José Enrique Crousillat y su hijo, se embolsicaron 14 millones de dólares de los fondos secretos del Estado que eran manejados por Vladimiro Montesinos. Pero a García le pareció que este era un viejito enfermo que debía ir a morir con sus familiares. Y lo dijo después de varia veces en los que la prensa le preguntó por el rumor de que se venía un indulto. “Cuando llegue a mis manos lo estudiaré”, señaló con el tonito de sorna con que se burla de los periodistas que nunca pueden repreguntarle. Y zás, un día parece que llegó el expediente de indulto y antes que volvieran a interrogarlo ya el viejo broadcaster estaba libre y en camino a armar una buena pelea. Algunos dicen que este ha sido uno de los mejores disparates de García, más o menos en la línea del intento de quedarse con Panamericana usando la SUNAT. Pero Crousillat no es un órgano del Estado, ni un miembro del partido de gobierno. En todo caso la jugada es mucho más compleja y está generando un desorden mayúsculo en el que saltan a la vista mucho más asuntos de los que se quiere ver.
¿Quiénes están detrás del milagro de la recuperación física de José Enrique Crousillat y lo han inducido a dar la batalla inmediata por el canal poniendo el dedo sobre el oscuro arreglo que originó el traspaso de la administración de la primera televisora peruana a una sociedad de dos de los grupos de prensa escrita más fuertes del país? Algunos piensan que estamos ante el regreso de Televisa que tuvo que ceder sus acciones y su supuesta acreencia contra América Televisión, en circunstancias en que su hombre de confianza huía al exterior impulsado por los vladivideos en los que aparecía haciendo torres de dinero con los billetes de la corrupción. Otros, que aquí hay un derivado de la historia de los petroaudios y de las redes del chuponeo que se extendieron hacia “El Comercio”. Después de todo el director que asumía el cargo precisamente en los días en que se preparaba el lanzamiento público de las conversaciones grabadas de Rómulo, Bieto y Canaán, advirtió los riegos de gobernabilidad de la denuncia y trato de frenarla. Ahora la resaca de la tormenta creada estaría golpeando con la fuerza de un tsunami a la empresa de los Miró Quesada y de paso a la de Mohme que fue la que directamente recibió el regalo de representar al Wiese.
Hay una tercera hipótesis aún más chirriante que las anteriores y es la que dice que García quiere obligar a la sagrada familia de la prensa a negociar antes de las elecciones y que para ello se necesita ponerlos bajo una amenaza y empezar a decir a la vez que puede corregir lo del indulto. Y ahí viene el mayor problema, porque mucha gente bienintencionada está diciendo por ahí que de lo que estamos discutiendo es de “libertad de expresión”, como si tal cosa existiera en el Perú o si se pudiera afirmar que mantener el cuasi monopolio de prensa escrita-televisiva del Grupo “El Comercio”, asociado además con el de “La República”, equivale a alguna libertad para los peruanos. Bastaría solamente recordar el papel de los medios en la campaña del 2006 o ante los hechos de Bagua para saber de qué estamos hablando. Crousillat no debe volver a la televisión por mafioso, pero no nos hagan por eso confundir la libertad con el actual sistema de prensa.
14.03.10
www.rwiener.blogspot.com
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