¿Con cuántas personas se habrá fotografiado el diputado venezolano Almikar Figueroa en sus visitas al Perú? ¿Son todos ellos terroristas? ¿Asistir a una embajada y aparecer en una foto es prueba de alguna cosa? Pregúntenle a los que decidieron los titulares y artículos aparecidos en “Correo”, ayer 26 de noviembre.
Cuando LA PRIMERA sacó a luz el informe secreto de la DIRCOTE que recomendaba la detención de 13 personas y la citación de grado o fuerza a Ollanta Humala en la misma fecha en que se procedería a las detenciones, la gran prensa limeña calló en todos los idiomas y se alineó con las declaraciones del Primer Ministro y el ministro del Interior que negaban la persecución.
Cuando este lunes, don Remigio Hernani cambió su respuesta y reconoció que el informe existe y la DIRCOTE realmente ha recomendado las detenciones, pero intenta salvar al gobierno soplando la pluma para el lado del Ministerio Público como origen de la investigación (lo que ha sido desmentido por la Fiscal Echaíz), saltó al ruedo un programa de televisión para poner la mano al fuego por la investigación policial, a la que se jacta de haber puesto abundante insumos, y acusó a este diario de echar a perder un heroico esfuerzo para impedir una nueva ola terrorista en el Perú.
Ayer un diario que normalmente hace eco del citado programa de TV, a pesar de su bajo raiting (o tratando de salvarlo de ello), se cuelga de su “investigación” sobre los mails de Raúl Reyes proporcionados por el gobierno colombiano y agrega otros que supuestamente prueban que Ollanta Humala tiene vínculos con terroristas internacionales.
Es el complot, herido, pero tratando de seguir adelante e instaurar en el país un clima policiaco para la sobrevivencia del desgastado y corrupto régimen de Alan García.
“¿Por qué un diario local allegado a su corriente política intenta mostrarlo –junto a otros dirigentes de Patria Roja aludidos en los mails-como víctima de una persecución?”, se pregunta “Correo”, como si la persecución no existiera, o no fuesen capaces de entender que este diario fue el que destapó un affaire represivo en marcha, y lo hubiéramos hecho quién sea la víctima, porque es una noticia de valor político y periodístico.
Ollanta y Tino
¿Sabía Ollanta Humala que tenía a “Tino” a su costado durante un brindis en casa de la funcionaria venezolana Virly Torres?, obviamente que no. En primer lugar, porque ni nosotros, ni “Correo”, ni Valenzuela, podemos probar lo que dice la policía colombiana y recoge la DIRCOTE, que Tino sería Almikar Figueroa. Esa es casi una acusación política.
¿Y en caso que lo fuere? ¿Qué es lo que ha probado el “Correo”, mostrando supuestas comunicaciones entre Tania, Iván y otros dirigentes de las FARC, en las que se refieren a Tino, respecto a Humala que aparece en una foto en una reunión pública con una persona que se identifica como Almikar Figueroa y ocupa una responsabilidad política en su país? ¿Quién les enseñó a hacer periodismo a los que titulan en primera página con tamaña “prueba”?
27.11.08
www.rwiener.blogspot.com
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