Dos son las preocupaciones principales del gobierno de García, a siete meses del escándalo de los petroaudios y poco más de dos años de su reemplazo. La primera se refiere a la administración de los recursos del llamado plan de estímulo o anticrisis, que serán probablemente los últimos recursos grandes a disposición del actual oficialismo, y que pretenden ser manejados con los menores controles fiscales posibles y sin riesgos de nuevos destapes incriminadores. La segunda, la garantía política, a los inversionistas que ponen sus centavos en el Perú y que temen que una combinación de crisis con desgaste del régimen de lugar a un cambio político y económico, que ninguno de ellos desea.
Todo lo que estamos viendo, bajo la forma de campaña electoral adelantada, regreso al clima político del 2006 y ataques a este diario, está relacionado con esos dos temas. En un lado ha reconstruido y solidificado la alianza con los fujimoristas y Unidad Nacional, para evitar investigaciones molestas como las de Rómulo León, Business Track, Forsur, SIS y otras, y está en camino la nueva agenda de investigaciones y condenas donde entran Nadine Heredia, los empresarios que apoyaron al nacionalismo, las Casas del Alba y otros. El contralor sin poderes y sin idea sobre lo que debe hacerse, que está representado en Fuad Khoury es parte de esa dimensión de la lucha política.
En perspectiva estamos volviendo a polarizar el escenario desde la derecha (como se hiciera en el 2005), lo que significa que a pesar de las encuestas, el repunte de Keiko, la hipótesis de la reelección, el peligro sigue siendo Humala, que equivale a la opción de que el Perú se realinee en la corriente progresista de América Latina. Hay que volver a demoler al comandante, aún cuando Álvarez Rodrich y Tafur sigan pensando que eso termina por beneficiarlo. Y para ello por supuesto no valen ideas. Por eso es que no soportan a “La Primera”, porque no se trata de un debate entre opciones, sino de evitar que los peruanos decidan libremente. “Vacunar” a la población decía Aldo Mariátegui, hace tres años.
Y hacerlo con ayuda de los banqueros, la SUNAT, el diario de los Agois, el APRA del parlamento, el fujimorismo y otros, a los que sólo puede concertar alguien que está en el lugar donde está sentado Alan García.
09.05.09
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1 comentario:
La verdad es que, a estas alturas de los acontecimientos, las cartas parecen estar echadas para el 2011. Si no ocurre algo absolutamente grave e inesperado, como un magnicidio o una situación de beligerancia con Chile, se volverá a dar una segunda vuelta electoral presidencial, en la cual uno de los contendores será Ollanta Humala. La hija del delincuente, que tiene un techo electoral no mayor al 20%, aspira a acceder a esa segunda vuelta, para que tipos como Aldo eMe, y demás plumíferos, invoquen el "mal menor", temerosos de perder sus privilegios. Claro, luego de haber re-elegido a García, quien hizo un gobierno tan desastroso en los 80´, no tendría nada de particular el re-elegir también a Toledo o a Fujimori, atribuyéndoles algún acierto en el manejo fiscal. Personalmente, pienso que, si se diera el caso, Humala ganaría de todas maneras. Pero, nuestro país es tan singular, que podría darse hasta lo inimaginable, que la mayoría elija a quien practica la delincuencia abiertamente. Si eso sucediera, virtualmente estaríamos anulando la posibilidad de tener, alguna vez, una república civilizada.
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