El diario “La Razón” sigue buscando la sinrazón para enfrentarse a la sentencia de la Sala Especial de la Suprema que condenó al ex dictador Fujimori. Y el tema sigue siendo: si demuestro que el profesor Muñoz y los 9 alumnos que fueron asesinados en julio de 1992, eran terroristas, la sentencia se caerá al suelo, porque se demostrará que estamos llorando por quienes no merecían seguir sin vida. Definitivamente, al director de ese diario le importa un cuerno el dato de que aún se hubiese tratado de posibles culpables de algún delito, el gobierno y sus aparatos de seguridad no tenían ninguna atribución para atentar contra sus vidas, entre otras tantas razones porque el asesinato de una persona indefensa elimina la opción de poder probar nada contra ella al privarla de su derecho a la defensa.
Pero, no importa. Ya Uri Ben Schmuel (director del nuevo diario del chino), ha escrito que a Martin Rivas y su banda habría que condecorarlos. Y ahí lo malo sería que fueran también unos inútiles como sicarios, porque eso iría contra su teoría de que el estratega Fujimori todo los calculaba al milímetro (como su viaje a Chile). Hace apenas dos semanas desempolvaron a un viejo ex profesor de la Universidad de Educación, que súbitamente saltó a la notoriedad con la “denuncia” que los estudiantes asesinados solían andar con el profesor Hugo Muñoz, como un aparente grupo de guardaespaldas (sin exhibir armas o medios de defensa). Nada más. A lo que agregaba el caso de una trabajadora administrativa muerta en 1991 y un dirigente de izquierda asesinado por Sendero en agosto de 1992, sin establecer ninguna conexión entre estos hechos y las víctimas de la masacre, siendo claro que el segundo caso ocurrió después de su muerte. Sin embargo “La Razón” publicó en tono triunfante “Si eran terroristas”
Andar con Muñoz, terminaba todo el debate e invalidaba la sentencia. Pero, como si faltaran argumentos, ayer el diario negro incorpora una nueva y definitiva prueba: un informe reservado de la Dircote ante el Congreso, de los últimos días, elaborado a pedido de misteriosos congresistas que andan tratando de saber la historia de las víctimas y no de los victimarios (¿Núñez?, ¿Giampietri?, ¿Alcorta?), y encargado a los mismos policías que andan buscando relaciones entre las FARC y los dirigentes de la izquierda y el nacionalismo, y que intentaron involucrar a la prensa opositora al gobierno en sus “investigaciones”. De ese documento “La Razón” concluye en su primera página que ya no hay discusión y “los 9 estudiantes y el profesor eliminados por grupo Colina eran miembros de Sendero Luminoso”. “Todos eran terroristas” afirma otra vez victorioso el heredero de la “prensa chicha”, induciendo al lector a creer que efectivamente la Dircote va a presentar la lista de actos de terror en que estaban involucrados “todas” la víctimas de Martin Rivas, “eliminadas” con un tiro en la nuca (¿se acuerdan del debate de Nakasaki sobre que “eliminar” no significa necesariamente asesinar?), quemadas y descuartizadas en Huachipa y posteriormente trasladadas en trozos a Cieneguilla.
Pero ¿qué dice el informe secreto que ahora muestran y con el cual quisieran “eliminar” al juez San Martín? Aquí van las “pruebas” del mismo diario fujimorista: (a) menciona al profesor y ocho estudiantes, y no incluye información de Luis Enrique Ortiz Perea (hermano de Gisela Ortiz), porque no se ha localizado información sobre este último (entonces ¿cómo es que se dice que se trata de “todos”?); (b) indica tener antecedentes de intervenciones sobre el profesor y tres alumnos, y que en otros cinco casos lo que se sabe es que eran miembros de Comité de Internos (habitantes de la vivienda) y que eso los vincula al senderismo (¡!!); (c) los tres estudiantes que sufrieron detenciones, participaron en manifestaciones, donde no hubo actos de violencia, y fueron puestos en libertad por la misma Dircote por no haberse “encontrado… elementos de juicio suficientes que hagan presumir que se encuentre incurso dentro de los alcances de la ley que reprime al terrorismo”; (d) al profesor Muñoz, finalmente, le realizan varias investigaciones que concluyen en que “no hay evidencias ni elementos de juicio que hagan presumir su participación en el delito de terrorismo”.
O sea, “todos eran terroristas”. ¡Qué bestia! Sobre uno no hay datos, sobre cinco sólo se sabe que eran dirigentes de la vivienda y la propia Dircote libera después de investigar a los cuatro restantes y señala no haberles encontrado pruebas, pero Ben Schmuel afirma que esto demuestra que Fujimori, Montesinos y Martin Rivas no erraron al matar a los nueve. Pero quién sabe, si antes del diario negro, los analistas del Colina precisamente evaluaron con el mismo criterio, esas libertades y datos como los del profesor informante, para justamente decidir eliminarlos. Y quieren que la opinión pública se conmueva por el salvador del país que ordenaba matar a medianoche, y que ahora está condenado a 25 años de prisión por su autoría en estos crímenes. ¿No les da pena?
29.04.09
www.rwiener.blogspot.com
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