Después del viernes, ya no me queda duda que el oficialismo parlamentario
está igual que el resto del país: no sabe qué se protegía en la casa de López
Meneses, ni quién dio la orden, ni cuáles son los vínculos del llamado
“operador montesinista” con instancias del Estado.
Lo que saben, es que deben defender al gobierno es una
crisis que ya tenido un alto costo (han caído un ministro; un asesor de
Palacio; generales, coroneles y comandantes de la Policía; y se ha golpeado al
presidente del Comando Conjunto que no se ha ido porque lo sustenta la Marina
de Guerra) y porque han recibido una confusa orden de la señora Nadine que dijo
que había que investigar la influencia del montesinismo en el Estado desde
1990.
Como la idea está mal formulada, pero nadie corrige a la
doña, tenemos un espectáculo tonto en el que los nacionalistas acusan al APRA y
el fujimorismo de querer ocultar sus vínculos de origen con López Meneses y el
asesor de los 90, y los otros responden que lo que quiere ocultar el gobierno
son los contactos actuales expresados en la protección indebida.
Por supuesto que nadie podría imaginar que se puedan
entender los motivos que hacen que políticos y altos jefes militares y policiales,
se culpen entre sí de “vínculos” con el operador de marras, y se deba
investigar al más alto nivel del Estado sobre una vigilancia misteriosa, sin
determinar quién es en verdad este tipo que desata pasiones, qué rol cumplió
anteriormente, si en realidad era tan importante como se dice: delfín de
Montesinos, brazo derecho del Doc., etc. O sea, para que sean graves sus lazos
de hoy, hay que evaluar cuáles fueron los de ayer.
Pero también es cierto que no estamos ante un ejercicio de
historia y que el investigado en este caso es el gobierno que deberá demostrar,
lo que debió haber demostrado hace tiempo, que las órdenes para establecer la
vigilancia no fueron adoptadas regularmente y deslindar si ha existido una
corrupción vulgar como pretendió en algún momento el presidente, o un complot
para engancharle el mote de “montesinista” al régimen
Hay una diferencia notable entre la forma como el APRA, el
fujimorismo o el toledismo, defienden a sus jefes, conscientes que están
tapando culpas reales, para lo cual valen desde recursos leguleyos, falsos
debates, cortinas de humo, calculadas para dilatar y enredar, y la triste
performance nacionalista del viernes, que ni siquiera era capaz de acompañar a
Abugattás enfrentado sólo a los lobos de la derecha y de llevar el debate a
algún sitio. Todo indica que la suspensión de la sesión salió a las patadas en
el mismo momento. Y que el humalismo desconcertado le regaló a la oposición la
conclusión que necesitaba: que el gobierno quiere sabotear la investigación,
porque en verdad es más montesinista que los montesinistas.
01.12.13
No hay comentarios.:
Publicar un comentario