lunes, mayo 04, 2015

El desencanto del 2016

Las elecciones del 2016 se vienen, hasta ahora, sin esperanzas, como si la idea de que con el voto se podría empezar a construir un país diferente se hubiera muerto a punta de engaños y desilusiones. Basta ver en qué nivel de ridículo ha caído el líder inicial (probablemente casual), del actual período, cuando para defender la excentricidad de la compra de la casa en Las Casuarinas, con dinero de procedencia desconocida, propone hacer una segunda Marcha del Cuatro Suyos, desvalorizando a la primera del 2000, que fue uno de los hitos claves para echar a la dictadura de Fujimori y recuperar alguna forma de democracia.

Sin querer Toledo, ha terminado por tergiversar el sentido del movimiento que encabezó, como si quisiera demostrar que nunca entendió lo que pasó ese año decisivo de la historia del Perú en el que germinaron las promesas de economía más cercana al pueblo, nueva Constitución, lucha anticorrupción y otras que se quedaron por el camino. Pero si el chakano fue un fraude; qué decir de García, que volvió a refregarnos que en política no hay que ser ingenuos y menos creerle a él. El APRA 2006-2011 demostró que se había convertido al más crudo neoliberalismo y en lo único que no había cambiado respecto a su primer gobierno era en la habilidad de su presidente para la corrupción impune.

Pero de todos los que estuvieron al frente del gobierno en la etapa postfujimori, el que lleva las peores culpas es Ollanta Humala, porque apareció como el que denunciaba precisamente la traición de sus predecesores que habían seguido el libreto de los 90 y excluido al pueblo de las decisiones. Algunos lo critican por mediocre, por la forma enredada y siempre débil en que encara los problemas decisivos. Otros pretenden que todo lo que hizo para ganar el gobierno fue una mentira calculada para hacerse del poder. Pero ambas versiones, presumen que la gente que votó dos veces por el abanderado de la “Gran Transformación” era fácilmente manipulable, o no se daba cuenta con quién estaba tratando.

Humala respondía, sin embargo, a una corriente profunda de gente que esperaba el cambio desde el año 2000, o antes, y que había vivido la decepción de cambiar a Fujimori por Toledo y García. El volteretazo de Humala es entonces el doble o el triple de ofensivo de lo sufrido por la población hasta ese momento. Por eso al final de su mandato hay tan poco entusiasmo, como si nos preparáramos para un baile de fantasmas el próximo año, sin que nadie pudiera reunir el binomio: cambio económico-político y democracia que hizo ganar a Humala el 2011. Lo que se ve desde aquí es la restauración fujimorista (profundización neoliberal y autoritarismo), bajo distintas ropajes: Keiko, García, y el “progresista” PPK (que demuestra hasta donde se han desvalorizado las palabras). Y más a la izquierda, casi nada.  

04.05.15

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos desde Bruselas

Estimado Raúl: ¿Desilusión? Los peruanos que escucho y leo no me lo parecen. Los encuentro con problemas pero más optimistas que hace diez años. Si la "desilusión" es la de la Izquierda porque, nuevamente, será espectadora, en eso estamos de acuerdo.

¿Por qué ocurre eso, Raúl? No crees que, es evidente, que hay un divorcio entre sus propuestas y dirigentes de la izquierda con el electorado? ¿No cree que, las veces que han llegado al poder, han gestionado mal o parece que lo han hecho así? ¿No crees que faltan cuadros y líderes formados?

En todo caso, Raúl, los peruanos con los que estoy en contacto no quieren una revolución sino buenos colegios, seguridad ciudadana, trabajo, vacaciones, ver crecer a sus hijos en un país mejor y con un futuro. ¿Qué propone la izquierda para lograrlo? ¿Nueva Constitución y dejar de extraer minerales?

Una opinión personal y todo respeto: al leer tus columna hecho de menos los comentarios de tus lectores; ni el de Mejía, Ambrosio, "otro anónimo" y un colega que terminaba preguntándose aparecen más. Sé que cambiaste al un sistema de "moderación de comentarios". En ese momento se perdió el debate entre tus lectores contigo y con los otros lectores.

A mí juicio hemos perdido todos, especialmente el necesario intercambio de ideas.

Un fuerte abrazo
Carlos José

Héctor Mejía dijo...

Toledo, Garcia y cosito han contribuido al desencanto del 2016, pero no son los únicos, la izquierda contribuye grandemente s ests desilusión con la angurria que se le nota a kilómetros por pelearse por los puestos en la lista al Congreso.
El Frente Amplio debió ser el espacio donde convergieran las fuerzas progresistas y, como decia Carlos Leon Moya, crecieran,se fortalecieran y se renovaran, pero nada de eso hicieron, sólo se dedicaron a pelearse entre ellos hasta partirse en mil pedazos, por eso el pueblo les ha dado la espalda. Asi estamos.

Anónimo dijo...

A todos los Peruanos sin ninguna distinción y con principios sólidos que buscan el bienestar de toda la sociedad sólo nos queda en este poco tiempo consolidar la unión deponiendo cualquier interés personal para desterrar el modelo neoliberal criollo, es decir, cambiar el patrón de crecimiento extractivista primario exportador y, simultáneamente, la democracia constitucional liberal reivindicando el principio de la participación política en sociedad. Así de sensillo