domingo, febrero 19, 2012

Vidas paralelas: Perú 1975-1991 y Grecia 2010-2012

Y nosotros que creíamos que sabíamos todo sobre shocks, fujishoks y ajustes a la carta dictados por el FMI, que pueden cambiar la vida de millones de personas en unas cuantas horas. El 8 de agosto de 1990 creíamos haber marcado un récord insuperable con una subida de precios de 400% en un solo tranco, aprobado por el chinito que había ganado las elecciones con la promesa del “no shock”, porque supuestamente había otras vías para salir de la crisis económica.

Y esa era la segunda de las marcas históricas: la otra eran los cincuenta paquetes de ajuste que nos cayeron en la cabeza desde 1976 a 1991, quince años de experimentar con el país lanzando por la nubes las tarifas públicas y recortando los gastos del Estado para pagar una deuda que crecía todos los años. Y cada vez que nos ajustaban, se decía que era necesario y que de ahí ya vendría la estabilidad que no llegaba y finalmente la declaración que reconocía que había sido insuficiente lo que significaba que el siguiente sería peor.

En Grecia han echado a 15 mil trabajadores públicos de un solo plumazo y nadie asegura que les pagarán alguna indemnización para que puedan defenderse ahora que han quedado en la calle. Han recortado las pensiones en 15% y las han congelado, a la peruana, con ánimo de que tiendan a cero. Los hospitales, las escuelas y todos los servicios del Estado han colapsado por falta de dinero para su funcionamiento operativo y por la situación incierta de sus trabajadores.

Esto por supuesto ha incendiado Atenas y muchas otras ciudades helénicas mostrando un grado de indignación en la población que rompió con todos los simbolismos. Podríamos decir que aquí vivimos algo por el estilo a finales de los 90 y sólo con la violencia de Sendero Luminoso se pudo contener las protestas. El hecho es que el parlamento griego que veía a su país hecho pedazos votó de todas maneras el nuevo ajuste, aún a costa de la renuncia de diputados del oficialismo y la oposición que se retiraron del Congreso. La democracia más antigua del mundo se estaba suicidando para demostrar que cumplía con la alta burocracia europea que no puede permitir que el gobierno de Atenas cese sus pagos porque el ejemplo podría generalizarse en todo el viejo continente.

Una de las condiciones del ajuste es la creación de una cuenta separada del presupuesto griego exclusiva para el pago de la deuda. Lo que quiere decir que se le otorgan otros 130 mil millones de euros para que Grecia siga el vía crucis, y se le obliga a su vez a consignar una cantidad que se aproxima a ese monto con el cartelito de no tocar. Alemania, Francia y la banca europea se están pagando a ellos mismos mientras sofocan a un pueblo. Los cables que hablan de que la “comunidad internacional” está contenta con el voto del parlamento y la decisión del gobierno tecnocrático de Papademos apelan obviamente al sofisma, porque esa comunidad que está contenta nada tiene que ver con los indignados de España, Italia, Portugal y los que empiezan a manifestarse en Francia y hasta Alemania.

La “comunidad internacional” para el caso la integran la Merkel, Sarkosy, la Comisión Europea con sede en Bruselas y el FMI. Estos son los que saben lo que le conviene a la tierra de Zorba y Theodorakis. Es decir lo que les conviene hacer con ese país que es tanta historia y que era una de las caras bonitas de la unidad europea que elevaba el nivel de vida de toda una amplia zona del planeta cerrando las brechas de desarrollo. Hoy, en cambio, se denuncia que los griegos quisieron vivir como españoles, y los españoles como italianos y los italianos como franceses y alemanes. Y así no era la cosa.

Por eso a los que han reventado en estas semanas, que en realidad vienen reventando desde hace varios años, los han acusado de “antisistema”, que es casi como decir que el sistema consiste en aceptar morirse de hambre para que el euro y sus bancos sean los que se salven.

De la crisis financiera a la social
Si hace tres años hubo una gran crisis del sistema financiero por pura responsabilidad de los bancos y eso llevó a endeudar a los Estados hasta límites de locura, ahora que hay que pagar la cuenta ya las finanzas y el gran capital no están en la lista de los que deben mojarse. Los que están siendo mandados al matadero son los obreros, de los empleados públicos y los pensionistas. Y eso ya que hablamos de reminiscencias fue lo mismo que nos pasó a los peruanos: nos dijeron que de este tipo de crisis sólo se sale repartiendo de nuevo la baraja para que los ricos se hagan más ricos y vuelvan a invertir, y los pobres más pobres para que acepten trabajar en las peores condiciones.

Aquí el despelote económico y social nos empujó a una dictadura. ¿Qué pasará con la Grecia bajo supervisión UE y con régimen tecnocrático?

19.02.12
www.rwiener.blogspot.com

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