Ahora se ha empezado a decir que entre los culpables de la severa derrota del gobierno en el asunto de la selva se encuentra la sobrevalorada ministra de Comercio Exterior, Mercedes Araoz, que exageró las eventuales consecuencias de la derogatoria de los decretos para el TLC, poniendo al régimen en un disparadero: o echaba a perder lo que las encuestas todavía dicen que es su mayor logro, o se mantenía intransigente hasta el final ante el reclamo de los pueblos amazónicos.
Algo por el estilo fue lo que pasó con Kuczynski durante la revuelta arequipeña contra la privatizaciones en el 2002, que el polaco afirmó que podía ser el fin del mundo, la quiebra del presupuesto y el final de las inversiones. Pero que cuando se dio marcha atrás, suelto de huesos declaró que por supuesto había otras alternativas, y se quedó de ministro. No es la primera vez tampoco que se descubre a Araoz en mentiras. Por ejemplo, aquella de que si no firmábamos el TLC a tontas y a locas, aceptando las condiciones de la otra parte, nos quedábamos sin APTDEA porque este era un beneficio que no iba a prorrogarse. Y se ha prorrogado hasta el día de hoy.
Y, la peor de todas, haber metido en el paquete de TLC todas las medidas reclamadas por la gran empresa y redactadas por ellas mismas a través de sus estudios de abogados, con el cuento de que la privatización de puertos, las cuotas pesqueras, el destino de los bosques, las votaciones en las comunidades, las penas de cárcel para los piratas de software, la reforma de instituciones públicas, tenían que ver con el comercio con los Estados Unidos. Visto este balance, además, uno podría hasta preguntarse: ¿quiénes han sido los desinformadores de esta historia; los que hicieron creer una cosa que era otra? ¿Fue el rudo Chávez, el chato Morales o la ministra de Comercio Exterior de inocente sonrisa?
Si alguien revisa las cuentas del Perú con Estados Unidos en este año de vigencia del TLC se encontrará obviamente con que estamos atravesando la mayor caída en veinte años, contra todo pronóstico. Se dirá que es la crisis. Pero ese era precisamente uno de los temas del debate antes de la firma, porque los fanáticos del acuerdo anotaban: ¿qué va a haber crisis en la primera potencia del mundo? O sea apostaban sobre seguro. Pero la pregunta clave es: ¿y si no estamos vendiendo más, sino mucho menos a yanquilandia, y la perspectiva es que esto no mejorará por un buen tiempo, que es lo que ha estado defendiendo Araoz con sus mentiras, Simon con su mecedora y Cabanillas con su policía?
Es obvio, no lo hacían por “todos los peruanos”, el empleo, el crecimiento o siquiera por los intereses de los exportadores nacionales, como se ha dicho a cada paso. Eran mentiras. Son intereses mucho más concretos, puntuales y de gran billete los que han marcado la pauta de la tragedia. Y junto con García, hay una lista de ministros que se han prestado a este juego que resultó siendo macabro.
20.06.09
www.rwiener.blogspot.com
2 comentarios:
Y para colmo: La última ... Se queda Yehude ... ahora es el SuperYehude ... vaya, vaya, vaya ..
super cohude, también
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