Así como lo oyen.
Alberto Fujimori dejó a un lado las entreveradas coartadas legales de su abogado y apeló a aquella parte del país que cree que la pacificación bien valía los muertos de La Cantuta, Barrios Altos y otros.
Se me pide un sueño imposible, dijo, que es el de civilizar la guerra, de ganar la guerra sin costo social.
“Asumí la defensa del Estado y puse en peligro mi vida”, declaró el hombre que se escondió en la Embajada de Japón durante la breve rebelión del general Salinas, el que puso miles de policías entre él y la población durante la jornada de los Cuatro Suyos y el que huyó al Asia y renunció por fax.
“Yo viré la estrategia del Estado frente a la subversión” alardeó frente al tribunal, acusando a Belaúnde de distraído y a García de usar métodos de guerra convencional. Y efectivamente entre finales de los 80 y comienzos de los 90 hubo cambios de conducción, que redujeron los actos de represión masiva y los sustituyeron por una acción más selectiva.
Pero es de esa “selectividad” que se está discutiendo en el juicio en el local de la Dinoes. El Grupo Colina no es expresión de un ejército desorientado que golpea a ciegas, imaginando que de diez pobladores muertos uno tendría que ser necesariamente senderista.
No, la creación de los 90, buscaba a sus víctimas con nombre propio. Y por cierto, fueron muchas más que los 25 muertos por los que se le procesa.
¿A quién nombrarán los libros?, se preguntó el ex dictador. Y como lo haría uno de sus imitadores, respondió a Alberto Fujimori, por supuesto. Tal vez no se equivoque y resulte el primer presidente del Perú condenado por delitos de lesa humanidad.
2.04.09
www.rwiener.blogspot.com
1 comentario:
Y que le queda a ese asesino y corrupto personaje que no pensó dos veces en torturar a propia esposa y madre de sus hijos, y expulsarla de palacio, a ese sucio personaje que corrompió a sus hijos convirtiéndolos en monstruos que se alimentan y viven con el dinero de todos los peruanos. Es muy normal ese tipo de conductas en seres despreciables como Alberto Fujimori que renunció por fax a la presidencia de la República como si fuésemos un cubil de sarnosos. Que no nos extrañe ese tipo de conductas de esa gentuza que corrompió sistemáticamente a nuestro amado Perú. Pero también seamos prontos en culpar a la ignorancia y dogmatismo brutal de una izquierda que jugaba a 'revolucionaria y consecuente' y lo único que produjo es muerte, crimen y corrupción y parió a seres monstruosos como Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, la izquierda debe cambiar radicalmente hacia la racionalidad para que no vuelvan a aparecer seres repudiables como Alberto Fujimori y sus seguidores.
Publicar un comentario