martes, abril 21, 2015

Javier Diez Canseco reivindicado

Quizás algunos no lo vieron, pero este Congreso se graduó en algún nivel de la infrapolítica cuando votó para sancionar al más honesto de todos sus miembros, el implacable luchador Javier Diez Canseco.

Se probó que todo podía ser posible: desde las más íntimas venganzas por sus investigaciones profundas y documentadas sobre la corrupción y la violación de los derechos humanos del Apra y el fujimorismo; como la revancha estéril de la pareja que creyó que podía llevar a los parlamentarios, que creían les debían sus votos, a los virajes de 180º que le dieron a sus promesas; hasta la reunión de la ignorancia más supina alentada por un periodista que hasta hoy carga complejos universitarios.

Si eres un luchador solitario que dice las cosas por su nombre, la pagas, por el cargamontón de la mediocridad. Después lo hemos visto en el caso de la repartija de 2013, en la ley pulpín del 2014 y en cuantas veces se han atropellado los más elementales principios y de paso la lógica de las cosas. Miren nomás a uno de los tres inquisidores que presentaron la acusación contra Javier, el fujimorista Juan Díaz Dios, que ni se da cuenta de la falta que acaba de cometer al malversar fondos de viajes de representación, para asistir a una reunión de su partido con Keiko en Puno. Bruto y conchudo, el muchacho.

Urtecho fue el otro de los ponentes que terminó defenestrado cuando se descubrió el aparato de corrupción que había sido organizado en torno suyo para aprovechar su condición de discapacitado. Y el tercero fue Mulder, que metió fuego en la comisión y luego eludió dar su voto en el pleno. Cuando Liliana Panizo, la viuda de Javier, lo encontró cara a cara y le exigió que se explicara, alzó los hombros y dijo que era la oportunidad para quitarle el aura de honrado. Finalmente Lay, presidente de la Comisión, evadió firmar el informe y presentar el caso al pleno, pero votó como falso “ético” por la sanción, con el mismo voto con que salvó a Kenji y otros fujimoristas.

Este es el parlamento de la llamada fragmentación, el que no soportaba una figura como la de Diez Canseco. El que dentro de unas semanas tendrá que resolver la moción de su propia comisión de Constitución para que se anule la sanción contra el congresista Javier Diez Canseco y se restituya su buen nombre. La batalla de la familia, los amigos y sus seguidores políticos está a punto de ser ganada. Y aunque ya no podemos contarle a Javier la buena noticia, si es un valor fundamental para su compañera, sus hijos y nietos. Una forma de hacer política está siendo derrotada y ese es un motivo de celebración que no nos puede ser arrebatado.   

21.04.15

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos desde Bruselas

El recuerdo que tengo de Javier Diez Canseco es bueno. Lo escuché un par de veces, leí también. Lo que está en duda, para mí, es que la comisión de Constitución anule la sanción contra Javier Diez Canseco.

Eres también un gran amigo, Raúl.

JC

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

Si yo fuese progre, o caviar o marxista leninista científico, lo mejor que me podría pasar es tener al Raúl Alfredo Wiener Fresco de amigo. Don Raúl lo es sin complejos, a lo bestia, sin vacilaciones.

Lo digo también porque amistad (o el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato) es un valor liberal, los rojos no son amigos; ellos son "compañeros" o "camaradas" (según el gusto) en la lucha, situación que varía si una beca, curul, puesto en el gobierno, asesoría está de por medio. ¿Qué no? Qué sí.

En el tema de San Javier Diez Canseco, sentado a la siniestra de otros santos como San Lenin, San Marx, San Stalin, don Raúl pierde su disciplina y orden. Hoy le pasó. Desde el título don Raúl dice que "Javier Diez Canseco (está) reivindicado", para al final, en el último párrafo admite que, "que dentro de unas semanas tendrá que resolver la moción de su propia comisión de Constitución para que se anule la sanción contra el congresista Javier Diez Canseco y se restituya su buen nombre".

¿Está o no está restituido, Raúl?

Anónimo dijo...

Hasta que los voceros y ayayeros de la prensa mediática y concentrada, la banda del alanfujimontemudismo aliados de la DBA doblaron la cerviz, para la gente del pueblo de a pie es más que suficiente se hizo justicia, en la seudo democracia de nuestro pobre pais.

Honor y gloria al combatiente del pueblo

¡¡¡Javier Diez Canseco, presente!!!

Héctor Mejía dijo...

Javier Diez Canseco no necesita que el Congreso actual (que salvo honrosas excepciones es casi una Hermandad de delincuentes) lo reivindique, porque son sus actos y su vida ejemplar la que hablan por él y el mejor homenaje es la enorme cantidad de gente que fue a darle el último adiós.
Si el Congreso se rectifica -tardiamente- se quitará un poco de las toneladas de mugre que los sepultan y que elos mismos han producido.
Que una persona como Javier Diez Canseco, mas allá de sus defectos (que todos tenemos) haya hecho muchas cosas desinteresadamente es algo que los neoliberales no pueden entender, ya que para ellos las cosas se hacen siempre buacando una retribución, como cuando sobonean a los empresarios buscando que les den las migajas de sus ganancias y vivir de eso.