jueves, abril 02, 2015

La impunidad como sistema

Alan García está próximo a salirse, otra vez, con la suya. En la Primera Sala Civil se ha hecho una reestructuración que le favorece para que en cualquier momento escuchemos decir que se ratifica la enésima resolución del juez Velásquez, pretendiendo anular lo hecho por la megacomisión, mucho más que lo que le permiten sus facultades, incluidos los informes sobre los actos delictivos ocurridos durante segundo gobierno.

Entretanto, en el Congreso se ha aclarado el panorama y ahora se luce orgullosa la alianza del APRA y el fujimorismo, después de cuatro años (o nueve), en que existió  en forma vergonzante. Todas las dudas que podía haber de que los anaranjados votaran por la inhabilitación aunque fuera para eliminarse a un rival significativo, se han despejado. Así los informes del incansable Sergio Tejada tienen por delante al Poder Judicial, la Comisión de Acusaciones Constitucionales (presidida por el brazo derecho de Castañeda) y el Pleno, donde solo un milagro podría enviar a García al Ministerio Público, lleno de operadores de expresidente, con un Fiscal de la Nación débil, que debe estar pensando en lo que pasará cuando se acabe su provisionalidad.

En este escenario, Mulder y Velásquez pueden decir tonterías como que no se le ha probado nada a García, como si no existieran más de cinco mil resoluciones de indulto o conmutación de pena firmadas entre el 2006 al 2011, en su abrumadora mayoría favoreciendo a condenados por narcotráfico, entre ellos 400 por narcotráfico agravado; como si no hubiera habido interferencia dolosa en el caso BTR y destrucción de pruebas, con intervención de altísimas autoridades del Estado bajo la dirección del presidente; como si no hubieran existido los decretos de urgencia sin urgencia real, que permitieron a García manejar dinero sin límites y decidir a dedo los ejecutores de las obras; como si alguien hubiera inventado los documentos que acreditan como hechas obras nunca realizadas de Agua para Todos, que aparecían apadrinadas por el presidente cuando no había nada; etc.

Pero igual que pasó con la matanza de los penales, y otros crímenes masivos o selectivos (caso Rodrigo Franco) de su primer gobierno; las reservas consignadas en el banco mafioso BCCI y la documentación que indica que García manejó al presidente y al gerente del BCR para estas operaciones por las que fueron encarcelados; la triangulación para trasladar parte de los Mirages comprados por el Perú a países árabes, a través de traficantes de armas; la coima del tren eléctrico; el crecimiento exponencial del patrimonio personal de un tipo que dedicó su vida a la política; y tantas cosas más; el hombre del ego colosal sigue moviéndose desfachatado como si las denuncias sobre sus crímenes y corruptelas fueran a rebotar eternamente contra las instituciones del estado condenadas a la impotencia.

Con un tremendo pasivo en contra, García vive obsesionado de su tercera reelección. Y se burla abiertamente de la debilidad del sistema siquiera para investigarlo seriamente, no decimos para acusarlo y enjuiciarlo por delitos evidentes. Pero no es el único que se vacila con la condición de no-investigable, no acusable, no enjuiciable, que han forjado instituciones como la Contraloría, el Ministerio Público, el Poder Judicial y el propio Congreso, donde la fragmentación política termina siempre en el autobloqueo, con distintas maniobras. Es lo que hizo Castañeda con el caso Comunicore, con el simple expediente de “no sabía”, “estaba de vacaciones”, en un asunto que se preparó en mucho tiempo y que ejecutó en varias etapas. Tengo claramente el recuerdo de haber conversado con proveedores del Municipio de Lima, en tiempos de revocatoria, y oírlos decir que irían por “cualquier otro que no fuera Castañeda”, porque este no cobraba diezmos o porcentajes razonables, sino arriba de los 200 mil dólares y le gustaban las obras grandes donde hay más dinero y se puede exigir más.

En todo caso, lo estamos viendo ahora con el super bypass anunciado para el cruce de las avenidas 28 de Julio, Arequipa, República de Chile y Garcilaso de la Vega, propagandeada y empezada a ejecutar con un desprecio increíble a las leyes y normas que regulan este tipo de megaobras, que no pueden hacerse con fondos de otro proyecto, saltarse los estudios técnicos y la aprobación de entidades especializadas, ni decidir traerse al contratista de la obra desmantelada, ni iniciar una campaña masiva de propaganda que parece un intento de ganarse a los medios, negarse a comparecer ante el Congreso y decir que se está en España cuando estaba en Lima, y todo en un acto de prepotencia para recuperar la imagen de “gran constructor”, que parecía que se le había extraviado en medio de la modorra con la que empezó su tercer gobierno.

La Contraloría no está viendo las gruesas trasgresiones del bypass de  Castañeda, como antes no se interesó por controlar la feria de decretos de urgencia o de investigar las obras nunca hechas, el caso Collique y tantos otros. Cuando están ocurriendo los hechos, el señor Fuad Khoury no ve nada, ni en Ancash, ni en Tumbes, ni en el Callao, o como ahora en Lima. Pero cuando había que bombardear a Susana Villarán con un informe sobre la Caja Metropolitana, no concluido ni discutido con los titulares de pliego, escogió el día de su lanzamiento como candidata para empapelarla ante el público y luego olvidar el caso. A Gregorio Santos lo expurgó tres años y le cayó encima en vísperas de las elecciones. Pero a otros que podía investigar como Moreno en el Callao, lo dejó invicto mandando al archivo las denuncias. Ahora Moreno, que no es García, ni Castañeda, ni siquiera Kouri, tiene una cadena de acusaciones fiscales que podría terminar condenándolo.

