparecer apostando a los perdedores. Por eso ha entablado un juego con el cholo, que le permite tomar la pose de opositor del gobierno, pero guardando cercanías que preparan la reconciliación en segunda vuelta. En este marco, la candidatura de Meche casi no cuenta y está sujeta a los jalones y tensiones del aparato partidario que intuye que el premio en esta ocasión va a ser pequeño y muchos volverán al llano. Las apuestas sobre el futuro de Meche Araoz apuntan a que le será muy difícil salvar la valla de 5%. Si no lo consigue será un desastre histórico y generará una gravísima crisis en el partido.

(f) Ollanta Humala: en la mirada de Reyna, tiene la enorme ventaja de ser el “candidato diferente” y de acuerdo a otras opiniones ha salido ganador del episodio de crisis generado entre Fuerza Social, MNI, Tierra y Libertad y fonavistas. Le han regalado el lado izquierdo, donde no hay competidores. El dilema es saber si ese espacio político coincide con el soporte social de “los de abajo”, del que siempre se jacta el comandante nacionalista. Lo que está mostrando la realidad es que hay una porción de los de abajo, que están oscilando desde la derecha autoritaria-paternalista (fujimorismo) y el nacionalismo radical. Como se ha dicho más arriba la primera tarea de Humala será convencer a los pobres que deben escoger por el cambio de gobernantes, de políticas, de constitución, para cambiar sus propias vidas. El segundo punto, tiene que ver con saber si con una oferta de cambios y de poder popular, se logran los votos finales para ganar una elección, y cuál sería el costo de una apertura para buscar votos de clase media y sectores empresariales. Esta es una discusión que está a la vista y que ya está generando polémica entre los seguidores de Ollanta Humala. ¿Cómo se llega a la segunda vuelta?, ¿con la estrategia dura del 2006 que sumó el 30.6% en primera vuelta y el 47% en la segunda, o con una estrategia que da por seguros los “votos radicales” y busca tranquilizar a los más temerosos? Los analistas se dividen ahora entre los que creen que Ollanta “ya cayó” y que ni la radicalidad ni una variante centrista lo hará pasar a segunda vuelta; y los que opinan que la dinámica de estos meses va a ser la de un brutal ataque diario (como el que acaba de producirse con motivo del nacimiento de su primer hijo varón) y que el país va a tener que optar en una ineludible polarización. La tesis es que un Ollanta diferente y contrapuesto a los otros cinco candidatos de derecha, concentrará el voto por el cambio y tendrá las mejores condiciones para entrar a segunda vuelta.


31.12.10
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miércoles, diciembre 29, 2010

El candidato diferente

Ollanta Humala no debería preocuparse tanto de que sus enemigos le teman. Debería más bien inquietarse si dejan de temerle. En el 2006 hubo una campaña de miedo y esta se repitió en las municipales del 2010. El comandante nacionalista nunca se detuvo a darle explicaciones a la prensa de derecha que lo atacaba día y noche, que recurrió a Montesinos para que dijera desde la cárcel que el levantamiento de Locumba había sido por orden suya, que informaba que soldados de Hugo Chávez ya se encontraban en Iquitos y que un asesor español del candidato tenía predilección por quemar iglesias.

Fue una lucha al todo vale, casa por casa, como la describió uno de sus autoproclamados héroes, y por eso echaron a Hildebrandt de su programa diario de televisión por ser demasiado independiente, y cerraron filas con todos los demás medios escritos, radiales y televisivos, en una sola línea. Por eso alentaron sin pudor la agresión de la Universidad Ricardo Palma y construyeron varias caricaturas de Humala, algunas de las cuales duran hasta hoy. A pesar de todo el cargamontón Ollanta ganó por seis puntos la primera vuelta y agregó 17 puntos adicionales de abril a junio, sin que ninguno de los otros partidos participantes le transfiriera su votación.

La apuesta entre primera y segunda vuelta era que el nacionalismo giraría hacia el centro a buscar nuevos votos y que de todos modos se quedaría muy lejos de su contendor por tener una imagen muy dura. No ocurrió así. Ni hubo cambio de discurso y programa, como se anticipaba, ni la guerra sucia se detuvo, y la candidatura no se estancó y estuvo a punto de ganar. ¿Qué pasó entonces de una vuelta a otra? Parece evidente que la candidatura maduró por etapas en un país que fue polarizando sus opciones; la batalla mediática lo que hizo es ayudar a cristalizar los campos; mientras las resistencia de Humala a aparecer amable con sus adversarios siguió convenciendo a un grueso del país de que no se trataba de un farsante dispuesto a conciliar (recuérdese el debate con García).

Hagamos una comparación con lo que acaba de suceder en la votación de Lima. Se puede ver que aquí también hemos tenido una candidata inesperada atropellando cuando ya había empezado la campaña; una reacción brutal de la prensa ya entrenada en guerra sucia para detener su ascenso; una polarización política y social, que va desde el primer entusiasmo por la “tía bacán”, que era multiclasista, a una concentración de votos en sectores populares; una tendencia de la candidata a responder a los medios, diciendo que no es lo que dicen que es, que sus aliados no son aliados, que sus propiedades no son propiedades, etc. Al final un debate sin punche creyendo que sería aplaudida por no pelear.

El balance del 2010 es que estando a más de doce puntos de ventaja de su contendora, el final se cerró a menos de un punto. Si hubiera habido segunda vuelta Susana hubiera perdido contundentemente. Todos sus esfuerzos por hacer que no le tengan miedo no le ganó nuevos votos, pero si sembró desazones diversas desde los que creían que no quería ganar o los que dudaban si era una candidata popular. En estas dos experiencias hay una serie de claves para la estrategia electoral del 2011. Y la primera de ellas es que entre lo que aspiran las mayorías y la agenda que quieren imponer los grandes medios hay la distancia entre el día y la noche.

29.12.10
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Alan Simón y su tía viceministra arreglan asuntos de pesca para SNP

LA PRIMERA ha encontrado serios indicios que ligan a la familia presidencial con la denuncia del ministro Villasante, la viceministra de Pesquería y la Sociedad Nacional de Pesquería, contra los jueces que han autorizado nuevos permisos de pesca a través de medidas cautelares, lo que indica que en la pesca también es posible que la plata esté llegando sola. Aquí los detalles.

El viernes 17 de diciembre, el despacho de la viceministra de Pesquería, María Isabel Talledo de García, recibió un visitante inusual. Se trataba de Alan Simón García Nores hijo de ya saben quién, acompañado por Oswaldo Hundskopf Exebio, un abogado que ya es como de la casa. La sorpresa no acabaría ahí, porque lo que ocurrió de inmediato fue que el joven de la barba se acercó a la doctora Talledo, con un cálido: “hola tía” y un beso en la mejilla como en las mejores películas de la mafia. Obviamente la presencia de Hundskopf advertía que este no era un encuentro de familia por las próximas navidades.

De hecho, el hermano de Federico Dantón, estaba allí para apuntalar la gestión que a nombre de la Sociedad Nacional de Pesquería y del estudio Sparrow, Hundskopf & Villanueva, viene haciendo el Dr. Hundskopf Exebio en su doble condición de director de la Sociedad Nacional de Pesquería y gerente y socio principal de uno de los bufetes más vinculados al tema de derecho pesquero y finanzas. Por añadidura el doctor de marras ha sido funcionario de Pesquería en gobiernos anteriores contribuyendo a forjar la actual red de relaciones entre los grandes pesqueros y las instancias del Estado que deberían regularlos y controlarlos.

Pero, ¿cuál era el tema para la ocasión y cuánta la necesidad de recurrir al vástago presidencial para las nuevas gestiones? A pesar de que no estuvimos ahí, la información que se dispone permite suponer que la cuestión más acuciante del momento es la de la cautelares pesqueras que son las resoluciones judiciales que han reactivado algunas licencias de pesca que estaban dormidas los últimos años y que no entraron al reparto de las cuotas. Cierta prensa, que normalmente no se ocupa de temas pesqueros, ha hecho de este asunto un pequeño escándalo, argumentando que lo que está en juego es la “depredación del mar” y la “corrupción de la justicia”.

Curioso razonamiento, que ignora que desde 1992 se advirtió una tendencia a la merma sostenida de la masa de anchoveta y se prohibió la construcción de nuevas embarcaciones de pesca industrial y plantas harineras, cuando habían 400 barcos en funciones. Desde esa fecha para acá existen más de 1,300 permisos otorgados, muchos de ellos a través de cautelares y en su enorme mayoría a favor de las hermanas de la SNP. El llamado “reordenamiento del mar”, que impone la ley de cuotas, significa en realidad la concentración final de la actividad extractiva y harinera en siete empresas que están comprando sus cuotas a los demás. Y, justamente ahora, hay intonsos, que escriben que 65 permisos conseguidos por cautelares son la “causa” de la depredación.

Nadie niega, por cierto, que en la actuación actual y anterior de diversos jueces haya elementos de corrupción, lo que debería ser materia de investigación específica. Pero lo que no se puede negar es que hayan derechos discutibles ante la justicia, ante los listados arbitrarios de cuotas del PRODUCE, y que encima de todos las autoridades y sus ayayeros de prensa afirmen que el funcionario corrupto es el que acata la resolución del Juez, como le ocurrió al director de extracción pesquera y a algunos de sus técnicos.

Es el mundo al revés. Ya que los que se está protegiendo en este tema de las cautelares, no es el mar, víctima de la sobrepesca harinera (todo para la industria, incluida la caballa y el jurel, y nada para la alimentación), la invasión de las 5 millas del litoral (afectando la pesca artesanal y el ciclo de desarrollo de la anchoveta), la pesca negra (volúmenes no registrados o falsamente presentados como pesca alimentario cuando va a los molinos); sino el bolsillo de los actuales compradores de derechos ajenos. Lo que no quiere la SNP y parece que estaban explicando Hundskopf y Alan Simón, es que salgan más permisos que en el actual mercado de cuotas les van a obligar a desembolsar varios millones de dólares adicionales. Y este pedestre interés de millonarios es presentado como defensa del recurso y de la moral pública.

