En el año 2006, en medio de su dificultad para entender lo que estaba pasando, Aldo M lanzó un audaz (del tipo de audacia que practica) artículo en el que condenaba a la democracia peruana por haber devenido, según él, en una oclocracia, que al decir del diccionario es el gobierno de la incultura, de la muchedumbre movida por pasiones, y que así se explicaban muchos de los resultados de las elecciones de los últimos veinte años en la que sus candidatos siempre perdieron. Para agregarle más carga a su mirada amarga, Alditus se apropió además de una nueva definición del electorado como “electarado” sin importarle a quién estaba ofendiendo, y cerró la faena con la conclusión de que aquí podemos elegir a un mono como presidente.
Lo impresionante es que a pesar de esta valoración de las cosas, Alditus ha apoyado a todos los gobiernos de 1990 en adelante, por más oclocráticos que estos fueran, empezando por supuesto por el del señor Fujimori que surgió a la política derrotando a nuestro primer intelectual del derecha, el escritor Mario Vargas Llosa. Pero ahora la oclocratización de Aldo M está llegando a su apoteosis con el liderazgo más cercano al mono del que hablaba anteriormente y que lo brinda ese abogado tramposo que no teme falsificar el 70% o más de las firmas que entregó al RENIEC, ni siente vergüenza de canjear alimentos por firmas sin aclarar nunca quién se los financió y con qué propósitos, ni de aparecer como supuesto segundo de un tal Vidal que no se atreve a hablar para no evidenciarse, con lo que la chapa de Marco Turbio queda completamente confirmada.
Si este personaje que se ha autodefinido como mucamo de los políticos que buscan recuperar el control de la Municipalidad más importante del país y que tienen especial prisa en hacerlo porque fracasaron en las presidenciales, pudiese lograr el respaldo de 65% de la ciudad como pretende una “encuesta relámpago” (no se sabe que significará eso) realizada por Datum, entonces habría que decir que algo de los temores del nieto renegado habrían empezado a hacerse realidad, solo que este caso el propio Aldo M sería uno de los agentes de la oclocratización llevado por sus propios odios y estaría quedando al lado de lo peor de la ciudad.
Felizmente todo esto es una campaña. Y aquí los que han jugado a la mala, a evitar el cambio, a boicotear la reforma del transporte que es la angustia mayor de los limeños, y que no han tenido escrúpulos en aliarse con los reyes de La Parada, van a recibir el voto en contra finalmente razonado de una mayoría que no quiere verse manipulada por una conspiración mediática. Curándose en salud Aldo M se ha puesto a hacer cábalas sobre el gran apoyo de prensa que La Primera, La República y Diario 16, junto con AAR y RMP, representan para la alcaldesa, como si todos estuviéramos chipándonos el dedo sobre la abrumadora fuerza mediática que trabaja diariamente en ocultar los logros de la Municipalidad y agrandar sus problemas.
Es en la vida donde se va a ver en acción al frente Marco Turbio, Aldo M, Du Bois y MMMQ, tratando de poner un mono en la alcaldía y apoyándose en las bajas pasiones y el macartismo más primario para intentar sacarse el clavo de sus anteriores derrotas. ¿Lo conseguirán?
06.11.12
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