La investigación como escándalo

La Comisión Belaúnde Lossio ya entró en el mismo trompo en el que anduvo la Comisión López Meneses, que es la de empezar a “investigar”, con la conclusión puesta de antemano y terminar enredada en conjeturas y datos sueltos que explotan a cada paso en la prensa pero que no prueban lo que se quiere probar. A estas alturas, increíblemente Marisol Pérez Tello y Mulder empiezan a parecerse a Juan Díaz Dios cuando creía tener como demostrar que Humala mismo le había puesto la vigilancia al llamado “operador montesinista”, precisamente por serlo, aunque todas las líneas de conexión no encajaran entre sí.

La Comisión que se forma después de que Cuarto Poder de América Televisión sacara a luz los e-mails que le había entregado la mano misteriosa que lo ha ido alimentando con información confidencial o personal, y en el que aparecían las relaciones de el exjefe de campaña de Ollanta Humala del 2006, con la empresa Antalsis, y de ésta con diversos proyectos de inversión en varias partes del país, nació bajo la hipótesis de que Belaúnde Lossio, hacía una especie de lobby culposo, porque supuestamente llevaba el apoyo de la pareja presidencial para sus gestiones.

Este presupuesto estaba disfrazado bajo la fórmula de investigar los supuestos contratos irregulares con el Estado, de la empresa Antalsis y otras, presuntamente relacionadas con Martín Belaúnde, y que podrían haber contado con la influencia de funcionarios públicos al más alto nivel. Cualquiera pensaría que con esta enormidad de supuestos, la Comisión empezaría a investigar por el lado de los contratos para verificar si fueron efectivamente irregulares y la responsabilidad de contratantes y contratistas. Por ahí se ha dicho que una obra ejecutada por el Sima está mal hecha, luego de la visita de la Comisión. Y eso es todo. ¿Dónde está la lista de los contratos y de sus irregularidades?

Tampoco se ha investigado y sistematizado la intervención de MBL, en cada uno de esos contratos y cómo se presentaba para incidir en presidentes regionales y funcionarios de entidades públicos. Y finalmente concluir que todas estas gestiones, tan frecuentes en el país, llevaban la carga de intermediación del poder central al más alto nivel, es decir que eran solicitadas realmente por Ollanta y Nadine, que algún beneficio sacarían de ello.

En vez de estos tres puntos claves que justificarían la investigación, la Comisión nos ha llenado de carteras, chocolates, tarjetas de crédito, maletas de ropa de Nadine, remesas venezolanas de 2005; despechados y desplazados del nacionalismo dispuestos a declarar cualquier cosa; investigación sobre Todo Graph, sin que sepamos de qué magnitud es esa empresa que cambió de manos, cuando por lo que sabemos fue un pequeño negocio; etc.

Un menjunje total que se sale mil veces del encargo, con el solo objeto de mantener vivo el escándalo. Como se dice por ahí: ya se probó que a Nadine le gusta la buena vida y que la pareja no escoge bien a sus amigos. Pero, ¿eso era lo que había que investigar?

11.07.15

www.rwiener.blogspot.com