Hay sobre la mesa del despacho del presidente una nueva norma que viene propuesta por el ministro Villasante, cuyo papel en Pesquería se ha limitado hasta ahora al de vocero del interés de la SNP por invalidar las decisiones de los jueces, que plantea que las futuras resoluciones que validen permisos adicionales, consignen además un fondo de garantía para que el caso de que si en el final del proceso se establece que el derecho es revocado, el recurrente devuelva al Estado el valor de la pesca realizada. Este proyecto tiene además una escala de montos según el volumen de bodega autorizado. Juristas consultados estiman que esta tentativa agrava el problema, porque coloca la discusión sobre un derecho reclamado en un plano relacionado con la capacidad económica del demandante. Es decir sólo los del billetón podrán seguir este tipo de camino de la justicia y los que carecen de dinero, pero tienen una expectativa de ganancia, quedarán excluidos.

Claramente la pesca peruana se está concentrando y monopolizando con el Estado como socio de las grandes empresas. Lo que no sabíamos era que el presidente y su hijo que ya ha sido visto en otros sectores de negocios haciendo diversos lobbies, también circulaban por la pesca. Tal vez esto explique el triste rol del ministro, haciendo denuncias sobre lo que a todas luces no conoce y enfrentando al poder judicial como un principiante. Es lo que ocurre cuando una persona mediocre le debe el puesto a alguien, que es también lo que puede decirse de periodistas que también llegan solos cuando los requiere el interés presidencial.



El negocio de las cuotas

Para tener una idea de la plata que está en juego en el asunto de la venta de cuotas pesqueras, presentaremos un caso.

A pesar que el grupo TASA (Brescia) niega estar comprando derechos a sus competidores, acaba de cerrase una operación para traspasar embarcaciones de Hayduck, por mil toneladas métricas de bodega, a un precio récord de 53 mil dólares la tonelada.

Esto significa 53 millones de dólares. El grupo Exalmar fue el primero en hacer una oferta, pero TASA la duplicó y se quedó con los derechos aumentando una vez más su cuota.

En el acuerdo firmado para la transacción figura que esta no será de conocimiento público. Mientras tanto la SNP manda a sus abogados a frenar las cautelares que pueden costarles más dinero.


28.12.10
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lunes, diciembre 27, 2010

Izquierda conservadora

El penoso final de la “izquierda moderna”, cuyos saldos inmediatos son el desbande de Tierra y Libertad de Marco Arana, y el aislamiento electoral de Fuerza Social de Susana Villarán, ha provocado que en el sector intelectual que acompaña sus propuestas, empiece a manifestarse una corriente que afirma que ya no les queda más que votar por Toledo.

Ciertamente en esta reflexión no entra la posibilidad de replantear la política de “aislar a Humala”, que en sustancia convierte casi en una razón de ser de la “izquierda moderna”, contener la tendencia de las elecciones del 2006 que favorecía una izquierda popular, tumultuosa que llamaba a realizar cambios radicales de los que ya nadie hablaba en el país.

Moverse hacia Toledo desnuda muchos de los pretextos esgrimidos contra Ollanta. Por ejemplo eso del “candidato natural”, que se le achacaba al comandante nacionalista como si persistir en luchar por la presidencia del país, sobre todo después de haber llegado al 47%, fuese una arbitrariedad, se empezó a caer con las conductas reales de Arana y Villarán, pero se vuelve una broma cuando se trata de Toledo, que según cuenta desde niño fue predestinado por un mensaje del cielo para convertirse en presidente del Perú.

Igual pasa con lo de la democracia en las decisiones, si ya sabemos que Fuerza Social se somete a un mensaje de Facebook escrito desde España y que Arana estuvo a punto de sacar una candidatura presidencial con cualquiera, sin las primarias de la que tanto hablaron sus partidarios. Pero, poner eso frente a Toledo, acompañado de dos de sus empresarios amigos, que llegaron quebrados a su anterior gobierno y ahora son parte de sus financistas, deja a la “democracia” muy mal parada. Y podemos seguir sobre la ética, los acompañantes indeseables, etc.

¿Por qué algunos intelectuales de la “izquierda moderna”, que vienen de fracasar en armar una opción nacional creíble, y que evidentemente no pueden superar sus prejuicios contra Ollanta, terminan apoyando lo que saben no es sólo una candidatura que acentúa los defectos de la vieja política criolla, sino que es además la carta de tapada de la embajada de los Estados Unidos y del núcleo fuerte de la gran empresa, como se vio en el CADE?

Hay una explicación para esta aparente incongruencia: la mayoría de esta intelectualidad rosa opera a través de ONG y en relación con la cooperación internacional, que es desde donde evalúan que en los años 2001-2006, se les dejó actuar con relativa libertad y se les abrió espacios en la colaboración con el Estado (Acuerdo Nacional, Mesa contra la Pobreza, Consejo Nacional de Educación y otras), así como varios de ellos pudieron insertarse en funciones públicas. Eso en lo que les favorece. Por otro lado Toledo es la carta aparentemente más “realista” contra su bestia negra “el regreso del fujimorismo”.

Pero aunque no sean totalmente conscientes de ello, la intelectualidad post Fuerza Social, que se refugia en Toledo, está expresando finalmente estar atrapada dentro de dos miedos: el del autoritarismo brutal a los Giampietri y Fujimori, que puede llegar hasta Castañeda y García; y el desorden social y la impredictibilidad que creen que llegaría con Ollanta, por la radicalidad de su programa y por el tipo de base social que lo acompaña. Es una izquierda (o ex izquierda) que se ha hecho conservadora y que le importa poco lo que pasará con las mayorías si el neoliberalismo sigue dirigiendo el Estado.

26.12.10
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jueves, diciembre 23, 2010

Aislar a Humala

No sé si llamarle franqueza, crudeza o qué, pero cuando Gustavo Guerra García le escribe una balbuceante carta a Susana Villarán, tratando de explicar porqué apoyó la alianza con el MNI sin consultar con la jefe que andaba en Madrid, anota sin comerse la lengua que esto era, entre otras cosas, para “aislar a Ollanta Humala y apuntar a volver a unir el campo de lo social”. La frase que varios han comentado contrastándola con la falta de otras motivaciones políticas que se refieran a combatir las candidaturas de la derecha, tiene como meollo sin embargo, la explicitación de un objetivo político: aislar al adversario que le disputa la conducción de lo social.

Esto no parece una posición exclusiva de Gustavo Guerra García sino un recordatorio a la viajera de los planes en que estaban embarcados. Queda claro así que la “audacia” de las municipales de acercarse al resto de la izquierda, entre ellos al apestado MNI, era un escalón “para volver a unir el campo de lo social”, que había sido hegemonizado por el nacionalismo en las elecciones del 2006, y aprovechar la no presentación de lista a la alcaldía de Lima de Ollanta Humala para aislarlo, apuntando luego a desechar a los rojos más rojos cuando ya fueran innecesarios.

Para el 2011, Fuerza Social tenía un nuevo escenario con el nacionalismo en la cancha; con la izquierda planteando un frente unitario que pasaba por entender con Humala; sin candidato propio que pudiera dar una pelea exitosa. Ciertamente, con un proceso interno en el que la única figura que sacaba la cara era Nano Guerra García, acribillado por la derecha por su pasado fujimorista, el partido de Villarán no iba a poder hacerle mella a Ollanta ni apropiarse de algún segmento importante de “lo social”. Se explica entonces que la dirección en Lima decidiera un temerario viraje al conformar un nuevo sancochado ideológico con el MNI, los Fonavistas y Tierra y Libertad del padre Arana.

Esta criatura infeliz que duró apenas unos días, efectivamente tuvo el efecto de terminar de abortar una eventual alianza PNP-Izquierda (al margen de los desentendimientos entre el MNI y Ollanta), y de empujar a los nacionalistas hacia un mayor cierra filas. Esto es lo que trataba de explicar el segundo de Fuerza Social, a la primera que se encontraba en Madrid. Pero luego sobrevino la lógica de la “nueva política”, que implicaba darse cuenta que ya nada impedía echar a un lado a todos los aliados, precisamente cuando se habían vencido todos los plazos legales y ya no había donde reacomodarse.

En esta canallada han estado finalmente revueltos Villarán, Huaroc, Guerra García y el mismísimo Rodríguez Cuadros, que se coló en la escena electoral por invitación del MNI, pero una vez con la chalina verde los vio caer. Claro que después de este faenón increíble han empezado a contarse los daños ocasionados a todos los actores: el MNI y Tierra y Libertad se han sumido en grave crisis interna y han quedado fuera de las elecciones; pero Fuerza Social ha liquidado el encanto de la sonrisa de Susana aún antes de asuma la alcaldía, han desgastado la candidatura presidencial antes de lanzarla, se han aislado de izquierda y derecha y van camino a perder su inscripción electoral.

22.12.10
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domingo, diciembre 19, 2010

La división para perder

Un comunicado del Movimiento Nueva Izquierda publicado el mismo día en que se debía resolver lo que pasaría con la alianza suscrita con Fuerza Social, declaraba ante el país que “para vencer hay que sumar, sin unidad no hay victoria”. Se referían, obviamente a lo sucedido con el intento de unir a toda la izquierda con el nacionalismo de Ollanta Humala, que se echó a perder cuando el MNI anunció que debido a que no había podido entenderse con Humala en el asunto de firmar una alianza, habían optado por una especie de Plan B, que consistía en impulsar la candidatura del diplomático Manuel Rodríguez Cuadros con Fuerza Social de Susana Villarán y otros grupos menores.

Como se sabe, la tal alianza FS-MNI, fue asesinada antes de hacerse realidad por una carta desde Madrid de la alcaldesa electa, que nunca agradeció el apoyo del MNI a su victoria y que consideró inaceptable el acuerdo firmado por los dirigentes de su partido que estaban en Lima con la organización de Nilver López. En consecuencia el MNI ha quedado totalmente sólo, y está anunciando que tendrá su propio candidato (Plan C) y por ahí se anota que le han hecho la propuesta al cura Arana de Tierra y Libertad que también ha quedado bastante desubicado. Así pues, se debe sumar, pero cada paso del MNI supone una nueva resta; sin unidad no hay victoria, y cada día protagonizamos una nueva división. ¿Quién entiende esto? Es como si el MNI dijera a voz en cuello: queremos la unidad, pero nadie quiere hacerla con nosotros, y por eso seguimos dividiendo.

En la base de esta confusión, sin embargo, hay un punto fundamental: el 2011 no estaba planteada cualquier unidad, sino una que reviviera las esperanzas en la victoria que estuvo a punto de producirse hace cinco años. Se esperaba entonces que el nacionalismo recibiría el aporte de la izquierda, los movimientos regionales, los gremios y organizaciones sociales, y de muchísimos independientes, para desalojar a la derecha del poder y poner al Perú en el curso de cambios antineoliberales y democráticos que viven otros países de América Latina. Cualquier unidad no lleva a la victoria. El paso que dio el MNI por el trato que les dio Ollanta en las negociaciones, ha abierto una dinámica de dispersión, de la que ellos son responsables.

Hoy las alternativas que quedan son que al igual que el 2006, las candidaturas de la división (Rodríguez Cuadros, MNI y fonavistas) se minimicen frente a la opción fuerte de Humala, y este pueda representar al pueblo en la lucha por ganar la elección, en primera o segunda vuelta; o que todo el mundo se hunda en micro votaciones favoreciendo a la derecha sea de Toledo o del fujimorismo. Habría que preguntarle a los militantes del MNI a cuál de las dos opciones hacen su apuesta.

20.12.10
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Presidencia bipolar

En diciembre del 2006, la Embajada de Estados Unidos enviaba mensajes a su central sobre la condición psiquiátrica del recién asumido presidente Alan García: “Hay rumores de que sufre de trastornos maníacos depresivos o desórdenes bipolares”.

“En público tiende a impresionar con la majestuosa pose presidencial, sacando pecho, con la cabeza alta y los brazos y manos gesticulando, casi a manera de la coreografía de un líder. También se inclina a dar largos discursos públicos, mostrando que sabe de todo y usa un tono de superioridad”

Lo importante, por supuesto, no es que los Wikileaks nos cuenten una historia que todos conocemos, sino que nos hagan conocer que los diplomáticos y gobernantes de los Estados Unidos intercambiaban información a los pocos meses sobre la locura de García.

Es obvio que el tema les preocupaba y en el análisis valoraban conductas de los años 80 y expresaban su casi seguridad de que se repetirían las explosiones emocionales y las depresiones durante su segundo gobierno. En otras palabras, que el presidente aprista podía ser peligroso para el país, la gobernabilidad y para él mismo.

Los gringos venían de haber impulsado abiertamente la candidatura de García en oposición a la de Ollanta Humala durante la segunda vuelta. Algunos, además, piensan que la opción se tomó en plena primera vuelta, cuando se empezó a ver que Lourdes no iba a poder con el desafío, aunque el viraje se mantuvo en reserva.

Esa intervención evidente se va a documentar próximamente con los mismos cables interceptados en el lote 2005-2006, donde aparecerá el complot que se armó contra Humala. Pero, por ahora, se puede tomar esto como un dato: mientras había que derrotar al candidato peligro, se podía recurrir al bipolar, pero ya en el gobierno no había cómo evitar considerar los desequilibrios alanistas como uno de los riesgos sistémicos.

No está muy lejos de otras experiencias en las que Estados Unidos respaldó gobernantes corruptos, narcotraficantes o anómalos en diversos sentidos. Es decir, hizo prevalecer un interés inmediato, haciendo la vista gorda sobre aspectos de personalidad y trayectoria que necesariamente tenían que aflorar en algún momento. Estados Unidos puso en la balanza el radicalismo y la locura, y se inclinó por la segunda de las alternativas como un supuesto mal menor.

El hombre que en un arranque de ira decretó la muerte de 300 prisioneros en 1986, y sembró la curva del diablo en Bagua de varias decenas de víctimas, con el mismo mecanismo 23 años después, corresponde exactamente al concepto de “desórdenes bipolares”.

Eso lo sabían los que ordenaron votar por García en segunda vuelta, con las narices tapadas o haciendo arcadas, y que se inventaron el asunto de que Alan había cambiado, cuando ciertos rasgos de personalidad enferma no tienen solución posible. Lo nuevo aquí es saber que el punto inquietaba vivamente a los amigos del norte

Pero la verdad sea dicha. Estas preocupaciones son parte de un seguimiento informado y nada más. La capacidad para presionar a favor de un candidato, no es la misma cuando el postulante se convierte en presidente. Ahí Estados Unidos se ha visto varias veces en apuros y en la necesidad de hacer virajes. Por ello vimos que la Casa Blanca apoyó diez años a Fujimori, y luego lo dejó caer.

19.12.10
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jueves, diciembre 16, 2010

El patito feo

(respuesta a Manuel Guerra del MNI)

Manuel Guerra es un gran amigo. Y eso no lo va a cambiar que no estemos de acuerdo en la evaluación de lo que pasó entre el MNI y el Partido Nacionalista. Una nota suya que está circulando en los medios de izquierda (La Unidad: una responsabilidad histórica) se refiere ampliamente a mi persona.

Anoto que el texto está escrito poco antes de conocerse la carta de Susana Villarán sobre la alianza FS-MNI, la respuesta de Guerra García y la crisis entre la dirección de Fuerza Social y su lideresa. Pero aún así hay algunas ideas que me siento obligado a responder por respeto a los que siguen esta discusión y al propio Manuel que podría malinterpretar mi silencio.

Es verdad que el 28.11.10 (doce días antes del cierre de inscripciones de las alianzas) escribí previniendo sobre la posibilidad de que al final terminen habiendo dos candidaturas de izquierda. En ese momento era público que el MNI ya se encontraba embarcado en conversaciones con Manuel Rodríguez Cuadros para una eventual postulación a la presidencia de la República.

De acuerdo a la carta de Guerra García en su numeral 4: “En ese momento no considerábamos una alianza con otro partido nacional, pues el MNI privilegió su alianza con el PNP hasta el 25 de noviembre”. Es decir, sin saber, escribí mi artículo cuando ya la alianza con PNP había empezado a dejar de ser prioritaria y en FS se reiniciaban las consultas para volver a reconstruir el bloque de las elecciones municipales.

Manuel Guerra dice que yo me “lamentaba… y con razón, que existía una fuerte posibilidad que se perfilen dos candidaturas del espectro de la izquierda y el progresismo, con lo cual se estaría dando una ventaja a la derecha…” Pero ¿por qué existía esa “posibilidad”?

En versión del MNI, porque Ollanta Humala se resistía a firmar una alianza, le daba largas y maltrataba la relación con postergaciones y evasivas. Más allá de énfasis, yo nunca he negado que hubo bastante de esto. Sin embargo la desconfianza nacionalista también tenía su propia razón: ¿para qué lanzan otro candidato, si no es para enfrentarnos?

Hoy, además, ya sabemos que eso se daba en un proceso en el que ya se había ido estructurando una sub-alianza para el trato con Fuerza Social. Otra vez recurro a Guerra García: “En ese contexto; el MNI, Tierra y Libertad y el Partido Fonavistas del Perú se aliaron para negociar con FS y conformar un bloque político con Fuerza Social”.

Ese contexto era el de finales de noviembre, cuando MNI mantenía un supuesto “mandato” en Héctor Béjar para que negociara una alianza con Humala que se prolongó hasta el día 6 de noviembre. Ahí uno puede decir que esos esfuerzos paralelos eran para manejar los desenlaces, lo que significa que si no acordaba aquí todavía podía hacerlo allá. Pero la otra parte puede contestar, legítimamente, que estos hechos probaban que no había convicción para ir con Ollanta y para poner la unidad como el objetivo a lo que se subordinaba todo.

Manuel me encara y pregunta “por qué ese unilateralismo’”, que significaría achacar la división sólo a Patria Roja y el MNI y callarse sobre las responsabilidades del PNP. Y entonces vuelvo sobre lo que he dicho varias veces: toda la anécdota contada más arriba, no significa nada, y como dice Rodríguez Cuadros, nada es nada, frente a la historia. O si se quiere, ante la ventaja que se ha entregado a la derecha, sin que nadie pueda decir que no sabía lo que estaba haciendo. .

Y esta ventaja que se ha entregado, admitida por mi amigo Guerra, es la de debilitar la opción por Ollanta Humala que es, aún hoy, el fantasma que no deja dormir a la reacción criolla. Si yo salgo inventando un candidato, por añadidura confuso y próximo al neoliberalismo, y armando un frente que sé que no va a ganar, pero que puede hacer que el otro pierda las elecciones, y digo que lo hago para que el comandante aprenda que así no se trata al MNI que es un partido respetable, es porque he perdido el sentido de las proporciones.

Puede que tenga razón en que las cosas debieron ser distintas y que hay culpas de un lado y de otro. Pero: ¿quién dio el paso de dividir, por la que sea, haciendo el juego a la derecha?

Y, por supuesto, si vamos a hablar de maltratos con los que uno tiene que trabajar en política, ¿qué decir de la Susana Villarán de la campaña electoral, negando su alianza con el MNI, y luego de la victoria ocultando su contribución y negándoles espacios en el gobierno de la ciudad?, ¿o de las palabras de Rodríguez Cuadros en su entrevista en “El Comercio”, ¿o de las cartas “internas” de Fuerza Social de estos días, hechas groseramente públicas por sus autores, donde el MNI parece el patito feo del viejo cuento para niños?

¿Por qué unos maltratos duelen más que otros y ahora tenemos al MNI sentado a la vista de todo el mundo en una banca en sala de espera de los acuerdos finales de Fuerza Social, para saber su destino, que de veras me parece mucho peor que las reuniones postergadas por Ollanta de citas pactadas en privado?

A mí me parece que para entender esto hay que ver la prioridad en la escala de las alianzas que se hizo el MNI. Después de todo ellos fueron el acompañante vergonzante de Susana para Lima, y encontraron una forma de coexistencia que implicaba que ella los negaba y ellos se callaban. Esa metodología podrían volver a utilizar para las presidenciales, sin los riesgos de una ruptura real como la que ocurrió el 2006, por iniciativa nacionalista.

