miércoles, febrero 08, 2012

Elogio de la mermelada

Normalmente los diarios serios no comentan el avisaje de sus competidores y menos expresan molestia por las decisiones de los anunciantes. Si cabe alguna discusión sobre esto es acerca de los defectos de la concentración y sobre todo los tratos discriminatorios de la publicidad estatal. En este diario sabemos bastante de esas cosas.

Pero ese engreimiento de escolar acusete, de querer decirle a las empresas que no pongan avisos en un medio por supuestas diferencias de línea, encierra varios significados que no deben pasarse por alto: en primer lugar, porque supone que quién contrata no sabe su interés y a qué lectores desea llegar con su mensaje. Es casi como decirle tontas a las empresas que no saben en qué lugar ponen un aviso.

En segundo lugar, porque implica imaginar el avisaje como un premio o un castigo a la “línea” del medio. Así como LA PRIMERA “no merece” que los mineros le pongan aviso por apoyar la marcha del agua, así el diario del DBA debe “merecer” cuatro o más avisos diarios por sus posiciones contra el gobierno regional de Cajamarca y el movimiento ambientalista de esa región.

En tercer lugar, porque al personalizar indicando que algunos de este diario vamos a decir algo porque se publique un aviso contratado, es desnudarse con crudeza. En LA PRIMERA, por lo menos, la publicidad pertenece al campo administrativo y es un servicio que se brinda al cliente que así lo solicite. Ni el director, ni los periodistas tenemos relación con ese proceso, en otras palabras no escribimos para los contratantes.

La concepción de que la publicidad es un subsidio empresarial para que avancen proyectos a los que les falta consenso social es altamente peligrosa y dudo mucho que exista algún empresario que la suscriba públicamente. Pero precisamente el achoramiento periodístico consiste en decir abiertamente a quién quiero matar, destruir o revocar, y a quién voy a apoyar para que me ponga avisos y no lo haga con mis adversarios.

La parte bruta del concepto es imaginar que los lectores del medio no se van a dar cuenta de la falta de vergüenza que estas ideas suponen. Algo que es evidente es que nuestro diario es una anomalía del sistema de prensa peruano que algunos toleran levantando la nariz, mientras que otros por brutos y achorados no pueden amarrarse la lengua.

Les jode no que seamos humalistas, izquierdistas, radicales o lo que se les venga en gana, sino que expresamos a sectores populares que no tienen una voz propia, como pasó en Bagua y en mil otras ocasiones en las que el director del diario que no quiere que tengamos avisos, estuvo al lado opuesto pidiendo represión y que la mano dura de los gobiernos nos libren de protestadores, ambientalistas, comuneros y otros elementos premodernos.

Porque LA PRIMERA tiene una llegada firme con una parte importante de la población peruana que ha sido además determinante en los más recientes eventos electorales, hay quienes tienen interés de anunciar con nosotros. No es un asunto de ideología, sino de mercado. Debería saberlo un pretendido discípulo de Milton Friedman.

08.02.12
www.rwiener.blogspot.com

No hay comentarios.: