viernes, julio 24, 2015

Unidad por la unidad no, pero división peor

Puede parecer una paradoja, pero la unidad (las distintas “unidades”) con que tantea la izquierda, despiertan muy poco interés en la gente. Se forman mesas, se crean coordinadoras, se sacan pronunciamientos, pero la sensación es que se camina hacia lo inexorable, es decir que los grupos que puedan agarrarse de alguna inscripción vigente, van a defender ese lugar aparentemente de protección y el rollo que elaboraron para agruparse. Y que al final , la izquierda será golpeada hasta el fondo por las encuestas antes de terminar noqueada en las elecciones.

Es tan evidente la confusión, que los bloques mayoritarios están ya ensayando sus precandidaturas donde aparecen nombres que serían inimaginables en una disputa de envergadura nacional, pero en vez de producir el efecto de entusiasmo democrático al que seguro apuestan sus animadores, lo que alimentan es una mayor confusión: con varios bloques con varios precandidatos, que todavía piensan en dirimir su propuesta entre ellos, y supuestamente de ahí ir a una votación general.

¿Cuánto efecto se produce en la sociedad menos politizada y mayoritaria, que vive del día a día, una serie de “primarias” izquierdistas para dirimir entre sus precandidatos? Creo que muy poco. A estas alturas debería haber no más de tres propuestas (Verónika, Sergio, Carmela, por empezar a resolver el problema), una línea clara para impedir el acaparamiento de la elección y el poder por la reacción extrema, y un espíritu amplio, para incluir en la unidad fuerzas democráticas y progresistas.

Esto en vez de producir Congresos cerrados de algunos cientos de delegados, de hacer declaraciones por la unidad que los firmantes a veces ni respetan o son contradichos desde sus organizaciones, o de lograr alguna mención de la prensa.
Lo que se exige de la izquierda son actos fuertes, como los que llevaron a las victorias contrasistema en casi todos los procesos de los últimos años, y que se explican siempre por la intensidad de la contradicción entre los principales adversarios.

Si a esto le añadimos mecanismos democráticos y de frente único, se puede con suerte despertar inquietudes nuevas como las que se ven en España y otros países. Pero lo que cuenta es el contenido. En un país que ha pasado por la traición de Humala, del que ahora la derecha pretende sacar provecho afirmando que así, mediocres, fallidos y corruptos, son todos los izquierdistas, cuando precisamente se trata de romper con un modelo de por lo menos 25 años, del que Ollanta Humala no pudo escapar.

Lo que tenemos a vista, en cambio, es una izquierda parada en el sitio,  asegurando estar haciendo trámites internos, sin mucho criterio de cómo se pasa a acuerdos de unidad que nos metan nuevamente en un enredo de reuniones de tanteo y proclamaciones. Podríamos decir que el tiempo ya acabó. Y si no hay respuestas las siguientes semanas, habremos agregado a nuestra historia de divisiones de muchos años, una peor, que no se sabe dónde nos lleva.

24.07.15

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

Siguen congelados en el siglo pasado, tienen el mismo empobrecedor programa de Fidel Castro en 1959: nacionalización de los bienes de producción, eliminación de la propiedad privada y desaparción de la economía de mercado. Pasó más de medio siglo sin que la izquierda peruana se entere de nada. La a caída del muro, desaparición de la URRS, el cambio en China, el desastre que es Cuba o Venezuela lo ignoran. Tenemos la peor izquierda de América Latina.

Y después se quejan de que no les votan los peruanos.

Y como las financiaciones extranjeras a las que estaban acostumbrados no existen, pues peor.

¿Cuándo se modernizan los tíos de la izquierda del Perú? ¿Cuándo dejan la autarquía? ¿Cuándo dejan de odiar las actividades "extractivas"? ¿Cuándo inician estudios de verdad? ¿Cuándo empiezan a querer y proteger el Perú?

El fenómeno Podemos y Pablo Iglesias, de España, es imposible (por el momento) en el Perú. Nadie tiene las ideas, presencia y verborrea del español de la cola de caballo. Tampoco creas, Raúl, que ganará las elecciones como Alexis Tsipras, en la desventurada Grecia. Podemos muestra la misma corrupción que dice combatir, lo único que desean es ser un nuevo miembro de la "casta", hacerse ricos ellos: ¡Quieren su parte!, como los chavistas y peronistas o los del Partido de los Trabajadores de Brasil.

Anónimo dijo...

Saludos desde Bruselas

Desde aquí, estimado Raúl, lo que le falta a la oferta a la izquierda peruana es contenido que los votantes puedan usar e identificarse. Mensaje serio, optimista, en la boca de personas honestas. Dejar de lado el sermón colérico, arrogante y resentido. Los votantes se inclinan por aquellos a los que confían que los llevarán a una vida mejor, no a los que odian más.

¿Unidad? Recuerdo las asambleas en San Marcos, los grupitos, rencillas, peleas sin importancia. También recuerdo las traiciones. Como dirigente universitario, mi primera obligación era con mis compañeros. No era así para los sectarios: el partido era una religión como el Islam es para los ayatolá.

Anónimo dijo...

Cómo se atreve el mierda de Ambrosio a faltarle a la izquierda peruana. La izquierda es el único movimiento honrado, el resto del Perú está controlado por mafias corruptas.

Ambrosio paredón.