En esta mirada desaparecen las consideraciones políticas y programáticas: no importa si Humala encarna una emergencia popular incorporando a la política sectores que se habían distanciado de la izquierda, y ofrece una propuesta antiimperialista y democrática radical, claramente enfrentada a la derecha. O que por el otro lado se ubiquen los adversarios de este proyecto que apuntan a armar un centro del sistema, con sectores liberales.

Ser anti-Humala es parte de la razón de ser de Fuerza Social desde el 2005-2006, y es su carta de presentación como izquierda sensata y del sistema. Hoy mismo Guerra García dice: “Yo respaldé esa alianza para evitar un aislamiento político de FS de cara a las elecciones presidenciales y congresales. También consideré que era positivo resucitar la confluencia que nos dio el triunfo en Lima, aislar a Ollanta Humala y apuntar a volver a unir el campo de lo social”. Para un partido que no aspira a ganar y que mira al 2016, como repiten a cada paso, la idea de “aislar a Humala” equivale a tratar de impedir su victoria, para que ganen algunas de las variantes de la derecha.

Pero Manuel se engaña y quiere engañarnos a todos con la afirmación siguiente: “que eso (la unidad) no se haya logrado se debe fundamentalmente a las posiciones del PNP y FS, quienes expresaron tener diferencias insalvables, que impedía integrar a ambas organizaciones en un solo frente electoral”.

No es verdad que la posición de Humala y Villarán, hayan sido equivalentes respecto a la posibilidad de un solo frente. En todo caso quién descartó de plano esta opción fue Susana, apenas unos días después de las elecciones.

El encuentro de la Izquierda octubre tenía ese sello: el rechazo de Fuerza Social a participar y el anuncio público de que no irían ni con el PNP ni con la izquierda. De ahí que todos tomaron como natural el inicio de las conversaciones con los nacionalistas, que habían asistido al evento. Pero como había que prevenirse de riesgos, el acuerdo fue por un candidato, un frente y un programa, sin aclarar quién era ese candidato y de donde saldría.

Muchos se llenaban la boca de democracia y primarias, pero lo que en la realidad iba a decidir si la izquierda pactaba con los nacionalistas, como debió hacerse en el 2006, eran las negociaciones que se tendrían con su líder político.

No había dos divisionistas, estimado Manuel, y el MNI columpiándose entre uno y otro. Había un sector que tomó el camino de separarse del resto y apostar a su perfil propio, y otro que tuvo mil dificultades para terminar de entenderse. El MNI se movió del segundo campo al primero, una vez que se hizo evidente que Fuerza Social se debilitaba y requería refuerzos, como efecto de que se quedaban sin candidato (affaire Nano Guerra García).

Una precisión antes de cerrar estas reflexiones. El “problema de fondo” al decir de Manuel Guerra está en que Ollanta “dilapidó esa acumulación electoral, al no colocarse al frente de las fuerzas antineoliberales, sellar una alianza de largo aliento con la izquierda y el progresismo y consolidar y ampliar el espacio ganado, lo que constituyó un error histórico”. Este es su balance que lo lleva más adelante a decir: “Todo ello, junto a la campaña de demolición puesta en marcha por la derecha que lo colocó a la defensiva y que no fue adecuadamente respondida, explica su achicamiento y declive en las preferencias del electorado, lo que ha dejado espacio para el posicionamiento de otros liderazgos. Y en esta situación nada tiene que ver la política de alianzas de Patria Roja y el MNI”

En resumen Manuel cree que Ollanta ya fue, así lo dictan las encuestas, su error fue no pactar con la izquierda desde el 2006, y no responder adecuadamente el ataque mediático, lo que habría posicionado otros liderazgos, de lo que no es culpable el MNI. Cualquiera puede preguntarse ¿cuál es ese nuevo liderazgo que si sabe responder a los desafíos políticos y pactar horizontalmente con la izquierda? Y por más que uno lo repiense, no lo encuentra, salvo que con eso se estén refiriendo a Rodríguez Cuadros que no ha mostrado ningún mérito de lucha, unidad o de carisma para las elecciones. En realidad el declive de Ollanta es un pretexto para obviar el tema de la posibilidad de luchar por el gobierno.

Si Ollanta se ha achicado en las encuestas, ¿ye perdió?, ¿saldrá otro antineoliberal capaz de reemplazarlo?, ¿ha descubierto el MNI la nueva vía hacia la victoria?

Si mi amigo Manuel tiene la respuesta a esta pregunta le agradeceré que me la haga llegar. Y no se olvide que si he tomado la palabra en este debate es para lamentar una decisión y no para hacer daño a nadie y menos convertir a los que están al otro lado en mis enemigos. Como diría Susana Villarán espero que con un poco de voluntad e inteligencia encontremos una solución a los errores cometidos.

15.12.10


LA UNIDAD, UNA RESPONSABILIDAD HISTÓRICA

Por Manuel Guerra

Días atrás -28.11.10- nuestro buen amigo Raúl Wiener nos hizo un encaramiento directo en su columna del diario La Primera, en el marco de un razonamiento sobre la unidad de las fuerzas antineoliberales para abordar el proceso electoral del 2011, emitiendo juicios que van en el espíritu de lo escrito por César Lévano en el mismo medio.

Se lamentaba Wiener, y con razón, que existía una fuerte posibilidad que se perfilen dos candidaturas del espectro de la izquierda y el progresismo, con lo cual se estaría dando una ventaja a la derecha, cuya estrategia está orientada a polarizar al electorado entre dos candidaturas de su mismo campo e impedir que las fuerzas del cambio lleguen a la segunda vuelta. Esto significa una situación de posible derrota para quienes estamos convencidos que la oportunidad era propicia para abrir un nuevo rumbo al país, solo si se lograba articular un solo frente, un solo programa y una sola candidatura, como hemos venido reiterando. Que esto no se haya logrado se debe fundamentalmente a las posiciones del PNP y FS, quienes expresaron tener diferencias insalvables que impedían integrar a ambas organizaciones en un solo frente electoral.

A pesar que Wiener proclamaba en su citada columna que no le interesa, y que a nadie le interesaba, definir de qué lado van las responsabilidades que la unidad no se produjera, porque según él se trata solo de anécdotas, su artículo, de cabo a rabo, estaba hecho para achacar la división, nada más ni nada menos, que a Patria Roja y al MNI. Por eso increpa y hace preguntas públicas y directas a estas dos organizaciones, pero no se le ocurre encarar del mismo modo al PNP y a su líder Ollanta Humala. Le preguntamos a Wiener: ¿por qué ese unilateralismo?

Pero lo dicho por Wiener y Lévano no era más que un anticipo de su voluntariosa labor de apedreadores de Patria Roja y el MNI, a la que se han sumado, cual barra brava, algunos compañeros de la izquierda, que usando un lenguaje cada vez más virulento y nada unitario y falseando groseramente los hechos pretenden achacarnos la responsabilidad de la división. Coincidentemente esta andanada se produce en momentos en que se reedita una ofensiva contra nuestro Partido desde la derecha, a quien tampoco le gusta que vayamos en alianza con Fuerza Social.

Ni Wiener, ni los otros compañeros que pretenden ponernos hoy en la picota, pueden negar el hecho que Ollanta Humala, erigido en el principal líder de la oposición luego de las elecciones del 2006, dilapidó esa acumulación electoral al no colocarse al frente de las fuerzas antineoliberales, sellar una alianza de largo aliento con la izquierda y el progresismo y consolidar y ampliar el espacio ganado, lo que constituyó un error histórico. Este es el problema de fondo que pasan por alto; también “olvidan” otros gruesos errores en que incurrió el PNP, como abandonar la CPS, retirarse de la contienda limeña, inicialmente acordada a participar junto a la izquierda; subestimar las elecciones regionales y municipales, donde se negó a validar los frentes que se estaban organizando en las regiones, desautorizando a sus propios militantes. Todo ello, junto a la campaña de demolición puesta en marcha por la derecha que lo colocó a la defensiva y que no fue adecuadamente respondida, explica su achicamiento y declive en las preferencias del electorado, lo que ha dejado espacio para el posicionamiento de otros liderazgos. Y en esta situación nada tiene que ver la política de alianzas de Patria Roja y el MNI.

No es correcto que los compañeros del PS, tan puntillosos a la hora de la crítica, se olviden que hace un par de años se conformó un grupo de trabajo que incluía, aparte de ese partido, al PCP, PNP y Patria Roja-MNI, y que fue Patria Roja, en la persona de Alberto Moreno, quien presentó un documento a ser suscrito, donde se acordaba la unidad de largo plazo en torno a determinados ejes programárticos, una estrategia común para enfrentar la ofensiva derechista, el compromiso de ir juntos en las elecciones regionales y municipales, reconociendo además la candidatura de Ollanta Humala en las elecciones del 2010, y que el documento no fue suscrito ante la negativa del PS, cuyos dirigentes adujeron no tener acuerdo partidario para firmarlo. ¿Por qué Javier Diez Canseco, cuando hace un recuento minucioso de los hechos no menciona esto, ni explica, ni asume su responsabilidad de haber prácticamente boicoteado esta posibilidad de acuerdo?

También JDC falta a la verdad respecto al compromiso del MNI de poner a disposición de la izquierda su inscripción. En el centro de esta idea estaba la necesidad de articular el bloque de la izquierda, actuar como un espacio comprometido en lograr la unidad más amplia de la izquierda y el progresismo, que no se agotara en el presente proceso electoral. En el II Encuentro de las izquierdas se ratificó ese compromiso, explicando que no era posible entonces cambiar el nombre del MNI, ni reestructurar sus órganos dirigentes, conforme era la exigencia del PS, puesto que de haberlo hecho, el trámite ante la ONPE para validarlo bloqueaba la posibilidad de hacer alianzas electorales. Por ello el Encuentro definió que ese proceso se abordara post elecciones, y que en lo concreto se nombre una comisión política del bloque, presidida por Héctor Béjar. En los hechos esta comisión política ha venido funcionando y el compañero Béjar ha asumido las tratativas con el PNP a nombre de todo el bloque. No es cierto que el MNI haya actuado por su lado, ocultando información al bloque de la izquierda. Todos y cada uno de los pasos que ha dado han sido consultados e informados a este espacio, incluida la decisión de firmar alianza con FS cuando habían fracasado las tratativas con el PNP. Tan es así que en la última reunión, el bloque acordó que no firmaría compromiso con ninguna de las candidaturas, pero que dejaba en libertad a sus miembros de ir con la opción que creyeran conveniente.

Pero yendo a la situación más concreta, es realmente penoso que algunos compañeros de la izquierda que han sido testigos de los esfuerzos hechos por el MNI para lograr la firma de la alianza con el PNP, y que han sido testigos también de los desplantes de los que aquella organización ha sido objeto por parte del nacionalismo, que saben fehacientemente que en el seno de ese partido existe un antipatriarrojismo militante, que conocen que el PNP se negó una y otra vez a firmar la alianza, poniendo mil pretextos, pretendiendo llevarnos hasta el límite del cronograma para luego imponernos la condición de simples invitados, salgan ahora a mordernos en la yugular, se presenten como víctimas y callen en siete idiomas la responsabilidad del nacionalismo.

Cada partido, o cada personaje, están en su perfecto derecho de buscar su mejor ubicación en el escenario electoral. Lo que no está bien es que se haga el amague de presentarse unitarios y parte de un bloque, mientras se buscan ventajas particulares negociando candidaturas por separado y a espaldas de ese bloque, y lo peor, que para encubrir o justificar este pragmatismo se salga a enlodar a organizaciones como el MNI y Patria Roja, que en todo momento demostraron lealtad y consecuencia.
No es convincente el razonamiento de Wiener que por tratarse de que Ollanta Humala es el principal candidato de la oposición al neoliberalismo, hay que allanarse de cualquier modo a sus esquemas, hay que aguantar sus insultos, hay que aceptar incluso ir en condición de subordinados, o invitados, sin potestad para discutir nada, agachando la cabeza ante el solo ofrecimiento de cupos para candidaturas parlamentarias. Para Wiener le resulta muy sencillo recomendar que en el altar del nacionalismo se sacrifique la inscripción, la dignidad y hasta la propia personalidad de las organizaciones. Para nosotros esos manejos no están en nuestra manera de hacer política. Hemos planteado muchas veces la unidad en torno a un proyecto de país y no a un candidato natural, menos a un caudillo. Nadie puede reprocharnos la falta de amplitud, voluntad, paciencia, flexibilidad que hemos mostrado para hacerla realidad. Tampoco puede negarse los infinitos esfuerzos que hemos hecho para cristalizar la alianza electoral con el PNP, aunque para Raúl Wiener sea puro cuento. Pero si todo ello cae en saco roto, ¿no está acaso en su derecho el MNI de trabajar otros escenarios?

Otra línea de ataque ha venido a propósito de las declaraciones periodísticas de Manuel Rodríguez Cuadros. Al respecto solo mencionamos que para nosotros la firma de una alianza no significa renuncia a nuestro perfil, visión del país y programa; entendemos que la alianza debe recoger las propuestas de las partes hasta llegar a un consenso de Plan de Gobierno, que es precisamente lo que se está trabajando en estos momentos.

Finalmente reiteramos que para nosotros ni el nacionalismo, ni los compañeros de la izquierda que han decidido acompañarlo, representan nuestros enemigos. Estamos en el mismo campo y no se nos ocurre desgastarnos en ataques mutuos que solo favorecen a la derecha. Solo reclamamos objetividad a la hora de analizar los hechos, no trillar los mismos caminos que llevaron al derrumbe de IU en los 80 ¿Es mucho pedir?

14.12.2010


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Partido Comunista del Perú

Patria Roja

El cambio

Un ex presidente (Toledo) y la hija de otro presidente (Fujimori), que hizo de primera dama cuando su padre expulsó a su madre de Palacio; tres ex ministros, dos de Toledo (Kuczynski y Rodríguez Cuadros) y una de García (Araoz); un ex presidente de la seguridad social de Fujimori y ex alcalde de Lima donde siempre fue amigo de los gobiernos de turno (Castañeda), son seis de los siete candidatos que se conocen hasta ahora.

No vamos a referirnos aquí a las alianzas por falta de espacio, pero en ese caso también aparecen ex ministros de García, aliados del actual gobierno en el Congreso y otras variantes del pasado. Pero lo más interesante de todo, es que cada uno de los seis asegura representar una opción para el cambio. El más audaz, por cierto, es Kuczynski que al lado de Yehude, Lourdes, Lay y Acuña, ha bautizado a su sancochado como el “gran cambio”.

Y, digo: ¿no es este caballero algo así como el padre del neoliberalismo en el Perú, que tuvo entre sus pupilos a Ismael Benavides, Abusada, Boloña, que son a su vez progenitores de Araoz, Zavala, Carranza y otros, que han manejado la economía peruana durante 20 años (sin contar el período belaúndista), siendo que PPK fue el directo conductor 2001-2005, antes el comprador de las privatizaciones de los 90, y después el miembro de directorio de numerosas empresas que han tratado con García?

Keiko Fujimori ciertamente dice que ella repetiría lo de su padre, pero sin el “error” de asesorarse de Montesinos. Pero Kenyo lo que hizo es dar un golpe de Estado para imponer las privatizaciones y reformas económicas, las leyes antiterroristas y la Constitución neoliberal y autoritaria que rigen hasta hoy, y que ni Toledo, ni García, han querido tocar, y que Lourdes y Rodríguez Cuadros consideran un escándalo querer cambiar. ¿Cuál es lo nuevo que encarna la hija del prisionero, que se ha rodeado de Yoshiyama y Rey como vicepresidentes, con lo que ha logrado llevar la onda retro hasta sus extremos?

Toledo, Kuczynski y Araoz se arranchan el “éxito económico”, pero advierten que hay que ponerle un poco de sensibilidad social. Pero nunca dicen porqué la sensibilidad fue tan escasa cuando tuvieron la capacidad de decidir cosas. Y es que más allá de los programas sociales paralelos para gente que debe mantenerse pobre para seguir recibiendo regalos del Estado, el modelo vigente apunta a la concentración del ingreso y la propiedad, y a debilitar los niveles medianos y pequeños de la actividad económica, así como a postergar las demandas de los trabajadores.

Sobre eso el “progresista” Rodríguez Cuadros se luce cuando dice que como no es demagogo, no ofrece más que mantener el modelo de economía de mercado y la lógica del crecimiento que resolverá las mejoras salariales y la inversión social. Con eso Kuczynski queda como un “radical”. A su vez Castañeda dice que pretende el gobierno

15.12.10
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domingo, diciembre 12, 2010

¿Qué celebra el MNI?

Para explicar donde se encuentran ahora, los del Movimiento Nueva Izquierda (MNI)-Patria Roja cuentan una historia de dificultades para entenderse con el Partido Nacionalista y Ollanta Humala, de reuniones frustradas, salas de espera prolongadas e indefiniciones en las respuestas. En resumen que el MNI-Patria Roja recibió un trato de partido pequeño, que obviaba el hecho de que se trata de un partido inscrito y de una fuerza propia. En cambio, Fuerza Social, que antes los trató como no aliados y hasta intentó ocultarlos en la campaña municipal, ahora les ha entregado hasta la presidencia de la alianza.

Más en privado, sin embargo, agregan otras consideraciones, como que Ollanta ya no es el del 2006 y que con el segundo “gran combo” de las elecciones, del que han pasado a formar parte, se puede competir para abrirle espacio a la izquierda. En estos razonamientos, sin embargo, han quedado oscurecidos varios asuntos:

(a) El frente de “todas las izquierdas” que se conformó a inicios de año y se reafirmó en una sonada reunión en la Casa del Maestro después de las municipales, que se suponía iba a jugar el papel de factor de unidad, y al que MNI-Patria Roja descolgó de sus negociaciones y decisiones finales, dejando a sus aliados en el aire, como si se tratara de partidos pequeños que no merecen consideración.

(b) El rimbombante anuncio que MNI-Patria Roja ponía su inscripción al servicio de “toda la izquierda”, que quedó como una mera frase cuando se dieron cuenta que eso les permitía la posibilidad de tener candidato propio y dividir las opciones populares, y que esa era una carta para negociar, lo que ha llevado las cosas hasta donde ya sabemos.

(C) La crítica a Fuerza Social por negarse a todo trato con el nacionalismo, negativa que según el MNI-Patria Roja dividía el campo popular y a la que toda la izquierda, incluido el MNI-PR, respondió con la consigna una sola candidatura, un solo programa y un solo frente; aunque luego el MNI-PR decidió levantar otra candidatura, literalmente inventada e importada para la ocasión (el embajador Rodríguez Cuadros), y tantear dos o más frentes, sin ninguna consideración de programa.

Si se mira bien lo sucedido, no se ha roto una alianza del nacionalismo con el MNI-PR, que nunca existió y que sólo fue una hipótesis de trabajo en las negociaciones finales. Lo que han hecho Moreno, Breña y sus camaradas es romper la vieja izquierda, o lo que queda de ella, para la que reclamaban un lugar en la política peruana, al servicio de sus particulares intereses de grupo.

Esa izquierda tenía su oportunidad de entrar a un compromiso con el nacionalismo radical que se expresó en las elecciones anteriores y que convirtió a toda la izquierda dividida (incluido el proyecto socialdemócrata de Susana Villarán) en 1.4% de los votos.

La unidad con los nacionalistas es la posibilidad de cambiar el país, ahora, que fue exactamente a lo que renunció de arranque Fuerza Social, que para mayores precisiones ha explicado que sus miras están en el 2016, dando a entender que un triunfo de Humala les perjudicaría en sus perspectivas.

El MNI-Patria Roja, por su parte, pasó de lamentar que Fuerza Social tomara el camino divisionista y terminó sentado a su lado, presentando como buena nueva lo que antes definían como una tragedia.

