Evo Morales ha preferido pagar el alto precio de un rectificación, antes que enfrentarse con su pueblo. Si fue un error de soberbia creer que el apoyo popular al gobierno haría que la gente acepte sus explicaciones y se beba el trago amargo de un incremento de precios de casi 80% en un solo envión, es algo que queda para las especulaciones.
Lo que es cierto es que el gobierno tambaleó cuando vio que las multitudes que llevaron al primer presidente indígena desde el escenario de las luchas sociales hasta la victoria en primera vuelta, el 2005, empezaban a tomar distancia y a identificar el gasolinazo con el recuerdo de los gobernantes neoliberales.
Es fácil decir que la raíz del problema está en la congelación y subsidio previo de los combustibles durante cinco años de gobierno. A comienzos de diciembre el galón de gasolina equivalente al de 90 octanos que se vende en el Perú, era de dos dólares (poco más de 5.50 soles), y el aumento lo elevaba a 3.30 dólares (más o menos 9.20 soles). En nuestro país esa gasolina se está vendiendo en alrededor de 12.50 soles (4 dólares con cincuenta), a pesar de que aquí también ha habido subsidios y “manejo político” de este delicado precio.
La diferencia es que en Bolivia ha habido, en simultáneo una decisiva negociación sobre propiedad, participación estatal y tasa de impuesto, con las empresas trasnacionales que explotan los hidrocarburos. Esta batalla de naturaleza política que ha cambiado el rostro de Bolivia y su relación con los inversionistas extranjeros, requería de una fuerte alianza entre el pueblo y el gobierno, que muy probablemente haya demorado el ajuste parcial de los precios internos creando problemas fiscales y una tendencia al contrabando de combustible al Perú y Chile. Lo que acaba de descubrir el gobierno del MAS es que un gobierno popular no puede imponerse por decreto a su población. En su lugar, Gonzalo Sánchez de Lozada ordenó disparar a las protestas dejando decenas de muertos regados por las calles. Es un acto de consecuencia que Evo haya decidido dar marcha atrás y buscar salidas distintas a la necesidad de rentas fiscales.
En el Perú ya había empezado un coro mediático y político que aseguraba que el gasolinazo de Morales era el comienzo de la caída del gobierno, el caos económico (empezó una carrera alcista en los precios internos) y de la revuelta social. Pero el retroceso seguramente permitirá reordenas y relanzar la política económica. En el Perú nos han aplicado un gasolinazo encima del 30% a lo largo del año (en sucesivas alzas), con la peculiaridad que no ha habido ningún aumento compensatorio y el gobierno no ha hecho caso a las protestas de transportistas y pasajeros.
Los analistas además indican que el ajuste peruano es sumamente confuso, porque se presenta como una reacción a “aumentos internacionales”, pero usando como referencia variedades del crudo que el país no utiliza, como el petróleo de Texas. Esta metodología, que viene de hace muchos años, engaña al país porque presenta “alzas internacionales”, diferentes a las que realmente nos afectan, y permiten un algo grado de arbitrariedad en las decisiones. Es también, por supuesto, un camino para que en el futuro vuelva a producirse desequilibrios y nuevos ajustes contra la economía popular.
Obviamente ni Evo ni García controlan los precios internacionales ni las presiones de los mercados en crisis. Lo que sí dirigen son sus decisiones de política y el lugar que asignan al pueblo dentro de ellas.
02.01.11
www.rwiener.blogspot.com
5 comentarios:
El mundo da vueltas:
Cinco años después, 2011, la "intromisión" del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dialécticamente podría cobrarles la factura a nuestra derecha.
La derecha napalm que muy bien describe y suscribe Aldo M no toma en cuenta que en la elección presidencial que se avecina la “injerencia” exterior esta vez no los beneficia. Además, el cuento del cuco izquierdista ya no asusta. Ahí está el triunfo de Susana Villarán para confirmarlo.
El “cuco” izquierdista en Brasil.
Después de 8 años en el gobierno, Lula da Silva se retiró con 87 por ciento de aprobación: 30 millones de personas sacados de la extrema pobreza, 14 millones de nuevos puestos de trabajo y un país respetado y encaminado al desarrollo: la séptima economía del mundo.
