lunes, julio 07, 2014

La impunidad camina por las calles

¿Debería sorprendernos la noticia acerca de que los asesinos del periodista Bustíos, procesados y condenados, se encuentran libres y que andan ofreciendo sus servicios como agentes de seguridad luego de haber pasado alrededor de cuatro años en una cómoda prisión militar? No tanto, si se advierte que nos hemos enterado de que esto ocurría solamente por el escándalo que desató que el actual ministro del Interior esté incluido en el mismo caso y con posibilidad de ser declarado culpable de este crimen atroz, y aún continúa en el cargo.

Más aún, el ministro Urresti proclamó que las denuncias en su contra eran parte de un cochino complot de los condenados para lograr reducir su responsabilidad en el homicidio. Una coartada que se cae estrepitosamente cundo se sabe que los oficiales La Vera y Vidal no necesitaron implicarlo para recuperar su libertad en corto tiempo, habiendo cumplido menos de la cuarta parte de su pena. Urresti, que no quiere oír hablar de renuncias y se protege con que le dijo a Humala de su juicio, va a tener que buscar otra explicación de los motivos por los que hay personas que lo incriminan, que no son solo militares.  

Pero yendo más allá de Urresti y del caso Bustíos, lo que está saltando a la vista es la gran mentira de Giampietri, Rey, Flores Araoz y otros, que aseguran que existe una gran persecución contra el personal militar que participó de la guerra interna. A De la Vera y Vidal, no los pudieron condenar durante 20 años, fueron absueltos varias veces, denunciados ante tribunales internacionales e incluidos en el informe de la Comisión de la Verdad, y cuando por fin fueron sentenciados salieron por la puerta falsa  cuando ya nadie los estaba viendo.

Algo parecido ocurrió con Telmo Hurtado, el carnicero de Accomarca, que decía que a los senderistas había que exterminarlos desde niños, no sólo absuelto, reintegrado al ejército, ascendido, hasta que fue capturado en los Estados Unidos. ¿Dónde estará ahora? Vaya uno a saberlo, pero es posible que caminando por la calle mirando quienes tienen cara de futuros guerrilleros. Por supuesto, nadie ha podido investigar las ejecuciones extrajudiciales de la operación Chavín de Huántar porque era un anatema pedir el testimonio de los comandos sobre lo que realmente sucedió. Ni que se diga de la ausencia de culpables en el caso de la matanza de El Frontón, que va desde las responsabilidades políticas (Alan García) a las militares.

Y a propósito de todo esto, ¿por donde andará Álvaro Artaza, el famoso comandante “Camión”, responsable de la muerte del periodista Jaime Ayala? Algunos dicen que está en el extranjero y otros que circula en Lima, protegido por su institución. ¿Debería sorprendernos por tanto que Urresti llegue a ministro y pretenda ser el que impondrá la seguridad y el orden en el país? La verdad es que no.

07.07.14

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Este es otra columna “anticorrupción” de Raúl Wiener, en la que persiste en su tesis de que el Perú es una mierda desordenada porque los peruanos somos corruptos y degenerados.

Por supuesto que junta a sus malos de moda (odia a tantos peruanos que los malos protagónicos, o “de moda” cambian constantemente); hoy son “la alianza tejida entre Alan García, Castañeda y Kouri”, que sólo existe en la delirante mente de don Raúl.

A don Raúl los peruanos no le gustamos. Estoy seguro que ante este menú deprimente pequeñeces, corruptelas, bobadas y bobería que detalla e imagina en “Corrupción institucionalizada en el Callao”, don Raúl tiene dentro de cajón de sus sueños una de sus maravillosas “profundas soluciones”, las que, con matices, será “revolucionaria”, implicará “nacionalizar” hasta las verduleras para así acabar con los “intereses”; lo que deviene en poner al manado a uno de sus amigos, uno de los San Ricardo al mando.

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

La anterior entrega fue para "Corrupción institucionalizada en el Callao", aunque no le va mal a esta.

Don Raúl continúa en sus majadería que el Perú es una mierda, y los peruanos unos corruptos desordenados.

En un momento bastante hipócrita pregunta, "¿Dónde estará ahora?" por los malhechores de los crímenes que le indigna.

Lo mismo te pregunto a ti, Raúl, ¿Dónde estará ahora? los asesinos de 40,000 peruanos bajas en la "guerra interna". Tú sólo te fijas en los del Ejército, los de tus amigos de Sendero te perecen bien matados...

Anónimo dijo...

Ja, ja, hasta para colocar correctamente los post eres cojudo!!!

Y para enfatizar más tu cojudez, ambos post son casi calcados. No hay diferencia, sólo tienes un molde mental para criticar, digo, para cojudear.

Cojudo, vendeparia y payaso.