12.12.10
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sábado, diciembre 11, 2010

General que dijo que Ollanta representa la regresión, comanda el Ejército

El general Paul Da Silva debe su grado a su participación en el operativo Chavín de Huántar en el que tuvo a su cargo el contingente de camilleros y se benefició del ascenso de todos los participantes, y su apurado nombramiento como Comandante General del Ejército a la intervención de Alan García, el mismo que dijo que ya tenía diseñado un plan para un golpe de Estado.

Fue durante su discurso por el día del Ejército, el 9 de diciembre de 2005, que el entonces jefe de de la Sétima Brigada de Infantería, general Paul Da Silva violentó todas las normas castrenses que limitan la participación en política de los altos mandos y declaró sin pelos en la lengua: “Voy a ser sincero y espero que su candidatura no prospere. Ollanta no tiene un plan de gobierno y sus ideas son retrógradas. En caso de ganar las elecciones presidenciales su gobierno sería de carácter comunista y pondría al país al filo del despeñadero”.

Esta declaración le ganó las primeras planas y fue motivo de un breve escándalo. Pero como suele ocurrir el incendio creado por estas provocadoras palabras se apagó rápidamente cuando los medios dejaron de tratar el tema y las autoridades políticas y militares hicieron como si no hubieran oído lo que se había dicho ante cientos de oficiales y soldados. No fue solo eso. Al terminar su alocución, periodistas de medios locales lo interrogaron sobre sus críticas al comandante en retiro. Entonces Da Silva añadió que Humala “traería como consecuencia la estatización de la banca y todas aquellas políticas que hicieron mucho daño al país”, con lo que concluyó imputándole los fantasmas que proceden del primer gobierno de Alan García.

Da Silva es un militar discutido y discutible. En su foja de servicios figura una investigación sobre una irregular compra de pertrechos cuando era jefe del COLOGE (logística). Fue comandante general en Piura y jefe de operaciones del norte, puesto del que fue relevado cuando no acudió a una convocatoria del general Montoya, por entonces presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, adonde envío a su segundo, el general Barrantes, que fue confirmado en ese cargo.

Más adelante le tocó dirigir la plaza militar de Arequipa y desde allí envío un informe que llegó a hacerse público, sobre las actividades del Partido Nacionalista en esa ciudad. En ese documento Da Silva ordenaba a sus subalternos hacer el seguimiento de lso militantes nacionalistas, detectar sus lazos con elementos militares y su participación en conflictos sociales. Esta fue una nueva violación del principio de neutralidad, y una prueba palpable de su intencionalidad política.

Da Silva pertenece a la promoción 1976 del Ejército, la misma de Otto Guivovich, que ocupó la comandancia general durante dos años. En los medios castrenses se interpreta que este nombramiento impuesto por García, está saltando a la promoción 77 Mariano Aragonés que le tocaba asumir el mando. La pretensión de hacer durar a Da Silva por dos años más, llevaría al retiro a las dos promociones. Este año además empezaron a ascender al grado de general los miembros de la promoción 1980, de Ollanta Humala, que estarían siendo espulgados para evitar la llegada de oficiales cercanos al candidato.

Algo que se recuerda del general Paul Da Silva, aparte de su feroz antiollantismo, es su responsabilidad en el caso del tanque que se incendió y causó la muerte de un soldado en el Fuerte Rímac, cuando se festejaba el cumpleaños del general Donayre, violando todas las normas que impiden utilizar el armamento y equipo durante celebraciones personales.

11.12.10
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jueves, diciembre 09, 2010

La banalización de la corrupción y el golpe de Estado

Tal parece que hay diversos intereses orientados a que el affaire Bayly-García acabe como suele ocurrir en el Perú: con los temas graves convertidos en banales y el presidente consagrado como el puede hacer y decir lo que le da la gana: que puede estar organizando un golpe de Estado, mientras la plata le llega sola, cachetea al trabajador que le grita corrupto y declara que el escritor puede interpretarlo como le dé la gana.

En opinión de algunos corresponsales y diplomáticos extranjeros consultados “off the record” por este diario, una revelación como la hecha por Jaime Bayly esta semana hubiera derivado inevitablemente en una querella del presidente contra el osado para obligarlo a desmentirse ante la justicia. Nadie concibe en España que se pueda escribir que el presidente del gobierno le confesó en una cena que tenía un plan diseñado de golpe de Estado, en caso determinado candidato pudiera ganar las elecciones, nos dijo un periodista de ese país. Si no lo hace, estaría dando a entender que era verdad lo dicho y en ese caso el procesado sería él.

Es imposible que en Inglaterra o en Francia, se use la excusa de que el que lanzó la bomba es un novelista que trabaja con ficciones, sobre todo si también es un periodista y un político que escribe sobre temas serios y que fue en esa condición que el presidente lo visitó en su vivienda, y que para remate ha ratificado sus afirmaciones. La frase alanista de que él “no hace caso a las travesuras” de Jaime Bayly, puede parecer amable y condescendientes, pero es en realidad una trampa dirigida a quitarle toda importancia a los temas tratados. Como en este caso el “loquito” que le ha gritado corrupto y golpista, no puede ser apabullado en público a punta de sopapos, la repuesta del poder es envolverlo en elogios mientras se desliza la idea que a este tipo no hay que tomarlo en serio.

A esto se está prestando evidentemente una gran parte de la prensa que ha eliminado el tema de sus titulares y sus páginas, o lo ha reducido a una intrascendente “chiquita”, mientras los columnistas se dedican a explicar que estos asuntos se están volviendo una oportunidad de “victimización” de Humala y una exageración a un asunto sin importancia. Después de todo fue con ese tono de perdonavidas del presidente (primero aparentando enojo y luego bajando el tono) y con la colaboración de los medios, que los petroaudios, los chuponeos, las permutas mobiliarias de Del Castillo, los terrenos de Quesada, las indemnizaciones de Barrios, han ido diluyéndose sin sanciones y con los corruptos regresando a la vida pública.

La banalización, según los especialistas, es una técnica que no sólo sirve para que los crímenes contra los derechos humanos (Bagua), las faltas a la moral pública (corrupción) y el chantaje electoral en marcha (amenaza de golpe de Estado), queden sin culpables y sanciones; sino que funciona también como una manera de acostumbrarnos que las cosas son así. García no promete jamás acabar con la corrupción, sino que a pesar de todo hay obras; no desmiente que ha estado afirmando a lo Fujimori que después de él y del neoliberalismo, sobrevendrá el golpe de Estado, sino que ¿quién va a imaginar a Alan García de golpista?

El propio Bayly parece que ya perdió la energía del primer día. Después de todo ya cobró su venganza por su expulsión a la mala de su programa por Frecuencia Latina Televisión, que fue echa por evidente pedido de Alan García y ahora está empezando a pensar que este asunto puede favorecer a Humala. Así andan los principios en nuestro país. No nos indignamos, gritamos, puteamos de saber que tenemos políticos a los que la plata les llega sola después de sacar sistemáticamente la cara por los grandes intereses económicos extranjeros y nacionales, y que están dispuestos hasta a dar un golpe de Estado para que no les quiten esta mamadera y no llegue al gobierno alguien que pudiera destapar la olla de la podredumbre. Banalizar o enfrentar la corrupción y el golpismo, es el dilema entre la prensa acrítica y la independiente.

09.12.10
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miércoles, diciembre 08, 2010

Tengo un plan diseñado para un golpe

Nuevas revelaciones del diálogo entre Alan García y Jaime Bayly confirman que se trató el tema del golpe de Estado para detener a Humala. El país ya sabe que tenemos una democracia recortada que sólo permite la alternancia entre los que defienden el mismo programa.

Luego de haber negado haber mencionado la palabra “golpe de Estado”, García reconoció ayer que si usó la expresión. Pero otra vez trató de arreglar sus palabras indicando que sólo habría querido decir que cualquier intento de dar un giro de 180 grados y desandar lo avanzado en los últimos gobiernos es algo que podría “generar un caos y hasta un golpe de Estado”.

Pero según explica Ricardo Letts, dirigente izquierdista y tío de Jaime Bayly, con el que ha mantenido un intercambio de correos electrónicos en estos días, esta tampoco es la verdad de la conversación. Lo que realmente dijo García en esa oportunidad fue “que si llegarse a ganar Humala por voto popular, él tenía un plan diseñado para propiciar un golpe de Estado que impidiese que Humala llegase al gobierno”.

Es decir no se trató de un hecho externo a la intervención del actual presidente, sino de un plan ya pensado y organizado. Bayly no sería además el primero al que le habría confesado sus intenciones, aunque sea el único que se ha atrevido a hacer públicos estos oscuros propósitos.

“¿Ustedes se imaginan a Alan García golpista? Nadie se imagina eso”, ha dicho el presidente desafiando la buena fe de la opinión pública peruana. A su vez, el escritor ha respondido: “No me atrevería a mentir sobre algo tan grave”. Este contrapunto, por cierto tiene en tensión a los peruanos que siguen los medios de prensa.

“Hay testigos de la sombría amenaza que lanzó García”, ha dicho Bayly, anotando que no había ninguna broma en lo que venía diciendo. Los testigos a los que se refieren son las señoras Roxana Cheesman (que acompañaba a García) y Sandra Masías, que escucharon todo lo que se dijo.

La plata llega sola

Sobre la parte del dinero Bayly ha reiterado lo obvio: que el tema se introdujo luego que él expresó su preocupación porque el monto del sueldo presidencial no le alcanzaría para cubrir sus gastos familiares, y fue entonces que le espetó que fuera cojudo, porque la plata llega sola. No después de ser presidente, sino en la campaña y en el ejercicio del poder.

Bayly además reveló que García se ofreció para conversar con su madre que habría estado recibiendo presiones de Cipriani y de Rey para no apoyar con dinero para su campaña y ahí fue donde dijo: “le pediré 5 millones. Si me los da, te doy cuatro y me quedó con uno” y luego soltó una carcajada.

08.12.10
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lunes, diciembre 06, 2010

Aunque me metan preso, Humala no será presidente

“Luego García dijo algo que me pareció gravísimo: que si el señor Humala gana las elecciones, él propiciará un golpe de Estado e impedirá, quebrantando la ley, que Ollanta Humala sea presidente. “Aunque me metan preso, Humala no será presidente”, se pavoneó García”
Jaime Bayly “La plata llega sola”
Perú 21, 6 de diciembre del 2010

Una extraordinaria revelación del escritor, periodista y hombre de televisión Jaime Bayly ha conmovido el escenario político nacional. De acuerdo con ella, el presidente Alan García y el por entonces conductor de un ahora clausurado programa de televisión, se reunieron este año en la casa de este último para conversar sobre sus aspiraciones electorales y ahí García habría hechos dos explosivos comentarios: (a) que Bayly no debería preocuparse por la modestia del sueldo presidencial, que según nuestro desmemoriado presidente debe ser “como 3 mil dólares al mes”, porque en el cargo y si uno no es cojudo “la plata llega sola”; (b) que la máxima aquella de que “el presidente puede evitar que sea presidente quién él no quiere”, puede llegar sin problemas hasta el golpe de Estado y el impedimento ilegal de que el ganador de las elecciones asuma el cargo.

En el relato de Bayly se da cuenta de su retiro de la televisión colombiana, que habría sido precedido por un intento de amedrentarlo por sus simpatías con el candidato opositor Antanas Mockus, con falsos informes del gobierno de Uribe sobre un intento de asesinato por parte de sicarios de Hugo Chávez; de su tentativa conocida de postular a la presidencia por “Cambio Radical” que se cayó en el primer semestre del año cuando Barba dueño de la inscripción de ese seudopartido decidió apoyar a Kouri para el municipio de Lima; del intento posterior de recoger firmas e inscribir un partido con Enrique Ghersi, que terminó porque no dio el dinero que le pedían y por desavenencias con la esposa del abogado, lo que debe haber ocurrido hacia mediados de año; de un sondeo para asociarse con la vieja guardia de Acción Popular, que murió tras una conversación con Lescano que aspiraba a la candidatura de dicho partido; y de una conversación con Luis Bedoya Reyes (debe ser a comienzos de agosto) para ir con el PPC que se frustró cuando el propio Bayly se negó a conversar con Lourdes Flores que habría querido utilizarlo para la campaña municipal. Este último episodio ya ha sido mencionado por los dirigentes del PPC bajo la forma de que Bayly se picó al no ser aceptado como candidato y por eso apoyó a Susana Villarán contra Lourdes.

El hecho es que de acuerdo a esta secuencia, la conversación con García debe estar situada entre agosto o septiembre. Y aunque el gobierno diga que Bayly ha interpretado como novelista lo conversado, hay demasiados elementos que tienen a confirmar que el asunto tiene sólidos visos de veracidad. Efectivamente, ha sido Alan García el que calificó su victoria del 2006, como parte de un “conflicto continental” entre la democracia y el mercado contra el estatismo y la demagogia (“A la fe de la inmensa mayoría del pueblo peruano” 28.06.09), el que aseguró a los banqueros que no ganaría el que él no quiera; y el que ha dado señales evidentes de ir adoptando candidatos, incluidos los que no son de su partido, hasta al supuesto opositor Alejandro Toledo, de manera de aislar a Humala como el peligro para el sistema. Todo eso encaja completamente con la idea de que “aunque me metan preso Humala no será presidente”, que justifica el recurso del golpe del Estado contra el candidato nacionalista.

Aunque se trate de un encuentro privado y de aparentes opiniones de lengua suelta, hay suficientes indicios de que lo que está escrito en el artículo de Bayly es el pensamiento más profundo del actual presidente. Esa noche, dice a manera de conclusión, “me quedé pensando que en efecto es así como se hace política en el Perú: con absoluta falta de escrúpulos… (y) decidí que no sería candidato”. Y con la nota de ayer, podría anotarse que dio un paso más para ayudar a desnudar lo que son los políticos en nuestro país: todas las iras y los ascos que aparentó García frente a Rómulo León, Químper, Del Castillo, Quesada, Barrios; se desnudan en su impresionante hipocresía en la frase antológica: “la plata llega sola”. Es decir, que el lobbysmo paga, que era algo que todos suponíamos, pero que de la boca del lobbysta mayor del país se escuche tamaña confesión, es apabullante. Es Bayly mismo el que anota que esta es “una manera sutil y tramposa de decir que la plata llega por debajo de la mesa, en maletines, en coimas y cuentas secretas”.

Y que alguien esté dispuesto a dar un golpe de Estado y hasta de terminar en la cárcel para que las cosas sigan así, es demasiado.

07.12.10
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EL complot

En los primeros día del 2006, escribí un artículo que llevaba por título “Complot en Suramérica”, que quería ser una parodia de otro que había elaborado el diario “Correo” sobre lo que podría ser el Perú luego de conocida una hipotética victoria de Ollanta Humala: dólar por las nubes, fuga de “talentos”, caída de las bolsas, malestar de los cuarteles, etc. En mi nota, la licencia literaria (advertida en el pie de página, con la fórmula: Material para una próxima novela de John Le Carre, ambientada en Lima) y el afán de especulación política, me hacían imaginar una reunión en la casa del embajador de Estados Unidos, con presencia de algunos grandes empresarios, dueños de medios de comunicación y miembros del gobierno peruano, en la que se discutía como tumbar a Humala que ya había alcanzado el primer lugar de las encuestas.

El intercambio imaginario era sobre el porqué el comandante nacionalista podía ganar y lo que había que hacer para detenerlo, de donde salía el acuerdo de demolerlo mediáticamente, sin permitirle un solo respiro, lo que suponía levantar diversos temas: Chávez, entorno político, Madre Mía y otros. En algún momento el tema se iba a la cuestión Hildebrandt, que tenía un programa influyente y estaba fuera de control. Entonces se acordaba que Ivcher rompería el contrato a cualquier costo, a lo que el colchonero respondía dando seguridades pero pidiendo ser compensado con la reparación que estaba demandando al Estado por los años en que le quitaron el canal. Todo quedaba acordado.

Por supuesto que nuestros amigos de “Correo” nos contestaron: ¡qué va¡, no hay complot, no se necesita complotar para estar de acuerdo en muchas cosas, nadie está concordando nada. Pero algunas cosas que parecían imposibles empezaron a pasar: cerraron el programa nocturno de César Hildebrandt, la prensa se cerró unánimemente contra el “antisistema”, los temas de la demolición se hicieron monocordes, y el periodista botado de la televisión mostró finalmente en público el cheque que Ivcher había recibido como “reparación”, a los días del cierre de su programa. Estas coincidencias sorprendentes hicieron creer que yo me había informado de alguna fuente directa sobre la “reunión” en la casa del embajador y eso hizo que mi artículo circulara como si fuera una filtración anticipatoria de los actuales Wikileaks. Terminada la campaña tuve que aclarar que todo había sido inspiración del momento, aunque viéndolo bien los sucesos anticipados no tendrían porque habernos desconcertado tanto.

El hecho es que siempre pensé que hubo alguna forma de complot y que los gringos tuvieron que ver con ello y que eso se extendió hasta ese glorioso momento en que en pleno recuento de votos de la primera vuelta la derecha económica y periodística se pasaron del apoyo a Lourdes a la incondicionalidad hacia García. Lo que ahora falta saber es si en los Wikileaks que vamos a conocer aparece alguna reunión como la que imaginé hace cinco años. Me cambiaría de oficio.

05.12.10
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Los locos Adams

A la candidatura de PPK y su asociación con Lourdes Flores, Yehude Simon, César Acuña, Humberto Lay, la han llamado “sancochado”, “arroz con mango” y “locos Adams” (los Chistosos). Habría que preguntarse, sin embargo, si esta es la única disfuncionalidad en el actual panorama político. A algunos puede parecerles a estas alturas que es de lo más normal que entre los postulantes a la presidencia se encuentre la hija de un presidario condenado por delitos contra los derechos humanos y corrupción, cuya propuesta se resume en volver a hacer lo que hizo su padre, sin cometer errores.

O que el ex presidente que frustró la transición política del año 2000, que abandonó las promesas de democratizar el país y enfrentar la corrupción, y que terminó su período apoyando a Alan García para su vuelta al poder, se presente ahora como una alternativa de “oposición” al gobierno aprista. O que el alcalde que no habla, que colaboró con el gobierno de Fujimori (presidente de la Seguridad Social y de la Caja del Pescador en nombre del gobierno) y se mantuvo como aliado de los gobiernos de Toledo y García, quiera expresar una renovación de la política nacional. O que la economista que negociaba en las mesas del TLC y que le ofreció a García seguir ese curso sin necesidad de los ex ministros y viceministros de Toledo, y que empujó al país al enfrentamiento de los decretos de la selva, por absoluta subordinación al imperio, sea en esta ocasión la candidata de un partido que en el pasado se reivindicaba antiimperialista.

Las cinco listas de derecha reflejan desorden y confusión. Eso se puede ver en detalles como que Rafael Rey está barajando si se va con el APRA o con Kuczynski; o que Alex Kouri está viendo si es con Keiko, con el APRA o algún otro. También está el caso de Jaime Quijandría que era fundador de Fuerza Social y ahora aparece en los equipos de plan de gobierno de Toledo. Si se entiende bien, los movimientos de personas de un lado a otro puede estar reflejando que realmente no hay diferencias y que lo que realmente pasa es que hay demasiados aspirantes para un reparto más bien estrecho. Pero podría también tratarse de que nadie sabe cuál es la carta ganadora del 2011. Lo que también se puede redefinir en que nadie sabe qué es lo que va a estar en el centro de las preocupaciones de la sociedad durante el próximo año: economía, distribución social, infraestructura, seguridad, corrupción, democracia, etc.

Cada candidato de derecha expresa un cierto énfasis en cada uno de estos aspectos. Pero la gente está todavía lejos de enganchar con algún discurso. Las encuestas pueden consultar un por quién votaría usted si las elecciones fueran mañana y obligar a los entrevistados a escoger sobre la nada. Y es que si algo está faltando en el Perú en estos días previos a la etapa caliente de la campaña son los temas de la diferenciación política, aquellos en los que los cinco de la derecha han hecho lo posible por mimetizarse. Es el campo de la propuesta de cambio, de nueva economía, reparto social, denuncia directa a los corruptos (muchos de los cuales son candidatos), de donde debe provenir la ruptura y la confrontación. Sólo así se saldrá del actual pantano político.