Todos los órganos de expresión de la derecha (radios, diarios y canales de televisión) en la elección del 2006 afanosamente buscaron la "intromisión" de Hugo Chávez en la campaña electoral, "que pisara el palito" (sic) para que el apestado García Pérez cogiera esa tabla de salvación y se empinara con talla de "estadista" enfrentándose internacionalmente al presidente venezolano por haber expresado pública e ingenuamente su simpatía por el candidato nacionalista Ollanta Humala.
¿Pruebas..?
Con claridad y beneplácito el director de la revista Caretas, Enrique Zileri narró el lance antes de abandonar la dirección del semanario. Cuenta Zileri la “desesperación” de García Pérez por la “lentitud” de los dueños de los medios de comunicación para hacerle la comparsa en el objetivo de involucrar a Chávez en la campaña. A su vez, el candidato "responsable" buscaba la palmadita de Washington que lo repulsaba desde la hecatombe de su primer gobierno.
Finalmente los medios de comunicación de la derecha se despabilaron y coordinadamente sancionaron de "intromisión" la deferencia de Caracas con el candidato nacionalista. Pretexto que se manejó con insistencia para dejar a Humala como "segundo" en el reparto y acusar a Chávez de "injerencia", una suerte de "vejación" nacional que se convirtió en excelente combustible para que el ideólogo del jirón Camaná, Mirko Lauer, y el mismo diario La República en grandes portadas roja, denunciara la "invasión" por Tacna de 5 mil soldados venezolanos que venían a imponernos el izquierdismo caribeño.
A pesar de la guerra sucia a favor de la abogada del procesado por narcotráfico César Cataño, la conducta del PPC luego de la bochornosa derrota que le dio los calichines de Fuerza Social, la reflejó patético un aterrado Felipe Osterling llamando al 911 porque (según encuestas propias) “el PPC no pasa el 5%” de la valla electoral y con ello el fin del mundo, Lourdes a la cana y adiós al faenón..!
Cartago
Con qué pretexto se aparecerá la prensa derechista cuando Lula da Silva reitere su apoyo al nacionalismo de Ollanta Humala..?
¿El Comercio y La República le dirán a Lula da Silva que no se “entrometa” y los electores verán el desatino acertado?
¿Tendrá la cara tan dura Mirko Lauer para denunciar nuevamente “invasión” de soldados brasileros por el río Amazonas o la llegada de estos a la costa por el oleoducto velasquista de la selva?
¿Aldito Mermelad propondrá napalm a forro en la jungla para salvar la democracia limeña?
¿Caretas cogerá nuevamente la tanga celestina esta vez por el gringo PPK?
Por estas cavilaciones andaba cuando esta mañana (04/01/11) leí el artículo de Carlos Tapia en La Primera "Ollanta: ¿y el centro político?".
Aquí unas reflexiones al respecto:
En las elecciones del 2006, si no era Chávez el pretexto, la derecha iba a encontrar otro.
Con la 'lógica' de Carlos Tapia habría que preguntarse:
¿Por qué la prensa le hizo la vida imposible a Susana Villarán cuando empezó a subir en las encuestas en la elección a la alcaldía de Lima si en esa oportunidad Chávez no abrió la boca?
La teoría Tapia es simplista y calza como anillo al dedo con el mete miedo de la derecha a todo lo que huela a izquierda. Guste o disguste al viejo intelectual, Hugo Chávez es una alternativa de izquierda, como lo es Lula da Silva-Dilma Rousseff y también Evo Morales, Rafael Correa y Cristina Fernández, Fernando Lugo y José Mujica.
Lo que no cuadra en el razonamiento simplón sobre que la "intromisión" de Chávez "perjudicó" a Humala, es que a pesar de la campaña de demolición desatada por TODOS los medios de comunicación de la derecha contra Ollanta Humala, el nacionalista subió 17 puntos y perdió por un magro 3 por ciento, ‘margen’ de error de las estadísticas, es decir, fácilmente pudo ser el ganador.
Cartago
'Mi teoría' es que García gana porque un grupo de prominentes académicos del Cercado de Lima que cuentan con excelente cobertura y beneficio en los medios de comunicación de la derecha, la "intelectualidad", es decir, fracasados políticos, Julio Cotler, los confusios 'compañeros' de La República, la celestina Caretas, periodistas 'comprometidos' como Mirko Lauer, Augusto Alvarez Rodrich, Fernando Rospigliosi, Gustavo Gorriti y lumbreras como Diego García Sayán, Hernando de Soto, incluido el Premio Nobel MVLL tapándose la nariz, todo ese abanico de perlas conocedoras de la "verdad", sumados a la feroz campaña de demolición que TODA la prensa limeña (radios, diarios y televisión) coordinadamente la emprendieron contra Ollanta Humala que finalmente dio el triunfo mínimo por 3 puntos porcentuales a favor de Alan García. En cualquier parte del mundo esa “derrota” en esas condiciones, en realidad es un triunfo que la derecha nada tonta no lo va a celebrar, como tampoco lo hace el ideólogo Carlos Tapia.
