A manera de balance
Muchas cosas han marcado el año que termina: descenso
abrupto de la aprobación presidencial en las encuestas; premierato anodino de
Jiménez, seguido por el aún más incoloro de Villanueva; muerte de políticos e
intelectuales ilustres; performance económica mediocre, que algunos celebran
porque no caímos más en un contexto desfavorable, y otros critican porque
“ellos lo hubieran hecho mejor de estar en el poder”; concentración mediática
hasta un grado que casi todos consideran como un riesgo, asociada con una
fuertísima campaña derechista contra el presidente al que antes alababan y al
que ahora condenan por pensar, hablar, viajar, reunirse, etc.
Pero, más allá de todo eso, la sustancia de 2013 ha estado
dada por la reiterada tendencia del gobierno a paralizarse frente a crisis que
le llegan de maneras imprevistas, que se han sucedido en forma fatigante a lo
largo del año, y que están produciendo una alteración lenta pero dramática de
las relaciones entre el poder político y los llamados poderes fácticos (gremios
empresariales, grandes medios, tecnocracia, Fuerzas Armadas y Policía, Poder
Judicial, Fiscalía, etc.) y entre las minorías del Congreso y el oficialismo,
que está creando una creciente sensación de ingobernabilidad en el país-
Para fines de análisis hemos ordenado lo que ocurrió en el
año en tres grandes crisis:
-
La crisis del pensamiento, o de la idea de
comprar los activos de Repsol;
-
La crisis del pacto pragmático imposible, o de
la repartija;
-
La crisis de los policías que protegían al
bandido o del “operador montesinista”;
Tragicomedia
No es objeto de esta nota volver a contar lo que ya vivimos,
pero sí subrayar la artificialidad de los problemas y la tendencia del gobierno
a caer en las trampas de los que sienten que ya se sirvieron del viraje del
presidente para asegurar el continuismo y que ahora están reclamando todo el
poder para ellos. Hace unos días, uno de los directores del pool familiar de la
prensa recordaba la frase de Álvaro Vargas Llosa del año 2011, cuando aseguraba
que ayudándolo a ganar la segunda vuelta se convertiría a Humala en el mejor
antídoto contra el chavismo en el Perú, a lo que apuntaba que si bien no le
creyeron en la campaña, luego resultó cierto. Pero, ahí venía lo principal, ya
ese rol se agotó, o sea Humala ya no les sirve, que es lo que hemos podido ver en
lo que ocurrió a lo largo del año.
Respecto a la oferta de Repsol, el pecado presidencial
efectivamente fue imaginar que el Estado podía participar en una recomposición
de la propiedad de los activos petroleros de la empresa española (refinería,
envasadora de gas y cadena de grifos), la mayoría de los cuales habían sido
previamente del Estado a través de Petroperú, y conversar con sus directivos
acerca de los términos de una venta que hasta ahora no se concreta. El haber
admitido públicamente estos pensamientos y movimientos preliminares, le costó
al presidente perder “la confianza” del poder económico y mediático. El
presidente de la CONFIEP, lo regañó como a un hijo que comete una malacrianza y
en el CADE los ejecutivos contestaron la encuesta que se hace al final del
evento, expresando aprobación para el ministro Castilla (95%) y desaprobación
para el presidente (48%).
En Perú 21, Fritz Du Bois afirmó que el presidente no tenía
por qué pensar y el final abrupto de la batahola, con la primera dama zanjando
el tema con la frase “si los números no cuadran, no va” (y no fue), no hizo
sino empeorar las cosas al reflejar un gobernante indeciso, vapuleado y salvado
de la peor forma por su consorte. Para todo efecto, Humala se convirtió en un
personaje que mantiene un modelo económico contra sus más íntimos pensamientos,
lo que obliga a tenerlo bajo presión constante para que no se vaya a disparar.
El caso de la repartija, fue diferente en el sentido que el
rechazo nació de abajo ante el intento del presidente del Congreso de darle una
solución “práctica” al entrampamiento para lograr conformar una mayoría
calificada para el reemplazo de los miembros del Tribunal Constitucional con
período vencido, y el nombramiento del nuevo Defensor del Pueblo y los
integrantes del directorio del BCR, y conseguir de paso un acuerdo de todas las
bancadas para su pretensión de hacerse reelegir en el cargo. Fracaso en toda la
línea, que sirvió para mostrar que en el Perú actual, la alta polarización
política hace imposible acuerdos más o menos de principios, y que la
fragmentación conduce a la repartija, que a su vez desata la protesta social.