El sistema anticorrupción peruano es paradójicamente una de las causas del aumento de la corrupción. La Contraloría no controla nada, y se asocia a posteriori a las denuncias de la prensa, presentando a destiempo sus propios “descubrimientos”, que llevan siempre la pregunta por qué no hizo algo antes. La procuraduría anticorrupción se deja llevar fácilmente por el figuretismo y ahora por la insignificancia de su principal exponente. El Ministerio Público tiene desde hace tiempo la consigna de archivar luego de una vista somera, los casos de los grandes ininvestigables, como ocurre reiteradamente con García, Castañeda y otros. El Poder Judicial, salvo el caso Fujimori, no se ha visto aún en el trance de juzgar a los grandes corruptos. Y si Álvarez fue intervenido, fue porque un cargamontón de la gran prensa que parece mover a las instituciones.

El saldo de todo esto es que García se ríe en nuestra cara y se considera el rey de los políticos. Y Castañeda carga con el malhumor que le causa no haber llegado a presidente cuando se lo propuso y usa a la Municipalidad como si le hubieran dado un premio consuelo, que no lo entusiasma, y que pretende dirigir en sus tiempos libres. Mientras la impunidad subsista para algunos que se consideran por encima de los demás, no existirá confianza sobre la justicia peruana y el principio de igualdad ante la ley.

02.03.15
Publicado en Hildebrandt en sus Trece

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

Don Raúl estira esta columna, aparecida en Hildebrandt en sus Trece, a "El Censurador", que publica hoy Diario Uno. Mismo cosa.

Don Raúl cree que el del "ego colosal", se encuentra obsesionado con una tercera presidencia y, está próximo a salirse, otra vez, con la suya en la Primera Sala Civil. La culpa la tienen todos (menos la Izquierda). Don Raúl admite que, el "Poder Judicial, salvo el caso Fujimori, no se ha visto aún en el trance de juzgar a los grandes corruptos".

Don Raúl dice que el "saldo de todo esto es que García se ríe en nuestra cara y se considera el rey de los políticos". Debe saberlo bien; don Raúl es el alangarciaólogo del Perú.

En mi opinión, Raúl, Alan García y el 5% de peruanos cree en él. A los pobres apristas no les queda más remedio: solo colgados a su candidatura presidencial lograrían unas curules y algo de relevancia.

Anónimo dijo...

Wiener llora por lo actuado por el poder judicial a favor de Alan Garcia: todos quieren verlo preso. Pero ¿y al ladrón de cuello y corbata Alejandro Toledo, que se apropio de millones de dolares del estado, aun tiene corona?

Ya pues, no sean hipócritas y cobardes y aquí hagan justicia...

Anónimo dijo...

Lo que se venía advirtiendo como los aliados el ALANFUJIMONTEMUDISMO con la DBA (CONFIEP - SNI - AFP's - CORREDORAS, SU PRENSA ADICTA)quieren sacarlo a humala, que sólo sea presidente (soldadito de plomo); pero NO GOBIERNE. Que lo haga un premier y gabinete conversado e impuesto por ellos. Toda la derecha en problemas, la mayoría absoluta de la población esta contra la derecha y corrupción, que m´sa temprano que tarde caerán.

Anónimo dijo...

Que se puede esperar del ex pp de la derecha, ególatra, doctor bamba, soberbio y altanero, mandamás del poder judicial y del ministerio público, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Anónimo dijo...

Alan García tiene enloquecido a viernes. Caballo loco hace lo que lea la gana, y Wiener no puede hacer nada por evitarlo.
Por supuesto que el miserable de Alan García merece estar en la cárcel, pero no lo está, a pesar de las investigaciones Wiener nada ocurre

Anónimo dijo...

LO DICHO POR CESAR ES LO QUE SE VIENE ADVIRTIENDO DEL ACCIONAR DEL ALANFUJIMONTEMUDISMO

Comprato su artículo a continuación:

César Hildebrandt: "Desde hace años votamos por ratas y cucarachas"

Hildebrandt considera que quienes acudieron a Palacio de Gobierno para reunirse con Ollanta Humala, “carecen de franquicia popular. Vienen de locales vacíos, de soledades, de aplausos grabados, de comités fantasmas, de multitudes inventadas, de prensa que los alienta. Vienen del inmenso cementerio de reputaciones que es nuestra política”.

Asimismo, el destacado periodista opina que el Apra y Fuerza Popular, “los grandes ausentes de la cita, son también emprendimientos intelectualmente diminutos, meras maquinarias electorales desvinculadas de toda idea, programa, meta nacional”.

En su columna ‘Matices’, agrega que estas agrupaciones “quieren ganar las elecciones para seguir haciendo lo mismo y reincidir en lo que saben hacer mejor que nadie: convertir el Estado en botín”.

César Hildebrandt manifiesta que el diálogo debería abrirse los ciudadanos comunes y corrientes, “para los pequeños y medianos empresarios, los sindicatos mal heridos, los agricultores ninguneados, los hombres de ciencia que tienen que exiliarse porque aquí no hay oportunidades ni sueldos dignos. Eso sería cambiar de libreto, de horizonte, de cielo. De país”.



A odo esto que dice el fariseo del troll aldius u odla o falso y franco ambrosio,carajo !!!!