05.12.10
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El Wikileaks peruano

¿Qué revelaciones podría haber sobre el Perú? Algunos diplomáticos se inclinan a pensar que los cables norteamericanos podrían revelar… el peso y la presión sanguínea de Alan García, la talla de ropa de Keiko Fujimori, los tragos preferidos de Alejandro Toledo, el número de casacas amarillas de Luis Castañeda, las páginas Web que Rafael Rey, la relación de todos los políticos peruanos que se tiñen el pelo, las fotografías del Facebook de Vladimiro Montesinos o el chat con emoticones de PPK y el pastor Lay”.
Caretas, 2 de diciembre 2010

Mientras el presidente García y la revista “Caretas”, como se puede ver en la cita, se esmeraban en banalizar hasta el nivel del ridículo los posibles contenidos de las comunicaciones interceptadas a diplomáticos estadounidenses referidas al Perú, y el canciller Joselo García Belaúnde trataba sin éxito de ocultar sus nervios, trascendía a su vez que la embajada yanqui en Lima se habría dirigido directamente al candidato Ollanta Humala para advertirle que una cierta cantidad de mails de Wikileaks lo mencionaban y que no debería tomarlos como un gesto inamistoso.

Ciertamente de los 1,388 mensajes Lima-Washington que hasta ahora han sido reconocidos que existen, el 30.7% corresponden al año 2006 y 26.5% al 2005, lo que significa que nada menos que el 57% están situados en una de las etapas electorales más intensas de la historia peruana. Y, en esa época, ¿la preocupación principal era la gordura de AGP y Keiko, o el alcoholismo crónico de Toledo? Obviamente no. Lo sabe García y “Caretas”, y todos los que hace cinco años le clavaron el mote de chavista al comandante nacionalista, no sólo pensando en asustar a los electores peruanos, sino de llamar la atención de Casa Blanca y de los inversionistas gringos. Si había un supuesto “agente de Chávez” a la cabeza de las encuestas en el Perú, ¿cómo no iba a provocar el pánico de la diplomacia de Estados Unidos?

El punto de preocupación, sin embargo, no es lo que se opina en el extranjero (alguna vez hemos transcrito comunicaciones del dueño de la norteamericana Petrotech, Kallop y su esposa, con interlocutores peruanos en los que se habla abiertamente de intervención y dinero para detener a Humala), sino la manera como políticos, medios y otros actores políticos criollos alimentan la información internacional para provocar reacciones de acuerdo a sus intereses.

Algunas preguntas se caen de puro maduras: (a) ¿tuvo que ver la embajada de Estados Unidos con el cambio de opinión en plena carrera de las elites peruanas del apoyo a Lourdes Flores a la opción Alan García?; (b) ¿hubo relación entre las preocupaciones de la embajada de EE.UU. en Lima y la campaña de demolición de prensa en contra de Ollanta Humala, que utilizó supuestas filtraciones de “inteligencia estratégica”?; (c) ¿estuvo cerca el embajador yanqui de la decisión de echar de la televisión a César Hildebrandt y cerrar su programa, a pesar del rating que mantenía en esa época y su alta credibilidad?; (d) ¿cómo reaccionaron las embajadas de EE.UU. en Suramérica luego de la victoria en primera vuelta de Evo Morales y de la posibilidad que existió en algún momento de que este fenómeno se repitiera en el Perú?; (e) ¿quiénes eran los contactos principales para intercambiar información sensible con la embajada de la calle Encalada?

Nadie de verdad se sorprenderá que Washington haya visto como propia la encrucijada que vivía el pueblo peruano y que haya pedido estar al día al detalle de lo que estaba pasando. Después de todo, es claro que estuvieron metidos hasta el cuellos en las crisis de 1992-1993, y en la del año 2000, y que en cada caso fueron usando diversos aliados y contactos para alcanzar sus objetivos que eran controlar cualquier tendencia de izquierdización y de cambio en las reglas económicas, y reconstruir la legitimidad del sistema político afectado por el golpe de Estado, el fraude y la corrupción. Actualmente nomás ya nadie se pregunta qué hacía la embajadora de Estados Unidos en el CADE 2010 en Cusco, cuando no había ningún otro diplomático en la cita. Es que ellos sienten que los problemas de América Latina son suyos.

Entonces, les aseguro que no es de sobrepesos o chats con emoticones que tratan los wikileaks peruanos.

05.12.10
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viernes, diciembre 03, 2010

Artemio, Hidalgo y la redada

O sea, el gobierno, a través de agentes, bajo el mando del director de la Policía, llega hasta las narices del temible Artemio, lo filma lanzando arengas y explicando su postura sobre el panorama político. Y esto es en junio de este año, después de lo cual cayeron hasta tres supuestos lugartenientes del jefe senderista y no sé si una o dos concubinas, pero nunca Artemio.

De pronto, destituyen al ministro Barrios por la increíble osadía de cobrar por su pase de la Seguridad Social al edificio Córpac una suma exorbitante como “despido arbitrario”, y su reemplazo, el ex director de la Policía, lanza un operativo al día siguiente de su nombramiento. ¿Para capturar a Artemio? No, para capturar a los dirigentes cocaleros que estaban a la mano haciendo vida legal durante cinco meses, desde la filmación de junio, en la que algunos de ellos aparecen escuchando el discurso sin decir nada.

Varias preguntas quedan al aire: ¿por qué no se actuó de inmediato tras la información obtenida mediante la filmación de inteligencia?, ¿por qué la Policía siempre está casi sobre Artemio y nunca lo captura?, ¿por qué este operativo no se hizo durante la gestión de Barrios y se desató al día siguiente de comenzada la de Hidalgo?, ¿se ha querido distraernos del tema de la corrupción e inventarnos un asunto “más importante?

La dupla Salazar-Hidalgo ya era famosa cuando el primero era ministro, por su proclividad a las cortinas de humo, la más famosa de las cuales fue el asunto de pishtacos, pero que pasó por la culpabilización gratuita de Abencia Meza en el asesinato de la folklorista Alicia Delgado, en base a una falsa “confesión” del principal implicado; el caso Fefer y la denuncia contra la hija de la acusada y su mejor amiga, sin ninguna prueba (las jóvenes aún permanecen en la cárcel); y el viaje interminable del holandés asesino, por tierra, desde Tacna a Lima, y sus múltiples “confesiones”, luego desmentidas.

El más grande mentiroso de la historia policial peruana, que desapareció los USB que incriminaban a García, Del Castillo, Garrido Lecca y otros en el caso petroaudios y que encarceló a sus subalternos por reclamar mejores condiciones salariales, quiere ahora pasar por descubridor de una red de narcotráfico, encarcelando dirigentes gremiales y alcaldes (varios de ellos Acción Popular e independientes), cuando durante su gestión en Dinandro y la dirección de la Policía no ha caído ningún capo de la droga.

2.12.10
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miércoles, diciembre 01, 2010

La derecha dividida

Esta semana completaron cinco las candidaturas de “más de lo mismo”, y hay quienes dicen que todavía faltan uno o dos más. Al mudo, que está más silencioso que nunca; la gordita que de vez en cuando “emplaza” al gobierno porque “le falta autoridad”, para terminar apoyándolo en todo lo importante; al cholo, que parece que se le acabó la viada con la que llegó del extranjero; y a la Meche, que hace lo posible por parecer aprista para adentro (hasta mueve los labios cuando cantan la Marsellesa), y no aprista para sus amigos de afuera; se les ha sumado el polaco que a falta de uno ahora tiene cinco partidos detrás suyo, incluido el PPC de Lourdes y Cataño, y el humanismo a lo Yehude Simon.

Cinco candidatos detrás de la misma torta, como si esta diera para todos. Como si el 70% del país que quiere un cambio del modelo económico fuera a votar por los amantes del mercado sin intervenciones, de la exportación de minerales hasta que se acaben, de los TLC que condicionan la economía interna, o de no tocar la Constitución del 93, que es el que restringe todo cambio; o el 80% que cree que la corrupción es el principal problema del país, escogerá entre uno de cinco rabazos de paja que van desde tres gestiones de gobierno, duramente cuestionadas por corrupción, en las que fueron o presidente, o primer ministro, o ministro de economía, o hijita de papá, y una oscura gestión municipal. Hay que creer que el Perú no tiene memoria para imaginar que la población llegue a mirarlos como una solución para sus problemas.

Pero ahí están, dando la impresión de haberse creído sus propias encuestas, según las cuales cada vez que aparece un nuevo aspirante a la presidencia empieza a crecer en la estadística mientras los que van adelante no se desinflan. Esta ilusión de novedad puede hacer creer fácilmente que todos pueden. Así el desvelo de García durante los últimos cuatro años que era identificar un candidato del sistema para enfrentar al “antisistema” se está yendo, llevado por las aguas. Y eso que la derecha ahora dividida viene de diversos grados de derrota en las elecciones municipales-regionales de hace dos meses: el APRA, el PPC, Solidaridad, Lay, Yehude y el fujimorismo (Acuña es una excepción), han demostrado que se han debilitado en los últimos años. Y es absolutamente cierto que ninguno de ellos dispone de un candidato de vuelo, que destaque sobre los demás como podría haberlo hecho Vargas Llosa en 1990, Fujimori 1995-2000, Toledo 2001 o Flores 2006.

La fragmentación derechista en cinco candidaturas relativamente equiparadas, evoca a la izquierda desunida de 1980, que terminó en igual número de listas y que alcanzaron una suma de 13% entre todas. El punto es que entonces había una derecha compacta para sacar la ventaja de la autoeliminación del adversario. En un escenario de dispersión derechista como el actual, el 2006 hubiera ganado Humala por expresar precisamente la idea del cambio económico y la lucha contra la corrupción. El punto es que si hoy esto no se ve tan claro es porque ha habido confusión para armar un bloque unido y ganador frente a la derecha. Todavía hay tiempo. Pero los plazos no son eternos.

1.12.10
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