Todos los términos de la polaridad electoral del 2011,
afloraron en las movilizaciones de julio contra el pacto entre oficialismo,
fujimorismo y toledismo, que finalmente tuvo que ser revocado. El balance: un
Congreso aún más desprestigiado (9% de aprobación), el gobierno que pagó parte
de las consecuencias y una tendencia política-social incipiente a escapar del
control de los partidos. Dos ideas más: el gobierno siempre retrocede, cuando
sufre una presión significativa; el único “consenso” del Perú político es
entregar la economía a la tecnocracia ligada a organismos internacionales, como
ocurrió con el directorio del BCR que finalmente es lo único que ha sido
nombrado, sin el menor respeto por la pluralidad de ideas.
El espía que caminaba desnudo
Pero, sin duda, la gran crisis del año y del gobierno, fue
la que comienza con el informe periodístico mostrando una escandalosa
vigilancia en los exteriores de la casa donde vive el exfuncionario del
gobierno de Fujimori, al que se le vincula con el llamado “montesinismo”, Oscar
López Meneses. Un supuesto espía y experto en acciones encubiertas, al que sin
embargo le gusta exhibirse con gestos de poder que van desde los patrulleros y
portatropas delivery, las recepciones en locales militares y policiales, las
reuniones fotografiadas con altos mandos, etc. Llevamos casi tres meses
preguntando quién ordenó y para qué lo hizo, en relación a la supervigilancia a
domicilio. El presidente afirma que fue un acto de corrupción policial, de
venta del “servicio” para lobistas que quieren dar a entender a sus clientes
que el poder está con ellos.
Los críticos han dicho, por su parte, todo lo que podían
decir: que había un centro de chuponeo, que Montesinos era llevado a la casa
para reunirse con gente del gobierno, que la vigilancia impropia probaba que
Villafuerte era otro Montesinos, que Rospigliosi y Chichi tenían razón cuando
dijeron el 2011 que votar por Keiko era votar contra el montesinismo, etc. Pero
lo cierto es que, a pesar de lo confuso y deleznable de esta crisis, donde hay
altos indicios de provocación que parece que muy pocos ven, el gobierno se
paralizó, entregó cabezas (ministro del Interior y asesor presidencial),
descabezó a la Policía y no pudo con el presidente del Comando Conjunto,
desmovilizó a su nuevo primer ministro y cayó en una serie de errores en el
manejo de las investigaciones, permitiendo que se diga que quería ocultar algo,
que nadie sabe que es.
La crisis del “operador montesinista”, es emblemática porque
nadie entiende cuáles eran las operaciones en las que participaba el personaje
y lo más curioso es que este tema a nadie le interesa, sino el de acusar de que
son los otros los que tienen la relación con tan indeseado personaje. El
balance es que se ha acentuado la desorientación y aumentado la debilidad del
gobierno, reforzando la agresividad de una derecha que al mismo tiempo se da el
lujo de sacarle cosas a Humala a través de sus operadores tecnocráticos, la más
reciente de todas la norma que abre paso a la privatización de lo que queda de
Petroperú.
La crisis por cierto no ha acabado y es evidente que no va a
ser la última, sino que se vienen otras tan artificiales o reales como las que
hemos vivido. Hay que prepararse para tiempos de aguda turbulencia.
29.12.13
1 comentario:
El resguardo de la casa de Lopez M, no creo que venga de Palacio. Ver analisis de don Isaac o del gral Chiabra.
Si tu estàs haciendo cosas malas no vas a ponerle una seguridad digna de un cuartel a una casa pues asi llamas la atencion.
Concretamente habia un conglomerado de gente, indirectamente mandada por el APRA para secuestrar al Presidente ante inminente fallo de megacomision adverso a Alan
Llama la atencion que después de la entrevista que Don Isaac concedio' a Huertas NADIE en la prensa escrita comente su opinion
Publicar un comentario