Del ajiaco formado contra Humala (y su “fracaso”) no hay que sacar el pésimo "timing" de Carlos Tapia figureteando en el bodrio de Frecuencia Latina, La Ventana Indiscreta, que el asco de Cecilia Valenzuela tenía todas las noches, donde él y toda la 'intelectualidad' arriba mencionada eran los caseritos de la manipulación y el figuretismo.
"Mi teoría" es que Susana Villarán gana, más que por méritos propios, (es una pésima candidata, se demostró) gana por el rechazo creciente ciudadano contra la derecha en su último fortín, Lima. En esta oportunidad la ciudadanía mayoritaria se levantó contra Lourdes Flores, tanto en los extractos sociales más deprimidos que asumieron su conducta falsa por ser la candidata de los ricos, como también lo hicieron en los sectores mejor informados donde el contubernio de la doctora Flores Nano con la corrupción y su cinismo de decir "luchar" contra ello cuando hacía todo lo contrario, terminó de venirse abajo. La ciudadanía simplemente no le creyó, como no tiene porque creerle ahora a otro de sus escogidos.
Carlos Tapia no es el mejor consejero en estos momentos, como no lo fue cuando ingenuamente, ya la suerte echada, salió a deleitar a Cecilia Valenzuela gritando destempladamente: "Chávez al carajo..!"
Cartago
'Mi teoría' es que García gana porque un grupo de prominentes académicos del Cercado de Lima que cuentan con excelente cobertura y beneficio en los medios de comunicación de la derecha, la "intelectualidad", es decir, fracasados políticos, Julio Cotler, los confusios 'compañeros' de La República, la celestina Caretas, periodistas 'comprometidos' como Mirko Lauer, Augusto Alvarez Rodrich, Fernando Rospigliosi, Gustavo Gorriti y lumbreras como Diego García Sayán, Hernando de Soto, incluido el Premio Nobel MVLL tapándose la nariz, todo ese abanico de perlas conocedoras de la "verdad", sumados a la feroz campaña de demolición que TODA la prensa limeña (radios, diarios y televisión) coordinadamente la emprendieron contra Ollanta Humala que finalmente dio el triunfo mínimo por 3 puntos porcentuales a favor de Alan García. En cualquier parte del mundo esa “derrota” en esas condiciones, en realidad es un triunfo que la derecha nada tonta no lo va a celebrar, como tampoco lo hace el ideólogo Carlos Tapia.
Del ajiaco formado contra Humala (y su “fracaso”) no hay que sacar el pésimo "timing" de Carlos Tapia figureteando en el bodrio de Frecuencia Latina, La Ventana Indiscreta, que el asco de Cecilia Valenzuela tenía todas las noches, donde él y toda la 'intelectualidad' arriba mencionada eran los caseritos de la manipulación y el figuretismo.
"Mi teoría" es que Susana Villarán gana, más que por méritos propios, (es una pésima candidata, se demostró) gana por el rechazo creciente ciudadano contra la derecha en su último fortín, Lima. En esta oportunidad la ciudadanía mayoritaria se levantó contra Lourdes Flores, tanto en los extractos sociales más deprimidos que asumieron su conducta falsa por ser la candidata de los ricos, como también lo hicieron en los sectores mejor informados donde el contubernio de la doctora Flores Nano con la corrupción y su cinismo de decir "luchar" contra ello cuando hacía todo lo contrario, terminó de venirse abajo. La ciudadanía simplemente no le creyó, como no tiene porque creerle ahora a otro de sus escogidos.
Carlos Tapia no es el mejor consejero en estos momentos, como no lo fue cuando ingenuamente, ya la suerte echada, salió a deleitar a Cecilia Valenzuela gritando destempladamente: "Chávez al carajo..!"
Cartago
Si lo que propone el amigo Cartago es ligar la candidatura de Ollanta Humala al éxito de la presidencia de Lula en Brasil, es pertinente y no hay que perder tiempo.
Vamos Lula!
Digo: Ollanta!
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