Un nuevo poder acaba de ser confirmado en el Perú, el poder de las encuestas.
¡Qué Jurado de Elecciones todopoderoso que se lía con el Tribunal Constitucional y la Corte Suprema para dirimir quién es la última instancia!
Si, mucho más que todos ellos son las empresas encuestadoras que cuando les exigen mostrar a quiénes están entrevistando para creerles se declaran en huelga y hasta mueven candidatos a marchar por ellas.
¿Quién podría hacer marchar al primero de las encuestas a favor de sus demandas? ¿Los nativos contra las leyes de la selva, los campesinos contra las mineras, los azucareros?
No señor, son las encuestadoras, las únicas que han logrado el privilegio.
El primero de las encuestas marchando por las encuestas. Clarísimo.
Y el JNE retrocediendo penosamente porque encuestadoras, medios de comunicación y algunos candidatos lo pusieron en jaque.
¿Se imaginan cómo ha quedado esta institución que debe hacer prevalecer su autoridad para que el proceso sea creíble?
¿Alguien se imagina al árbitro de un partido tomando una decisión, buena o mal, y luego retrocediendo porque le dicen samba canuta?
Han preferido matar al primer órgano electoral del país antes que a las encuestadoras.
Y todo porque les exigieron mostrar la relación de sus entrevistados para hacer verificaciones de que el trabajo que realizan es realmente serio.
No es verdad que las encuestadoras no saben el nombre, la dirección y otros datos de los que entrevistan y conocen su preferencia política expresada en las respuestas.
Claro que eso a nadie le parece una violación del derecho a la reserva de las personas de no revelar sus preferencias políticas.
Lo que sería grave es que el JNE o alguna entidad supervisora pudiesen llegar a sus entrevistados para inquirirles si realmente fue visitado y si contestó como dice que lo hizo.
Aquí sí, nada de control de calidad.
Y es que el poder de las encuestas ya está establecido.
Ellos son los que dicen quién está ganando y quién puede disputar el triunfo, con lo que obligan a los electores a definirse en un escenario predispuesto.
La realidad creada por las encuestadoras es altamente manipuladora como lo sabemos todos y se complementa con la opinión de los medios que toman sus datos como la radiografía de algo que está pasando realmente.
Y cuando dudamos de esta “realidad”, ellos dicen que es porque estamos picones porque no le dan el primer lugar a nuestro candidato.
Pero no quieren ser fiscalizados.
Y si se intenta fijarle reglas, gritan que hay fraude. O sea que ellos son los que garantizan la trasparencia de los resultados.
¿Cuándo se ha sancionado a la encuestadora que daba por ganadora de la primera vuelta del 2006 a Lourdes Flores en el último sondeo antes de la votación, o a la que afirmó que Susana Villarán se había separado 14 puntos de Lourdes Flores en vísperas de la elección para la alcaldía de Lima, cuando la diferencia final fue de menos de un punto?
¿Acaso no es verdad que siguen gozando de la misma “credibilidad” de parte de los medios, que las siguen contratando y presentando como opinión garantizada?
En el Perú menos demedia docena de encuestadoras nos leen las elecciones antes de depositar el voto y cobran a los medios y a ciertos candidatos por su trabajo, todos los cuales representan intereses políticos concretos.
En el país hay desconfianza por una medición con directo contenido político.
Pero no permiten que los fiscalicen.
Y los medios quieren que creamos que nos han salvado al obligar al JNE a arrodillarse frente al poder intocable de las encuestas.
Es por eso que decimos que ha surgido el quinto poder.
Después del cuarto, que dice ser la prensa con dinero.
En un esquema en que a veces los poderes fácticos son mucho más fuertes que los formales. Como acaba de pasarle al JNE, que dijo que no iba a retirar su norma fiscalizadora. Y la retiraron vergonzosamente.
18.02.11
www.rwiener.blogspot.com
1 comentario:
Estimado señor Raul Wiener:
Considero importante hacer notar el lamentable papel de supuestos juristas constitucionalistas como el señor Santisteban que usó recursos vedados para confundir y lograr arrodillar al Jurado Nacional de Elecciones.
Me refiero al inciso 18 art 2 de la Carta del 93 que efectivamente protege la reserva de las convicciones políticas.La medida que implementaba el JNE no buscaba violar ese derecho, sino solo cautelar la existencia real y cuantitativa de un número de ciudadanos que debían coincidir con el número de ENCUESTAS procesadas en determinada fecha y muestra.
Lo absurdo ha sido esta semana, que otra abogada mediática como la señora Rosa María Palacios haya sostenido que un trabajo estadístico tiene que ser siempre anónimo.Si es verificable una dirección o un DNI, ya no vale.
Por eso desde esa noche las brujas empezaron a realizar su agosto en febrero.Ahora las pitonizas le hacen el juego al grupo mediático Toledista.
Ese es el país del primer mundo que nos deja García.
LUIS IGNACIO AQUIJE HERNÁNDEZ
http://aquijeinforma.blogspot.com
RPM*606936
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