¿Usted volaría en un Boeing 727 piloteado por la Supa? Claro que no. Y tampoco en uno que vaya conducido por Andrés Bedoya Ugarteche o Aldo Mariátegui, entre otras cosas porque el primero de los nombrados demuestra de qué está hecho su cerebro al plantear la pregunta, y el segundo al publicar regularmente sus columnas, cuya única gracia es que cada vez inventa nuevos adjetivos para menospreciar la inteligencia ajena, cuando la suya produce pensamientos de la calidad del que sigue:
“¿Conoce de algún piloto de aerolínea que estuviese dispuesto a manejar un avión fabricado por la Supa?, ¿por qué tenemos nosotros que aguantar sus proyectos de ley?”
Y coincido que aquí el problema no es racial ni educativo. Es que algo le falla en la cabeza a este viejo, porque Hilaria Supa nunca ha palanganeado de piloto o fabricante, y en cambio el ario del Misti, si se considera columnista ilustrado y abogado, y en ambas profesiones, por más venidas a menos que se encuentren, es bien difícil encontrar a alguien que deduzca que para aguantar los proyectos de ley de un congresista este debe probar previamente que sabe fabricar aviones.
Y es que, gracias a una inolvidable carátula de Aldo, lo que no terminamos de discutir es de cuál es el “nivel” desde el que nos sentimos superiores a otras personas. Pero el problema, como ya lo he dicho, es otro. Es que el voto popular, que ya no es controlado por las elites como en el viejo sistema (que permitía que cada provincia fuera representada por sus gamonales y por los abogados de las empresas), da origen a una serie de expresiones desordenadas y diversas que como dice ABU con amargura, va in crescendo y ya nada se puede hacer para detenerlas.
Muchos critican a Ollanta Humala haber sido el vehículo para que arriben al Congreso Hilaria Supa, Sumire, Obregón, así como también los Torres Caro (abogado), Espinoza (policía) y varios otros. ¿Cuál es la parte de la representación que realmente debería preocuparnos?, ¿la de los representantes sociales, que tienen organizaciones de masas detrás, que expresan movimientos emergentes, y que en futuro llevarán al Congreso lideres amazónicos, representaciones barriales y sindicales?, ¿o los oportunistas, con educación y profesión, que se hacen elegir en un lado para sumarse al bando contrario cuando ya tienen el cargo y que Montesinos mostró un alto talento para reconocerlos?
Por las alianzas que hemos visto los últimos tres años y por lo que sostiene el diario “Correo” es más peligrosa la mala ortografía que el voto que se vende al mejor postor.
3.05.09
www.rwiener.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario