viernes, julio 03, 2015

Lava Jato en el Perú

Lo que impresiona en la investigación que la Justicia y la Policía brasileña llevan adelante sobre la corrupción en Petrobras es la implacable marcha que siguen los investigadores sobre las más poderosas fortunas de ese país (eso nunca ha pasado en el Perú) y sobre las más elevadas esferas políticas. Con la decepción y malestar que me causa ver comprometidos a dirigentes y militantes del PT, que creíamos gente diferente, que no sería infestada por la corrupción, tengo la certeza que la investigación que presenciamos es seria, independiente y ajena a motivaciones políticas.

Quizás una de las cosas que más sorprenda es que lo que aquí llamamos “colaboración eficaz”, en Brasil se hace a cara descubierta. El cómplice acusador no es un número anónimo contra el cual el acusado debe defenderse, lo que se presta a la manipulación política. Y, lo más curioso, entre estos delatores protegidos que dan la cara, no son el personal de conserjería o seguridad que veía de lejos lo que hacían sus jefes, como suele ocurrir en el Perú, o el que no recibió de la coima y quedó picado, sino actores principales, incluidos grandes empresarios como un expresidente de Camargo y Correa y el presidente de UTC (una gran constructora de ámbito más local), que ha descrito el inmenso cartel encabezado por Odebrecht.

Acá en el Perú, tampoco hemos visto caer una red criminal que arrastre numerosas empresas. Podría decirse que es tal vez porque no las hay, pero siempre queda la idea de que hay un rango de poder económico que nunca es investigado. El tema es que hay constructoras peruanas de primer nivel como Graña y Montero, JJC y varias otras, que han tenido una gran cantidad de asociaciones con Odebrecht y sus amigas. Bien difícil creer que los métodos que se han usado en el Brasil no hayan sido trasladados a sus operaciones en el exterior y que sus socias locales no hayan percibido (o participado) de la corrupción en la ejecución de los contratos.

Hay una olla de grillos que se ha destapado y de la que están saliendo evidencias inesperadas. Y nadie debería pensar que se la cosa se va a quedar en la sospecha genérica de que las preferencias –a veces frenéticas-, por estas empresas y los sobreprecios aceptados por los gobiernos y finalmente pagados, que sugieren que hubo algún “premio” o “propina”, para los políticos que lo hicieron posible. No señor, esta vez, el dominio de la documentación y la prisión de los jefes principales de la coima, van a ponernos mucho más cerca de las redes reales de la corrupción de los últimos años.

El caso Interoceánica y otros conexos han producido un milagro inesperado que es reducir al silencio durante varias semanas a García y Toledo. No pueden hablar hasta saber la magnitud de los descubrimientos que están fuera de su alcance, en un país vecino.

03.07.15
www.rwiener.blogspot.com

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

Clásico de don Raúl: lo extranjero es maravilloso, el Perú, en cambio es una mierda. Y si se trata de corrupción, por supuesto, los brasileros lo hacen mejor combatiéndola porque "siguen los investigadores sobre las más poderosas fortunas de ese país (eso nunca ha pasado en el Perú)". Lo que no entiendes, Raúl, es que las "grandes fortunas" peruanas no se meten ni en política ni en corrupción: ellos hacen negocios, se ganan la fortuna todos los días. Esas "grandes fortunas" marcan distancia de los Alan García, Alejandro Toledo, Goyo Santos, Omar Chehade, Ollanta Humala, etcétera.

No le queda más remedio, a don Raúl, que verse obligado a aceptar que la corrupción brasilera, la de los de su tribu es monumental. A don Raúl, ahora no le queda otra que sufrir al "ver comprometidos a dirigentes y militantes del PT (Partido de los Trabajadores)".

¿"Comprometidos"? Los más grandes corruptos del continente son ellos. Como dicen por allá: "A maior corrupção política são barrentas nos brasileiros, especialemnete do Partido dos Trabalhadores, Lula da Silva é mais corrupto".

¿Por qué tenemos una izquierda tan antiperuana, mediocre y totalitaria? ¿Por qué no tenemos una como la mexicana o chilena, esencialmente peruana¿

Anónimo dijo...

¿Cómo se atreve el mierda del Ambrosio a decir que la Izquierda del Perú es antiperuana? Si es el único grupo pensante y con corazón (a la izquierda) del país.

En lo que el mierda tiene razón es que hay matices y diferencias entre la derecha. Es simplón ponerlos todos en el mismo lugar. Hay diferencias entre la Confiep, los fujimoristas, apristas y PPK. No todos son parte de la derecha casposa... Los empresarios peruanos no se meten en política porque la consideran sucia.

Héctor Mejía dijo...

En nuestro país los que caen cuando se descubren las redes de corrupción son solo pichiruches los que caen: políticos de turno y empresas hechas ad hoc para licitaciones con coima, como en los gobiernos regionales, y lobistas "outsaider" (no los lobistas "del sistema" como PPK, Cecilia Blume y otros) como el pulpo Martín Belaunde; porque a las empresas del establishment y a sus lobistas, los neoliberales nadie los toca porque son el círculo cerrado que se encarga de cortar el jamón en el país y no toleran a los advenedizos, que si se passan de vivos son perseguidos por "su" prensa y "su" Poder Judicial.