sábado, abril 04, 2015

Del SIN a la Dini

En mayo de 1988, el Fiscal de la Nación, Hugo Denegri, le pidió Vladimiro Montesinos, por entonces exabogado de los generales del caso “el padrino” (Reynaldo Rodríguez) que eran un montón y muy notorios, hacerse cargo del expediente Cayara. Le dio acceso, así, a los archivos de los casos de derechos humanos y extraer información clave del Ministerio Público. Con documentos en la mano, Vladimiro llegó al SIN que dirigía “cucharita” Díaz y se convirtió en un informante cada vez más importante, al que le permitieron acceder a todos los documentos de la guerra interna.

Montesinos le permitió al Servicio de Inteligencia identificar cabecillas, armar organigramas, evaluar contextos, apreciar la actuación de otras fuerzas políticas, seguir a los medios etc. Primero era una información fiscal y judicial dispersa que el Doc articuló, y luego información más específica y seguimientos en los casos más delicados.  Así se llegó a las elecciones y alguien, que todos suponen quién es, ordenó al SIN ayudar a Fujimori. Esa ayuda, ciertamente, se refería a información de alto valor sobre el adversario, y bloquear acciones contra el candidato. Díaz eligió a Montesinos para esa labor, y el Doc se quedó al lado de Fujimori y se apropió del SIN.

Todo el mundo sabe la historia posterior de los Servicios de Inteligencia manejando generales y almirantes, jueces y fiscales, ministros y congresistas, empresarios, periodistas y jefes políticos. Pocos ejemplos hay de una situación de tanto poder en los servicios secretos, no solamente que estos organismos eran los instrumentos de los dictadores para someter a la sociedad, sino que el propio dictador había sido sometido a una argolla de conspiradores, que le garantizaban la continuidad en el poder a cambio de manos libres para sus intervenciones.

Así nacieron la inteligencia operativa (paramilitares); la mediática (diarios comprados y chicha); la que controlaba autoridades y funcionario, etc. El país se volvió un gigantesco territorio de escuchas y otras acciones ilegales, y mientras tanto Fujimori, la Fiscal de la Nación, los Jueces Supremos, la presidencia del Congreso (Martha Chávez), los altos mandos, se repetían unos a otros diciendo que la Inteligencia Secreta, era el instrumento de la paz, y que servía para muchos usos: destruir redes subversivas, prevenir desestabilizaciones, advertir de los conflictos sociales y manipular las elecciones. Y claro, Montesinos era un superagente que manejaba el Perú y en sus tiempos libres asesoraba gobiernos extranjeros y ganaba por eso cantidades sorprendentes de dinero.

Todo eso lo vimos y también asistimos a la filtración del primer vladivideo que aceleró la caída del régimen. A consecuencia de eso, Fujimori dispuso el cierre del SIN. Pero los gobiernos posteriores (Toledo, García y Humala) lo rehicieron con otro nombre, porque supuestamente era necesario. Y acaba de caer un gabinete que seguro estaba consciente de estar siendo chequeados. Por cierto, la Dini nada que ver con el SIN, pero los que mantuvieron a Montesinos caban de censurar a Ana Jara por espiarnos.

03.04.15

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